Ricardo Gustavo Rioseco Montoya

Rut : 6.143.154-4
Fecha Detención : 04-10-1973
Comuna Detención : Angol
Fecha Asesinato : 05-10-1973
Comuna Asesinato : Angol
Fecha Nacimiento : 01-03-1951
Edad : 22
Lugar Nacimiento : Angol
Partido Político : Partido Comunista (PC)
Oficio o Profesión : Estudiante de Enseñanza Técnica
Nacionalidad : Chilena

Antecedentes del Caso

Ricardo Gustavo RIOSECO MONTOYA

Angol

  En la ciudad de Angol mediante el Bando Nº 64 de la autoridad militar, se dio a conocer que el día 5 de octubre, "fueron dos terroristas fusilados por asaltar el Cuartel".  Ellos eran: 

Ricardo Gustavo RIOSECO MONTOYA, 22 años, estudiante en la Universidad Técnica del Estado (UTE) de Santiago, se encontraba en Angol visitando a su padre, ex Regidor comunista que se encontraba detenido en la Cárcel;

Luis COTAL ALVAREZ, de 15 años de edad, estudiante de enseñanza básica; ambos sin militancia política conocida.

  El primero de los nombrados, había sido detenido por una patrulla militar en su domicilio, y en el trayecto, los mismos efectivos detuvieron en la calle al menor Luis Cotal, quien circulaba en la vía pública en horas de toque de queda.  De acuerdo a versiones de testigos presenciales, conocidos por ésta Comisión, ambos detenidos fueron conducidos a una bodega en construcción, donde fueron golpeados y luego ejecutados mediante varios tiros de arma de fuego.  Los cuerpos fueron abandonados durante la noche en esa bodega, siendo recogidos en la madrugada por un vehículo militar.  Nunca fueron entregados a sus familiares.

La Comisión no puede estimar verosímil la versión oficial de que los detenidos hayan sido ejecutados al "atacar una patrulla militar del Regimiento Húsares de Angol", porque:

Ambas personas habían sido detenidas por efectivos militares en forma independiente una de la otra, con anterioridad al momento en que supuestamente se intentó el ataque. 

No resulta creíble que dos civiles desarmados, uno de ellos de solo quince años, intentaran atacar una patrulla militar y aún si así hubiera sido existió suficiente tiempo entre el momento de la detención y la ejecución para desarmarlos, trámite que resulta de rigor en cualquier detención.

En ningún caso y bajo ningún respecto resulta aceptable que sus cuerpos hayan sido ocultados a sus familiares, lo cual confirma además la irregularidad de la muerte.

Esta Comisión llega así a la convicción que Ricardo Rioseco y Luis Cotal fueron ejecutados por agentes del Estado al margen de todo proceso y sus cadáveres ocultados, violando así gravemente su derecho a la vida y el de sus familias a darles sepultura.

 

Fuente :Informe Rettig

Prensa

Siete ex efectivos del Ejército fueron sometidos a proceso como autores del delito de homicidio calificado en contra de dos estudiantes, uno de 14 años y otro de 22 años de edad, quienes fueron fusilados en Angol el 5 de octubre de 1973.

Se trata de los ex funcionarios del Ejército: Armando Juan Emilio Staeding Schäffer, Germán Eduardo Ojeda Bennett, Carlos Patricio Bunster Medina, Alejo César Tisi Gómez, Enrique Gómez Ibáñez y Jorge Alberto Lagos Robles, procesados como autores y Gabriel Enrique Fuentes Campusano como encubridor del delito de homicidio calificado de Luis Raúl Cotal Álvarez, estudiante de 14 años de edad y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, también estudiante de 22 años de edad.

El sometimiento a proceso lo dictó el ministro en visita extraordinaria para causas de derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Temuco, Alvaro Mesa. De acuerdo a los antecedentes recopilados en la investigación pudo determinar que el 04 de octubre de 1973, alrededor de la medianoche, desconocidos efectuaron supuestos disparos en contra del Regimiento Húsares de Angol, específicamente contra un puesto de guardia ubicado en calle Los Confines con Agricultura, actual calle José Luis Osorio.

Una patrulla de Reacción del Regimiento, integrada por alrededor de 30 soldados cooperaron en las primeras indagaciones de búsqueda de los autores de los supuestos disparos siendo detenidos los dos estudiantes ya identificados quienes tras ser brutalmente golpeados fueron fusilados y sus cuerpos acribillados introducidos en sacos y lanzados a un río cercano, sin que se hayan ubicado hasta hoy sus restos.

Fuente :biobiochile.cl, 28 de Octubre 2014

Fecha :28-10-2014

El máximo tribunal estableció que al haber una confesión de fusilamiento corresponde aplicar la prescripción del delito, pues está acreditada la muerte de la persona, además se cuestionó que el país estuviera en ese momento en estado de guerra, por lo que no rigen las convenciones internacionales. Con el dictamen el ex comandante del Regimiento Húsares de Angol, coronel del Ejército Joaquín Rivera González, queda libre de responsabilidad en el caso por la muerte de los jóvenes Ricardo Gustavo Rioseco Montoya y Luis Cotal Alvárez.

