José Gregorio Saavedra González

Rut : 6.134.350-4
Fecha Detención : 24-09-1973
Comuna Detención : Calama
Fecha Asesinato : 19-10-1973
Comuna Asesinato : Calama
Fecha Nacimiento : 10-02-1955
Edad : 18
Lugar Nacimiento : Calama
Partido Político : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
Estado Civil e Hijos : Soltero
Oficio o Profesión : Estudiante de Enseñanza Media
Nacionalidad : Chilena

Antecedentes del Caso

Jose Gregorio SAAVEDRA GONZALEZ


El 19 de octubre de 1973 fueron ejecutados por personal militar, en el camino entre Calama y Antofagasta, las siguientes 26 personas:

- Mario ARGUELLES TORO, de 34 años de edad, taxista, dirigente socialista; detenido el 26 de septiembre de 1973 y condenado por Consejo de Guerra de 16 de octubre a tres años de relegación al sur del paralelo 38. A la fecha de su ejecución se encontraba detenido en la Cárcel a la espera de la Comisión de Gendarmería que lo llevaría al lugar de su condena.

Carlos BERGER GURALNIK, de 30 años de edad, periodista y abogado, director de la Radio El Loa y jefe de Relaciones Públicas de Chuquicamata, militante comunista; detenido el 11 de septiembre en las dependencias de Radio Loa, sometido a Consejo de Guerra el 29 de Septiembre y condenado a 60 días de prisión. Al momento de su ejecución se encontraba cumpliendo su condena.

Haroldo CABRERA ABARZUA, de 34 años de edad, ingeniero, sub gerente de finanzas en Chuquicamata, militante socialista; quien se presentó voluntariamente ante las autoridades militares el 12 de septiembre. Sometido a Consejo de Guerra, fue condenado el 29 del mismo mes a 17 años de presidio, acusado de tenencia ilegal de armas y malversación de caudales públicos. Al momento de su ejecución se hallaba cumpliendo su pena.

- Carlos Alfredo ESCOBEDO CARIS, de 24 años de edad, chofer en Chuquicamata, militante socialista; detenido el 24 de septiembre en su domicilio, habiendo sido arrestado previamente en dos oportunidades, quedando en esas ocasiones en libertad. A la fecha de su ejecución se hallaba recluído en la Cárcel de Calama y le había comunicado a su familia que sería relegado a la Isla Dawson.

- Daniel GARRIDO MUÑOZ, de 22 años de edad, ex funcionario del Ejército, sin militancia política; detenido el 5 de octubre de l973 por Carabineros de Calama y trasladado a la Cárcel de esa ciudad. No se ha podido determinar la causa de la detención del afectado.

- Luis Alberto HERNANDEZ NEIRA, de 32 años de edad, empleado de Chuquicamata, militante comunista; detenido el 29 de septiembre de l973, en su domicilio en Chuquicamata, trasladado a la Comisaría de Calama y luego a la Cárcel Pública. Se desconocen los motivos de su detención, los cargos en su contra y si se encontraba sometido a proceso.

- Hernán Elizardo MORENO VILLARROEL, de 29 años de edad, Secretario de la Gobernación de la Provincia del Loa, militante socialista; mantenido bajo arresto domiciliario desde el 12 de septiembre hasta el 12 de octubre, fecha en la cual ingresó a la Cárcel de Calama. No existe información precisa respecto de los cargos que se le imputaban ni sobre el proceso que se le siguió, aún cuando existen versiones de que había sido condenado a dos años de prisión.

- Luis Alfonso MORENO VILLARROEL, de 30 años de edad, obrero de Chuquicamata, militante socialista, detenido el 12 de octubre de l973 cuando se presentó voluntariamente a declarar, al enterarse que existía una citación de la Fiscalía Militar en su contra. Fue recluído en la Cárcel Pública de Calama. Se ignora si existió un proceso o condena en su contra.

David MIRANDA LUNA, de 48 años de edad, Sub Gerente de Relaciones Industriales en Chuquicamata, dirigente nacional de la Confederación Minera, militante comunista; quien el día 16 de septiembre se presentó ante la nuevas autoridades para hacer entrega voluntaria de su cargo, quedando detenido bajo arresto domiciliario. Ese mismo día fue trasladado por un patrulla militar al Regimiento de Calama y días más tarde, a la Cárcel Pública. Se desconocen los cargos en su contra y su situación procesal al momento de la ejecución.

- Rafael Enrique PINEDA IBACACHE, de 24 años de edad, obrero de Chuquicamata, militante socialista; quien fue detenido por militares el 17 de septiembre en el Aeropuerto de Calama, cuando abordaba un avión con destino a Santiago, quienes tras interrogarlo lo condujeron a la Cárcel de Calama. Allí comunicó a sus padres que sería relegado, aún cuando se ignora la efectividad de que hubiese sido sometido a proceso y condenado.

- Carlos Alfonso PIÑERO LUCERO, de 29 años de edad, chofer en Chuquicamata, militante comunista; detenido en los primeros días de octubre, por Carabineros, en casa de unos amigos y conducido a la Comisaría de Calama y dos días después a la Cárcel del lugar. Se ignora si fue sometido a proceso.

- Fernando Roberto RAMIREZ SANCHEZ, de 26 años de edad, profesor en Minera Exótica, militante socialista; detenido primeramente el 11 de septiembre de l973 y puesto en libertad el 2 de octubre, luego es vuelto a detener el 10 de octubre y recluído en la Cárcel Pública de Calama. Se desconoce la situación procesal del afectado a la fecha de su ejecución.

