Ricardo Cristian Silva Soto

Rut : 8.072.223-0
Fecha Asesinato : 16-06-1987
Comuna Asesinato : Santiago
Fecha Nacimiento : 04-02-1959
Edad : 28
Partido Político : Frente Patriótico Manuel Rodríguez ( FPMR)
Oficio o Profesión : Estudiante
Nacionalidad : Chilena

Antecedentes del Caso

Ricardo Cristian SILVA SOTO

Durante el lunes 15 de junio de 1987, varios grupos operativos de la CNI  logran detener a siete integrantes del FPMR, entre los que destaca José Joaquín Valenzuela Levi, quien lideró el atentado contra Pinochet. También han sido apresados: Ricardo Hernán Rivera Silva, jefe regional de Concepción; Elizabeth Escobar Mondaca, que realizaba tareas de seguridad e infraestructura; Patricia Quiroz Nilo, Ricardo Silva Soto Manuel Valencia Calderón, todos integrantes de las fuerzas especiales del FPMR; Esther Cabrera Hinojosa, quien se desempeñaba en tareas de aseguramiento. Todos son trasladados al Cuartel Borgoño.

En el algún momento entre la medianoche y las 3 de la mañana del 16 de Junio, el jefe de la Brigada Azul de la CNI y hombre a cargo de seguir al FPMR, el capitán de Ejército Krantz Bauer, recibe la orden de Álvaro Corbalán de eliminar a los siete detenidos en el Cuartel Borgoño. Bauer se niega y afirma que lo mejor es interrogarlos. Corbalán lo margina de la acción a él y a sus hombres.

El capitán Iván Quiroz se entera, a través del “Gurka” Zúñiga, que los detenidos deben ser eliminados. Decide cerciorarse de ello con el propio Corbalán, de quien es su segundo al mando. Según Quiroz, cerca de las 3 de la mañana Álvaro Corbalán llama al general Salas Wenzel para preguntarle si se debía eliminar inmediatamente a siete frentistas detenidos. “Yo estaba en la oficina de don Álvaro (Corbalán) en ese momento, y escuché cuando él preguntó al general Salas si la orden se podía postergar para seguir investigando a los detenidos”, dijo Quiroz. Y agregó que luego escuchó de Corbalán un cortante “a su orden mi general, será cumplido de inmediato”. Corbalán ratifica esa versión en tribunales.

Cerca de las 4 de la mañana, los agentes de la CNI reciben la orden de buscar armas en el Cuartel Loyola, distintas a las que usualmente utiliza el organismo. Más tarde serán utilizadas para simular un enfrentamiento.

Los detenidos son trasladados en caravana al número 582 de la calle Pedro Donoso, que la CNI había identificado como una casa de seguridad del FPMR que estaba abandonada. Por encargo de Álvaro Corbalán, el capitán Francisco Zúñiga la había elegido como lugar para acribillar a los frentistas. Según declaraciones posteriores de vecinos, las personas que esa noche llegaron detenidas estaban descalzas, con los brazos atados atrás de la espalda, amarrados y con la vista vendada.

El capitán Iván Quiroz y el capitán Francisco Zúñiga son encomendados para designar a las parejas de oficiales que ejecutarían a cada uno de los siete frentistas detenidos. La orden para que los efectivos asignados a cada víctima disparen, se da lanzando una piedra en el techo. Mientras, el resto de los agentes dispara al aire y grita para dar a los vecinos la idea de un enfrentamiento. Son ejecutados los siete frentistas. El capitán Francisco Zúñiga remata a cada una de las víctimas.

Operación Albania

                         En junio de 1987 agentes de la CNI realizaron la llamada Operación Albania o matanza de Corpus Christi, que afectó a miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). También en este caso se justificó ante la opinión pública las muertes como consecuencias de enfrentamientos sucesivos, señalándose igualmente que los agentes habían actuado en cumplimiento de una orden judicial y en presencia de un fiscal militar, circunstancia esta última que después sería desmentida.

                           Los hechos comenzaron en la mañana del 15 de junio de 1987, cuando fue interceptado en la vía pública, en calle Alhué de Santiago a metros de la casa de su madre, Recaredo Ignacio VALENZUELA POHORECKY, economista. Sin intimársele la rendición le dispararon causándole la muerte agentes de la CNI que se encontraban esperándolo.

                           Por lo anterior, ratificado por testimonios a que tuvo acceso esta Comisión, ésta llegó a la convicción de que la víctima fue ejecutada por agentes de la CNI, considerando su muerte una violación a los derechos humanos de responsabilidad de agentes estatales.

                           Aproximadamente a las 18:30 horas del mismo día fue muerto en calle Varas Mena, donde vivía, Patricio Ricardo ACOSTA CASTRO, mediante un disparo que le provocó un traumatismo cráneo encefálico y raquimedular.

                           La Comisión adquirió la convicción, dado el contexto de los hechos acaecidos en esa oportunidad y la forma de la muerte de la víctima con único balazo en el cráneo, de que la víctima fue ejecutada por agentes estatales en violación de sus derechos humanos.

                           Apenas pasada la medianoche, a unas cuadras más allá de la misma calle Varas Mena, en el N° 417, se produjo un nuevo hecho en el que fallecieron dos personas. En ese lugar, en el cual funcionaba una escuela de guerrillas del FPMR, se encontraban tres personas y un número indeterminado de alumnos en la parte posterior del inmueble. Este había sido rodeado desde temprano, habiéndose apostado los agentes en las casas vecinas. A esa hora, un nutrido grupo de agentes golpeó el portón y ordenó a los ocupantes que abandonaran la casa. Casi inmediatamente los agentes echaron abajo ese portón con un vehículo y comenzaron a disparar desde diversas direcciones. Las personas que estaban en la parte posterior del inmueble huyeron, siendo algunas detenidas en las inmediaciones. Los que estaban en la casa se enfrentaron a los agentes durante algún tiempo y luego también trataron de escapar.

                           El primero de ellos, Juan Waldemar HENRIQUEZ ARAYA, ingeniero, cayó cuando intentaba huir por el entretecho de la casa vecina signada con el N° 415. La Comisión en rigor no puede calificar su muerte de violación de derechos humanos, sino que estima que cayó, víctima de la situación de violencia política, puesto que no le era exigible una actitud distinta a la de defenderse de sus agresores quienes manifiestamente tenían la intención de ejecutarlo.