Como un pésimo precedente puede ser interpretado el fallo de la Sala Penal de la Corte Suprema que resolvió aplicar la prescripción en el caso por el secuestro de Ricardo Gustavo Rioseco Montoya y Luis Cotal Alvárez, quienes fueron vistos por última vez en octubre de 1973 y presumiblemente fusilados a manos de una patrulla militar.

En primera instancia el Juzgado de Letras de Angol resolvió liberar de cargos al único inculpado en la causa el ex comandante del Regimiento Húsares de Angol, coronel del Ejército Joaquín Rivera González, al estimar que el ilícito estaba prescrito.

Sin embargo el dictamen fue modificado por la Corte de Apelaciones de Temuco que estimó que el ex uniformado era responsable del ilícito y por tanto debía cumplir una pena de diez años y un día de presidio.

Hoy en cambio un nuevo y definitivo revés tuvo el proceso ya que la Sala Penal, en una conformación que no es la habitual estimó que el ilícito había caducado liberando completamente de responsabilidad a las partes.

En el dictamen, el voto de mayoría, sostiene que en este caso no es aplicable la Convención de Ginebra sobre crímenes de guerra, suscrito por Chile en 1951, así como tampoco el Pacto de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), porque no se encontraba vigente en 1973.

Para los ministros la “confesión de fusilamiento lleva a estos sentenciadores a entender que la prescripción, como institución jurídica, está plenamente vigente”. Principio que no comparten los ministros Enrique Cury y Jaime Rodríguez Espoz, quienes estimaron que el caso es imprescriptible porque el día en que ocurrió el delito Chile se encontraba en estado de guerra interna.

Aún así sus descargos no pudieron frente a la posición de los magistrados Nibaldo Segura y los abogdos integrantes Nibaldo Fernández y Luz María Jordán.

El abogado del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Boris Paredes calificó de vergonzoso el dictamen, pues dijo constituye un fallo contradictorio en comparación a otras sentencias.

Para el abogado Juan Carlos Manns, representante del uniformado, el fallo en definitiva “estableció la muerte de esta persona y por lo tanto actuó en conformidad con esta idea”. El profesional destacó el dictamen, pues sostuvo valida la tesis de que las muertes con cuerpos hallados no son delitos de carácter permanente.

Completamente distinta fue la percepción del abogado querellante, Eduardo Contreras, quien junto con repudiar la acción y calificarla incluso de un fallo vergonzoso, alertó sobre la inusual composición de la sala, de hecho sólo hay dos ministros titulares, y el resto abogados integrantes y un magistrado de otra sala.

Fuente :lanacion.cl, 5 de Agosto 2005

Fecha :05-08-2005

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, condenó a 13 militares en retiro de dotación del regimiento Húsares de Angol a la época de los hechos, por su responsabilidad en los delitos de lesa humanidad de homicidio calificado del estudiante universitario Ricardo Gustavo Rioseco Montoya y del estudiante secundario Luis Raúl Cotal Álvarez, ilícitos perpetrados en la comuna de Angol, el 4 de octubre de 1973.

En el fallo (causa rol 63.534), el ministro en visita condenó en calidad de autores al entonces teniente Germán Eduardo Ojeda Bennett; a los subtenientes Carlos Patricio Bunster Medina, Alejo César Tisi Gómez, Jorge Alberto Lagos Robles, Alessandro Ernesto Cartoni Pruzzo, Manuel Arturo Montero Souper, Eduardo Humberto Carrasco Hauenstein, y al cabo José Omar Correa Martínez a 19 años de presidio, en calidad de autores de los delitos. En tanto, el otrora soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses deberá cumplir 15 años y un día de presidio.

El subteniente Gabriel Enrique Fuentes Campusano y el soldado conscripto José Liborio Lavín Leiva deberán purgar 13 años de presidio, en calidad de cómplices; y el cabo primero Mario Hernán Tapia Sepúlveda y el teniente Carlos Alberto Campusano Osorio deberán cumplir 5 años de presidio efectivo, por su responsabilidad como encubridor.

En la arista civil, el magistrado condenó, con costas, el fisco fue condenado a pagar una indemnización de $300.000.000 por concepto de daño moral a los familiares de la víctima Luis Raúl Cotal Álvarez.

El fallo del ministro Mesa Latorre establece claramente los hechos que llevaron a estas condenas:
 
Carlos Horacio Guitart Olhagaray, capitán en situación de retiro del Ejército de Chile, se presentó en el Regimiento «Húsares» de Angol para apoyar la gestión de la Fiscalía Militar que operaba en la unidad bajo la dirección del segundo comandante León Rivera González.

