Pedro Emilio Pérez Flores

Fecha Detención : 25-09-1973
Comuna Detención : Copiapó
Fecha Asesinato : 17-10-1973
Comuna Asesinato : Copiapó
Fecha Nacimiento : 01-09-1944
Edad : 29
Lugar Nacimiento : Copiapó
Partido Político : Partido Socialista (PS)
Estado Civil e Hijos : Casado, 2 hijos
Oficio o Profesión : Ingeniero en minas
Nacionalidad : Chilena

Antecedentes del Caso

El 17 de octubre de 1973, en las primeras horas de la madrugada, fueron ejecutadas trece personas que se encontraban detenidas:

                      -          Winston Dwight CABELLO BRAVO, 28 años, ingeniero comercial, Jefe Provincial de la Oficina de Planificación Nacional(ODEPLAN) y militante del Partido Socialista.  Fue detenido el 12 de septiembre en la Intendencia y trasladado al Regimiento de Copiapó, actual Regimiento Capitán Rafael Torreblanca. 

                    -          Agapito del Carmen CARVAJAL GONZALEZ, 32 años, funcionario público y militante del Partido Socialista.  Detenido en su domicilio y trasladado al Regimiento de Copiapó. 

                    -          Fernando CARVAJAL GONZALEZ, 30 años, empleado, militante del Partido Socialista.  Fue detenido el 22 de septiembre en su domicilio, conducido hasta el Regimiento de Copiapó y desde allí a la cárcel de esa localidad. 

                   -          Manuel Roberto CORTAZAR HERNANDEZ, 20 años, estudiante secundario, dirigente estudiantil y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).  Se presentó ante las autoridades militares luego de ser requerido mediante un Bando, el l7 de septiembre de l973.  Quedó detenido en la Cárcel de Copiapó, lugar desde el cual fue trasladado al Regimiento de esa misma localidad, el 2 de octubre del mismo año. 

                    -          Alfonso Ambrosio GAMBOA FARIAS, 35 años, profesor, Director de Radio Atacama y militante del Partido Socialista.  Fue detenido en su domicilio por efectivos de Carabineros el 15 de septiembre y trasladado al Presidio de Copiapó. 

                    -          Raúl del Carmen GUARDIA OLIVARES, 23 años, funcionario público y militante del Partido Socialista. 

                    -          Raúl Leopoldo de Jesús LARRAVIDE LOPEZ, 21 años, estudiante de Ingeniería en Minas en la Universidad Técnica del Estado, sede Copiapó y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).  Fue detenido el 12 de septiembre de l973 al interior de la Universidad y conducido al Regimiento de Copiapó.  A fines de septiembre se le trasladó al Presidio de la misma ciudad.

                    -          Edwin Ricardo MANCILLA HESS, 21 años, estudiante de Pedagogía en la Escuela Normal, presidente del Centro de Alumnos y Secretario Regional del Movimiento de Izquieda Revolucionaria (MIR).  El 15 de octubre fue detenido por efectivos de Carabineros e Investigaciones en su domicilio, conducido al Presidio de Copiapó y desde allí trasladado al Regimiento de esa ciudad. 

                    -          Adolfo Mario PALLERAS NORAMBUENA, 27 años, comerciante, dirigente poblacional y militante del Movimiento de Izquieda Revolucionaria (MIR).  Requerido por las autoridades a través de un Bando militar, decidió no presentarse.  Fue detenido el l5 de octubre por efectivos de Carabineros, conducido al Regimiento de Copiapó y trasladado posteriormente al Presidio de esa ciudad.

                      -          Jaime Iván SIERRA CASTILLO, 27 años, locutor de radio y militante del Partido Socialista.  Fue detenido el 20 de septiembre en su domicilio por efectivos de Investigaciones, llevado al Cuartel de dicha Institución y desde allí trasladado al Regimiento de Copiapó.  

                    -          Atilio Ernesto UGARTE GUTIERREZ, 24 años, estudiante de Ingeniería en Minas en la Universidad Técnica del Estado, sede Copiapó y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).  Fue detenido el 14 de octubre en la residencial donde vivía y conducido al Regimiento de Copiapó. 