                           Por su parte, Wilson Daniel HENRIQUEZ GALLEGOS, obrero, quien se encontraba herido, se refugió en el patio de la casa vecina signada con el N° 419, la que había sido abandonada ya por los agentes. Ahí fue visto por la dueña de la casa, quien le indicó que debía entregarse, a lo que él se negó. Testimonios indican que al rato volvió otro grupo de agentes e hizo a la familia introducirse en el dormitorio. Apresaron a Wilson Henríquez y comenzaron una suerte de juego con él, lo golpearon, lo sacaron a la calle arrastrándolo, dijeron que lo iban a volver a entrar para que no se resfriara y luego lo mataron, registrando su cuerpo según el protocolo de autopsia 21 orificios de bala.

                           La Comisión ha llegado a la convicción de que se Wilson HENRIQUEZ fue ejecutado por efectivos de la CNI, considerando su muerte una violación a los derechos humanos de responsabilidad de agentes estatales.

                           Mientras tanto, en el sector de Villa Olímpica de la capital se produjo una nueva muerte también a manos de los agentes de la CNI. Julio Arturo GUERRA OLIVARES, electricista, se encontraba en su departamento cuando éste fue rodeado por los efectivos de seguridad. Se produjo un enfrentamiento por sus captores, el que fue presenciado por testigos. Una vez concluido éste la víctima fue ejecutada, mediante disparos a corta distancia. Por lo anterior y apreciando que la víctima se encontraba a merced de sus captores, esta Comisión considera su muerte una violación a los derechos humanos de responsabilidad de agentes estatales.

                           Finalmente, en la madrugada de ese día en calle Pedro Donoso de la comuna de Conchalí se produjo el último episodio donde falleció el mayor número de personas: Esther Angélica CABRERA HINOJOSA, cesante, Elizabeth Edelmira ESCOBAR MONDACA, empleada, Patricia Angélica QUIROZ NILO, estudiante, Ricardo Hernán RIVERA SILVA, chofer, Ricardo Cristián SILVA SOTO, estudiante, Manuel Eduardo VALENCIA CALDERON, electromecánico, y José Joaquín VALENZUELA LEVI, estudiante.

                           Nuevamente la versión oficial señala la existencia de un enfrentamiento en la ocasión, del cual habrían resultado muertas las víctimas antes mencionadas, logrando escapar otra persona. También se señala la existencia de agentes heridos.

                           La Comisión ha descartado esta versión, en atención a las siguientes consideraciones: en el lugar no existirían huellas de disparos efectuados desde el interior del inmueble; las marcas en el piso del inmueble dejadas por las balas dan cuenta de que a algunas de las víctimas se les disparó desde arriba hacia abajo, presumiblemente mientras estaban encuclilladas; resulta inverosímil como lo sostiene la versión oficial que alguien haya huído del lugar dadas las características de la casa, que es totalmente cerrada; no fue posible comprobar la existencia de agentes heridos como se comunicó públicamente; y, finalmente, debe considerarse la falta de colaboración de la CNI en el proceso destinado a esclarecer esta situación, donde no han sido dados a conocer los nombres verdaderos de los agentes que intervinieron ni menos han prestado declaraciones, ni se ha acompañado el armamento que supuestamente se confiscó en el lugar.

                           Considerando lo anterior, la Comisión ha llegado a la convicción de que estas siete personas fueron ejecutados por agentes del Estado, en violación de sus derechos humanos.

                           Como consideración general debe agregarse lo inverosímil que resulta la existencia de tantos enfrentamientos con tantas víctimas fatales en unas pocas horas, lo que hace presumir un planeamiento previo de estas situaciones y su desenlace.

 

Fuente :  (informe rettig)

Prensa

En un mes como éste, un 15 y 16 de junio de 1987, hace ya 35 años, la dictadura de la derecha y las FFAA chilenas cometió uno de sus peores crímenes, el hecho fue conocido como la Matanza de Corpus Christi. Este múltiple asesinato acabó con la vida de 12 combatientes rodriguistas; tres heroínas, Elizabeth Escobar de 29 años, Patricia Quiroz 29 años, Esther Cabrera de solo 22 años; y nueve héroes, Recaredo Valenzuela de 30 años, Patricio Acosta 25 años, Waldemar Henríquez 28 años, Wilson Henríquez 26 años, Julio Guerra 29 años, Joaquín Valenzuela 29 años, Ricardo Rivera 24 años, Ricardo Silva 28 años y Manuel Valencia de solo 20 años de edad, compañeros y compañeras de muchos de nosotros.

Resalto que ahora se ha conocido la resolución final de otro crimen semejante, durante los días 23 y 24 de agosto de 1984, hace 38 años, en una operación de exterminio conocida con Operación Alfa-Carbón o Matanza Vega Monumental fueron asesinados siete combatientes del MIR por agentes de la CNI, en las ciudades de Concepción, Los Ángeles, Temuco y Valdivia. Han pasados 38 años y recién este 10 de junio, se dictó la resolución condenatoria final. En un dilatado y doloroso proceso para los familiares de los caídos se ha dictado justicia, claro entre comillas, por la tardanza, las condenas y que varios de los criminales ya están fallecidos. Honor a los revolucionarios miristas Luciano Humberto Aedo Arias, Nelson Adrián Herrera Riveros, Mario Octavio Lagos Rodríguez, Mario Ernesto Mujica Barros, Rogelio Humberto Tapia de la Puente, Raúl Jaime Matamala Barrientos y Juan José Boncompte Andreu, nunca olvidemos sus ejemplos y a sus familiares, cariño y respeto.

También puedes leer: Corte de Concepción confirma sentencia a 17 ex agentes de la CNI por asesinato de combatientes de la resistencia a la dictadura en Operación Alfa Carbón

Y nuevamente como todos los años familiares, organizaciones y colectivos rodriguistas, nos autoconvocamos en los lugares de los asesinatos: el Dúplex 213 de Villa Olímpica, la calle y la casa de Varas Mena, la calle Alhué de Las Condes, la casa de Pedro Donoso de Recoleta, el Cementerio General, en Lota y en muchos otros lugares del país.
Sin dudas, cada uno de nosotros recuerda en el lugar donde se encontraba en esos aciagos días de 1987, en especial sus sobrevivientes, el impacto de ese crimen, y lo que significó para el FPMR en esos entonces: seguir y seguir luchando contra esa dictadura que nos oprimía como pueblo y el rechazo a la traición que significaba acomodarse a las negociaciones que se maquinaban vergonzosamente.

