Carlos Prats Gonzalez
Antecedentes del Caso
CARLOS PRATS GONZALEZ
El asesinato del General(R) Carlos PRATS GONZALEZ y de su cónyuge Sofía CUTHBERT CHIARLEONI
El General(R) Carlos Prats, de 59 años, ex Comandante en Jefe del Ejército de Chile, dejó el país, rumbo a Buenos Aires, según sus propias palabras, "en azarosas condiciones, en la madrugada del 15 de septiembre de 1973, al ser oportunamente prevenido de que grupos descontrolados trataban de ubicarlo para liquidarlo, amparados en la impunidad que brindaba la situación de caos que vivía el país." Días después lo seguiría su cónyuge, Sofía Cuthbert, de 56 años.
Esas palabras de Carlos Prats y otras de él que se citan en esta sección del Informe, así como toda circunstancia que aquí se citará, guardan relación con algún otro elemento indiciario o con alguna otra presunción fundada que tomó en cuenta esta Comisión para llegar a su convicción. Por separado, no todas tienen la misma fuerza ni están comprobadas de la misma manera. En su conjunto, han llevado a la Comisión a la convicción que aquí se expresará.
En Buenos Aires el General(R) Prats se sabía vigilado por informantes, que según su entender, "se habían desplazado desde Chile para encontrar un indicio que pudiera afectar su honra o que les permitiera exhibirlo como el General al servicio del marxismo."
De hecho, durante su estada en Buenos Aires hubo intentos de vigilancia estrecha de sus actividades y, en Chile y en otros países, intentos de crítica abierta o velada a su persona, por parte de agentes del Estado de Chile.
Estos motivos pesaron en la decisión del General Prats y de su señora de abandonar Argentina y radicarse en algún país de Europa. Para ello, Sofía Cuthbert de Prats requirió del Cónsul General de Chile en Argentina, en julio de 1974 los respectivos pasaportes, comunicándoles que viajarían a Brasil, según narran. Su pasaporte había sido retenido al salir del Chile. El del General Prats, de carácter oficial, había caducado. Según dice la familia del general Prats, sólo los funcionarios diplomáticos chilenos se enteraron de que los Prats intentaban hacer este viaje.
No obtuvieron los pasaportes solicitados. Las explicaciones oficiales que constan en documentos que esta Comisión ha conocido, no dan una razón plausible para tal negativa o demora. Menos aún si, como consta, el embajador de Chile en Argentina, envió a la cancillería chilena, con el ruego de comunicarlo también a la Comandancia en jefe del Ejército, un telex indicando que el General Prats había recibido una amenaza de muerte.
Esta amenaza se trataba de una llamada por teléfono que una persona de acento chileno "con forzado acento argentino", según el General Prats, hizo a éste. En esa llamada, el interlocutor anónimo mencionó el viaje a Brasil, idea que los Prats sólo habían comunicado a funcionarios de la embajada, según hace saber su familia. Un amigo de los Prats comunicó esto al embajador de Chile el día 4 de septiembre de 1974 y éste de inmediato envió el telex aludido, todo lo cual que consta a esta Comisión.
Semanas después, el 30 de septiembre de 1974, a las 00:40 hrs., en los momentos en que el General Prats y su señora se aprontaban a guardar el auto en su estacionamiento de calle Malabia, una bomba accionada a control remoto colocada bajo la caja de velocidades hizo violenta explosión, perdiendo instantáneamente la vida ambos ocupantes.
Esta Comisión ha podido reunir abundante información sobre este acto de terrorismo que costó la vida al General Carlos Prats y a su cónyuge, Sofía Cuthbert. Al dar cuenta de esta información se hace referencia a personas determinadas. Sin embargo, la Comisión se ha atenido a la norma de no identificar directamente a presuntos hechores individuales, salvo en sus comunicaciones, cuando proceden, a los tribunales de justicia, por las razones que ya se han explicado en este mismo Informe. La aplicación de tal norma en este caso da lugar a una narración más compleja, pero ello es indispensable, si cada parte del Informe ha de guardar coherencia con la decisión tomada por la Comisión.
Entre la información sobre el caso Prats se cuenta la siguiente: Estudio del expediente del proceso criminal que se está instruyendo por estos hechos en Argentina. Estudio del expediente que se formó con ocasión de la tramitación de la solicitud de extradición solicitada por el gobierno de Argentina al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, para que se extraditara a la Argentina al ex-agente de la DINA, a que más adelante se hace referencia. Estudio de diversas otras acciones judiciales relevantes, ante tribunales de los Estados Unidos. Testimonios e informes periciales sobre la explosión del automóvil que costó la vida al matrimonio Prats y su comparación con la explosión del automóvil que tuvo lugar en septiembre de 1976, en Washington, D.C., y que costó la vida a Orlando Letelier y Ronnie Moffitt. Documentos públicos y privados, así como testimonios, incluyendo declaraciones prestadas en reserva ante esta Comisión, en Chile y en el extranjero, que conciernen a: viajes de agentes de la DINA, en cuanto tales viajes son relevantes para este caso; otras actuaciones de la DINA, en Chile y en el extranjero; comunicaciones y declaraciones de agentes de la DINA sobre tales actuaciones en el extranjero y específicamente sobre el caso Prats; comunicaciones y otras gestiones del gobierno de Chile respecto de esas actuaciones en general y de aspectos relevantes para el caso Prats en particular.
Ponderados estos antecedentes, la Comisión la llegado a la convicción, en conciencia, de que el General Carlos Prats y su cónyuge Sofía Cuthbert fueron muertos, en violación de sus derechos humanos, por un acto terrorista de responsabilidad de agentes del Estado de Chile, que se presume fundadamente pertenecían a la DINA. A esta conclusión se llega tomando en consideración entre otros antecedentes, los que siguen:
- La investigación judicial instruída por el Juez Federal en Argentina, en la que se encuentran involucrados dos funcionarios pertenecientes a la DINA. El 11 de abril de 1983 se dictó prisión preventiva y se dispuso solicitar la extradición al Gobierno de Estados Unidos de uno de estos agentes de la DINA, por resultar en principio responsable de homicidio agravado en concurso con uso de documento público falso. Este agente, de nacionalidad norteamericana, empleaba a veces un pasaporte norteamericano falso, a nombre de Kenneth Enyart. El 15 de mayo de 1989 se dictó en el mismo proceso que lleva la Justicia Argentina, auto de procesamiento y orden de detención en contra de un segundo agente de la DINA por su participación en este doble homicidio. Esta persona, de nacionalidad chilena, residía en la Argentina en esos años y está comprobado abundantemente que cumplió importantes funciones para la DINA, desde Buenos Aires.
- El agente de la DINA que a veces viajaba bajo el nombre de Kenneth Enyart confesó ante la Justicia de los Estados Unidos, en 1978, haber colocado la bomba que causó la muerte de Orlando Letelier y Ronnie Moffitt, en septiembre de 1976. Este agente ingresó a Buenos Aires con el nombre de Kenneth Enyart, semanas antes del atentado, y abandonó la Argentina, según consta fehacientemente, horas después del atentado, esto es el 30 de septiembre de 1974, rumbo a Uruguay, desde donde consta fehacientemente que ingresó a Chile el día 1° de octubre de ese mismo año. Consta también que el agente de la DINA que vivía en Buenos Aires, ya mencionado, también abandonó Argentina ese mismo día.
- El agente que se valía del pasaporte a nombre de Kenneth Enyart fue expulsado de Chile el 8 de abril de 1978, a requerimiento del gobierno de los Estados Unidos, por estar involucrado en el asesinato de Orlando Letelier y Ronnie Moffitt, perpetrado en ese país. De las actuaciones relacionadas con esa expulsión, por parte de autoridades chilenas y norteamaricanas y sus representantes legales, y de las diversas gestiones y procesos judiciales que tuvieron lugar en los Estados Unidos desde esa fecha y hasta muy recientemente, constan los siguientes hechos relevantes:
Hay testimonios que a juicio de esta Comisión acreditan que poco antes de la expulsión de Chile de este agente de la DINA, representantes del gobierno de Chile solicitaron al gobierno de los Estados Unidos les hiciera llegar una carta formalizando su solicitud de que se lo expulsara. Tal carta - pedían los representantes del gobierno de Chile - , debía señalar, entre otros cargos, que el referido agente había usado un pasaporte norteamericano falso, bajo el nombre de Kenneth Enyart, para entrar a Chile, pero se pidió expresamente que no se mencionara en esa carta que había usado ese pasaporte para entrar también a otros países.