- Sergio Moisés RAMIREZ ESPINOZA, de 29 años de edad, empleado, sin militancia conocida; quien fue detenido en fecha indeterminada y por motivos desconocidos. Tampoco se sabe cuál era su situación procesal a la fecha de su ejecución.

- Alejandro RODRIGUEZ RODRIGUEZ, de 47 años de edad, dirigente sindical en Chuquicamata, ex Presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, Regidor de Calama, militante socialista; quien quedó detenido el 17 de septiembre cuando se presentó voluntariamente al Cuartel de Investigaciones ante un llamado oficial y fue enviado a la Cárcel de Calama. No se conocen los cargos que habría en su contra y su situación procesal, aún cuando sus familiares indican que habría sido condenado a 6 meses de prisión por un Consejo de Guerra.

- José Gregorio SAAVEDRA GONZALEZ, de 18 años de edad, dirigente estudiantil de enseñanza media, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR); quien fue detenido el 24 de septiembre, sin tenerse noticias de su paradero hasta el día 29, fecha en que es llevado a la Fiscalía Militar. Tras ser procesado por un Consejo de Guerra, es condenado a seis años de relegación al sur de paralelo 38, acusado de participar en reuniones prohibidas en tiempos de guerra.


- Domingo MAMANI LOPEZ, de 41 años de edad, obrero y Presidente del Sindicato de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), militante socialista; detenido el 30 de septiembre de l973, por personal de Carabineros, permaneciendo incomunicado en una casa especial de interrogatorio y tortura ubicada en el sector de Dupont, y sin que su familia tuviera noticias de su paradero hasta el 12 de octubre de l973 fecha en que es ingresado a la Cárcel Pública. Se le acusaba de actos de sabotaje con explosivos y tenencia de los mismos. A la fecha de su ejecución se encontraba condenado a 20 años de prisión, a la espera de ser trasladado a Santiago para cumplir la pena.

- Jerónimo CARPANCHI CHOQUE, de 28 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), militante socialista.

- Bernardino CAYO CAYO, de 43 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), militante comunista.

- Luis Alberto GAHONA OCHOA, de 28 años de edad, obrero de la Empresa NAcional de Explosivos (ENAEX), militante socialista.

- Manuel HIDALGO RIVAS, de 23 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), dirigente sindical, militante comunista.

- José Rolando HOYOS SALAZAR, de 38 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), dirigente sindical, militante socialista.


- Rosario Aguid MUÑOZ CASTILLO, de 26 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), militante socialista.

- Milton Alfredo MUÑOZ MUÑOZ, de 33 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), militante socialista.

- Víctor Alfredo ORTEGA CUEVAS, de 34 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), militante socialista.

- Roberto Segundo ROJAS ALCAYAGA, de 36 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), sin militancia política.

- Jorge Rubén YUENG ROJAS, de 37 años de edad, obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX), sin militancia.

Los últimos diez mencionados prestaban servicios en la planta de Explosivos Dupont de empresa ENAEX y fueron detenidos en dependencias de la empresa el día 12 de octubre de l973 a mediodía, por personal de Carabineros, siendo llevados inmediatamente a la Comisaría ubicada en el sector de Dupont. El mismo día los detenidos fueron trasladados a la Comisaría de Calama, donde permanecieron en calidad de incomunicados alrededor de cinco días. Durante su detención en ese Recinto fueron llevados en diversas oportunidades a otros lugares para ser sometidos a interrogatorios y torturas. El día 17 de octubre fueron ingresados en la Cárcel Pública. No existen antecedentes precisos sobre los cargos que se les imputaban, como tampoco sobre su situación procesal a la época de sus ejecuciones.

El día 20 de octubre de 1973 se dio a conocer por medio de la prensa una información oficial emanada del Jefe de Plaza, que señalaba que 26 detenidos de la Cárcel de Calama habían sido muertos por el personal militar que les transportaba a la Cárcel de Antofagasta, cuando aquellos intentaron huir aprovechando un desperfecto eléctrico del vehículo en el que eran trasladados.

Idéntica versión se dio a los familiares directos de los ejecutados, a quienes además no se les hizo entrega de sus restos, sino solo de certificados de defunción que indicaban como lugar de la muerte, Calama, y como causa, fusilamiento. Respecto de los cuerpos, existió un compromiso de la autoridad militar de la época en orden a entregarlos al cabo de un año, compromiso que no obstante constar en documentos entregados a las familias, jamás se cumplió. A pesar de las sucesivas investigaciones para lograr dar con el paradero de los cuerpos, sólo durante 1990 se logró hallar el lugar en el que al menos durante un tiempo estuvieron ilegalmente inhumados y desde donde fueron retirados o explosionados en alguna ocasión. A pesar de ello, pudo identificarse pericialmente restos de Aroldo Cabrera.