Debido al carácter clandestino de la organización, la mayoría no conocíamos los nombres verdaderos de esas y esos combatientes asesinados, obviamente tampoco sus misiones. Hoy sus rostros son conocidos, y se transformaron en banderas de combate presentes en los lugares donde cientos de chilenos y chilenas, sobre todo los más jóvenes, irrumpieron en la Revuelta de 2019.

¿Vale la pena recordar el contexto político de esos días de junio de 1987?

Eran tiempos de intensas y oscuras negociaciones entre los personeros de la dictadura y dirigentes de la futura Concertación, avalados todos por el gobierno de EEUU. El atentado al tirano y el caso arsenales sucedidos el año anterior (1986) estaban muy presentes.

Entre los políticos oportunistas, surgían voces para condenar al FPMR y su lucha, sembrando miedo, terror, «son militaristas» decían, era la oportunidad para aplastar la lucha revolucionaria y aislar más todavía al PC de las negociaciones que a espaldas del pueblo se hacían, como lo manifestaba nuestro Comandante José Miguel, Raúl Pellegrín. Surgían epítetos condenatorios y nuevos calificativos políticos para los combatientes, «faltos de realismo político», «fetichistas de las armas», «bajos de nivel político», «chileno-sandinistas», «hijos de Castro», «guerrilleristas», «influenciados por sus formaciones militares», etc., etc.

La visita del Papa en abril del 87 había subido los tonos de la lucha popular, sobre todo después de los enfrentamientos en su recibimiento en la población La Bandera, a pesar que el FPMR indicó una tregua momentánea.

Se negociaba la salida de Pinochet y la izquierda tradicional se plegaba a las transacciones, por acción u omisión, abandonando sin tapujos y vergonzosamente principios, hundiendo cualquier salida potencialmente más popular. El gobierno de EEUU no quería al PC en las negociaciones y los dirigentes de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, cual yanaconas, obedecían.

A pesar del intento de aislamiento del Partido Comunista, en su interior rebrotaba una discusión de validar o desechar lo obrado política y militarmente hasta esos momentos, se discutía en plena lucha y clandestinidad, desarmando ánimos, intentando relevar responsabilidades. Reflotaban pensamientos de los que en lo interno no querían más, o quizás nunca quisieron, la estrategia de Rebelión Popular y el FPMR.

No se puede negar que en esos días, a lo interno del Frente, se coordinaban ideas para el nuevo caminar que muchos rodriguistas nos proponíamos emprender ante el manifiesto abandono que se hacía de la lucha directa contra la dictadura.

El aislamiento de los que seguían combatiendo en primera línea (el FPMR entre ellos) era cada vez más evidente, lo que, sumado al desgaste en la lucha, detenciones, repeticiones de rutinas o errores en el modus operandi, flaquezas en los métodos conspirativos, se profundizaba.

Eran momentos en que para algunos todo se podía poner en dudas, hasta borrar con el codo los objetivos finales que por la boca se vociferaban.

En este contexto que analizamos entran los agentes de la dictadura, que actuaron como los criminales que eran, sabían que a los entregados y cobardes hay que invitarlos a conversar, a los indecisos, neutralizarlos con el miedo, y a los intransigentes, como nuestros 12 hermanos y hermanas, había que matarlos para intentar producir los efectos de terror que necesitaban. Y esos asesinos actuaron el 15 y 16 de junio de 1987.

Un montaje cubrió ese crimen. La dictadura y sus órganos de inteligencia tildaron de «enfrentamiento» el suceso y luego en la post dictadura dilataron la justicia por años y años. Solo la valentía y decisión de los familiares hizo el milagro para que fluyera la verdad, ellos nunca creyeron la versión «oficial» y lograron que la justicia chilena los encausara y condenara.

No se debe olvidar tampoco que el vil asesinato de los militantes del FPMR, fue mostrado por prensa de la dictadura, El Mercurio, La Segunda, la Tercera y la televisión servil, como un enfrentamiento y no un asesinato.

Finalmente los asesinos, claro que en correspondencia con la filosofía democristiana de la Transición, recibieron condenas insignificantes, «en la medida de lo posible», que han cumplido en cárceles de privilegio, conservando sus grados militares y premiados con jubilaciones millonarias.

A todos nos impacta visitar las calles y lugares donde resistieron y fueron asesinados nuestros hermanos(as), cruzar el portón de hierro oxidado de la casa de Pedro Donoso 582 en la comuna de Recoleta, uno de los lugares de la masacre, se siente el frío de la muerte en los pasillos arruinados y en el piso que ahora es de tierra, por el abandono del lugar. Ver sus nombres escritos en los mismos sitios donde fueran asesinados, claro que impacta. No se ha tenido el valor de declarar esa casa como Patrimonio Nacional, quizás ante el temor que se transforme en un verdadero «Museo de la Memoria Combatiente».

Por eso es destacable y emociona el trabajo que organizaciones territoriales del sector de Pedro Donoso, sobre todo muchos jóvenes, están haciendo para transformar la casa un sitio de Memoria. Gracias por esa iniciativa.
Estamos seguros que la terquedad de todos estos años para no olvidar, tanto la heroicidad y las traiciones cometidas, lo que para nosotros es reivindicar NUESTRA MEMORIA, ha dado rutas de perseverancia y dignidad en el presente, prueba de ello es que los héroes y heroínas de Corpus Christi y presos políticos, como Mauricio Hernández Norambuena, estuvieron reflejados en muros y banderas, como símbolos de consecuencia durante la Revuelta de octubre 2019.

Honor y Gloria para los héroes y heroínas de Corpus Christi.

Libertad para Mauricio Hernández Norambuena, preso político rodriguista.

Libertad para los presos políticos de la Revuelta y del pueblo mapuche.