Que el gobierno de Chile suscribió un acuerdo con el Procurador del Distrito de Columbia de los Estados Unidos, el 7 de abril de 1978, por el cual se restrigía el uso que se podía hacer de la información obtenida en la investigación del caso Letelier en relación a acciones de ciudadanos chilenos en los Estados Unidos. Este acuerdo, junto con el acuerdo por el cual el agente de la DINA ya referido se declaró culpable de un cargo en relación al caso Letelier fueron luego interpretados escrupulosamente, en distintas instancias judiciales norteamericanas, en el sentido de no permitirse, o de limitarse severamente, las preguntas que se le podían formular a ese agente en relación, entre otras materias, específicamente al caso Prats.
Consta de memorandums legales y de expedientes judiciales que el referido agente de la DINA estaba tan preocupado por posibles preguntas sobre el caso Prats durante las investigaciones o acciones judiciales en los Estados Unidos, que en tal evento invocaría la Quinta Enmienda Constitucional de ese país, que permite rehusar contestar una pregunta sobre la base de que la respuesta podría ser autoincriminatoria.
- La Comisión pudo conocer el testimonio de un ciudadano norteamericano, prestado en juicio, del que se infiere claramente que ese mismo agente de la DINA le confesó su participación en el atentado que costó la vida a los Prats.
- En cuanto al método, en los casos Prats y Letelier se utilizó una bomba colocada en una parte similar del automóvil de las respectivas víctimas. También se ha comprobado que la DINA había empezado a trabajar en Buenos Aires en el año 1974, con anterioridad a este atentado y que uno de sus agentes, como quedó dicho, regresó a Chile, desde Buenos Aires, horas después del doble asesinato.
- Por último, la Comisión no ha podido formular una hipótesis plausible sobre el motivo que otro hechor, aparte de agentes del Estado chileno podrían haber tenido en el asesinato de Carlos Prats y Sofía Cuthbert ni ha encontrado evidencia alguna en ese sentido. En cambio, las acciones de tales agentes del Estado de Chile, en Chile y en el extranjero, particularmente en la Argentina y en los Estados Unidos, así como la posibilidad de que hayan juzgado que el General Prats pudiera llegar un factor de impredecibles consecuencias políticas para la situación política chilena, permiten formular una hipótesis plausible de motivos. La Comisión enfatiza que esta última consideración tiene valor sólo a mayor abundamiento y que su convicción descansa en el conjunto de las anteriores ya expresadas.
Fuente :Informe Rettig
Prensa
La Segunda Sala de la Corte Suprema dio a conocer este jueves el fallo definitivo con las condenas dictadas contra los responsables de los homicidios del otrora comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, perpetrados en septiembre de 1974, en el barrio bonaerense de Palermo.
El presidente de la sala penal, Rubén Ballesteros, comunicó las siguientes penas. Por asociación ilícita formada en 1974, el general (r) Manuel Contreras y el brigadier (R) Pedro Espinoza fueron condenados a tres años y un día, sin beneficios.
Por su parte, Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, Cristoph Willike Floel, José Zara, Juan Morales Salgado fueron condenados a 100 días de cárcel por este mismo ilícito.
Por el delito de homicidio calificado, los generales en retiro Manuel Contreras y Pedro Espinoza fueron condenados a 17 años de presidio mayor, sin medidas alternativas.
En tanto, Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, Willike Floel, José Zara, Juan Morales Salgado fueron condenados a 15 años y un día sin beneficios.
En calidad de cómplices, Mariana Callejas y Jorge Iturriaga Neumann fueron condenados a una pena de cinco años de presidio con beneficios.
El 29 de enero del año pasado, la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la sentencia dictada el 30 de junio de 2008 por el juez de primera instancia, Alejando Solís. El magistrado condenó a doble cadena perpetua al general Manuel Contreras y de forma adicional, fue sentenciado a otros 20 años de prisión como jefe de la asociación ilícita que organizó la disuelta DINA para cometer el doble crimen.
Las mismas penas recibió el ex brigadier Pedro Espinoza Bravo; mientras el general retirado Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, encargado de las operaciones en el exterior del organismo, recibió dos condenas de 15 años de prisión por los asesinatos y 541 días por asociación ilícita.
El ex brigadier José Zara fue sentenciado a dos penas de diez años de cárcel por los homicidios y a 541 días por la asociación ilícita, al igual que los ex coroneles Cristoph Willike Floel y Juan Morales Salgado.
Mientras Mariana Callejas fue condenada a dos penas de diez años. La mujer fue esposa del ex agente estadounidense Michael Townley, quien actualmente reside en Estados Unidos, acogido al programa de protección de testigos, fue el encargado de instalar y detonar la bomba colocada bajo el automóvil del general Prats.
Fuente :8 de Julio 2010 El Mostrador.cl
Fecha :08-07-2010
Cuando cerca de la una de la madrugada del lunes 30 de septiembre de 1974 el general Carlos Prats detuvo su auto junto a su esposa Sofía Cuthbert para entrarlo al garaje de la calle Malabía, en el barrio de Palermo en Buenos Aires, unos segundos pudieron salvar sus vidas.
Fue el breve lapso en que la agente de la DINA Mariana Callejas no logró activar el detonador electrónico cuando su marido, el gringo Michael Townley, a su lado al interior de un vehículo, le dio la orden de matar.
Townley era más diestro y le quitó el dispositivo provocando la explosión que remeció la calle oscura. El general y su mujer nunca supieron de aquellos segundos del destino.
Treinta y cuatro años después, ayer la espada de la justicia cayó finalmente sobre los autores intelectuales y materiales, seis altos oficiales y un suboficial de Ejército, todos en retiro, además de dos civiles.
Dos presidios perpetuos y penas de prisión entre 20 años y 541 días para todos ellos, dictados en la sentencia de primera instancia por el juez instructor de la causa, Alejandro Solís.
A las 10 de la mañana llegaron al despacho del ministro Solís las hijas del general, Cecilia y Angélica, junto a la abogada Pamela Pereira. La otra hija, Sofía, es actual embajadora en Atenas. El otro abogado querellante, Hernán Quezada, se encuentra en Nueva York por dos años.
Media hora después, al salir de la sencilla oficina en la terraza del Palacio de Tribunales, los ojos brillantes de las tres mujeres denotaban la emoción vivida junto al juez.
"Ahora el país ya sabe la verdad", dijo Angélica. Cecilia recordó los primeros tiempos en Buenos Aires cuando la jueza María Servini iniciaba las primeras indagatorias que concluyeron con un único condenado, el agente civil Enrique Arancibia Clavel.
Después, en 2002 el doble crimen se comenzó a investigar por primera vez en Chile.
La abogada Pereira tenía también motivos para emocionarse, pues recordó a su padre asesinado junto a los campesinos de Paine.
"Este acto de justicia con el general Prats, su esposa, y su familia simboliza la justicia que otros familiares todavía no han tenido en Chile, como es el caso de mi padre", señaló.
Pero como lo recordaron las hijas del matrimonio asesinado, faltó a la cita el dictador Augusto Pinochet. El fue el principal autor intelectual, a pesar de que, primero con su pretendida demencia con la que engañó a los jueces de las cortes, como algunos ministros en privado lo reconocen, y luego por una cuestión de forma procesal, se salvó dos veces de ser desaforado por este doble crimen.
Desde Nueva York el abogado Quezada manifestó que "la sentencia del ministro Solís debería convertirse en material de estudio en las escuelas institucionales de las Fuerzas Armadas, porque constituye un documento histórico para establecer la verdad acerca de los crímenes más atroces cometidos durante la dictadura de Pinochet".
Aquel domingo 29 de septiembre de 1974, extrañamente el general Prats se veía alegre y hasta rió a veces. En la casaquinta de los Stevenin-Muratorio en las afueras de Buenos Aires (BA) asistía a un asado junto al ex cónsul de Chile, Eduardo Ormeño.
Hablaron de pintura y otros temas que manejaba como un soldado culto, al igual que su esposa. Jugaron al bridge y el matrimonio propuso formar un grupo para reunirse todos los miércoles a jugar. Empezarían la próxima semana.
Cerca de las cuatro de la tarde los Prats-Cuthbert pidieron a Ormeño que los llevara de vuelta a Malabía para cambiarse ropa porque irían al cine con el ex embajador de Allende en Buenos Aires, Ramón Huidobro y su mujer. "Pan y chocolate" fue la película.