En cuanto a los hechos que condujeron al fusilamiento de los 26 detenidos de Calama, la Comisión se formó convicción que todos ellos fueron ejecutados al margen de la ley, con crueldad y ensañamiento, hecho ilícito de responsabilidad de agentes del Estado. Se fundamenta tal convicción en las siguientes circunstancias :

- La versión de la autoridad en orden a que haya existido un traslado de los reos resulta inverosímil, sobretodo cuando se hallaba en el lugar una comitiva procedente de Santiago precisamente para revisar la situación procesal de los detenidos, sosteniéndose incluso, aunque ello no ha podido ser comprobado, que cuando los detenidos fueron sacados de la Cárcel se hallaba sesionando un Consejo de Guerra que les afectaba, lo que hace aún mas absurdo que estos fueran llevados hacia otro lugar. Tampoco tiene sentido el traslado si se considera que un significativo número de los detenidos tenía a esa fecha dictada sentencia condenatoria en su contra, otros estaban siendo procesados, otros debían ser relegados y algunos no tenían siquiera proceso iniciado, lo que contribuye a desvirtuar la existencia de algún motivo o razón que explique la necesidad de trasladar a todos ellos y en conjunto, a la ciudad de Antofagasta.
- Es improbable que haya existido un intento de fuga, entre otras cosas, por encontrarse entre los detenidos personas que estaban condenadas a penas relativamente muy bajas; por haber otros que estaban en precarias condiciones físicas producto de las torturas recibidas; y finalmente por la extrema dificultad de huir estando custodiados por un grueso destacamento militar;
- Aún más importante que lo anterior es que en las declaraciones públicas de las diversas autoridades y oficiales que tuvieron participación en los hechos, se ha discutido sobre quién dio la orden de proceder a las ejecuciones, sin aducir que se habría tratado en realidad de un intento de fuga, desmintiendo todos ellos la explicación inicial;
- Diversos testimonios confiables hacen concluir que en los fusilamientos participaron oficiales del Regimiento de Calama y de la comitiva venida desde Santiago;
- En relación a estos hechos no hubo investigación institucional que ordenaran las autoridades competentes para lograr el debido esclarecimiento de los hechos y delimitar las debidas responsabilidades, como era procedente. Asimismo, los procesos judiciales, que terminaron siendo de la competencia de la Justicia Militar, fueron sobreseídos por aplicación del Decreto Ley de Amnistía;
- El hecho que sus cuerpos no hayan sido entregados a sus familiares, hace presumir una afán de ocultar los sucesos.

Fuente :Informe Rettig

Prensa

Hace 45 años 26 jóvenes fueron fusilados en Calama, entre ellos el marido de Carmen Hertz. Un general dijo que le dio verguenza como quedaron los cuerpos: "Ametrallaron primero las piernas después los órganos sexuales y luego al corazón"

Por Alfredo Peña R.

Días después del golpe militar, el dictador Pinochet señaló que "No habrá piedad con los extremistas".

Por ello, al recibir noticias sobre el trato moderado que algunos comandantes de guarnición de provincia y de regiones daban a ex dirigentes de la Unidad Popular, decidió aleccionar a estos mandos "blandos" enviando a un oficial delegado que lo representaría y actuaría en su nombre.

Para tal efecto fue designado el general Sergio Arellano Stark, quien portaba un documento-pasaporte donde figuraba como "Oficial Delegado del Comandante en jefe del Ejército y Presidente de la Junta de Gobierno" para "acelerar procesos y uniformar criterios en la administración de justicia" a los prisioneros.2

Integrantes de la comitiva de la denominada Caravana de la Muerte

Arellano -que murió el 2016- dio órdenes de preparar la logística de la operación al teniente Juan Viterbo Chiminelli Fullerton.

El grupo de oficiales de Ejército que finalmente realizaron el viaje incluía a los siguientes miembros (en orden de jerarquía militar):

*General de brigada Sergio Arellano Stark, jefe del grupo, delegado de Augusto Pinochet Ugarte.
*Teniente coronel Sergio Arredondo González (más tarde director de la Escuela de Infantería).
*Mayor Pedro Espinoza Bravo, un oficial de Inteligencia del Ejército (más tarde jefe de operaciones de la policía secreta DINA e involucrado en casos emblemáticos como el asesinato de Orlando Letelier y culpado como autor del asesinato del periodista norteamericano Charles Horman, testigo de la participación norteamericana en el golpe).
*Mayor Carlos López Tapia, segundo jefe de la misión del helicóptero Puma en sus cometidos de Linares y Cauquenes, por lo que ha sido acusado de participar en la muerte de cuatro disidentes.?
*Capitán Marcelo Moren Brito? (después comandante del campo de torturas Villa Grimaldi).
*Capitán Antonio Palomo Contreras,? piloto del helicóptero Puma en su viaje al sur.
*Capitán Emilio Robert de la Mahotiere González,? copiloto del helicóptero yendo al sur, piloto en viaje al norte.
*Capitán Luis Felipe Polanco Gallardo, copiloto del anterior en el viaje al norte.
*Teniente Juan Viterbo Chiminelli Fullerton, coordinación y logística en la misión.
*Teniente Armando Fernández Larios, guardaespaldas de Arellano y perpetrador de varios asesinatos (más tarde un agente de la DINA e involucrado en el asesinato de Orlando Letelier).
*Además de estos diez miembros, fueron incluidos dos clases o suboficiales? de la escuela de infantería del ejército.

Recorrido de la Caravana de la Muerte

El grupo partió desde el aeródromo Tobalaba el 30 de septiembre de 1973, a bordo de un helicóptero Puma del ejército, el recorrido inicial incluyó ciudades del centro y sur de Chile: Rancagua, Curicó, Talca, Linares, Concepción, Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Cauquenes. A su paso dejó 26 personas muertas. El regreso de la caravana a Santiago fue el 6 de octubre.

En el norte de Chile la misión partió el 16 de octubre de 1973, recorriendo las ciudades de La Serena, Copiapó, Antofagasta, Calama, Iquique, Pisagua y Arica. El saldo de muertos fue de 71 personas. El regreso definitivo a Santiago tuvo lugar el 22 de octubre de ese año.