La noche del 4 de octubre de 1973, dos soldados conscriptos, realizaban guardias en la denominada garita sur del Regimiento Húsares de Angol, escucharon disparos dentro y fuera del Regimiento Húsares de Angol. Posteriormente, el cabo José Correa Martínez les ordenó dirigirse a una bodega ubicada frente a la unidad militar.

En la bodega ubicada en calle Los Confines N°15, esto es, frente al puesto de guardia se encontraban los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, sin ataduras ni armas. A pesar de la falta de amenaza, el mayor León Rivera González dio la orden de disparar contra los jóvenes, que en esos momentos estaban de pie junto a un paredón de ladrillos, acatando la orden del superior y ejecutando a los muchachos, momento en que uno de los jóvenes les grita ‘cobardes’.Dicha orden de fusilamiento fue cumplida, entre otros, por el soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses, que cumplía funciones de vigilancia en la garita sur y el cabo José Omar Correa Martínez, quien le ordenó concurrir aquel lugar.

Además, varios oficiales, entre ellos el capitán Armando Staeding Schaffer; los subtenientes Carlos Bunster Medina, Alessandro Cartoni Pruzzo, Manuel Montero Souper; el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo, que efectuaba patrullajes en la población, y otros conscriptos que lo acompañaron en esas funciones esa noche, presenciaron en el lugar la ejecución.

Los cuerpos de las víctimas fueron posteriormente trasladados y arrojados al cauce del río Malleco. Se desconoce el paradero de los cuerpos hasta la fecha.

Días más tarde se dio aviso al Regimiento Húsares de Angol que los cuerpos de los jóvenes fueron vistos en el río, por lo que personal de esa unidad procedieron a sacarlos de ese lugar, trasladándolos a diferentes puntos al interior del regimiento, viendo los cadáveres diferentes personas, entre ellos el capitán Carlos Horacio Guitart Olhagaray, que cooperaba en las labores de la Fiscalía Militar y Luis Fernando Montanares Morales, que en esos momentos se desempeñaba en trabajos al interior del cuartel. Esta última persona, fue testigo como tres miembros de la unidad, entre ellos el cabo primero Mario Hernán Tapia Sepúlveda, que se desempeñaba como tractorista, condujeron los cadáveres sobre un vehículo hasta un sector del regimiento, donde fueron enterrados, sin tener hasta la fecha la certeza del lugar exacto de aquella inhumación.

Los jóvenes, Ricardo Gustavo Rioseco Montoya simpatizante de las Juventudes Comunistas, de 22 años, estudiante universitario y Luis Raúl Cotal Álvarez, de 14 años, sin militancia política, estudiante secundario fueron detenidos en forma separada, sin pruebas de su participación en los disparos contra el regimiento.

Hasta la fecha, se desconoce el paradero de Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya. Ningún funcionario del Regimiento Húsares de Angol ha proporcionado información sobre los hechos.

Fuente :piensaprensa.com, 26 de Octubre 2023

Ayer 5 de cotubre , a 49 años de su asesitato en la ciudad de Angol , de RICARDO RIOSECO MONTOYA .

La instalacion de una placa recordatoria, en la entrada de las salas 322 del pabellon de historia , en la Usach , con la presencia de Docentes , alumnos y ex estudiantes de la UTE, compañeros de Rucardo, se púso definitivamente la placa recordatoria, que se habia colocado virtualmente el año 2020, en una actividad realizada por Zoom.
La iniciativa, promovida por la Corporacion Solidaria UTE-USACH, y respaldada por el consejo de profesores del departament de Historia de la Facultad de Humanidades , completo su proceso. Hoy Ricardo Riosecoa, estudiante de Historia de UTE, asesinado el 5 de octubre de 1973, comparte un sitio al paso de los estudiantes de dicha facultad..

SALUDO ROLANDO ALVAREZ VALLEJOS, DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE HISTORIA , DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES DE LA USACH