                    -          Néstor Leonello VINCENTI CARTAGENA, 33 años, profesor, Secretario Regional del Partido Socialista.  Fue detenido por efectivos militares y conducido al Regimiento de Copiapó.

                    -          Pedro Emilio PEREZ FLORES, 29 años, Ingeniero en Minas, profesor de la Universidad Técnica del Estado, sede Copiapó, Interventor de la planta minera "Elisa de Bordo" y dirigente del Partido Socialista.  Fue detenido el 25 de septiembre de l973 en su domicilio, que luego fue allanado por funcionarios de Investigaciones, quienes lo condujeron al presidio de Copiapó.

                             Respecto de varias de las personas antes mencionadas, la Comisión ha podido acreditar que fueron sometidos a torturas y otros apremios ilegítimos. 

                             A través de un comunicado oficial publicado en el diario "Atacama" del 18 de octubre de 1973, el Jefe de la Zona en Estado de Sitio informó de la muerte de las trece personas antes individualizadas, aduciendo que se había detectado un plan de fuga entre los prisioneros del Presidio de Copiapó.  La Fiscalía Militar había procedido, en atención a la poca seguridad y a la sobrepoblación penal existente, a "remitir a un grupo de los procesados más peligrosos de la Justicia Militar a la Cárcel presidio de La Serena ".  El comunicado oficial continuaba relatando que habían sido trasladados en un camión del Regimiento, el cual había sufrido una panne eléctrica casi al llegar a la cumbre de la cuesta Cardones.  " Aprovechando que el conductor y ayudante se encontraban preocupados de solucionar el desperfecto, sorpresivamente los detenidos aprovechándose del descuido de uno de los centinelas, saltaron a tierra dándose a la fuga hacia la pampa.  Pese a que los centinelas les gritaron ¡alto!, varias veces e incluso dispararon al aire para amedrentarlos, no se detuvieron.  En vista de esta situación, continúa el mismo informe, procedieron a disparar en contra de los fugitivos, hiriendo a trece de ellos que fallecieron en el lugar"

                             La fecha y hora de sus muertes ha sido corroborada por diferentes documentos, tales como certificados de defunción y registro del cementerio.  Sus salidas del presidio se encuentran también debidamente acreditadas.

                             Luego que se les diera muerte, sus cuerpos permanecieron al interior de un camión en el Regimiento de Copiapó, para ser luego enterrados en el Cementerio local por personal militar, en una misma fosa, entre las últimas horas del día 17 y las primeras del 18.  El lugar preciso de la inhumación no se dio a conocer ni siquiera a sus familiares.  Sólo el 31 de julio de 1990, en virtud de una presentación judicial hecha por la Comisión, se exhumaron los restos de estas 13 personas y tras su identificación fueron entregados a los familiares para su sepultación definitiva.

                             Esta Comisión rechaza la versión oficial de que se haya debido dar muerte a las personas antes individualizadas para impedir su fuga, en consideración a las siguientes circunstancias:

                    -          Las trece víctimas habrían sido seleccionadas para ser trasladadas a la Serena atendiendo su peligrosidad, según señala la misma versión oficial, lo que hace presumir que iban custodiadas por un fuerte contingente militar, en un operativo organizado previamente; todo lo cual lleva a pensar que, aún de haberse producido el desperfecto del vehículo la vigilancia resultaba suficiente para haber impedido su intento de fuga antes que empezaran a correr por la pampa;

                    -          Resulta también inverosímil a esta Comisión, que una patrulla militar fuertemente armada; haya requerido dar muerte a trece prisioneros que huían por el desierto como único medio para recapturarlos.  Reafirma este punto la consideración de las condiciones físicas en que se encontraban algunos de los detenidos, después de varios días de reclusión.  La Comisión conoció además de varios testimonios circunstanciados y concordantes que dan cuenta de torturas a las cuales muchos de ellos fueron sometidos;

                    -          Parece poco verosímil, que para sofocar un intento de fuga de trece prisioneros, haya sido necesario ejecutar en el acto a la totalidad de ellos;

                    -          El hecho de que sus cuerpos sin vida no hayan podido ser vistos por sus familias lleva a pensar en algún afán de ocultamiento;

                    -          El estado en que se encontraban los restos al ser exhumados, indica que estas personas fueron ejecutadas en circunstancias que se hallaban bajo el total control y a merced de los efectivos militares lo que resulta absolutamente inconsistente con la versión oficial.  Los restos de varios de ellos se encontraron mutilados, sin impactos de bala y con evidentes signos de corte con arma blanca. 