Asesinatos

Los militares ejecutaron a prisioneros políticos con especial brutalidad. En varias ocasiones los hirieron con corvos antes de fusilarlos. Posteriormente las víctimas eran enterradas en tumbas sin inscripción.

Años más tarde, cuando se preguntó al ex general Joaquín Lagos Osorio -Comandante de la Primera División del Ejército y Jefe de Zona en Estado de Sitio en Antofagasta- por qué no se habían entregado los cuerpos de los ejecutados a sus familias, Lagos explicó que le avergonzaba se descubriera la barbarie con que oficiales asesinaron a los 14 prisioneros de Antofagasta.?

"Me daba vergüenza verlos. Si estaban hechos pedazos. De manera que yo quería armarlos, por lo menos dejarlos en una forma humana. Sí, les sacaban los ojos con cuchillos, les quebraban las mandíbulas, les quebraban las piernas... Al final les daban el golpe de gracia. Se ensañaron". [...] "Se los mataba de modo que murieran lentamente. O sea, a veces los fusilaban por partes. Primero, las piernas; después, los órganos sexuales; después, el corazón. En ese orden disparaban las ametralladoras".

Los 26 brutales asesinatos en Calama incluido Carlos Berger

En el caso de Calama, había víctimas sentenciadas a leves penas de prisión, como el periodista Carlos Berger, condenado por un Consejo de Guerra a cien días de cárcel por haber desobedecido el día del golpe militar la orden de acallar las transmisiones de la radio que dirigía.

Según la investigación judicial, los presos fueron sacados de la cárcel de Calama y llevados a un lugar en el desierto, donde los militares los acribillaron, destrozaron los cadáveres con cortes de corvo (cuchillo de combate del Ejército) y los lanzaron a una fosa en la que, antes de cubrir con arena y tierra, hicieron explotar granadas.


Foto: Los "valientes soldados" asesinaron hasta a un niño de 16 años en Calama. José Gregorio Saavedra González, iba a cumplir 17 años, y antes de ser fusilado, fue mutilado con un corvo. Y era un niño

A comienzos de 1978, por orden de Augusto Pinochet los restos fueron exhumados, cargados en sacos atados a rieles y lanzados al mar desde un avión de la Fuerza Aérea.

La identificación de estas víctimas finalmente se logró a partir de fragmentos óseos y objetos personales hallados en el terreno en el desierto donde estuvieron enterrados los restos antes de ser exhumados y lanzados al mar.

La abogada de derechos humanos y viuda de Carlos Berger, hoy diputada Carmen Hertz, declaró “al cabo de 40 años, después de esta masacre brutal de la que fueron víctimas innumerables personas (…) todavía no alcanzamos la justicia”.

El dramático relato del crimen del joven marido de la diputada Carmen Hertz

Carlos Berger y su familia habían llegado a Calama sólo 25 días antes del golpe militar, para hacerse cargo de la dirección de la radio El Loa. En un momento crítico, decidió que debía colaborar – como comunicador – para que la zona de Calama, zona dura de mineros, pudiera recuperar un clima de tolerancia y respeto.

Su viuda, Carmen Hertz recuerda a El Dínamo con detalles el día del crimen hace exactos 45 años:

“Carlos fue arrestado en mi presencia, en el interior de la radio El Loa, por un numeroso contingente armado el mismo día 11 de septiembre a las 11.00 horas, debido a que se negó a clausurar las transmisiones de la radio. Tanto en Chuquicamata como en Calama no hubo resistencia armada alguna e incluso el mineral funcionó normalmente, lo que es ratificado por el coronel Rivera y el mayor Reveco en sus declaraciones. Carlos fue condenado a 61 días de prisión en la Cárcel Pública de Calama, por lo que fue calificado por la Justicia Militar como “una falta”. Y esta sentencia le fue notificada. Por el hecho de ser yo abogado y andar con mi hijo de corta edad en todas partes, ya que no tenía con quien dejarlo, no existían inconvenientes para visitar a Carlos todos los días, primero en el regimiento y después en la cárcel. Incluso el trato que me dispensaban los oficiales y gendarmes podría calificarlo de cordial y deferente”.


Foto: Carlos Berger, periodista y abogado, tenía 30 años cuando fue asesinado por los militares.

Y agrega Carmen: “Como existía esa buena disposición y nosotros no éramos de la zona, lo único que queríamos era regresar pronto a Santiago, de manera que el 18 de octubre le pedí al fiscal militar de Calama que conmutara los días que le faltaban a Carlos para cumplir la pena por una multa, a lo que accedió verbalmente, pero señalándome que la petición se la hiciera formalmente. Al mediodía del día siguiente, 19 de octubre, le llevé el escrito respectivo. Sin embargo, el fiscal me señaló entonces que no podía acceder a mi solicitud, puntualizando que la situación no era la misma, sin darme otros antecedentes y sólo aduciendo que ese día había arribado a la ciudad un helicóptero con una comitiva de oficiales proveniente de Santiago, al mando del general Arellano Stark.