Fuente :resumen.cl, 15 de Junio 2022

Fecha :15-06-2022

Sobre el recuerdo de nuestros héroes y su aporte para el futuro de Chile seguirá habiendo discusiones, durante treinta años la institucionalidad concertacionista y por cierto la derecha, se dedicaron a condenar la lucha revolucionaria, a quienes decidieron rebelarse y combatir al tirano utilizando la lucha política y militar. La propuesta del FPMR, en su primera proclama dijo que, si Pinochet no se le derrotaba haciéndole frente en el terreno militar, organizando al pueblo para defenderse y luchar por sus derechos, si solo se pensaba hacerlo en el terreno de la política, la negociación con sus autoridades perpetuaría el modelo de sociedad abusivo e injusto construido a balazos por la dictadura cívico militar y la historia nos dio la razón.

Fue esa decisión de luchar por la libertad de Chile, la que le costó la vida a los 12 rodriguistas asesinados  entre los días 15 y 16  de junio de 1987, la orden para neutralizar al FPMR y a sus principales dirigentes la dio el dictador, después de que se intentó ajusticiarlo y después de  que una parte de los arsenales  fue descubierta por el enemigo. Ese fue el contexto de la matanza de la operación Albania, cuando la lucha antidictatorial nos enfrentaba a momentos muy duros y difíciles, incluso cuando fuerzas políticas de la izquierda, ya empezaban a renunciar a la idea de la rebelión popular como salida a la dictadura.

Pero aun así y con esas adversidades se lograba avanzar y el FPMR se consolidaba como organización, con un fuerte arraigo popular, aprendiendo a combatir en la clandestinidad, a esa fecha teníamos presencia efectiva en las principales ciudades del pais, pero sabíamos también que después del intento de ajusticiar al tirano estábamos en el foco de la represión con todo el aparataje represivo detrás.

Recaredo Ignacio Valenzuela, Benito, treinta y un años, uno de los fundadores del FPMR, y miembro de la Dirección Nacional, recién ascendido, él fue acribillado en la calle Alhué, de la comuna de Las Condes, al mediodía del 15 de junio. Patricio Ricardo Acosta Castro, veintiséis años, fue ultimado a las seis de la tarde del 15 de junio, mientras caminaba por una acera en la comuna de San Miguel. Julio Arturo Guerra Olivares, Guido, treinta años, uno de los participantes del atentado al dictador, fue asesinado en la medianoche del 15 de junio en el interior del departamento donde vivía en la Villa Olímpica de la comuna de Ñuñoa.

José Joaquín Valenzuela Levy, treinta y un años, miembro de la Dirección Nacional del FPMR, graduado como oficial de ejército en Bulgaria, fue  jefe de la Emboscada al dictador. Patricia Angélica Quiroz Nilo, veintinueve años, combatiente rodriguistas. Ricardo Cristián Silva Soto, veintiocho años, combatiente del FPMR. Ricardo Hernán Rivera Silva, jefe de unidades combativas. Elizabeth Escobar Mondaca, veintinueve años; Esther Cabrera Hinojosa, veintidós años, y Manuel Eduardo Valencia Calderón, veinte años. Todos ellos y ellas fueron detenidos en distintos lugares de Santiago en el  transcurso del día 15 de junio, luego los llevaron al cuartel central de la CNI en calle Borgoño, allí los torturaron y mantuvieron hasta el amanecer del 16, para luego trasladarlos a una casa vacía en la calle Pedro Donoso, en Recoleta, donde los asesinaron mientras yacían amarrados en un escenario preparado para el crimen.

Juan Waldemar Henríquez Araya, veintiocho años, graduado como oficial en Tropas Generales en Cuba, luego participó en la guerra irregular contra bandas contrarrevolucionarias en Nicaragua en 1984. Al momento de su muerte era el jefe de la escuela clandestina de Varas Mena. Wilson Daniel Henríquez Gallegos, veintiséis años, ambos murieron combatiendo heroicamente, cubriendo la retirada de una cantidad de Rodriguistas que escaparon ilesos.

Han pasado 34 años desde Junio de 1987 y el recuerdo de estos 12 Rodriguistas continua vigente en la memoria del pueblo, porque su aporte y su entrega sin límites, remueve la memoria histórica para vencer el olvido y para mostrar el camino de la rebeldía popular, como una opción valida para alcanzar los cambios estructurales que el pais necesita. En este sentido los y las Rodriguistas junto a cientos de héroes  de nuestra izquierda, son la historia en su significado real y que le dan sentido a la política hoy y en el futuro, patriotas que no aceptaron caminos ni acuerdos entre elites a espaldas del pueblo, el que con su movilización y acciones combativas permitió el fin de la dictadura.

Así aprendemos, de nuestra propia historia, de acontecimientos duros y difíciles como el que estamos relatando, de nuestros errores y éxitos, incluso desde la critica a nuestra herencia, porque aprender de la historia supone reconocer y asumir las precariedades de las certezas que en su momento parecían incuestionables. Pero ese aprendizaje no invalida el contenido y la valía de nuestra lucha y del convencimiento para llevarla adelante, lo que fue posible gracias a la disciplina, compromiso y valentía de  los miles de jóvenes que estuvieron presentes en la primera línea del combate con la dictadura, de entre los cuales recordamos a los doce hermanos y hermanas que fueron cobardemente asesinados por la CNI en 1987.

Ha pasado el tiempo y hoy estamos frente a un nuevo ciclo de la historia, han surgido nuevas voces y fuerzas decididas a terminar con el sistema económico y la institucionalidad creada por la dictadura, hombres y mujeres, elegidos y elegidas por votación popular para diseñar una nueva constitución e institucionalidad para Chile. No caben dudas de que, y tal como sucedió en las décadas pasadas y como ya está sucediendo, serán, perseguidos, descalificados y tildados de violentistas, por quienes desde las dos derechas que gobiernan Chile se les oponen, intentando nuevamente imponer caminos ya recorridos dentro de la institucionalidad vigente para dejar las cosas como están.

Para contrarrestar esas campañas del terror será necesario recordar que siempre los enemigos del pueblo utilizan estas armas para asustar, crear caos e incertidumbres, creando realidades desde la mentira. Que es lo que hicieron para justificar la persecución, el encarcelamiento el asesinato y la desaparición de miles de compatriotas, víctimas en el pasado, de las mismas elites que hoy se oponen a quienes quieren terminar con un sistema neoliberal abusivo y corrupto.