                             En atención a lo señalado, la Comisión se formó convicción que estas trece personas fueron ejecutadas por agentes del Estado al margen de toda justificación, lo que constituye una grave violación a sus derechos humanos. 

                             La Comisión ha conocido diversos y calificados testimonios en cuanto a quien o quienes habrían participado en la planificación y ejecución de estos graves hechos, no habiéndose podido formar convicción ni siendo de su competencia el establecimiento de responsabilidades personales, respecto de las cuales, en consecuencia, no se pronuncia.

 

Fuente :Informe Rettig

Pedro Emilio PEREZ FLORES, 29 años. Ingeniero en Minas y Profesor de la Escuela de Minas UTE de Copiapó. Interventor de la PlantaMinera Elisa de Bordo. Militante y Dirigente del Partido Socialista. Fue detenido el 25 de septiembre en su domicilio por investigaciones y llevado a la cárcel local. Desde allí fue secuestrado y masacrado por la Caravana de la Muerte en la madrugada del 17 de octubre de 1973. Su cuerpo mutilado con corvos y cuchillos fue hallado en una fosa común clandestina el 27 de julio de 1990.

Prensa

Cecilia Pérez de 53 años, es hija de Pedro Pérez Flores ejecutado político por la caravana de la muerte, quien nos cuenta su biografía. Mi papá nació en Colla Sur, esto es en la ciudad de Rancagua desde Machalí hacia la cordillera en 1944. Los estudios básicos los realizó en Colla y luego a los 12 años lo mandaron a estudiar a Copiapó, a la Escuela de Minas, donde se recibió de Técnico en Minas, posteriormente fue Ingeniero en Minas en la Universidad Técnica del Estado en Copiapó. Sus primeros trabajos fueron en la Mina Sewell por Machalí y después en la Mina Carmen, que quedaba en la Comuna de Chañaral, en la delegación de Pueblo Hundido y que hoy actualmente es la comuna de Diego de Almagro. Después fue convocado a ser profesor en la sede de Copiapó de la Universidad Técnica del Estado, de la carrera Ingeniería en Ejecución en Minas. También combinó la enseñanza con la dirección de una empresa cuando fue interventor en la Mina Elisa de Bordos en Tierra Amarilla.

Cecilia recuerda que le gustaba jugar ajedrez, nos enseñó desde chicos y se juntaba con sus amigos a jugar en la casa, también era hincha de O’Higgins. Pedro se casó con Nury Jara y tuvieron dos hijos. Eran muy amigos con Leonello Vincenti y Alfonso Gamboa, en ese tiempo estaban las eliminatorias para el mundial del 74, recuerdo haber ido muchas veces a la casa de Alfonso. Pedro era militante del Partido Socialista y era miembro de la Dirección Regional.

Golpe El 11 de septiembre yo tenía 8 años y mi hermano 6, nos llevaron a la casa de mis abuelos y después no vi más a mi papá ni a mi mamá. No sé cuánto tiempo habrá pasado, nosotros estábamos en la casa de mis tíos. Mi tío vivía cerca de lo que es hoy la Universidad de Atacama, pero en esos tiempos era la Escuela Normal, entonces a nosotros nos llevaron a vivir con él y mi papá nos fue a ver ahí, no sé cuántos días habrá pasado desde el 11. Recuerdo también la última vez que hablé con él, llamó por teléfono para hablar con nosotros, pero no sabía que mi mamá estaba también presa y le conté. Nos dijo que nos cuidáramos y que tratáramos de salir de Chile. La mala noticia En la casa nuestra nadie nos dijo nada, porque igual creo habría sido un shock, mi mamá estaba presa, pero yo fui al colegio y una compañera de curso me dijo que había salido en el diario que los habían matado y bueno de hecho salió en el diario. Y después fuimos a ver a mi mamá que estaba en la cárcel y también ella nos dijo, pero mi familia no quería que nosotros supiéramos y siempre nos decían que no, que estaba preso en La Serena. Pero de hecho mi mamá tenía el recorte del diario y además un certificado de defunción.