Era la primera vez que escuchaba el nombre de ese general”. “Como no entendía qué estaba pasando, en qué consistía esta situación nueva y qué consecuencias podía tener, me fui a la cárcel para comunicarle esto a Carlos. Eran aproximadamente las tres de la tarde. Lo encontré extraordinariamente nervioso y preocupado porque habían sacado del penal a la mitad de los detenidos, encapuchados y maniatados, llevándoselos a un lugar desconocido. Inclusive en la cárcel noté medidas de otro tipo. Por ejemplo, no me dejaron ingresar al patio donde siempre había entrado, sino sólo a una sala especial. Lo acompañé hasta aproximadamente las cinco de la tarde. Estaba quemado por el sol, con sus bluejeans, su camisa, su pipa. Nos despedimos con un beso. Su último beso…”

“Subí a Chuquicamata donde yo vivía y, como dos horas después, supe que el resto de los detenidos que quedaban en la cárcel también habían sido sacados y llevados a un lugar desconocido. Llamé por teléfono al Alcaide de la Cárcel, ya que no podía bajar porque había toque de queda. Él me dijo que no me preocupara porque todos los detenidos políticos habían sido llevados al regimiento para prestar declaraciones de rutina. Él no sabía más que eso. Seguí llamando cada media hora, hasta alrededor de las doce de la noche y la respuesta era siempre la misma: “Ya van a llegar, ya van a llegar. No se preocupe señora”. A primera hora de la mañana siguiente bajé a Calama. En la gobernación me encontré con un cuadro horroroso: había funcionarios llorando, histéricos y una colega – secretaria del gobernador – me abrazó muy descompuesta y me dijo:

“Carmen, ¡los fusilaron a todos!” Le pregunté de qué me hablaba. Y ella agregó, llorando: “Fusilaron a Carlos, lo fusilaron ayer”. Yo no entendía nada, sólo creí que estaban todos locos y que eso no podía ser cierto. ¡Si le faltaba un mes para salir libre! ¡Si había una posibilidad, incluso de libertad inmediata! Tenía que ser un error”.


Foto: Carmen Hertz y Carlos Berger, en el año 1973

“Me fui al regimiento de inmediato. Al llegar noté un ambiente realmente caótico y tenso; corrían de un lado para otro diversos funcionarios militares y me costó mucho que me atendieran. Un oficial de apellido Shejman me informó que los prisioneros, entre los cuales estaba mi marido, habían sido trasladados la noche anterior a Santiago a diversos centros de detención. Ante esa contradicción, empecé a hacer muchas gestiones, las que terminaron en la tarde con una entrevista que por fin pude obtener con el gobernador, coronel Eugenio Rivera. El me indicó que esperara en mi casa, que él averiguaría y me haría llegar el dato exacto acerca de dónde estaba mi marido”.

Como a las ocho de la noche, en hora de toque de queda, llegó el llamado telefónico. Pidieron hablar, sin identificarse, con Eduardo Berger, hermano de Carlos, médico del Hospital de Chuquicamata. El atendió. La voz indicó que saliera de la casa, que fuera a la esquina. Y cortó. Carmen insistió en acompañar a su cuñado. Salieron y ahí estaba, en la esquina, junto a la vereda, estacionado un jeep militar. Adentro, dos militares y un sacerdote: el teniente Álvaro Romero, el suboficial Jerónimo Rojo y el capellán Luis Jorquera, la comisión designada por el coronel Rivera para informar a las familias. Carmen dice que jamás olvidará la fantasmagórica escena: “Uno de los militares se puso de pie dentro del jeep y comenzó a leer un texto. Recuerdo la parte en que decía “cuando los detenidos eran trasladados a la ciudad de Antofagasta, intentaron fugarse, siendo por ello todos muertos”.

No podía ser. ¿Está muerto? ¿Y su cuerpo? No, señora, no se entregarán los cuerpos. Es un error. Tiene que ser un error. Salvoconducto para viajar a Santiago. La carretera toda la noche. No, no puede ser. Pero si ahí estaba en la cárcel, con sus jeans, su camisa, su pipa. No, no puede ser. Santiago de madrugada, cuidado con las patrullas militares, cuidado con las voces de alto. Y ahí estaba, en la casa materna, la doctora Dora Guralnik, la madre: “Tuve que contarle a Dora lo que había pasado. Y mientras hablaba, tiritaba y tiritaba. No podía dejar de tiritar. Era verdad, Carlos estaba muerto. En Santiago conseguí el certificado de defunción: destrucción tórax y región cardíaca – fusilamiento. Hora:18 horas. Una hora después que me despedí de él en la cárcel, Una hora después”...

Fuente :cambio21.cl, 19 de Octubre 2018

Fecha :19-10-2018

Los restos encontrados se tratan de José Gregorio Saavedra González, dirigente secundarios de 18 años de edad, quien militaba en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Junto a otros 26 reos fue sacado de la cárcel de Calama y ejecutado por la comitiva encabezada por Arellano Stark el 19 de octubre de 1973.

Leopoldo Llanos, Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, informó de un reconocimiento hecho por el Servicio Médico Legal quien consignó en su informe pericial que se tratan de restos óseos y dentales “con una probabilidad de identificación de, al menos, 99,9996% y una probabilidad de reasociación del 99,95%, respectivamente, por lo que se establece su identificación positiva”.

El estudiante de enseñanza media fue detenido por Carabineros el 24 de Septiembre de 1973 por “considerarse un peligro por participar en reuniones prohibidas en periodo de guerra”, para ser trasladado a la cárcel local. Luego fue juzgado por un Tribunal de Guerra y considerado culpable, condenándolo a seis años de relegación al sur de paralelo 38.