Después se fueron a cenar a casa de Huidobro. Allí Prats, en la sobremesa, volvió a entristecer y dijo una frase que marcó para siempre esa noche: "Cómo irá a ser esto Ramón, por dónde vendrá, pero yo ando armado así es que no les será tan fácil". En los días previos había recibido amenazas de muerte.
El viernes anterior, oculto en el garaje de Malabía, Townley instaló bajo el Fiat 125 del general la carga con dos cartuchos de C4 y tres detonadores.
El tío Kenny, como los hijos de Mariana Callejas llamaban al gringo, se había cruzado días antes con el general Prats en un parque mientras lo seguía. Pensó en dispararle ahí mismo, pero desistió porque "había mucha gente" como lo dijo después en Estados Unidos a la jueza Servini.
Mientras tanto, El "Yiyo" Raúl Iturriaga, entonces jefe del departamento exterior de la DINA, vigilaba, husmeaba, juntaba más datos de los pasos del matrimonio que agregaba a los recolectados por el mayor Juan Morales (que después sería el jefe de la temible Brigada Lautaro), enviado por Contreras a BA como el primer espía de avanzada.
A las 00:40 de la madrugada del día 30, Townley y Callejas esperaban a cien metros de distancia al interior de su auto en la penumbra de la calle Malabía, cuyas luces estaban debidamente apagadas coordinados con la inteligencia argentina.
Prats y su mujer no alcanzaron a sospechar nada. Menos que estaban a minutos de conocer la fatal respuesta al comentario que esa noche el general le había hecho en la sobremesa a su amigo Ramón Huidobro, ¡cómo irá a ser!
34 años después
Viajaban por el barrio Palermo, en Buenos Aires, la madrugada del 30 de septiembre cuando una bomba instalada por miembros de la DINA fue detonada. El general (R) Carlos Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, habían sido asesinados.
Ayer, 34 años después, elmagistrado Alejandro Solís, finalmente dictó condenas contra los ex agentes de la DINA acusados por asociación ilícita y doble homicidio.
Para Manuel Contreras, el ex jefe operativo del grupo de inteligencia, ordenó cadena perpetua en cada una de las muertes. La sentencia también incluye penas para otras ocho personas.
Informadas del fallo en profundidad, las dos hijas del general Prats no pudieron contener su emoción. Para ambas las sentencias son justas y entregan verdad al país y al Ejercito.
Sin embargo, para ellas, también debió haber sido condenado Augusto Pinochet por cuanto, “él también fue parte de este grupo de personas que atentaron contra mi padre”, dijo Cecilia Prats.
Hecho público el fallo, el Gobierno valoró la investigación, un paso en la labor de “hacer verdad y justicia”, como dijo el ministro de Justicia, Carlos Maldonado. Los parlamentarios socialistas y PPD también se mostraron conformes con el dictamen y esperanzados en que otros casos que se investigan también tengan este impacto.
Pero todavía no está todo dicho en este caso. Al ser una sentencia de primera instancias los involucrados pueden apelar. Habrá que esperar.
Condenados
• General (R) Juan Manuel Contreras Sepúlveda: Dos condenas a presidio perpetuo por los homicidios calificados de Carlos Prats González y Sofía Cuthbert Charleoni. Veinte más como jefe en el delito de asociación ilícita en concurso real con el doble delito de homicidio calificado.
• Brigadier (R) Pedro Octavio Espinoza Bravo: Dos condenas a 20 años por los homicidios de Carlos Prats González y Sofía Cuthbert Charleoni y 20 años como jefe en el delito de asociación ilícita.
• General (R) Raúl Eduardo Iturriaga Neumann: Dos condenas a 15 años por los homicidios calificados y 541 días como miembro de asociación ilícita en concurso real con el doble delito de homicidio calificado.
• Brigadier (R) José Octavio Zara Holger: Dos condenas de 10 años y un día por el doble homicidio y 541 días por asociación ilícita en concurso real con el doble delito de homicidio calificado.
• Coronel (R) Cristoph Georg Paul Willeke Floel: Dos condenas a 10 años y un día por el doble homicidio y como miembro en el delito de asociación ilícita a 541 días.
• Coronel (R) Juan Hernán Morales Salgado: Dos condenas a 10 años y un día por el doble homicidio y 541 días por asociación ilícita.
• Mariana Inés Callejas Honores: Dos condenas a 10 años y un día por el doble homicidio calificado.
• Jorge Enrique Iturriaga Neumann: Dos condenas a 5 años y un día como cómplice de homicidios calificado.
• Suboficial Reginaldo de la Cruz Valdés Alarcón: Dos condenas de 541 días como cómplice de homicidio calificado.
Fuente :Martes 1 de julio de 2008 La Nación
Fecha :01-07-2008
Después de 34 años de cometido el doble homicidio, el ministro Alejandro Solís dictó sendas condenas en contra de la cúpula de la DINA por su responsabilidad en la muerte del otrora comandante en jefe del Ejército Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert. En el dictamen de primera instancia el juez establece una pena perpetua en contra de Manuel Contreras Sepúlveda por los dos crímenes y a su vez una sentencia de veinte años de presidio por asociación ilícita.
Para el brigadier (r) Pedro Espinoza la sentencia es de veinte años de presidio por cada asesinato y otros veinte años por su rol en esta asociación ilícita
En el caso del agente Raúl Iturriaga Neumann el dictamen es de quince años de presidio por cada homicidio y de 541 por asociación ilícita. Un poco más baja es la pena para José Zara, Juan Morales Salgado y Christoph Willike donde la sentencia alcanza a diez años presidio por cada crimen y de 541 días por la asociación ilícita.
En el caso de Jorge Iturriaga Neumann cinco años y un día por cada homicidio y a su vez Mariana Callejas -en su rol de autora material del crimen- recibió una pena de diez años por cada homicidio
Finalmente el suboficial (r) Reginaldo Valdés enfrentará dos penas de 541 días por su rol en los dos asesinatos.
Hijas del matrimonio Prats-Cuthbert destacaron fallo
Angélica y Cecilia Prats Cuthbert arribaron complacidas hasta el palacio de tribunales para interiorizarse del dictamen del ministro Alejandro Solís en contra de quienes participaron en el doble homicidio de sus padres Carlos Prats y Sofía Cuthbert ocurrido en 1974 en Argentina.
"Lo que uno más esperaba era justicia frente a lo que vivieron nuestros padres y la posibilidad de hacer un aporte al país con esta verdad, un aporte al Ejército para que puede escribir su verdadera historia", afirmó Angélica Prats.
En tanto Cecilia afirmó que “el país ya conoce la verdad, nosotros estamos tranquilos después de todos estos años. El Ejército también tiene claridad de los participantes: son siete militares que en servicio activo participaron de la muerte del Comandante en Jefe, agentes del Estado participantes están determinados también, así que esa claridad ya la tiene el país y la tenemos nosotros también".
Angélica Prats valoró el trabajo que ha efectuado el ministro a cargo del proceso Alejandro Solís puntualizando además que no se puede olvidar los avances de la justicia argentina que también tramita esta causa.
Para la abogada de la familia Prats, Pamela Pereira con la investigación del juez Solís queda en evidencia que el crimen fue "un acto de terrorismo de la mayor magnitud en territorio extranjero" y que en este participaron “agentes de la DINA, oficiales del Ejército de Chile.
Fuente :Lunes 30 de junio de 2008 La Nación
Fecha :30-06-2008
Luego del rechazo de la Corte Suprema a desaforar a Augusto Pinochet, el ministro Alejandro Solís optó por dictar el sobreseimiento definitivo del ex dictador en el caso por el doble homicidio del general (r) Carlos Prats, y su esposa Sofía Cuthbert.
Con la medida el juez cumplió con lo dispuesto por el máximo tribunal que en la práctica al negar el desafuero le impidió seguir investigando la responsabilidad de Pinochet.
El 24 de marzo, el pleno de la Corte Suprema rechazó desaforar a Pinochet, argumentando razones formales, fundamentalmente la existencia de un pronunciamiento anterior. Solís mantiene procesada a toda la plana mayor de la DINA.
Fuente :1 de Abril 2005 La Nacion
Fecha :01-04-2005
El ministro Nibaldo Segura ordenó la detención preventiva del brigadier (R) del Ejército y ex agente de la DINA Christoph Willike, en el marco de la solicitud de extradición solicitada por la Justicia argentina en el caso Prats.
La decisión fue adoptada luego que Willike prestara declaración por más de dos horas ante el magistrado, quien alegó inocencia de los cargos que se le imputan y consideró improcedente la detención ordenada en su contra.