Buenos días, quiero partir saludando a los presentes, entre los que se cuentan la Decana de la Facultad de Humanidades, la académica del Departamento de Historia Cristina Moyano; la concejala de Estación Central María Pacheco; Fabián Tapia, presidente de la Federación de estudiantes de la USACH; Bárbara Santa María, presidenta de la Asociación de Funcionarios (AFUSACH) y a los representantes de la mesa directiva de la Asociación de Académicos. También queremos saludar especialmente a los familiares de Ricardo Rioseco que hoy están presentes en este sencillo acto de memoria. Además, a Juanita González, en ese entonces pareja del Ricardo. Sumamos los saludos a los participantes de la red compuesta por la Corporación UTE-USACH, quien ideó esta iniciativa que hoy nos reúne. Y finalmente, pero no por ello menos importante, saludamos a la comunidad, compuesta por funcionarias, funcionarios, estudiantes de pre y postgrado, profesoras y profesoras del cuerpo regular y por horas de clases.  A todos y todas, muchísimas gracias por su presencia.Hoy, 5 de octubre de 2022, se conmemoran exactamente 49 años del infame momento en que Ricardo Rioseco Montoya, estudiante de Historia de la Universidad Técnica del Estado, fue asesinado por militares en la localidad de Angol. Apenas se empinaba por los 22 de edad y su vida fue cegada por las criminales balas sobre las cuales se cimentó la dictadura militar que gobernó el país durante casi 17 años. El año 2020, cuando arreciaba la crisis desatada por la pandemia del covid el Departamento de Historia realizó junto a la Corporación Ute-USACH un acto de colocación de una placa recordatoria de Ricardo Rioseco. La idea era que una sala llevara su nombre. Transcurridos casi dos años de ese acto, en el que la participación fue vía virtual, el Departamento de Historia estuvo de acuerdo con la propuesta de repetir este acto para recordar a Ricardo, pero ahora de manera presencial.  Nos pareció justo hacerlo, especialmente pensando en las nuevas generaciones de estudiantes de Historia de la USACH, para que conozcan más de cerca los adversos y terribles momentos que enfrentó nuestra universidad y en particular nuestra carrera, durante los aciagos años de la dictadura. Por este motivo, ahora la placa quedó ubicada en el pabellón de las salas 322, espacio donde habitualmente se congregan los y las estudiantes de Historia.

En esta oportunidad, podremos escuchar las voces de sus compañeros, amigos y cercanos, que nos ayudarán a darle cuerpo a un nombre que engrosa el largo listado de los ejecutados por la represión. Nosotros pudimos recabar algunas noticias sobre Ricardo. En primer lugar, que, en las Juventudes Comunistas de la UTE, organización en la que militaba, era conocido como Elmer. Varios de los presentes sabrán que Elmer era un dibujo animado que se caracterizaba por su mal genio, por eso era conocido por el apodo de “el gruñón”. Sin embargo, al parecer esto era más bien una típica ironía chilensis, porque algunos de sus compañeros lo recuerdan como un tipo de excelente carácter.

También sabemos que, junto a cientos de miles de jóvenes chilenos y chilenas, se involucró en cuerpo y alma en el proceso de la Unidad Popular. La Universidad Técnica del Estado había sido un puntal del proceso de democratización social y político que comenzó a radicalizarse especialmente a partir del segundo lustro de la década de 1960. Con el triunfo de Salvador Allende, la UTE encabezada por el rector Enrique Kirberg, estuvo lejos de mantenerse neutral ante el proceso de cambios que experimentaba el país. En ese contexto, la mayoría del movimiento estudiantil de la UTE no solo apoyó el proceso, sino que fue un actor activo de su defensa. En 1971, con ocasión de la visita del presidente Allende a la UTE, Alberto Ríos, presidente de la FEUT, señaló:  

“El movimiento estudiantil de la UTE, que ha jugado un importantísimo papel, que dio duras batallas por el presupuesto, por la Reforma Universitaria, por ligar indisolublemente sus vínculos con los trabajadores y por permanecer de pie junto al pueblo en la defensa de sus conquistas, hoy se acrecienta sus responsabilidades para la universidad, por hacer de la UTE una institución que desarrolla su quehacer, fundida con los intereses de las mayorías nacionales, para que abra sus puertas a los trabajadores, para que en suma, sea un herramienta vital para los cambios en nuestro país”.

Este fue el proyecto que motivó a Ricardo Rioseco a tener una participación activa dentro de la UTE.  Esto le permitió ser partícipe de una generación que marcó la historia de nuestra universidad. Por ejemplo, en julio de 1972 en La Moneda, el presidente Allende promulgó el nuevo Estatuto Orgánico de la UTE. Por su parte, la Federación de Estudiantes encabezó los trabajos voluntarios, en los cuales los estudiantes de la UTE tuvieron un papel destacado. Con el apoyo de la rectoría surgieron las “Brigadas de la producción”, que requirieron de la formación de la Oficina de Trabajo Voluntario de la Federación. En el verano de 1971, los estudiantes de ingeniería, tras la consigna de “ganar la batalla de la producción”, se repartieron por los minerales de cobre de El Teniente, Caletones, El Salvador y Potrerillos. Respecto al impacto de los trabajos voluntarios de 1972, Jorge Arrate, entonces vicepresidente de Codelco señalaba:“Los trabajos desarrollados por los brigadistas de la UTE han logrado un ahorro de divisas ascendente a los tres millones de dólares solo en los minerales de cobre”