El 19 de octubre de aquel año se vivió el Episodio Calama de la Caravana de la Muerte, donde 27 reos, entre los que se encontraba Saavedra, fueron sacados por el batallón desde la cárcel y transportados al camino que lleva a San Pedro de Atacama donde tras haber sido torturados, fueron fusilados por efectivos del ejército.

Fuente :launionmc.com, 29 de Julio 2015

Fecha :29-07-2015

Testimonios, fotografías, cartas, testimonios y otros documentos que familias, amigas y amigos entregaron o escribieron especialmente para ser publicados incorpora el libro “Rompiendo el silencio de niñas, niños y adolescentes ejecutados políticos durante la dictadura cívico-militar 1973-1990”, el que fue realizado por la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP) con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de la Unidad de Cultura, Memoria y Derechos Humanos, y a la Cátedra de Derechos Humanos de la Universidad de Chile.

La publicación basada principalmente en el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (1991) y el Informe de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (1996), busca reconstruir de forma integral y cuidada cada una de las vidas e historias de las víctimas.

Durante la investigación se accedió al archivo de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, donde se custodian documentos que las familias han preservado a través de años. También se incluyeron ilustraciones que estuvieron a cargo de Álvaro Gómez.

El proceso de creación fue un desafío complejo que implicó conjugar delicadeza, respeto y rigurosidad metodológica para enunciar en esta obra una verdad dolorosa e ineludible.

Fuente :cultura,gobierno.cl 20/4/2023

A sus 18 años, José Saavedra González fue una de las primeras y más jóvenes víctimas de la “Caravana de la Muerte”, campaña de exterminio a adherentes del gobierno de la Unidad Popular que recorrió el país en los primeros meses de la dictadura. Aquí contamos parte de la vida del joven y el camino a la justicia de sus hermanas, ejemplificando lo que vivieron más de cuatro mil familias chilenas de asesinados y desaparecidos.

 

A dos semanas del golpe de Estado, el lunes 24 de septiembre de 1973, Pepe estaba ansioso. En el pupitre de su sala de clases en Calama, esperaba la noche para poder sentarse junto a su cuñado Luis Miranda a ver un anunciado combate de boxeo que Televisión Nacional transmitiría para todo el país. Más tarde en la casa, Ángela Saavedra González, su hermana, no estaba interesada y en la noche se fue temprano a dormir, lo mismo que la hija de ella y una asesora del hogar.

Apostados en el sillón, no llevaban siquiera un round cuando irrumpieron casi una decena de carabineros y militares seguidos por su padre, José, a cuya casa habían llegado antes. Tras destrozar su habitación con sus bayonetas buscando evidencia que no encontraron, los militares se llevaron a Pepe. La escena dejó a José padre absorto, en shock. Con el tiempo ese sentimiento se transformó en un decaimiento que, según su hija Ángela, parecía haberle quitado el ánimo de vivir. 

Lo vi tan deteriorado que me apenó tanto o más que la detención de Pepe-, rememora Ángela, 47 años después.

El mismo día en que se creaba la primera instancia de ayuda a perseguidos por la dictadura, el Comité Nacional de Ayuda a los Refugiados, la vida de Pepe quedó en manos de la Caravana de la Muerte. Tenía 18 años.

OJOS COLOR DEL TIEMPO

José Gregorio Saavedra González, el Pepe, fue el cuarto de cinco hijos que tuvieron José Saavedra Navarrete, obrero de la construcción, y Ana Luisa González Barraza, dueña de casa, ninguno de ellos militante político. El Pepe, al ser el único varón de la prole, tenía un lugar especial para José ya que garantizaría la continuidad del apellido, mientras que Ana Luisa obedecía normas férreas de conducta al igual que las hijas mayores. El Pepe era 13 años menor que Ángela, 12 de Victoria y 9 de Marión, también fallecida.

-Lo considerábamos un chiche, porque para mí darle la mamadera, cambiarle los pañales, pasearlo en el coche, era como un juego-, cuenta al teléfono Victoria Saavedra González, de 77 años, desde Iquique.

Pepe era un “muchacho de piel”, de afectos sinceros y expresivos, no perdía la oportunidad de asaltar con un abrazo a su mamá y a sus hermanas, así también de pasear cada domingo a sus sobrinos, quienes también oficiaban de anzuelo para las muchachas que Pepe pretendía conquistar. Las estrictas formas de Ana Luisa empezaban a perder efecto sobre Pepe al tiempo en que crecía y encontraba complicidad en su padre y en su hermana. “Era bien pololo y amigos de sus amigos, con mi papá le cubríamos las salidas a Pepe, y a su vuelta nos contaba de sus conquistas en las fiestas”, cuenta al teléfono Victoria.

La voz de Pepe era entre grave y ronca, su piel café clara era parecida al té con leche y, lo que recuerdan bien sus hermanas, “sus ojos eran del color del tiempo”, porque cambiaban de tonalidad según la luz que hubiera en el día. “Ojos color del tiempo” fue el título del libro que Victoria escribió en honor a su hermano, el cual fue publicado en 2005 y reeditado en 2019. Pepe ambientaba su pieza con vinilos de Illapu, Quilapayún y Victor Jara, asimismo le encantaba Santana, Deep Purple y The Doors, al punto que para las fiestas reservaba sus pantalones de tiro largo y ancho, con el fin de presentarse como un verdadero rockero sicodélico. Cuando la Unidad Popular (UP) llegó al poder, Pepe, de 16 años, aún no estaba tan imbuido en la política. Fue en el transcurso del primer año del gobierno en que se convenció del proyecto liderado por Salvador Allende y de militar en el Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER), fracción estudiantil del Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR). Se volvió dirigente del Liceo de Chuquicamata y se involucró en los trabajos voluntarios en las poblaciones más desposeídas de Calama, como en la Arturo Prat, junto a militantes y curas obreros. En las marchas no perdía la ocasión de estar en posiciones de vanguardia blandiendo los lienzos y banderas del FER, o consignas ad hoc a las jornadas callejeras. “Llegaba a última hora a almorzar por todas esas actividades. Era muy idealista, estaba muy convencido del proyecto de la Unidad Popular y admiraba a Allende”, cuenta Victoria. 