Willike y la ex agente de la DINA Mariana Callejas -esposa del doble agente Michael Townley- fueron sometidos a proceso por la Justicia argentina como autores de asociación ilícita y doble homicidio agravado por explosivos. Es por esto que la jueza argentina solicitó su extradición.
El jueves el magistrado decretó el arresto domiciliario de Mariana Callejas, sindicada como la autora material del atetando en contra del general Prats.
En diciembre pasado la jueza argentina María Servini de Cubría también había solicitado la extradición de la cúpula de la disuelta DINA, pedido que fue rechazado por la Corte Suprema.
Sin embargo, el máximo tribunal resolvió que el caso debía ser investigado en Chile, por lo que nombró como ministro en visita a Alejandro Solís, quien sometió a proceso al ex director de la DINA general (R) Manuel Contreras, al ex brigadier Pedro Espinoza, al brigadier Raúl Iturriaga Neumman, al civil Jorge Iturriaga y al coronel (R) José Zara.
Fuente :22 de Julio 2003 El Mostrador
Fecha :22-07-2003
La Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago concedió en fallo unánime la libertad provisional previo pago de una fianza de un millón y medio de pesos, al ex agente civil de la DINA, Jorge Iturriaga Neumann, quien se encuentra procesado por el crimen del general (r) Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert.
El tribunal de alzada no dio lugar a la solicitud de libertad para el general (r) Manuel Contreras, a quien también se le confirmó el procesamiento en calidad de autor como jefe en el delito de asociación ilícita en concurso real del doble homicidio, ya que los ministros integrantes estimaron que el ex director de la DINA representaba un "peligro para la seguridad de la sociedad".
El abogado Jorge Balmaceda, defensor del ex agente, se manifestó satisfecho con la resolución. Mientras que la abogada querellante Pamela Pereira sostuvo que a pesar de la libertad para Jorge Iturriaga, la confirmación del procesamiento de Contreras y la negación de su libertad "permite seguir adelante, con mucha fuerza la investigación".
La profesional representante de la familia Prats se manifestó confiada en que pronto se dictarán las acusaciones de los procesados en el caso, el cual es instruido en Chile por el ministro Alejandro Solis.
El magistrado, quien el 25 de febrero pasado procesó a la plana mayor de la DINA, está a la espera de que la Corte Suprema lo autorice a viajar a Estados Unidos para interrogar a Michael Townley, autor material del homicidio.
Asimismo, la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones declaró inadmisible la petición formulada por la defensa de Manuel Contreras de pedir la extradición de Townley y de Enrique Arancibia Clavel, autor del homicidio del ex Comandante en Jefe del Ejército, quien cumple cadena perpetua en Argentina.
Carlos Prats y su esposa Sofia Cuthbert fueron asesinados en septiembre de 1974 en un atentado terrorista perpetrado en el barrio Palermo de Buenos Aires. Por este caso se realiza una investigación paralela en Argentina, la cual está a cargo de la jueza María Servini de Cubria quien también sometió a proceso a los cinco ex agentes del disuelto organismo represor.
Fuente :28 de Marzo 2003 La Nacion
Fecha :28-03-2003
El procesamiento afectará -en calidad de autores- al ex director de la DINA, general(R) Manuel Contreras Sepúlveda y quien fuera su brazo derecho, el ex brigadier, Pedro Espinoza. En tanto, el brigadier Raúl Iturriaga, sería procesado en calidad de autor directo, lo mismo que su hermano Jorge Iturriaga y el coronel (r) José Zara.
El ministro en visita Alejandro Solís, quien instruye el proceso por el asesinato del ex comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats, someterá hoy a proceso a los cinco ex agentes de la DINA que participaron en los hechos ocurridos en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1974, aseguraron a El Mostrador.cl fuentes judiciales. Es decir, casi 30 años más tarde.
La resolución será dictada pasadas las 9.30 por el magistrado, quien ya tiene citado a los ex agentes los que quedarán detenidos en recintos militares, presumiblemente en el regimiento de Telecomunicaciones de Peñalolén.
De acuerdo a las fuentes consultadas por este diario, el procesamiento afectará -en calidad de autores- al ex director de la DINA, general (R) Manuel Contreras Sepúlveda y quien fuera su brazo derecho, el ahora ex brigadier, Pedro Espinoza.
En tanto, el brigadier Raúl Iturriaga Neumann, sería procesado en calidad de autor directo, lo mismo que su hermano Jorge Iturriaga y al coronel (r) José Zara.
El encausamiento será por los delitos de asociación ilícita y homicidio. En este sentido, Alejandro Solís -dijeron fuentes judiciales- tomará gran parte de los fundamentos de las resoluciones dictadas en Argentina por la jueza María Servini de Cubría, como también del fallo que dictó recientemente la Corte Suprema chilena.
En Argentina se halla condenado a cadena perpetua por este delito el ex agente de la DINA, Enrique Arancibia Clavel.
Por este hecho, ocurrido en el extrajero, es altamente improbable que a los militares se les llegue a aplicar la Ley de Amnistía de 1978. Sin duda se abrirá un nuevo debate jurídico al respecto
Fuente :25 de Marzo 2003 El Mostrador
Fecha :25-03-2003
El ex agente de la Dina Michael Townley, autor confeso del crimen del general Carlos Prats y su esposa, relató en su interrogatorio a la jueza argentina María Servini de Cubría detalles sobre cómo cometió el doble asesinato en septiembre de 1974.
En su declaración, realizada por la magistrada en 1999 y revelada hoy por el diario Siete, el ex agente confirmó que la orden de matar a Prats emanó del brigadier Pedro Espinoza, del mayor Raúl Iturriaga "y en cierto momento del general Contreras". Sin embargo, dijo creer que las órdenes venían de una "autoridad superior".
"Se hablaba de la importancia del general Prats en la estructura política de Chile, de posibles actividades de la oposición...", dijo el ex agente.
En su interrogatorio detalló que realizó "la operación a instancias del coronel Espinoza (...) Cuando se planificaba la operación yo traté exclusivamente con el coronel Espinoza y el mayor Raúl Eduardo Iturriaga. La planificación y realización fueron exclusivamente mi obra. El coronel Espinoza me proporcionó el dinero para los materiales necesarios para construir la bomba y para los gastos de viaje (...) El artefacto que sería utilizado era un transmisor de radio electrónico. El mayor Iturriaga proporcionó los explosivos".
Townley declaró que una vez apobado el explosivo, viajó a Argentina, en donde tuvo difucultades para cumplir su misión. "No pude encontrar al general Prats, creo que la única dirección que nos dieron no era la correcta, y no pude encontrarla. Así que regresé y dije necesito mejor información, si no la hay no podré hacerlo'".
En su segundo viaje a Argentina se reunió con el mayor Iturriaga quien le dijo dónde encontrar a Prats. Durante días vigiló el departamento donde vivía el general, ocasión en la que incluso, se encontró con él cara a cara, mientras llevaba una pistola en su bolsillo, pero "de ninguna manera iba a intentarlo en ese momento".
Finalmente pudo entrar en el estacionamiento de la casa de Prats sin que lo vieran, aprovechando la ausencia del portero. Según reveló en su interrogatorio, ocultó el explosivo en "una caja y lo até debajo debajo de la parte central del medio del automóvil".
Consultado por qué eligió detonar la bomba cuando Prats estaba junto a su esposa Sofía Cuthbert dijo: "fue la primera oportunidad que tuve... me preocupaba la estabilidad del artefacto, si era capaz de detoonarse sin mi intervención. No fue una decisión consciente de hacerlo, porque ella estaba en el vehículo. Fue la primera oportunidad que tuve".
La explosion
En su interrogatorio, Townley relató cómo fue ese domingo 30 de septiembre de 1974, en el barrio Palermo en Buenos Aires: "La calle estaba mal iluminada, pero lo que pensaba era que desde el viernes en la noche había un artefacto explosivo bajo este vehículo y que pudo haber explotado en cualquier momento, en cualquier lugar por un sinnúmero de motivos. Como una interferencia eléctrica, la radio de otra persona. El vehículo se acercó, me pasó, se detuvo a la entrada de la cochera y lo hice explotar... Yo estaba sentado al volante y mi esposa (Mariana Callejas) al otro lado y tenía la radio sobre las rodillas. La levantó y preguntó: ¿qué hago? dámela le dije... no, no sé si lo dije... simplemente la tomé. Ella estaba toqueteando, empujando. Ni siquiera estaba prendida. Estábamos sentados desde hace horas... Cuando ella levantó la radio, el botón estaba al lado derecho, lo tenía en la mano. Yo vi que cuando la levantó pensaba que se iba a producir la explosión, pero no sucedió...".