Nury Jara Mi mamá estuvo tres años presa, desde octubre de 1973 hasta octubre del 1976 o sea el día que nosotros nos fuimos a Holanda que fue alrededor del día 20 de octubre, ese día a mi mamá le sacaron las esposas en el avión. Según lo que cuenta ella, es que la sacaron de la cárcel en Santiago temprano en la mañana, le dieron sus últimos golpes y la fueron a dejar al aeropuerto; iba con otros compañeros que los subieron al mismo furgón en la noche y tenían que firmar una declaración diciendo que no tenía ningún vejamen. Ella al ver tantos hombres pensó que no iba a volver, pero que se le acercó alguien y le dijo: compañera, tranquilícese que vamos todos al mismo lado. Mi mamá salió con la pena de extradición, pero nosotros como niños, asumimos las cosas como venían, es más para nosotros fue como una aventura llegar a un país nuevo, cosas nuevas, diferentes.

Pero no fue suficiente sufrimiento para esta familia. En el libro Viven en Nuestra Memoria, Cecilia relata otros hechos relevantes para su familia: “Nosotros tuvimos que irnos de Chile, porque mi mamá estuvo presa y le sacaban todos los años la cresta y volvían después para amedrentarla. Una de las personas que ayudó en el caso de mi mamá fue don Fernando Ariztía. Después cada vez que iba a Roma pasaba a vernos sieno muy cercano a mi mamá y al obispo Camus también. La molestaron tanto y mi mamá no tenía para salir, tomó la decisión de irse, la hermanastra de mi papá le hizo todos los trámites en Santiago para que se pudiera ir al extranjero y encontró que Holanda era el mejor país -cuenta sobre sus años en el exilio, que sólo terminaron cuando llegó la democracia.

Cecilia volvió a Copiapó cuando exhumaron los cuerpos de las víctimas de la caravana de la muerte y participó de todo el proceso, incluido el funeral. Llegaron unos viejitos, lo conocían de la planta con unas flores muy humildes. No mucha gente se acercó a mí, por lo menos, aunque soy de Copiapó y tengo familia, nadie estuvo ahí conmigo y fue bonito recibirlos a ellos -recuerda Cecilia sobre esos trabajadores, mineros con los que su padre había trabajado.” Desentierro Siempre se supo más o menos donde estaban enterrados los cuerpos, no era un secreto, el punto era que no se podían desenterrar hasta el año 1990 y justo en ese año estaba en Chile, había regresado a participar de una investigación en la Universidad de Chile. Yo estaba estudiando en ese tiempo y encontraron los muertos en Pisagua, posteriormente comenzaron a desenterrar acá en Copiapó también, me vine y bueno lo encontraron, lo desenterraron y fueron los funerales.