A pesar de que su familia lo había visto en marchas, José mantuvo su vida política casi en reserva y ni siquiera sugirió el tema en alguna sobremesa con ellos, dada las estrictas maneras con las que Ana Luisa pretendía guiarlo. Recién se enteraron de su militancia luego de que Pepe perdiera su libertad.

La distancia entre la casa de sus padres, ubicada en avenida Grecia, y su liceo era tal que José optaba por alojarse de lunes a viernes en la casa de su hermana Ángela, ubicada en Villa Ayquina, debido a que estaba más cerca de la locomoción que lo llevaba al Liceo situado en Chuquicamata. Entre su detención y captura el lunes 24 de septiembre al sábado 29 de septiembre, la familia Saavedra González estuvo presente en una de las comisarías de Calama intentando saber de él y entregando almuerzos u onces que jamás le llegaron a Pepe: estuvo aislado en un centro de torturas fuera del recinto policial. Agolpados en las inmediaciones de la cárcel de Calama, su familia, que apenas pudo divisarlo, notó inmediatamente que su debilidad era a raíz de los cinco días de tormentos inflingidos por el naciente aparato represor de la dictadura.

El 29 de septiembre Pepe Saavedra fue procesado por un Consejo de Guerra y condenado a seis años de relegación al sur del paralelo 38, en la Región de la Araucanía, acusado de haber participado “en reuniones prohibidas en tiempos de guerra”. Esa reunión fue, en específico, una realizada con estudiantes de su Liceo y dieron con Pepe luego de haber torturado a otro joven asistió al encuentro.

El viernes 19 de octubre de 1973, José padre llevó su habitual vianda a su hijo sin la certeza, una vez más, de que llegara a comerla. Ese día los gendarmes no le recibieron la encomienda a él ni a los demás familiares de los detenidos, por lo que el día siguiente, el sábado 20, se reunieron nuevamente en el recinto penitenciario. La tensión por las confusas respuestas se extendió hasta las tres de la tarde, cuando el capellán de la cárcel, escoltado por militares, se acercó a ellos y les contó que Pepe, junto a otras 26 personas, mientras eran trasladados a Antofagasta, fueron ejecutados bajo el argumento de una sublevación.

Era turno de informar el desenlace de Pepe a su madre, ¿cómo se verbaliza algo así? Ana Luisa, quien al verlos llegar abatidos a la casa, les espetó con inmutable certeza “lo mataron”. El silencio otorgó respuesta. Así lo recuerda Victoria, su hermana: “Nos quedamos todos, mis hermanas y mi papá, callados. Mi mamá lloró toda la noche y gritaba ‘cómo pudo irse siendo tan joven’. Esa noche dormimos junto a mi esposo en la cama de Pepe y todavía estaba el olor de su perfume. Estaban sus cosas allí todavía y era como si estuviese él”.

Pepe y los 26 se volvieron parte de las primeras víctimas de la “Caravana de la Muerte”, las que fueron un conjunto de políticas de terror y exterminio lideradas por el General Sergio Arellano Stark apenas iniciada la dictadura militar, tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. En ella recorrieron el país con el fin de implantar terror y generar una pronta sumisión de la población a las fuerzas armadas que gobernaban de facto.

 

José Saavedra fue la víctima más joven de la Caravana de la muerte.

POR EL AMOR INFINITO

Inmediatamente los familiares pidieron sus cuerpos y los militares dijeron que estaban enterrados en la pampa, en un lugar reservado por el ejército, y que recién dentro de un año podrían ser entregados los restos a sus deudos. Pasado ese año, ya en 1974, la Gobernación Regional les dijo a los familiares que, de abrir la fosa mortuoria, los deudos debían hacerse cargo de todos los costes funerarios, aunque los restos no correspondieran a su familia. La aceptación fue tan inesperada para el Gobernador que, viendo que las evasivas ya no alcanzaban a contener la voluntad de los familiares, tuvo que reconocer que no sabían dónde estaban los cuerpos.

El que haya una considerable cantidad de víctimas jóvenes se debe a que eran los jóvenes quienes estaban insertos en el proyecto de la Unidad Popular”, cuenta la actual diputada del Partido Comunista Carmen Hertz. Dentro de las 27 víctimas, estaba Carlos Berger Guralnik, por entonces su esposo. Posterior al trauma, Hertz trabajó en pos de la recuperación tanto de la democracia como en la de los cuerpos de las víctimas para sus familiares. Aquí da cuenta de parte del modus operandi de la Caravana de la Muerte: “Inmediatamente después del 11 de septiembre de 1973, Chile se llenó de campos de concentración y centros de reclusión de Arica a Magallanes. No hubo una sola comisaría que no fuese transformada en un centro de detención. A lo largo de todo el país vejaron, torturaron y asesinaron al movimiento popular”.