Ese verano de 1972, según los cálculos de la época, gracias al trabajo voluntario, se recuperaron cientos de toneladas de concentrado de cobre; se arreglaron maquinarias; se construyeron casas, caminos, se arreglaron calles y veredas; se participó en la cosecha de trigo; se alfabetizó y organizaron actividades culturales, deportivas y artísticas. También fue una generación que se involucró en intentar mejorar el rendimiento de los estudiantes, a través de iniciativas como la Oficina del Servicio Estudiantil y tantas otras. En definitiva, fueron años de militancia hiperactiva, en donde la premisa, de alguna manera, estaba resumida en un documento publicado el 30 de abril de 1971 por la Federación de Estudiantes de la UTE, titulado “El compromiso de los estudiantes con el pueblo”. Este señalaba en su punto 9 que la generación de jóvenes de la UTE se colocaba “al servicio del pueblo ante cualquier contingencia, en cualquier condición, sin importar el sacrificio y el esfuerzo por cumplir nuestra irrenunciable decisión de forjar el Chile Nuevo”. Este espíritu fue el que encarnó, junto a otros miles, Ricardo Rioseco Montoya.

De esta manera, fue como llegó la víspera del día 11 de septiembre de 1973 en la UTE. La polarización en el país era máxima y los estudiantes de la universidad se quedaban cuidando sus dependencias, alertas ante el sabotaje y los rumores de golpe de Estado. Como es sabido, el día martes 11, el presidente Salvador Allende visitaría una vez más la UTE. Se supone que sería la oportunidad para hacer importantes anuncios para intentar destrabar la crisis política que vivía el país. Por este motivo, en las dependencias de la radio de nuestra universidad, Ricardo, que formaba parte de los equipos de seguridad de la Juventudes Comunistas, estaba cuidando junto a otros la radioemisora en vista al acto del día siguiente. En la madrugada del día 11, un grupo de personas irrumpió en la radio de la UTE. Al comienzo se creyó que se trataba de un comando de ultraderecha, muy activos por aquel entonces. Después se confirmaría que se trataban de marinos que formaban parte de la operación silencio contra las emisoras partidarias del gobierno. Los hechos ocurridos los días 11 y 12 de septiembre en la UTE son de sobra conocidos, incluido el ataque el edificio de la rectoría y el violento sitio por parte de las fuerzas castrenses de sus distintas dependencias. El relato del rector Enrique Kirberg en el momento que fue detenido en la oficina de la rectoría resume las características de los bandos que se enfrentaron ese día:

“El oficial me puso contra una pared, amartilló la metralleta y, mirando el reloj, me dijo «Te doy quince segundos para que me digas dónde están escondidas las armas». Estaba toda la gente tendida en el suelo. Yo no sentí miedo. Le dije “Las armas de la universidad son el conocimiento, la ciencia y el arte”.

el grito de la ute … UENII TECNIIII, UNEIIII TECNAAA

El equipo de seguridad del que formaba parte Ricardo Rioseco logró salir de la universidad y sorteó la detención a manos de los uniformados. Sin embargo, días más tarde se enteró que su padre, regidor de Angol, había sido detenido en dicha ciudad.  Por ello, decidió ir a visitarlo a la cárcel de dicha localidad. En ese contexto, fue detenido por una patrulla militar el día 4 de octubre junto al menor de edad Luis Cotal.  Posteriormente, ambos fueron ejecutados, acusados burdamente de, supuestamente, haber atacado una patrulla militar, una evidente mentira. El proceso judicial para castigar a los culpables de este crimen ha sido largo y tortuoso. Hace tiempo se conocen las circunstancias y los nombres de los autores materiales del asesinato de Ricardo Rioseco y Luis Cotal, pero gracias a recursos judiciales que apelan a la prescripción de las penas, sus victimarios no han sido condenados. Sin embargo, la batalla judicial sigue adelante y todo indica que se está cerca del final del camino para obtener justicia.

Hemos querido extendernos en este discurso, porque este acto no es solo un trámite más para colocar un ticket de “actividad realizada” en el calendario anual de nuestra unidad. Por el contrario, se trata de un gesto humanista, que forma parte del ADN del Departamento de Historia: recordar a uno de los nuestros, que pudo ser cualquier de nosotros.

Queremos finalizar nuestra intervención dándole un fraternal agradecimiento a la Corporación UTE-USACH por esta iniciativa y especialmente a los familiares y amigos y amigas de Ricardo, para que sepan que la carrera de Historia de la USACH siempre lo recordará.

Muchas gracias

Fuente :usach.cl, 6 de Octubre 2022

Tras una extensa tramitación judicial ante el Ministro en Visita de la causa, la Corte de Apelaciones de Temuco e incluso la Corte Suprema; la Dirección Jurídica de la Universidad de Santiago de Chile encabezada por su Fiscal General Felipe Lizama, logró que se acogiera la solicitud de plantear sus alegaciones ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Temuco, en el contexto del proceso que se sigue por el homicidio calificado de don Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, quien fuera ex estudiante de nuestra casa de estudios. Lo anterior, bajo la figura de amicus curiae (amigo del tribunal), instituto que permite a terceros ajenos a una disputa judicial, y que cuenten con un justificado interés en la resolución del litigio, ofrecer opiniones consideradas de trascendencia para la sustanciación del proceso.