Así entonces, la línea de conducción del modelo capitalista neoliberal ha sido y es la violación de los derechos de las personas, y la violación de los derechos humanos en toda su extensión, constatación que hace imprescindible que en el diseño de la nueva constitución este presente la memoria histórica, que una base moral y política para su diseño y de una nueva institucionalidad para el pais. Los derechos humanos son la articulación necesaria para construir los lineamientos de una institucionalidad y un modelo económico en el cual las personas en su vida individual o de grupo, los pueblos originarios, encuentren la protección a su dignidad y a sus derechos fundamentales.

En este sentido el recuerdo de los 12 rodriguistas asesinados en 1987, fieles exponentes de la justa rebelión social en su momento, se hace más vigente vinculándolo con la decisión de jóvenes constituyentes independientes, provenientes de movimientos sociales, quienes reivindican la soberanía de la convención constitucional para diseñar la nueva Constitución para Chile. Con su decisión interpretan el sentir y valía de la rebelión social de octubre de 2018, que es el reclamo del pueblo para terminar con el orden político y económico que gobernó el pais por más de treinta años, manteniendo las estructuras económicas y la institucionalidad heredada de la dictadura.

La “vocería de los pueblos” expresada en un documento público reciente, es la rebeldía popular que lucha por sus derechos, asegurando que las exigencias de la mayoría de la población, expresadas en las calles de todo el pais, no podrán ser negadas, ni apartadas de las decisiones  políticas, como se hizo en los treinta años pasados, evitando la organización y la participación social en las discusiones para la nueva constitución.

Tal y como lo expresan los Constituyentes de la vocería de los pueblos y como lo demostraron con su ejemplo, los luchadores y luchadoras sociales en el pasado reciente en nuestro país, los cambios que Chile necesita no se logran en la normalidad del sistema vigente. El término de la dictadura fue con el aporte de quienes pavimentaron el camino del cambio, impulsando la organización combativa del pueblo para terminar con el terrorismo de estado, desafiando la normalidad de la violencia, que fue impuesta por Pinochet, como forma de hacer política.

Así entonces el recuerdo de los y las Rodriguistas asesinados en la Operación Albania montada por la CNI  y por orden del dictador, quedó en la memoria de los chilenos y chilenas, por su entrega y valentía, pero también, por el legado que dejaron para el presente.

Días después de sucedidos los hechos, nuestro Comandante José Miguel, (Raúl Pellegrin) escribió un comunicado que fue publicado en nuestra revista “El Rodriguista”: “Un grupo de jóvenes fueron asesinados por la CNI a sangre fría, algunos de ellos cayeron enfrentando valientemente a los terroristas de la dictadura, sellando con su actitud el ejemplo de una juventud valiente que ama la libertad y se alza en un gesto de rebeldía inmortal, rompiendo con la corrupción del pasado, la decepción y el entreguismo de muchos en el presente. Los Rodriguistas, a los patriotas, la historia no los juzgará por no luchar y las futuras generaciones recordarán esta decisión histórica en esta hora infinita de vergüenza nacional”.

Ni perdón no olvido

Fuente :PiensaChile.cl, 16 de Junio 2021

Fecha :16-06-2021

La Corte Suprema confirmó este martes la cadena perpetua contra el general retirado Hugo Salas Wenzel, otrora director de la Central Nacional de Informaciones (CNI), por su responsabilidad en el crimen de doce frentistas en junio de 1987, en el marco de la Operación Albania.

Salas Wenzel fue sentenciado en calidad de responsable intelectual de los asesinatos, que se planificó como una de las venganzas por el atentado a Augusto Pinochet Ugarte, ocurrido en septiembre de 1986.

Con esta resolución, el otrora jefe del organismo represivo se transformó en el general retirado que ha recibido la mayor condena por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar.

La decisión fue adoptada por la Segunda Sala (Penal) que también se pronunció sobre las condenas que el ministro Hugo Dolmestch dictó contra otros catorce ex uniformados que participaron en el operativo, también conocido como Matanza de Corpus Christi.

En tribunales se explicó que como Salas Wenzel comenzó a ser juzgado antes de que se modificara la ley, se le aplicará la cadena perpetua simple, lo que permite a partir de los 20 años de prisión pueda acceder a algún tipo de beneficio.

El máximo tribunal también decidió elevar de 15 a 20 años de prisión la condena contra el ex jefe operativo del organismo represivo Álvaro Corbalán Castilla, quien ya se encuentra cumpliendo prisión por otras violaciones a los derechos humanos perpetrados en la dictadura militar.

En tanto, mantuvo la condena a 10 años de presidio contra el comandante (R) de Carabineros Iván Quiroz Ruiz, mientras que aumentó de 7 años y un día a 8 años de prisión el castigo contra el ex agente de la CNI Enrique Neira Donoso.

Estos cuatro otrora miembros deberán cumplir con su castigo en prisión junto al ex agente Manuel Morales Acevedo, quien inicialmente había sido condenado a tres años de prisión pero la Suprema elevó su castigo a cinco años y un día.

En tanto, los ex agentes Luis Arturo Sanhueza Ross, Rodrigo Pérez Martínez, César Acuña Luengo, Patricio Miquel Carmona y Fernando Burgos Díaz fueron

sentenciados a cinco años y un día de prisión, mientras que Eric Silva Reichart recibió una sanción de cinco años de cárcel.

Gonzalo Maas del Valle, José Miguel Morales Morales, René Valdovinos Morales, en tanto, fueron condenados a tres años de prisión, mientras que Hugo Guzmán Rojas recibió un castigo de 541 días de cárcel.

La Suprema también confirmó la absolución de 11 agentes que participaron en los operativos y que ya habían sido exculpados por Dolmestch y la Corte de Apelaciones de Santiago, entre los que se encuentran los ex agentes Kranstz Bauer y Jorge Vargas Bories, al igual que el ex fiscal de Carabineros Luis Acevedo.

En junio pasado, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) y los parientes de las víctimas alcanzaron un acuerdo de reparación en el que el Fisco se comprometía a pagar una indemnización de $ 300 millones a cada grupo familiar.

Querellantes celebran decisión

El abogado Nelson Caucuto, representante de las víctimas, destacó que esta sea la primera condena perpetua para un militar con grado de general, lo que a su juicio revela "la gravedad de los hechos juzgados y la importancia de este caso".

"Hemos logrado establecer la verdad de lo acontecido y sanciones penales altas, donde hay una condena de presidio perpetuo y también finalmente hay reparación.