Las investigaciones por el doble crimen indican que Mariana Callejas habría apretado el botón para hacer explotar la bomba, sin embargo de acuerdo a las palabras de Townley él habría hecho activar el explosivo que terminó con la vida del general Prats y su esposa.
Fuente :13 de Abril 2005 La Tercera
Según Prats, la “Democracia condicionada”, como la llama (condicionada por el débil compromiso democrático de algunos sectores nacionales), podría ser algo más que un “condominio burgués”, si la norma del consenso sustituyera a la fuerza y la negociación a la violencia. Aquí recoge la larga historia doctrinaria de las propias instituciones armadas, pronunciándose por un claro papel del Estado en la vida económica nacional, y un justo equilibrio entre la presencia de la empresa privada y la gestión y propiedad estatal. Su aspiración de que al fin se constituya una efectiva “mayoría nacional”, formada por “una banda que cubra dos tercios del centro del espectro, dejando un sexto a la derecha y un sexto a la izquierda” (p. 559), muestra el contenido de su opción democrática.
El libro póstumo del general Carlos Prats González, Memorias. Testimonio de un soldado (Pehuén Editores, Santiago,1985), editado por sus hijas Sofía, María Angélica y Cecilia Prats Cuthbert –publicado en esos difíciles días por el comprometido y valiente editor Jorge Barros–, adquiere renovada actualidad en el marco de la conmemoración del cincuentenario del golpe militar, de la renuncia del general Prats a la Comandancia en Jefe del Ejército y al Ministerio de Defensa (23 de agosto, 1973), y de su asesinato el 30 de septiembre de 1974 ordenado por el general Augusto Pinochet, quien fuera su segundo al mando del Ejército. Treinta y seis años después, recién en 2009, el Ejército le rindió un merecido homenaje inaugurando el Campo Militar San Bernardo del General Carlos Prats González.
La breve reseña de este importante testimonio que a continuación transcribo –publicada en la Revista Mensaje (Nº 339, junio 1985) a invitación de la misma– solo destaca algunos aspectos de la reconocida honorabilidad de la que, como persona y militar, fue merecedor el general Prats. Su testimonio contiene múltiples y valiosos elementos para conocer desde esta óptica privilegiada el desarrollo de la carrera militar a medida que el país enfrentaba diversas crisis económicas y políticas; su apreciación del daño que “el adoctrinamiento militar norteamericano” generó al poner énfasis en “un centro de gravedad radicado especialmente en el equipamiento antisubversivo y de acción cívica para las tres Instituciones” (pp.562-563); la crisis política de los sesenta y setenta; las fuerzas que idearon, planearon y desencadenaron el golpe; así como sus convicciones sobre el futuro de las instituciones armadas y el destino democrático del país.
Así, en junio de 1985, en la citada reseña de su testimonio señalaba:
“El 2 de febrero recién pasado el general Carlos Prats habría celebrado su septuagésimo cumpleaños. El doble asesinato en Buenos Aires no sólo le quitó a sus hijas —tal como ellas lo indican en la Presentación del libro— ‘la posibilidad de darles ese beso final que todo hijo tiene derecho a dar’, sino que impidió el justo homenaje público al que este gran soldado se hizo merecedor. Por ello, este póstumo regalo de cumpleaños que su familia nos entrega es un presente que todo demócrata debería agradecer.
No podemos evitar una reflexión sobre quien nos entrega sus Memorias, no como soldado, sino como persona, más allá del contenido de las mismas. Se destaca ante el lector la enorme transparencia moral de quien nos escribe. Su rectitud y solvencia personal a toda prueba es uno de los hilos conductores a lo largo de sus reflexiones. Incluso en el momento de sus errores o frente a sus principales colaboradores que lo abandonaron, emerge el hombre íntegro por sobre cualquier otra consideración.
Las Memorias se nos entregan en cinco partes, encabezadas por un Prólogo, en el cual, Prats selecciona los más virulentos comentarios de prensa en su contra, en el período 1969-1974, provenientes de diversos ángulos políticos e ideológicos. Las cierran un Epílogo no narrativo, en el cual nos propone algunas líneas de explicación socio-política a las crisis que ha vivido el país.
Las tres partes centrales son las propiamente referidas a su figuración política nacional. Los llamados ‘Treinta y Seis Años de Introducción’ condensan sus apreciaciones de la historia política, social y económica chilena desde que era cadete del I curso general de la Escuela Militar, momento en el cual cae la dictadura ibañista (26 de julio de 1931). En esta parte nos informa que a fines de los 70 las FF.AA. ya contenían los gérmenes de su futura conducta antidemocrática, producto fundamentalmente de su deteriorada situación económica —equipos y salarios— del Ejército, en particular, y de las FF.AA. en general, y del énfasis del apoyo estadounidense a tareas policiales internas (p. 100). Como testimonio de sus perniciosos efectos queda consignado el estudio del sociólogo estadounidense, Roy Hansen, quien mostró cómo las FF.AA. ya eran en ese momento un deteriorado y frágil pilar de la democracia chilena (p. 104).
El cuerpo medular de sus Memorias está dividido en dos partes. La primera, ‘Veintiocho meses de desorientación militar. Mayo 1968-agosto 1970’ y ‘Tres años de perturbación militar. Septiembre 1970-agosto 1973’ (407 páginas de texto). En ellas observa cómo recién ascendido a general (abril de 1968), se acentúa la crisis disciplinaria institucional, la que culmina con el autoacuartelamiento del general Viaux en el ‘Tacna’ y el posterior intento golpista de su suegro, el coronel (r) Raúl Igualt.
El 27 de octubre asume la Comandancia en Jefe del Ejército su compañero y amigo, general René Schneider. Juntos enfrentan los intentos de desestabilización política que trataron de impedir el ascenso de Allende al poder. Es en este período que, siendo Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, elabora el documento ‘Análisis del momento político nacional’, el que aboga por una solución política y anticipaba a la crisis que se precipitaría si Allende asumía con el apoyo de sólo un tercio del electorado. El asesinato del general Schneider es determinante para entender la posterior evolución política de Prats. Nos relata ‘la pena indescriptible’ (p. 188) que siente cuando ve a su compañero de armas asesinado, y señala las alternativas que en ese momento enfrentan las FF.AA.: ‘La violencia trastocadora o la del sacrificio solidario’ (p. 189). Sus Memorias muestran cómo Prats eligió la segunda alternativa.
A partir de su nombramiento como Comandante en Jefe del Ejército, el general Prats implementa paso a paso su idea del ‘sacrificio solidario’. La circular difundida en noviembre de 1970, ‘Definición Doctrinaria Institucional’, insiste sobre el profesionalismo militar y la no-deliberación, dedicándole a ella una parte sustancial de su desempeño como Comandante en Jefe.
A esta altura del relato quedan claros los principales elementos de la tragedia anunciada, los que en el resto de las Memorias se van entrelazando. Por una parte, Prats anhela ‘el logro de una fórmula genuinamente política, que resolviera democráticamente el trágico dilema chileno y que, a la vez, resguardara tanto el profesionalismo del Ejército, como el derecho de autodeterminación nacional frente a las presiones intervencionistas’ (p. 52). Es por estas razones que opta por el ‘sacrificio solidario’, apoyando la gestión del presidente Allende hasta el momento en el cual, agotado todo su capital político, debe renunciar en medio de fuertes críticas al interior de su propia institución. Por otra parte, este compromiso personal con el proceso democrático constitucional, erosiona las propias bases de sus Definiciones Doctrinarias en la medida que el apoyo institucional del Ejército y del resto de las FF. AA. al gobierno constitucional, toda vez que no se logra la fórmula política anticipada por él, sumerge a las propias instituciones armadas en un amplio proceso de deliberación, abriéndose las compuertas a la intervención foránea y a la conspiración nacional.
La alternativa elegida por el general Prats fue, indudablemente, la más patriótica y honorable respuesta del hombre de armas a la crisis política nacional. Lamentablemente no dependían de él las soluciones a la misma. En esta medida, el riesgo asumido crecía día a día frente a la incapacidad de los partidos políticos por lograr una fórmula de acuerdo. Por estas razones, su opción, siendo la más democrática, fue, al mismo tiempo, la más riesgosa.