Lo anterior, en el contexto de la defensa judicial que desde la Secretaría General, desde el mes de agosto de 2022, se ha realizado en las causas de derechos humanos en actual tramitación respecto de miembros de la comunidad universitaria que fueron víctimas de violaciones a sus derechos humanos durante la dictadura militar. Este trabajo se ha realizado en permanente coordinación con la Corporación Solidaria UTE-USACH, presidida por don Emilio Daroch F.

Es necesario recordar que en este caso, el 23 de octubre de 2023, se dictó sentencia condenatoria en primera instancia, en calidad de autores, respecto del entonces teniente Germán Eduardo Ojeda Bennett; de los subtenientes Carlos Patricio Bunster Medina, Alejo César Tisi Gómez, Jorge Alberto Lagos Robles, Alessandro Ernesto Cartoni Pruzzo, Manuel Arturo Montero Souper, Eduardo Humberto Carrasco Hauenstein, y del cabo José Omar Correa Martínez a 19 años de presidio, en calidad de autores de los delitos.En tanto, el otrora soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses deberá cumplir 15 años y un día de presidio.

El subteniente Gabriel Enrique Fuentes Campusano y el soldado conscripto José Liborio Lavín Leiva deberán purgar 13 años de presidio, en calidad de cómplices; y el cabo primero Mario Hernán Tapia Sepúlveda y el teniente Carlos Alberto Campusano Osorio deberán cumplir 5 años de presidio efectivo, por su responsabilidad como encubridor.

Finalmente, en lo procesal, se espera que dentro de las próximas semanas se programe la vista de la causa por parte de la Presidencia de la Corte de Apelaciones de Temuco, a fin que dicho tribunal de alzada examine los recursos deducidos, además de considerar las alegaciones de esta universidad.

Fuente :secretaria.usach.cl,k 13 de Agosto 2024

En el ámbito civil, el tribunal de alzada confirmó la sentencia apelada, esto es el pago de una indemnización de $300.000.000 por concepto de daño moral, a familiares de la víctima Cotal Álvarez, modificando lo referente a las costas al fisco, aspecto en la que es revocada y en su lugar se le absuelve de dicha carga. 

La Corte de Apelaciones de Temuco confirmó, con declaración, las condenas dictadas por el ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, contra el entonces teniente Germán Eduardo Ojeda Bennett; los subtenientes Carlos Patricio Bunster Medina, Alejo César Tisi Gómez, Jorge Alberto Lagos Robles, Alessandro Ernesto Cartoni Pruzzo, Manuel Arturo Montero Souper, Eduardo Humberto Carrasco Hauenstein, y al cabo José Omar Correa Martínez, rebajando las penas de 19 años a 15 años y un día de presidio por su responsabilidad en los homicidios calificados, en carácter de lesa humanidad, de Luis Raúl Cotal Álvarez y de Ricardo Gustavo Rioseco Montoya. Ilícitos perpetrados en la comuna de Angol, el 4 de octubre de 1973.

En fallo de mayoría (causa rol 159-2024) la Segunda Sala del tribunal de alzada modificó, además, la sentencia de 15 años y un día, al otrora soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses, por una de 5 años de presidio por su responsabilidad en el delito.  Además, los subtenientes Eduardo Humberto Carrasco Hauenstein y Gabriel Enrique Fuentes Campusano, el teniente Carlos Alberto Campusano Osorio, el cabo primero Mario Hernán Tapia Sepúlveda y el soldado conscripto José Liborio Lavín Leiva, deberán purgar penas de 3 años y un día de presidio, en calidad de encubridores de los delitos. 

En el ámbito civil, el tribunal de alzada confirmó la sentencia apelada, esto es el pago de una indemnización de $300.000.000 por concepto de daño moral, a familiares de la víctima Cotal Álvarez, modificando lo referente a las costas al fisco, aspecto en la que es revocada y en su lugar se le absuelve de dicha carga. 

 

En la sentencia ratificada, el ministro el ministro en visita Mesa Latorre dio por establecido los siguientes hechos:

“A.- Que a raíz de los acontecimientos ocurridos desde el 11 de septiembre de 1973, fue llamado a colaborar con el nuevo régimen Carlos Horacio Guitart Olhagaray, capitán en situación de retiro del Ejército de Chile, quien hasta esa fecha se encontraba radicado en Bolivia, presentándose en el Regimiento ‘Húsares’ de la comuna de Angol para apoyar la gestión de la Fiscalía Militar que funcionaba al interior de la unidad y que estaba a cargo del segundo comandante León Rivera González (fallecido, según fs. 6.163, tomo XVII). 