En una sola sentencia hemos logrado confluir los tres aspectos que comprende un concepto complejo como es la justicia, los que son la verdad, la sanción penal, y la reparación”, sostuvo.

“Me parece extraordinario haber cerrado este capítulo, con esta sentencias que ha dictado el máximo tribunal”, puntualizó.

Fuente :El Mostrador 29 de Agosto 2007

Fecha :29-08-2007

La Novena Sala de la Corte de Apelaciones, en votación unánime, confirmó las condenas que dictó en enero pasado, el ministro en visita Hugo Dolmestch, a 15 miembros de la ex CNI, en el marco de la denominada Operación Albania, en la cual murieron 12 miembros del Frente Manuel Rodríguez.

De esta manera seguirá sentenciado a cadena perpetua su ex director Hugo Salas Wenzel, como autor del homicidio simple de cinco de los fallecidos, y del homicidio calificado de los otros siete.
Salas es sindicado como responsable directo del hecho, por ser quien dio la orden de efectuar el operativo, que también se conoce como "matanza de Corpus Christi".

No obstante, el tribunal revocó la absolución que el ministro había dictado en contra de tres involucrados a quienes se les aplicó una condena efectiva de cinco años y un día de presidio.
Se trata de César Acuña Luengo, René Valdovinos Morales y Fernando Burgos Díaz, quienes tuvieron responsabilidad en la muerte de Ignacio Valenzuela Pohorecky.

De esta manera, de los 26 procesados en este caso, ocho quedaron en libertad, dado que no tuvieron responsabilidad directa en los hechos.

El tribunal, integrado por los ministros Raúl Rocha, Juan Araya y Mauricio Silva, resolvió además elevar a 500 millones de pesos la indemnización de perjuicios por 250 millones de pesos que había fijado el ministro Dolmestch para las familias de las víctimas.

La Operación Albania tuvo lugar en tres lugares distintos de Santiago los días 15 y 16 de junio de 1987, y en ella perdieron la vida los militantes del FPMR, Recaredo Valenzuela Pohorecky, Patricio Acosta Castro, Juan Henríquez Araya, Wilson Henríquez Gallegos, Julio Guerra Olivares, Esther Cabrera Hinojosa, Elizabeth Escobar Mondaca, Patricia Quiroz Nilo, Hernán Rivera Silva, Ricardo Silva Soto, Manuel Calderón y José Valenzuela Levy.

Fuente :El Mercurio 28 de Diciembre 2005

Fecha :28-12-2005


A pesar del aire de melancolía en sus ojos, que se puede descifrar en las fotografías, Ricardo Silva era de una alegría amable y generosa, alguien lleno de luz y sol, derramándose hacia los demás. Y en la década de los ochenta, en que el silencio de Chile penetraba por todos los rincones, tratando de acallar ciudades, calles y escuelas, siempre andaba con su música, por los jardines y patios de la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de Chile. En esos años los sonidos de un charango, una quena o una guitarra eran una señal, un signo inequívoco de identidad y de esperanza.
Deportista entusiasta. En su Facultad se le podía encontrar, invariablemente, en la cancha de baby fútbol o en la mesa de pin pon. El Estadio Recoleta pertenecía a la Universidad de Chile y allí los jóvenes futbolistas universitarios practicaban y mantenían reñidos encuentros en que Ricardo Silva siempre destacaba. Y tan cerca, la fatídica casa de Pedro Donoso 582. ¿Sabría que su canción favorita, “El Aparecido” de Víctor Jara, era una especie de premonición...?


Ricardo desbordaba una energía positiva, que siempre levantaba el ánimo al más abatido. Ejercía un indudable liderazgo en el deporte, que sin embargo jamás hizo mella en su sencillez y simpatía. Era el defensa sobresaliente, el jugador estrella de muchos equipos de fútbol estudiantiles, aquel que podía desplazarse por toda la cancha con vigor y fuerza.
Su buen humor contagiaba de alegría de vivir. Cuando pasaba una muchacha hermosa se limpiaba los párpados, diciendo seriamente: “se me acaba de meter un blue-jean en el ojo”.

Desde la universidad, en las calles Olivos y en Vicuña Mackenna, fue trazando su camino. Cuentan sus compañeros que lo vieron alejarse, de a poco, de las actividades netamente estudiantiles. En sus casilleros, los estudiantes guardaban panfletos y aerosoles, zapatillas deportivas. Cada rayado en murallas universitarias era un gigantesco triunfo.

Pero en esos momentos Ricardo Silva optaba por una forma de lucha mucho más exigente y más riesgosa. Sus condiscípulos lo vieron ir menos a la facultad. Él había decido guardar en su casillero otras cosas, sumándose a un modo de vida política mucho más difícil, en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Los partidos de fútbol se fueron espaciando y las urgencias fueron otras. De maneras absolutamente compartimentadas iba pidiendo colaboraciones. La fotografía para una portada rodriguista por aquí. Una casa para una reunión por acá. Un automóvil por allá. 1985 o 1986 eran años en que nadie preguntaba demasiado a alguien que pedía una casa para una reunión. Ni para qué era la fotografía o en qué se iba a usar el automóvil porque para la juventud chilena muchas cosas se jugaban entre la vida y la muerte. Su actuación en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez fue extremadamente compartimentada. Su prudencia y discreción hacen que aún se sepa poco de las responsabilidades que tuvo: una de ellas fue ocupar la segunda jefatura en Concepción. Nos trasladamos al año 1988. Hay un acto recordatorio del primer año de la matanza de Corpus Christi en el patio de la Facultad de Química y Farmacia. Ricardo queda presente en el casino de su escuela, que lleva su nombre: allí sus compañeros ponen su retrato, con una placa. También plantan un árbol en un pequeño jardín, donde hay una lápida de piedra grabada. La memoria de Ricardo Silva se hace perpetua, se traspasa. Ocurren cosas que jamás se habían permitido en la Universidad de Chile durante la dictadura militar: es velado en su facultad, y desde allí parte el cortejo fúnebre. A la vez el Directorio del Colegio de Químicos Farmacéuticos establece una beca anual, con su nombre, destinada a ayudar a los gastos de escolaridad de un alumno.