Proceso Judicial Nosotros siempre quisimos hacer algo: pedir justicia, pero siempre las puertas que tocamos nos decían que no era posible por la ley de amnistía, hasta que los abogados; entre ellos Cristian Cruz, tomó el caso y se hizo el juicio que terminó el año pasado en la Corte Suprema. Nos pagaron una indemnización y le dieron no sé cuántos años de cárcel a los supuestos culpables, pero la verdad es que la justicia debió ejercer antes, no se enjuició a quien debió pagar: Arellano Stark. Como anécdota yo vivía en La Reina en Santiago y él vivía una cuadra más allá, me entere por una funa que le hicieron. Fue fuerte para mi saber que él estaba viviendo tan cerca. Recuerdo que un abogado dijo que no podían enjuiciar a Arellano porque tenía alzhéimer, por eso digo que la justicia llegó muy tarde. La indemnización no era importante para mí, sino ver a los culpables en la cárcel y no por una cosa de venganza sino por justicia, porque a mi papá no lo mataron de un tiro ,y no solo a él, también a sus compañeros; los partieron pedazo por pedazo… Eso es más fuerte aun. Cada día pienso en todo lo que sufrieron para poder morir, en todo lo que le hicieron. Lamentablemente eso no fue lo que se castigó, porque no se pudo comprobar que a ellos los habían matado por torturas, se castigó la supuesta fuga y fusilamiento, pero no fue así; literalmente los partieron en pedazos eso fue lo que hicieron para después quemarlos. Es fuerte pensar en eso cada día, es muy injusto saber que quienes cometieron crímenes atroces, de lesa humanidad, no hayan pagado sus crímenes como corresponde.

Deuda Histórica El Estado tiene una deuda por no hacer cumplir las penas que corresponden que se cumplan, ¿ porque la justicia este llegando 59 tan tarde? También es el hecho que el Estado no haya divulgado realmente lo que pasó, porque las generaciones futuras deben saber la forma de cómo fueron las cosas, cómo se ensañaron, como torturaron, como mataron; eso lo debe saber la gente porque los jóvenes no saben, eso es lo que se debe publicar. Que cada niño, en cada colegio sepa que esto paso el 73, no fueron enfrentamientos, a la gente se le mató cobardemente, a mujeres embarazadas se les hizo desaparecer. Yo creo que esa es la deuda más grande del Estado, no reconocer que acá se violaron los derechos humanos; en Holanda todos los 4 de mayo se paraliza el país por 5 minutos, en silencio para conmemorar a los caídos en la segunda guerra mundial y aquí no hacemos nada.

De puño y letra Nury Jara escribió estas líneas en la revista impulsada por Jorge Oporto, “Derechos Humanos”, durante la década de los noventa. “Nació, vivió y murió con y a causa de sus ideales. Ciertos o equivocados, eran los suyos. Nadie le pidió un cambio de actitud, se exigió olvidarse de sus pretensiones, de sus deseos, de sus afanes, de sus ilusiones, de su vida misma. Nos olvidamos que el pensamiento idealista no se cambia, sí puede variar quizás el comportamiento. Bueno para convivir, listo siempre a disfrutar un plato de comida o un banquete. Pronto a tender la mano, al abrazo estrecho, a ofrecer una sonrisa y una amistad franca. Ágil en la talla espontánea, nunca mal intencionada, incomprendida a veces, pero siempre en busca del momento alegre. Fácil, grato para los demás y para él. Su recuerdo es imperecedero. Su espíritu, figura y genio han quedado plasmados, marcados a fuego en sus hijos; una mujer y un hombre. Sus costumbres, carácter bonachón, las cosas de su agrado, paseos y lugares favoritos; sus amigos. Cómo disfrutaba del aire que respiraba a todo pulmón en las playas de Bahía Inglesa, su actitud campechana del hombre de Machalí, la alegría de alumno y seriedad de académico de la Universidad Técnica del Estado de Copiapó. Su estima y respeto por los que le rodeaban, su amor a la familia, su cariño por los animales, su emoción ante juegos y travesuras de niños. Un juego de ajedrez, la luz de una vela, un trozo de música clásica: todo junto para él era un momento digno de vivirse. Un pedazo de pan, una fruta que se come a mordiscos, pensar en el lugar; la gente o el qué dirán no tenía la menor importancia. Fue una persona, un hombre, un esposo, un padre, un amigo que se hizo merecedor de un recuerdo inmenso, grato a lo máximo, imborrable. Razones demás para no recordarlo con pena, si no con mucha alegría por lo que logramos de él. Sí, qué pena que haya faltado tiempo para conocerlo más, para haberlo comprendido mejor, para haber interpretado el significado y propósito que tenía su vida”.

Fuente :memoriahistorica.minjusticia.gob.cl

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Ultima Actualización : 03/08/2025