B.- Que la noche del 4 de octubre de 1973 dos soldados conscriptos realizaban guardias en la denominada garita sur del Regimiento Húsares de Angol, ubicada cercana a las intersecciones de calle Los Confines con General Bonilla. Uno de ellos, Luis Alejandro Toledo Osses, mientras juntaba leña para calefaccionarse, escuchó un disparo de pistola en el exterior de la unidad y otros provenientes desde el interior de ella, movilizándose de forma inmediata contingente dentro y fuera del cuartel, ordenándoles en ese instante el cabo José Correa Martínez que se dirigieran fuera de él, específicamente a una bodega ubicada frente a la unidad militar. Incluso, producto de la situación, se despertó el subteniente Eduardo Humberto Carrasco Hauenstein que se encontraba durmiendo en el dormitorio de solteros del casino de oficiales.

C.- Que, a consecuencia de los disparos escuchados, contingente del Regimiento salió de él, en forma separada y por distintos accesos, dirigiéndose hacia una bodega ubicada en calle Los Confines N°15, esto es, frente al puesto de guardia referido anteriormente, específicamente a una bodega que en la actualidad corresponde a una conocida venta de vehículos. Dicho lugar fue allanado conjuntamente con la casa habitación contigua, ambas de propiedad de Duberli Rodríguez Silva, no siendo habidas las personas que efectuaron los supuestos disparos contra la unidad militar. También llegó a dicho lugar la Unidad de Reacción del Regimiento, la cual estaba preparada las 24 horas del día para repeler posibles ataques al cuartel militar, compuesta por alrededor de 30 soldados y que esa noche se encontraba a cargo de uno de los capitanes en servicio activo del Regimiento, que según planta de oficiales de la época corresponderían a Armando Staeding Schaffer (fallecido, según fs. 7.590 Tomo XIX) y Enrique Gómez Ibáñez (fallecido, según fs. 6.162, tomo XVII). Además, a raíz de los supuestos disparos que se escucharon esa noche, se constituyeron en el lugar a lo menos tres subtenientes entre ellos Jorge Alberto Lagos Robles, Alejo Tisi Gómez y Carlos Patricio Bunster Medina; el teniente German Ojeda Bennett y los capitanes Armando Juan Emilio Staeding Schaffer y Enrique Gómez Ibáñez, quienes cooperaron en las primeras indagaciones de búsqueda de los autores de los supuestos disparos y en la captura de ellos.

D.- Que siguiendo la línea de la letra B), al llegar al lugar el conscripto Luis Alejandro Toledo Osses pudo observar la presencia de un vehículo militar marca Toyota, otros soldados conscriptos, al mayor León Rivera González, a los subtenientes Carlos Bunster Medina y Alessandro Cartoni Pruzzo; el cabo José Correa Martínez, quien le había dado la orden de constituirse en esa bodega; y el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo (fallecido, según fs. 6.574 Tomo XVIII), que se encontraba de patrullaje en la población esa noche. Además, en aquel inmueble, propiedad de Duberli Rodríguez, observó dos jóvenes de pie, sin ataduras, con su cara descubierta, sin armas a la vista, de poca edad y uno de ellos vestía camisa blanca.

E.- Que acto seguido, el mayor León Rivera González dio la orden de disparar contra los jóvenes, que en esos momentos estaban de pie junto a un paredón de ladrillos, acatando la orden del superior y ejecutando a los muchachos, momento en que uno de los jóvenes les grita ‘cobardes’. Dicha orden de fusilamiento fue cumplida, entre otros, por el soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses, que cumplía funciones de vigilancia en la garita sur y el cabo José Omar Correa Martínez, quien le ordenó concurrir aquel lugar. Además, varios oficiales, entre ellos el capitán Armando Staeding Schaffer; los subtenientes Carlos Bunster Medina, Alessandro Cartoni Pruzzo, Manuel Montero Souper; el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo, que efectuaba patrullajes en la población, y otros conscriptos que lo acompañaron en esas funciones esa noche, presenciaron en el lugar la ejecución de esos muchachos.Luego de lo anterior, los soldados conscriptos, entre ellos, José Liborio Lavín Leiva, ubicaron los cuerpos en sacos al interior de un vehículo militar, observando la camisa blanca ensangrentada de uno de los jóvenes y trasladaron los cadáveres hasta el puente La Arcadia, lanzándolos al cauce del río Malleco, perdiéndolos de vista en la oscuridad de la noche.

F.- Que posteriormente todo el contingente regresó a sus puestos anteriores, observando, Juan Abarca Briones, suboficial que estaba de servicio esa noche, el ingreso a la unidad de vehículos militares, estando a bordo de ellos varios oficiales que esa noche cumplían funciones activas en el cuartel. Además, dichos vehículos iban conducidos por dos personas, uno de ellos el conscripto Jorge Washington Aguilera Oñate (fallecido, según fs. 6.575 Tomo XVIII), que se desempeñaba como chofer en esa unidad y que luego de ingresar al Regimiento procedió a lavar los vehículos que estaban ensangrentados, preguntándoles por lo ocurrido sin recibir respuesta.