Eliana, su madre comenta: “Pero me han dicho que le vieron en tantas partes ese año. Me han dicho que puede ser el viento sobre la nieve o un rayo de sol deslizándose por Concepción, por La Serena, por Valparaíso. Me han dicho que Ricardo Silva sigue siendo nuestra alegría”

Fuente :colectivo de familias de rodriguistas caídos

En fallo unánime, la Novena Sala del tribunal de alzada fijó en $60.000.000 la indemnización que el fisco deberá pagar por concepto de daño moral, a hijo de Ricardo Cristián Silva Soto, quien fue ejecutado por agentes de la disuelta Central Nacional de Informaciones (CNI), el 15 de junio de 1987, en el marco de la denominada operación Albania.

La Corte de Apelaciones de Santiago fijó en $60.000.000 la indemnización que el fisco deberá pagar por concepto de daño moral, a hijo de Ricardo Cristián Silva Soto, quien fue ejecutado por agentes de la disuelta Central Nacional de Informaciones (CNI), el 15 de junio de 1987, en el marco de la denominada operación Albania.

En fallo unánime (causa rol 19.033-2023), la Novena Sala del tribunal de alzada –integrada por los ministros Antonio Ulloa Márquez y la abogada (i) Claudia Candiani Vidal– confirmó la sentencia impugnada, dictada por el Noveno Juzgado Civil de Santiago, con declaración que se incrementa el monto indemnizatorio, en proporción al daño acreditado.

“Que, el demandante es hijo del ejecutado político don Ricardo Cristián Silva Soto, quien fue asesinado por la Central Nacional de Informaciones el 15 de junio de 1987, a propósito de la llamada ‘Operación Albania’, lo anterior con ocasión de las represalias emprendidas en 1987 por los agentes de la CNI en contra de diversos militantes de izquierda por el atentado al Presidente de la época, don Augusto Pinochet Ugarte, siendo don Ricardo Cristián Silva Soto ultimado presentando diez heridas a bala, siendo la causa de su muerte los traumatismos faciales, cráneo encefálico, torácico, abdominal y de las extremidades superiores”, establece el fallo.

“Al respecto, la demandante rindió múltiple prueba, esencialmente documental y testimonial, destinada a avalar y justificar la pretensión incoada”, añade.

“En efecto –ahonda–, entre la prueba documental rendida, esa parte incorporó los siguientes elementos de convicción, a saber: I. Certificado de Nacimiento de Cristián Salvador Silva Soto; II. Copia del fallo Rol 39.122, Episodio ‘Operación Albania’ dictado por el Ministro en Visita Extraordinaria, don Hugo Dolmestch Urra de fecha 28 de enero de 2005; III. Copia del fallo Rol 11914-2005 de esta Corte de Apelaciones, de fecha 28 de diciembre de 2005; IV. Copia del fallo de Casación 1621-2006 con su correspondiente sentencia de reemplazo de la Excma. Corte Suprema, de fecha 28 de agosto de 2007; V. Certificado emitido por la Subsecretaría de Derechos Humanos, en el que consta la calidad de víctima calificada de violaciones a los derechos humanos del señor Ricardo Cristián Silva Soto; VI. Copia de la sentencia dictada por la Excma. Corte Suprema, Rol de ingreso Nº 8105-2018, de fecha 13 de junio de 2018, en que resuelve rechazar el recurso de casación en el fondo, intentado por el Consejo de Defensa del Estado, por adolecer de manifiesta falta de fundamentos (tanto la alegación de prescripción de la acción como la alegación de preterición legal), consolidando (en consecuencia) la indemnización de $70.000.000 (setenta millones de pesos) como resarcimiento del daño moral sufrido por la actora, hermana de un detenido desaparecido; VII. Copia de la sentencia de la Corte Interamericana de DD.HH, caso Órdenes Guerra y Otros vs Chile, de fecha 29 de noviembre de 2018, la que declara que el Estado de Chile es responsable por la violación del derecho de acceso a la justicia, en los términos de los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial, reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma, por cuanto se aplicó, en el pasado, una figura procesal formal, como es la prescripción, en juicios de reparación por el daño moral ocasionado por violaciones masivas a los derechos humanos”.

Asimismo, el fallo consigna: “Que, en cuanto a la prueba testimonial rendida por la parte demandante, depusieron en autos los testigos, don Roberto Alex Quintana Baltierra, ingeniero de alimentos; don Mauricio Eduardo Aliaga Torres, abogado, y don Christian Rafael Montenegro Lagos, gerente de tienda, quienes de manera preclara, mostraron mediante sus testimonios, la entidad del inmenso daño provocado al actor, detalles que solo pueden ser apreciados en la intimidad, que es mezcla de dolor y fraternidad en ‘el vacío del dolor’”.

“En consecuencia, la determinación del quantum debe apreciarse en conformidad con la posición de la víctima y con la naturaleza del daño, esto es, en atención al tipo de derecho agredido, a las consecuencias físicas y psíquicas de la persona, a la persistencia del sufrimiento y, por último, al principio de la integridad de la indemnización de perjuicios que se ordene a pagar”, releva.

Para el tribunal de alzada: “En el caso sublite, se observa la concurrencia de elementos que nos permiten emplear los parámetros referidos, tales como, el haber permanecido durante largos años a la espera de justicia, ante las agresiones que agentes del Estado le causaron, circunstancia de hecho que devela el parámetro denominado ‘duración de la lesión’. También, es posible constatar la angustia, nostalgia, culpa y dolor, que reverberan en el fuero interno del actor, derivadas de tan cruento episodio de su historia familiar y nacional”.

“Es, asimismo, relevante constatar la concurrencia, en la especie, de otro parámetro jurisprudencial en materia de reparación del daño moral, denominado ‘circunstancias personales de la víctima’, las que fueron expuestas con antelación, además del razonamiento de la señora jueza a quo en los basamentos vigésimo octavo y vigésimo noveno del laudo refutado”, concluye.

Por tanto, se resuelve que: “SE CONFIRMA, en lo apelado, la sentencia de veintitrés de octubre de dos mil veintitrés, dictada por el Noveno Juzgado Civil de Santiago, en autos Rol C-32824-2019, CON DECLARACIÓN, que se eleva la suma a indemnizar al actor por concepto de daño moral en sesenta millones de pesos –$60.000.000– más los reajustes e intereses que establece la referida resolución”.