 

El Informe Nacional sobre Prisión Política y Tortura, conocido como Informe Valech, fue dado a conocer en 2004 y expone un perfil de los detenidos, torturados y asesinados por el régimen represor. 4 de cada 10 detenidos tenía entre 21 a 30 años y el 14% era menor a 21 años.

Como si no bastara el haber perdido de esa manera a su hermano menor, Victoria recuerda que hubo una parte de la vecindad que los aisló, al punto que algunos padres no dejaban que sus hijos jugaran con los de ella o los de sus hermanas. Esto hizo que la familia se mudara de barrio y que los dos hijos de Victoria, que nacieron entre 1968 y 1970, supieran recién entrada su adultez lo ocurrido con el tío que no alcanzaron a conocer. “Vivimos la dictadura prácticamente aislados porque en Calama, al ser una ciudad chica, todos sabían quienes eran los familiares de las víctimas. Muchas veces oímos el ‘por algo los habían matado’ “, rememora Victoria. Este cúmulo de traumas la llevó a sentir odio: “¿Cómo puede haber tanta maldad, cómo pueden llegar a estos extremos?”, confiesa apesadumbrada.

Este dolor llevó a que Victoria y otros familiares de ejecutados políticos conformaran en 1983 la Asociación de Familiares de Ejecutados Políticos por la Dictadura, cuyas primeras acciones fueron instancias de contención en las que pudieron compartir sus tormentos. “Fue como una terapia, donde pudimos darle cobijo a nuestros sentimientos”, cuenta Victoria. 

Fuente :lavozdelosquesobran.cl 10/9/2020

Fue en el parque que lleva el mismo nombre, que el día de hoy se inauguró una nueva placa en memoria de José Saavedra, una de las víctimas más joven de la dictadura, en la Caravana de la Muerte.

disponible en PITV Calama Noticias   

Fuente :facebook.com

Osamentas entregadas a los familiares son de cinco personas e incluso huesos de un pie fueron intervenidos, pues tenían adheridas falanges de una mano.

En 1995 la familia de José Saavedra González, quien fue víctima de la Caravana de la Muerte en Calama, recibió una urna que contenía osamentas correspondientes a un pie, parte de un cráneo y un maxilar. A 19 años de ese acontecimiento les ratificaron que ninguno de esos huesos pertenecía a él, sino a otros cinco ejecutados.
“No hay nada de mi hermano. Con esto quedamos en estado de schock, es algo tremendo, porque era lo menos esperado. Creemos que pudo haber una equivocación, pero nunca cinco”, dijo Victoria Saavedra González.
Precisó que este proceso comenzó en 2011, “cuando se identificaron las 13 osamentas y quedaron algunas sin reconocer. Partieron enviando esas al extranjero para saber de quienes eran y lograr más identificaciones, pero cuando abrieron las urnas para depositar los restos de uno de los ejecutados ya reconocido se dieron cuenta que esa parte del cráneo que ya estaba en la caja”.
Ante esto solicitaron que se hiciera una nueva identificación, pues no podía haber dos trozos iguales de un mismo cuerpo. “Por eso se abrieron las 13 urnas y se enviaron muestras de cada una” para ser examinadas en el extranjero a través de pruebas de ADN nuclear.
La hermana de José Saavedra manifestó que cuando llegaron los resultados de los análisis dejaron en evidencia varias y graves faltas. “En el caso de mi hermano había parte de un cráneo que estaba armado por ocho piezas, pertenecientes a las zonas parietales izquierda y derecha, además de varios otros trozos que correspondían a la parte superior y frontal. De esas osamentas sacaron un trozo de parietal izquierdo, porque determinaron que los otros no calzaban y que además se encontraron con dos remanentes que no fueron informados en 1995 como parte de la urna”.
Agregó que además hallaron que “del pie se habían desprendido unas falanges y al constatar qué pasaba se dieron cuenta que estaban pegadas y que eran de mano. Al analizarlas dio el resultado que eran de otras personas”.
Argumentó que la única opción de saber si existen rastros de su hermano es analizar la muestra de maxilar que queda. “Se envió una pieza dental que no pudo ser periciada porque no estaba en condiciones, pues faltan eslabones en la cadena de ADN. Para saber si es nuestro hermano es necesario exhumar los cuerpos de mis padres y sacar una muestra del fémur”.
Saavedra recalcó que por casi 20 años vivieron el duelo de saber que los restos de su hermano estaban en una urna, pero con esta última información se dan cuenta que están en cero, por lo que no descartan sacar las muestras de sus progenitores.
“Estamos dispuestos a hacer esto, creemos que es necesario esclarecer toda esta situación, porque además deseamos tener algo de nuestro hermano. Estuvimos casi 20 años pensamos que quien estaba en esa urna era él y ahora estamos en cero. Nunca tuvimos algo, lo que nos provocó un schock emocional súper fuerte. Pensamos que nuestros padres estarían de acuerdo, para que él descanse como corresponde”, aseguró.
Victoria Saavedra contó que se reunirán con sus abogados en Santiago, pues pretenden iniciar acciones legales contra quienes resulten responsables de todas estas irregularidades.
“Estamos pensando en realizar una demanda debido a que desde la identificación en 1995 no ha existido claridad en los procesos que se han empleado y por la ocultación de información por parte del Servicio Médico Legal, pues consideramos que no ha otorgado todo lo que debió en el momento oportuno”, puntualizó.

 

Fuente :soychile.cl 11/4/2014

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Ultima Actualización : 23/08/2024