G.- Que días más tarde se dio aviso al Regimiento Húsares de Angol que los cuerpos de los jóvenes fueron vistos en el río, por lo que personal de esa unidad procedieron a sacarlos de ese lugar, trasladándolos a diferentes puntos al interior del regimiento, viendo los cadáveres diferentes personas, entre ellos el capitán Carlos Horacio Guitart Olhagaray, que cooperaba en las labores de la Fiscalía Militar y Luis Fernando Montanares Morales, que en esos momentos se desempeñaba en trabajos al interior del cuartel. Esta última persona, fue testigo como tres miembros de la unidad, entre ellos el cabo primero Mario Hernán Tapia Sepúlveda, que se desempeñaba como tractorista, condujeron los cadáveres sobre un vehículo hasta un sector del regimiento, donde fueron enterrados, sin tener hasta la fecha la certeza del lugar exacto de aquella inhumación.

H.- Que los jóvenes mencionados en las letras precedentes corresponden a Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, simpatizante de las Juventudes Comunistas, de 22 años, estudiante universitario y Luis Raúl Cotal Álvarez, de 14 años, sin militancia política, estudiante secundario, quienes fueron detenidos en forma separada por patrullas militares. El primero de ellos al interior del domicilio de su padre, ubicado en la actual calle José Luis Osorio N° 370 y el segundo en calle Artesanos, cuando se dirigía a su domicilio ubicado en dicha arteria con Pedro de Oña, proveniente de la casa de su abuela paterna, María Arriagada Valdés, situada en Artesanos N° 190, no constando que hayan tenido alguna intervención en la ejecución del supuesto disparo efectuado al exterior del Regimiento Húsares de Angol ni tampoco encontrándose arma alguna en los respectivos registros.

I.- Que todo lo precedente en relación a la ejecución de los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, fue observado por una mujer, de 19 años de edad, quien al escuchar ruidos se acercó a la muralla colindante entre su domicilio y la bodega de Duberli Rodríguez, quien vio cuando los militares abrieron fuego contra los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, momento en que oyó cuando uno de ellos dijo ‘tío, soy yo, tu sobrino’. Incluso, al día siguiente, fue testigo de cómo el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo se apersonó en cada una de las viviendas aledañas para preguntarles a los vecinos si habían escuchado o visto algo la noche anterior. 

J.- Que, a raíz de los sucesos relatados con anterioridad, hasta esta fecha se desconoce el paradero de Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, no habiéndose hecho ninguna gestión por parte de la Fiscalía Militar de la época para instruir procesos o indagar responsabilidades oficiales por los hechos que tomó conocimiento la autoridad militar. Además, aquella misma noche, una vez efectuadas las alarmas respectivas en el cuartel, se movilizó a todo el contingente militar, participando incluso el teniente de Intendencia, teniente Carlos Alberto Campusano Osorio, dirigiéndose a la guardia por alrededor de 30 minutos para recibir instrucciones de parte de sus superiores y colaborar en lo que se estimare necesario. Posteriormente, aquella misma noche, el propio comandante del regimiento Alejandro Morel Donoso (fallecido, según fs. 6.164, tomo XVII) se constituyó en la unidad, realizando indagaciones sobre lo ocurrido, comentándole el oficial de Guardia, subteniente Gabriel Enrique Fuentes Campusano, lo sucedido respecto al presunto ataque al Regimiento. A raíz de ello, el comandante Morel ordenó reunirse de inmediato con la oficialidad del cuartel militar, entre ellos los capitanes Armando Staeding Schaffer y Enrique Gómez Ibáñez; el teniente German Ojeda Bennett y el segundo comandante León Rivera González (fallecido, según fs. 6.163, tomo XVII).

K.- Que luego, al día siguiente, el padre de Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, quien se encontraba detenido en la cárcel de la comuna, fue comunicado de manera oficial por el comandante del Regimiento Alejandro Morel Donoso, que su hijo había sido fusilado la noche anterior. Dicha información le fue propiciada en presencia de otros oficiales, entre ellos el subteniente Manuel Montero Souper quien habría presenciado lo ocurrido con los jóvenes.

L.- Que, por último, hasta esta fecha, ningún funcionario público, sean soldados, suboficiales u oficiales, del Regimiento Húsares de Angol que se desempeñaban en la época de los hechos, ha dado algún antecedente a la autoridad respectiva en relación a lo sucedido con los cuerpos de los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, manteniendo hasta el día de hoy ocultamiento de todo tipo de antecedentes sobre la muerte de ellos”.

Fuente :pdju.cl, 28 de Agosto 2025

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Ultima Actualización : 01/09/2025