Fuente :pjud.cl 25/10/2024

Amigos y ex compañeros de Ricardo Silva Soto, alumno de química y farmacia fallecido en junio de 1987, efectuaron un acto conmemorativo en su recuerdo, este jueves 16 de junio de 2022, a las 13 horas, en el Aula Magna de nuestra Facultad.

Ricardo tenía 28 años al momento de su asesinato, ocurrido en la Operación Albania (o Matanza de Corpus Cristi).

Este acto, representó un hito importante en el rescate de la memoria de nuestra Facultad, ya que se hizo un homenaje a una persona muy querida por sus compañeros, profesores y comunidad fallecida trágicamente en la dictadura militar.

El Decano, Prof. Pablo Richter, representantes estudiantiles de la Facultad y de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH, amigos y familiares, se hicieron presente con testimonios e intervenciones musicales, en un especial y emotivo acto que emocionó a los participantes reflejando el cariño y sentimiento hacia un miembro de nuestra comunidad que se mantiene vivo en el recuerdo y memoria.

Al término del homenaje se plantó un árbol de Quillay  a un costado de la escultura conmemorativa, ubicada cerca de nuestra Biblioteca.

“A veces me pregunto qué estarías haciendo”, comenzó diciendo Roberto Quintana, amigo y organizador de este encuentro, al referirse a Ricardo Silva, de quien han transcurrido 35 años de fallecido. “Son 35 años desde que te arrebataron la vida como muchos jóvenes que quisieron enfrentar la vida de manera fuerte y frontal, con coraje y dignidad”. “Tu memoria está viva entre quienes te conocimos y, sobre todo, y más glorioso aún, entre quienes no te conocieron físicamente pero sabían de ti, porque tu nombre traspasaba el tiempo y sigues presente entre nosotros”.

“Ese es el mejor homenaje que te podemos hacer, los amigos de siempre, y los amigos nuevos, nos convocamos una vez más para recordarte con esa alegría que siempre nos regalaste y que es la más digna forma de vencer tu muerte, para llenarla de vida”, dijo, frente a un Aula Magna repleta y silenciosa, en un homenaje solemne y sobrecogedor.

Nuestro Decano, Prof. Pablo Richter, destacó que “por todos es conocido que las instituciones que no preservan su memoria pierden el carácter que construye su vínculo”, agregando que “hoy nos reunimos para revivir el recuerdo y hacer imperecedero a Ricardo Silva Soto, estudiante de la carrera de Química y Farmacia de nuestra Facultad que en el año 1987 fue asesinado por agentes del Estado a sus tempranos 28 años”. “En él no sólo recordamos a un joven de profundas convicciones y que fue el reflejo de una sociedad que se fragmentó, atomizándose y haciendo de Chile un lugar de trincheras”.

“Doy mis saludos de afecto a sus familiares y amigos, compañeros de ruta y de generación, sabiendo que actos como este son un pequeño consuelo en la inmensidad de su ausencia”. “Un saludo de esperanza por un Chile integrado donde todos nos sintamos parte cumpliendo el rol que nos asiste”, señaló nuestra autoridad.

Soledad Silva, hermana de Ricardo Silva, comentó al terminar el evento que “lo más importante de la memoria histórica es que 35 años después todavía estemos recordando a los que llamamos los nuestros, que son tantos que fueron detenidos desaparecidos y ejecutados políticos como este caso Ricardo, y que estemos aquí una comunidad activa, una comunidad académica, la Facultad, aquí, y la Escuela de Química y Farmacia es francamente glorioso porque habla de un compromiso que tiene la Facultad y la Universidad de Chile con los Derechos Humanos”.

María Pilar Sánchez, profesora de la Facultad del área de Física y Computación, que en la actualidad colabora también con la profesora María Teresa Andonaegui y en los programas de Postgrado, con María Nella Gai, comentó en relación al momento vivido que “estoy feliz que llegó mucha gente, que hay un recuerdo que existe, porque tal como decía Saramago, cuando no hay memoria histórica todo se olvida y todo cae en la indiferencia”. Agregó que “nada más bonito que ver gente joven, que está siguiendo los valores, que se están formando profesionales pero con valores”. “Creo que esto es una gran enseñanza y un valor que nos enseñó nuestra casa”, comentó.

Consultada respecto a su cercanía con Ricardo, explicó que “fuimos compañeros de curso, fuimos compañeros de Fisiología allá en Las Palmeras, nos ordenaban por apellido, Silva, Sánchez; nos reíamos mucho con él y teníamos una historia común por el lado de los Derechos Humanos, teníamos mucha sintonía”. “Fue un dolor perderlo que es difícil de cicratizar, pero que cicatriza con el recuerdo que tenemos de él”.

“Esto para uno como familiar y hermano de Ricardo es una emoción muy grande porque un grupo de compañeros de mi hermano ha estado presente a lo largo de todos estos 35 años y siempre asociado a este lugar, al lugar de Ricardo, que fue el lugar donde nosotros veníamos y nos juntábamos y cantábamos en esta Facultad, es tremendamente significativo”, señaló. Agregó que “la Facultad y las distintas organizaciones de alumnos siempre nos han apoyado, entonces, doblemente agradecido y gratificado”, señaló Hugo Silva, hermano, quien fue uno de los músicos que intervino en el acto.

Consultado respecto a qué mensaje podría entregar a las nuevas generaciones, desde el recuerdo y de la memoria, dijo “no olvidar”. “Nosotros seguiremos conmemorando y recordando hasta que el sueño de Ricardo se cumpla, al igual que todos los sueños que tienen los niños y los jóvenes ahora”.

Roberto Quintana, organizador del encuentro, visiblemente emocionado, contó que “tengo muchas emociones cruzadas, puedo hablar en público, pero en lo más íntimo, me cuesta muchísimo hablar de él”. “Era mi mejor amigo, entonces, para mí fue un desgarro muy grande su muerte, marcada además por una época muy dolorosa, muy activa, de mucha lucha, de mucho miedo, de mucho compromiso, y él representó para nosotros un hombre de mucho compromiso, siempre de convicción, de consecuencia, de coherencia, de valentía, pero nunca perdió su alegría, su sonrisa, su capacidad de entregarle cariño a todos; él establecía puentes con todo el mundo, establecía puentes propios”, expresó conmovido.

Fuente :quimica.uchile.cl 17/6/2022

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Ultima Actualización : 02/08/2025