En la medida que la civilidad democrática va dejando aislado a Prats al interior del Ejército y frente al resto de las FF.AA., este comienza a perder su batalla al interior de las instituciones armadas. Con su Jefe de Estado Mayor, general Pinochet, comenta la falta de apoyo otorgado por el propio Servicio de Inteligencia Militar (SIM) para investigar las diversas corrientes conspirativas (p. 401). Así, la falta de apoyo civil a su gestión castrense le impide una acción enérgica en contra de quienes actuaban con deslealtad entre sus subalternos. No tiene, de esta forma, la libertad de acción como para llamar a retiro a los principales cabecillas de la conspiración, a los que a esa altura del proceso ya tenía suficientemente identificados.
En el Prólogo, Prats se interroga sobre su supuesta ingenuidad política. Creemos que, más que de ingenuidad, cayó víctima de un exceso de confianza en los actores políticos del momento. En las Memorias queda claro cómo desde el centro, la izquierda y la derecha, con distintas características y contenido, se continuaba en la demencial guerra de desgaste político que anticipaba la tragedia. Igualmente, queda clara la presencia conspirativa estadounidense, posteriormente develada por la comisión del Senado de los Estados Unidos bajo la presidencia del extinto senador demócrata, Frank Church.
El Epílogo es una de las partes más ricas en sugerencias sobre el futuro político nacional y el de las FF.AA. en un Estado efectivamente democrático. Según Prats, la ‘Democracia condicionada’, como la llama (condicionada por el débil compromiso democrático de algunos sectores nacionales), podría ser algo más que un ‘condominio burgués’, si la norma del consenso sustituyera a la fuerza y la negociación a la violencia. Aquí recoge la larga historia doctrinaria de las propias instituciones armadas, pronunciándose por un claro papel del Estado en la vida económica nacional, y un justo equilibrio entre la presencia de la empresa privada y la gestión y propiedad estatal. Su aspiración de que al fin se constituya una efectiva ‘mayoría nacional’, formada por ‘una banda que cubra dos tercios del centro del espectro, dejando un sexto a la derecha y un sexto a la izquierda’ (p. 559), muestra el contenido de su opción democrática.
Sus comentarios finales ubican el desarrollo de las instituciones armadas al interior del amplio proceso de militarización del continente (p. 560), en la que la ‘especialización tecnificada de mandos subalternos entregó a los oficiales jóvenes una nueva dimensión de su poder, a través de las acciones locales de comando’ (p. 561). La autonomizacíón castrense no sólo se expresa frente a la sociedad, sino también al interior de las propias FF.AA.
El análisis de Prats del ‘premonitorio’ estudio del cientista político francés Alain Joxe, fustiga a unas ciencias sociales incapaces de siquiera vislumbrar ‘el cataclismo que asoló la Patria’ (p. 597).
Igualmente, destaca la política militar del gobierno de Allende, y preocupado por el futuro de las instituciones armadas, vaticina un ‘vacío intelectual irrecuperable’ entre sus filas de mantenerse la actual situación de dictadura (p. 605).
Cierran estas Memorias sus últimos comentarios sobre la necesidad de una nueva síntesis cívico-militar [sic], capaz de integrar a las FF.AA. al destino del resto del país, sacándolas de su enajenada posición como nuevo compartimento estanco. De acuerdo a sus palabras finales, solamente ‘el sol de la convivencia cívica logrará disipar la espesa niebla que cubre el campamento’. Sólo la plena subordinación de las FF.AA. a un nuevo y más responsable poder civil democrático podrá curar las profundas heridas dejadas por esta tragedia nacional”.
En las páginas finales el general Prats establece los parámetros constitucionales que deben enmarcar a las FF.AA., siendo esta una contribución sustantiva y válida especialmente para el momento constitucional actual: ‘La sujeción de la fuerza pública al poder civil, excluye perentoriamente los sofismas de la presunta autonomía del órgano de fuerza respecto de los poderes constitucionales del Estado, para constituirse en el súper controlador del interés nacional y de los altos destino de la patria, sustituyendo la voluntad soberana del pueblo (p.607).
Estas Memorias han mantenido su plena vigencia por cinco décadas y constituyen una obra de consulta y reflexión fundamental para enfrentar los actuales desafíos que ponen en peligro el futuro de la democracia en el país.
Fuente :elmostrador.cl 2/8/2023
Parlamentarios buscan conmemorar la figura del excomandante en jefe del ejército, Carlos Prats, instalando un monumento en Talcahuano, localidad donde nació.
La moción, patrocinada por Isabel Allende, José Miguel Insulza, Gastón Saavedra, Paulina Vodanovic y Matías Walker, autoriza erigir un monumento en Talcahuano en memoria de la figura de Carlos Prats González, que se financie mediante una colecta pública en Concepción, dinero que se recaudará en una cuenta bancaria especialmente creada para este fin en el Banco Estado.
Los autores de la iniciativa legal señalan que Carlos Prats González, nacido en Talcahuano, fue Comandante en Jefe del Ejército durante la presidencia de Salvador Allende. Además, se desempeñó como ministro del Interior, vicepresidente de la República y Ministro de Defensa durante ese gobierno, y que tras el Golpe de Estado junto a su esposa fueron exiliados a Argentina, en donde un atentado en su contra les quitó la vida a ambos.
Proponen erigir un monumento en su memoria y que las obras se financien mediante la realización de una colecta pública en la Provincia de Concepción, crear un fondo especial con el mismo objeto constituido por erogaciones, donaciones y aportes privados, junto a una Comisión Especial de ocho integrantes ad honorem encargada de ejecutar los objetivos de la ley, la que estará integrada por el alcalde de la comuna de Talcahuano, que la presidirá, los Senadores de la Región del Biobío, los diputados del distrito 20, los decanos de las Facultades de Arquitectura de la Universidad de Concepción y de la Universidad del BíoBío, el Secretario Regional Ministerial de Educación, la Delegada Presidencial y el Gobernador Regional de la Región del Bío-Bio.
Fuente :diarioconstitucional.cl 12/8/2023
- La exhibición es un proyecto del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, la Familia Prats Cuthbert y el Consejo de la Cultura y las Artes.
- Este homenaje al general Carlos Prats González se basa en sus textos manuscritos.
Este jueves 27 de julio a las 19:00 horas se inaugura en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos la exposición Acción Medular del artista Fernando Prats que busca rescatar tanto la dimensión ética como emotiva del general Carlos Prats, especialmente en los años inmediatamente anteriores a 1973. La exposición se basa en los gestos escriturales, en el trazo a mano de su pensamiento, en momentos en que realiza un gran esfuerzo por mantener el régimen constitucionalista en medio de un clima de polarización extrema en Chile.
En la escritura resaltan frases que marcan a esta obra, desde su evaluación de un posible golpe de Estado, el sufrimiento del pueblo, la responsabilidad que recaería sobre el Ejército y también aquella que se alinea con el título de la exposición: “Un sentimiento de amor a la patria, que está en la médula”. Cita que refleja no sólo la devoción del general por Chile sino también el trabajo que el artista lleva realizando hace años con el concepto de médula ligado al paisaje y el territorio de Chile.
Para el Director Ejecutivo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos Francisco Estévez V. “la figura del Gral. Prats destaca también por su gran formación humanista, la cual podemos conocer a través de sus memorias –elemento esencial de esta exposición- donde se muestra como él es uno de los mejores militares de la tradición republicana de Chile”
La obra Acción Medular trabaja con la noción de médula, como sustancia principal de la memoria. La exposición está compuesta por 1592 folios escritos a mano y que constituyen el original del libro de memorias escrito en Buenos Aires por el General. La redacción a mano concluye un mes antes de que fuera asesinado junto a su esposa, Sofía Cuthbert, en el barrio de Palermo el 30 de septiembre de 1974.
El artista Fernando Prats explica su trabajo, “cuando lees el manuscrito te das cuenta de que el general Carlos Prats tenía un profundo amor por Chile; me impresionó su sentido de lealtad, de respeto y la capacidad que tenía de dialogar con todo el espectro nacional. Su mayor dolor era darse cuenta que no era escuchado. El creía profundamente en que la Constitución era una herramienta suficientemente clara para solucionar los problemas del país. Y parte de la importancia de este proyecto es situar por primera vez, la figura del general Prats en el museo y que además, concluirá con un homenaje permanente en el acceso del edificio”.
Fernando Prats trabajó con los manuscritos dejados por el general Prats, ahumando las hojas, destacando palabras, símbolos y textos claves del periodo abarcado y que muestran una lectura posible desde la gestualidad del cuerpo, entre otras.
Para el Ministro de Cultura, Ernesto Ottone, “esta propuesta tiene una relevancia que más allá de la persona homenajeada, en este caso el General Carlos Prats, permite relevar desde una disciplina artística como las artes visuales, la memoria histórica de nuestro país”.
Una de las páginas correspondientes al día martes 11 de septiembre de 1973 es transformada en escritura luminosa, modelada en neón, que constituye el punto desde donde irradia luz que permite leer el conjunto total del manuscrito. Este es el texto:
«Pienso en la terrible responsabilidad que han echado sobre sus hombros mis ex-camaradas de armas al tener que doblegar por la fuerza de las armas a un pueblo orgulloso del ejercicio pleno de los derechos humanos y del imperio de la libertad. Medito en los miles de conciudadanos que perderán sus propias vidas o la de sus seres queridos; en los sufrimientos de los que serán encarcelados y vejados; en el dolor de tantas víctimas del odio; en la desesperación de quienes perderán su trabajo; en la desolación de los desamparados y perseguidos, y en la tragedia íntima de quienes perderán su dignidad.»
Este homenaje al general Carlos Prats González se divide en dos etapas, la exposición y un memorial permanente que se instalará en septiembre próximo en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Es así como la médula pasa a ser por un lado, la escritura de puño y letra del general Prats, y por otro, la tierra, el territorio nacional donde se perpetraron acciones de dolor y violencia hacia los chilenos.
Fuente :cultura.gob.cl 27/7/2017
El ex agente de la DINA Michael Townley es testigo protegido en Estados Unidos.
La investigación del asesinato de Prats y su esposa, en Buenos Aires, está en manos de Servini de Cubría.
La confesión de Michael Townley conmovió a Chile. El ex agente norteamericano reconoció su participación como autor material del atentado en el que murió el ex jefe del Ejército, Carlos Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, ocurrido en Buenos Aires en 1974. Lo hizo en su declaración ante la jueza federal María Servini de Cubría, que investiga el asesinato y hace un año viajó a los Estados Unidos para interrogarlo. El presidente chileno Ricardo Lagos se manifestó �impactado� por la noticia y advirtió que, si estos hechos ocurrieron como los dice (el ex agente), debemos meditar para que no ocurran nunca más. Por primera vez uno de los responsables del ataque asume su culpabilidad en forma directa.
Sin embargo, ya existía certeza de que este crimen había sido perpetrado por agentes de la DINA, la disuelta policía secreta chilena, tal como afirmó el Informe Rettig de 1991 sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura. Sofía Prats aseguró que para su familia no es novedad la participación de Townley en el doble asesinato.
Ayer en Santiago, el presidente Lagos recordó que conoció en forma personal a Prats y a su esposa, con quienes compartió algunas tardes de domingo tomando el té en la casa que tenía en Martínez, y por eso espera que la Justicia argentina aclare ese alevoso atentado. Agregó que por el bien de Chile espera que el caso pueda ser dilucidado. En tal sentido aclaró que será la magistrada argentina la encargada de resolver cuál es el valor de la declaración (de Townley), pero consideró que tiene que servir para hacernos meditar mucho.
El diario electrónico El Mostrador publicó el lunes en base a fuentes allegadas a la investigación que Townley admitió haber colocado y activado la bomba que mató a los Prats, inculpó a los hermanos Jorge y Raúl Iturriaga Neumann como responsables en la actividad preoperativa del atentado y aseguró que Manuel Contreras, ex jefe de la DINA, fue quien dio la orden para ejecutar la operación. El diario chileno La Nación confirmó ayer esta información. La declaración del ex agente quedó incorporada esta semana al expediente que instruye Servini de Cubría, en su versión traducida del inglés. Habría accedido a hablar a cambio de que su testimonio no fuera utilizado en contra suyo ni de su ex esposa, la chilena Mariana Callejas, quien también estuvo en las filas de la DINA.
Townley vive en los Estados Unidos amparado por el programa de protección de testigos por haber admitido su participación en el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier y su secretaria Ronni Moffitt, ocurrido el 21 de setiembre de 1976 en Washington. Recibió una condena leve a cambio de la información que brindó a la fiscalía. Antes de ser extraditado, en 1978, estaba adscrito al aparato externo de la feroz policía represiva de Pinochet y era un fervoroso anticomunista residente en Chile. En el sótano de la lujosa residencia que le entregó la DINA fue torturado y asesinado en 1976 el diplomático español de la ONU, Carmelo Soria. También estuvo implicado en los atentados cometidos en Roma contra el ex vicepresidente chileno Bernardo Leighton y su esposa Anita Fresno.
Contreras había declarado ante Servini que el atentado contra los Prats fue obra de Townley, en connivencia con la CIA y con grupos argentinos vinculados a la Triple A. La operación fue planificada por la CIA y llevada a cabo por Townley y su mujer aseveró el ex jefe militar chileno tratando de desligarse del asunto.
Entre los nueve imputados del caso figura Augusto Pinochet como coautor, partícipe o encubridorï del homicidio del matrimonio Prats y su indagatoria fue pedida por los fiscales Jorge Di Lello y Jorge Alvarez Berlanda luego de que Contreras afirmara que recibía órdenes directas del dictador (ver recuadro). Los querellantes darán a conocer en los próximosdías la identidad de alto oficial del Ejército chileno que también estaría involucrado.
Prats fue jefe del Ejército y ministro del Interior durante el gobierno del socialista Salvador Allende. Tras el golpe que encabezó Pinochet se trasladó con su familia a Buenos Aires. El matrimonio fue asesinado en la madrugada del 30 de setiembre de 1974 en el barrio de Palermo, en un ataque perpetrado mediante la colocación de explosivos en su automóvil. El ex agente chileno Enrique Lautaro Arancibia Clavel habría brindado la información para que Townley ejecutara el atentado.
Pinochet tiene que buscarse abogado
Augusto Pinochet tiene tiempo hasta mañana para buscarse un abogado en Buenos Aires y así poder afrontar el juicio por el asesinato del general Carlos Prats; de lo contrario será asistido por un defensor oficial. Hace un mes la jueza María Servini de Cubría declaró el hecho como crimen de lesa humanidad y rechazó los argumentos que pretendían obtener la prescripción del caso, presentados por los militares chilenos Raúl y José Iturriaga Neumann, José Zara Holger, Manuel Contreras y Pedro Espinoza. La magistrada se basó en la jurisprudencia internacional de derechos humanos y su decisión fue apelada ante la Cámara Federal porteña. Cuando se resuelva esa situación, Servini de Cubría estaría en condiciones de escuchar a Pinochet en una declaración indagatoria. Si bien el escenario del juicio oral aún está lejos, el ex agente de inteligencia chileno Enrique Arancibia Clavel podría sentarse en el banquillo antes que los demás. Está detenido desde hace cuatro años en el penal de Caseros y su caso irá a juicio oral a partir de la resolución de la Cámara de Casación que declaró competente a la Justicia argentina para juzgarlo. Arancibia Clavel está acusado de haber integrado una asociación ilícita con la disuelta policía secreta chilena (DINA) para asesinar a Prats y a su esposa. Mientras tanto, Servini siguió avanzando. En mayo pasado viajó a los Estados Unidos para interrogar al ex agente Michael Townley. Y en diciembre participó del interrogatorio a Contreras y Espinoza en la cárcel especial para violadores de los derechos humanos ubicada en la localidad chilena de Punta Peuco. En una decisión inédita, la Justicia chilena la autorizó a presenciar la indagatoria. La causa fue iniciada por las hijas del general Prats y por el Estado chileno y fue impulsada por los fiscales Jorge Di Lello y Jorge Alvarez Berlanda.
Fuente :pagina19.cl sin fecha
En medio de actividades y conmemoraciones por los 50 años del Golpe de Estado, el líder comunal reflexiona en conversación con The Clinic sobre este hecho, la imagen de Salvador Allende y la justicia tardía en el país. Asimismo recuerda a su abuelo y cómo fue el momento en que se enteró del asesinato a manos de agentes de la DINA.
La madrugada del 30 de septiembre de 1974 el general Carlos Prats junto a su esposa Sofía Cuthbert se trasladaban por el barrio Palermo, en Buenos Aires (Argentina), cuando se produjo su asesinato. En el auto del militar el entonces agente estadounidense de la DINA, Michael Townley, reconoció haber colocado una bomba que posteriormente detonó provocando la muerte de la pareja.
Carlos Cuadrado Prats, actual alcalde de Huechuraba y militante del PPD, tenía nueve años cuando ocurrió el crimen. “Yo recuerdo llanto. Recuerdo a mi padre abrazando a mi madre, a ambos hablando por teléfono”, relata en conversación con The Clinic sobre la jornada en que se enteraron del hecho.
En Chile imperaba aún el toque de queda, por lo que además rememora que en ese momento no tenía la posibilidad de desplazarse a ningún lugar. “Cada hermana estaba en su respectiva casa”, afirma respecto a las tres hijas del general Prats, Sofía, Angélica y Cecilia.
A su corta edad la primera explicación que le dieron a Carlos Cuadrado fue simple. “Muy claro, el tata había tenido un accidente y había fallecido”, le señalaron en medio de la conmoción. Tras esto afirma que vino todo un periodo en “mis padres fueron a Argentina a buscar a mis abuelos. Vino al tema del funeral del tata”. Del asesinato como tal señala que “después hubo una conversación, un conocimiento mayor de lo sucedido, pero en poco tiempo, no pasó mucho”.
La madrugada del 30 de septiembre de 1974 el general Carlos Prats junto a su esposa Sofía Cuthbert se trasladaban por el barrio Palermo, en Buenos Aires (Argentina), cuando se produjo su asesinato. En el auto del militar el entonces agente estadounidense de la DINA, Michael Townley, reconoció haber colocado una bomba que posteriormente detonó provocando la muerte de la pareja.
Carlos Cuadrado Prats, actual alcalde de Huechuraba y militante del PPD, tenía nueve años cuando ocurrió el crimen. “Yo recuerdo llanto. Recuerdo a mi padre abrazando a mi madre, a ambos hablando por teléfono”, relata en conversación con The Clinic sobre la jornada en que se enteraron del hecho.
En Chile imperaba aún el toque de queda, por lo que además rememora que en ese momento no tenía la posibilidad de desplazarse a ningún lugar. “Cada hermana estaba en su respectiva casa”, afirma respecto a las tres hijas del general Prats, Sofía, Angélica y Cecilia.
A su corta edad la primera explicación que le dieron a Carlos Cuadrado fue simple. “Muy claro, el tata había tenido un accidente y había fallecido”, le señalaron en medio de la conmoción. Tras esto afirma que vino todo un periodo en “mis padres fueron a Argentina a buscar a mis abuelos. Vino al tema del funeral del tata”. Del asesinato como tal señala que “después hubo una conversación, un conocimiento mayor de lo sucedido, pero en poco tiempo, no pasó mucho”.
La huella del general Prats en la vida del alcalde Carlos Cuadrado
En medio de la conmemoración por los 50 años del Golpe de Estado el alcalde Carlos Cuadrado Prats ha impulsado una serie de iniciativas en Huechuraba. Una de las principales se trata del cambio de nombre a un tramo de la caletera de Américo Vespucio.
La calzada norte entre las avenidas El Salto y Recoleta pasará así a tomar el nombre de “Periodista José Carrasco Tapia”, comunicador ejecutado por agentes de la CNI en el sector el 8 de septiembre de 1986. Exposiciones, conversatorios, concursos literarios y conciertos también son parte de los actos. “La idea de unir arte, cultura, historia y comunidad para conmemorar estos 50 años”, afirma el jefe comunal.
En torno a estas fechas donde se recuerdan los crímenes cometidos en dictadura, Carlos Cuadrado afirma que “ciertamente son reparadoras. En los países, en la historia del mundo, se han conmemorado fechas que dividían para unir y generar conciencia a generaciones que no vivieron los horrores de la guerra, revoluciones o catástrofes naturales”.
Asimismo recalca la importancia que tienen estas instancias para las personas que no les tocó vivir estos hechos. “Con la conmemoración hacen conciencia para prevenir, recordar y también educar. Por lo tanto, ciertamente las fechas conmemorativas son actos de reparación y ciertamente son útiles para la construcción de naciones hacia el futuro”, sostiene.
Sobre cómo llegó a la política, el actual jefe comunal de Huechuraba y quien también fue concejal de la comuna (2008-2012), señala que “el hecho de que mi abuelo haya sido asesinado implicó quizás una voluntad inicial de hacer justicia que me llevó a estudiar derecho, pero luego a hacer verdad, por lo tanto estudié periodismo”.
“Pero las verdades o los discursos tienen que transformarse en acción y creo que la mejor manera de decir, es hacer. Cuando uno tiene la posibilidad de traducir un discurso o la memoria de alguien en acciones concretas, es la mejor forma de honrarlo. Creo que la opción de ser alcalde también reivindica con el trabajo que hemos hecho en Huechuraba la imagen de mi abuelo y lo que él quizás también pretendió hacer por Chile”, sentencia.
La imagen de Salvador Allende y la justicia tardía
El general Carlos Prats se desempeñó como comandante en jefe del Ejército de Chile durante el gobierno de Salvador Allende hasta el 23 de agosto de 1973. Su cercanía con el entonces Presidente además lo llevo a asumir como como ministro del Interior, de Defensa Nacional y vicepresidente de la República.
Su nieto afirma que si bien “no tengo de pequeño una imagen del Presidente Allende, claro, habiendo estado mi abuelo en un cargo de confianza ciertamente uno investiga a quienes fueron parte de la vida del tata. Leí sobre cada uno de los que fueron ministros de la Unidad Popular, sobre mi abuelo, sobre Allende”.
“Ciertamente uno se va formando una opinión personal, no una opinión condicionada por sentimiento de cercanía o lejanía en base a un actuar o no actuar en un determinado momento histórico. Por lo tanto, la imagen que yo tengo de Allende, es lo que me formé durante el colegio. La imagen que la Alianza Francesa en esa época tenía del presidente, que era muy distinta a la imagen que se presentaba fuera de la de las rejas del colegio en dictadura y luego también en las discusiones que se dieron a nivel universitario respecto de quién fue Allende”, añade.
Respecto al balance que hace de la figura de Salvador Allende, Carlos Cuadrado apunta que “para mí resulta ser uno de los presidentes más interesantes en términos de ejercicio del poder y de voluntad de transformación del siglo 20. Tengo un especial cariño y respeto por él”.
Por otro lado, el alcalde de Huechuraba reflexiona sobre los casos que se mantienen sin resolver desde la dictadura. “Yo creo que cuando la justicia llega tarde, pierde algo de lo que la justicia debe de ser. Porque en muchos casos se ha hecho justicia luego de que quienes buscaron a sus hijos o a sus parientes cercano, fallecieron. Fueron otras generaciones las que conocieron la verdad e hicieron justicia”, expresa.
Asimismo cuestiona que “se confunde con el tiempo la labor de la justicia. Ninguno de los familiares de ejecutados políticos, de detenidos desaparecidos o de víctimas del terrorismo de Estado han hecho justicia por su mano. Todos han concurrido a la justicia, que es la institucionalidad que el Estado se ha dado para resolver conflicto entre ciudadanos”.
Debido a esto asegura que la “justicia tardía hace pensar algunos que lo que se busca llevando a un anciano a los tribunales es venganza, cuando lo único que se está haciendo es utilizar los mecanismos de resolución de conflicto que la sociedad en la historia de la humanidad se ha dado y que, por lo tanto, demuestra que quienes violaron los derechos humanos, fueron injustos porque se ejecutó y se hizo desaparecer personas sin la participación de los tribunales que comprobaran su culpabilidad en algún delito”.
“En cambio, todos aquellos que durante años buscaron justicia y aportaron elementos a la justicia, muchas veces se le acusa de venganza cuando lo único que están tratando de hacerle justicia a través de los mecanismos que justamente el Estado se ha dado para evitar conflictos entre ciudadanos. Yo creo que la justicia tardía debilita el concepto de justicia, la visualización de la búsqueda de la justicia y la pena real para culpables de crímenes deleznables que además de haber hecho sufrir a su víctima antes de matarla, tuvieron el descaro de hacerlas desaparecer”, sentencia Carlos Cuadrado Prats.
Fuente :theclinic.cl 8/9/2023
Por unanimidad, la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó el procesamiento de un militar acusado como cómplice del homicidio del general Carlos Prats, perpetrado en Buenos Aires en septiembre de 1974.
El procesado es el suboficial de Ejército retirado Reginaldo Valdés, quien fue encausado en abril por el juez Alejandro Solís, a cargo del proceso por el asesinato del ex jefe castrense y su esposa, Sofía Cuthbert.
Valdés fue mencionado por el estadounidense Michael Townley, ex agente de la Dina, la disuelta policía secreta del gobierno de Augusto Pinochet.
Según Townley, Valdés fue uno de sus colaboradores en la actividad pre operativa de seguimiento y chequeo de las actividades de Prats y su esposa en la capital argentina.
Fuente :12 de Octubre La tercera
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