Juan Manuel Ortiz Acevedo
Antecedentes del Caso
Juan Manuel ORTIZ ACEVEDO
El 13 de octubre de 1973, fueron detenidas varias personas de los Asentamientos El Patagual y Rangui de Paine, cinco de las cuales fueron ejecutadas posteriormente:
- José Manuel DIAZ INOSTROZA; 29 años, obrero agrícola;
- Francisco Javier LIZAMA IRARRAZAVAL, 34 años, casado, militante socialista, Presidente Asentamiento El Patagual de Paine;
- Juan Manuel ORTIZ ACEVEDO, 38 años, casado, obrero agrícola, Presidente del Asentamiento Rangue;
- Luis Celerino ORTIZ ACEVEDO, 36 años, casado, obrero agrícola, Vice Presidente del Asentamiento Rangue; y
- Jorge Manuel PAVEZ HENRIQUEZ, 35 años, soltero, obrero agrícola, Vice Presidente del Asentamiento El Patagual.
En la mañana de ese día, se hizo presente un contingente militar y un efectivo de Carabineros en las bodegas del Asentamiento Rangue, quienes se movilizaban en un jeep y un camión militar. Portando una lista con nombres y datos personales, procedieron a detener a los hermanos Ortíz Acevedo, junto a otras personas que posteriormente fueron dejadas en libertad.
Efectivos militares acompañados de un civil también llegaron esa mañana hasta el Asentamiento El Patagual, deteniendo a Jorge Pavez; Francisco Lizama y José Díaz.
Desde ese momento los familiares no tuvieron noticia de los detenidos. Habiendo concurrido a diversos Recintos de Detención, no obtuvieron información alguna sobre su suerte o paradero.
Testigos presenciales relataron ante esta Comisión que el grupo de detenidos fue conducido hasta la cuesta Cepillos y de allí hasta la localidad de Pintué, donde estuvieron en una cancha llamada “La Aguachera”. En la noche del mismo día fueron trasladados al Centro de Detención Cerro Chena, donde se les sometió a torturas e interrogatorios, para finalmente ser conducidos hasta el Regimiento de Infantería de San Bernardo, donde permanecieron detenidos alrededor de una semana. Entonces, los cinco detenidos individualizados fueron sacados desde ese Recinto sin haber regresado posteriormente.
El 13 de noviembre de 1973, un campesino descubrió prendas de vestir y restos humanos en el Asentamiento Lo Arcaya de Paine. Efectivos militares enviaron los restos al Servicio Médico Legal, donde fueron reconocidos como los correspondientes a los cinco detenidos. La causa de muerte fue heridas de bala.
Considerando que las cinco personas fueron detenidas por agentes del Estado y conducidas hasta un Recinto Militar, desde donde fueron sacadas, encontrándose posteriormente sus cuerpos sin vida, a causa de las heridas de bala e inhumados ilegalmente en las cercanías, esta Comisión se formó convicción de la responsabilidad que en las muertes de cada uno de ellos le cupo a agentes del estado, quienes violaron su derecho a la vida.
Fuente :(Informe Rettig)
Prensa
El abogado de los familiares de las víctimas destacó la decisión que condenó a cuatro coroneles y un general de Ejército. "La justicia avanza silenciosamente dando cuenta de estas grandes heridas que nos dejó el pasado dictatorial”, precisó.
La Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de San Miguel dictó fallo de segunda instancia y condenó a siete ex uniformados como autores del secuestro calificado de once campesinos, hechos ocurridos en octubre de 1973, en lo que se conoce como episodio Paine Aculeo.
De esta manera, las ministras María Catalina González, Carolina Vásquez y Celia Olivia Catalán confirmaron las condenas emitidas por la magistrada Marianela Cifuentes de la Corte de San Miguel en su fallo de julio de 2021, y condenaron a los coroneles del Ejército en retiro Osvaldo Andrés Magaña Bau, Iván de la Fuente, Alejandro Emilio Valdés Visintainer y Alfonso Faúndez Norambuena; al ex carabinero Sergio Heriberto Ávila Quiroga y prefecto de Investigaciones Roberto Arcángel Rozas Aguilera a la pena de 18 años de presidio mayor en su grado máximo como autores del secuestro calificado de las once víctimas.
En tanto, el ex general de División del Ejército Julio Cerda Carrasco recibió una condena de 15 años como autor del mismo delito.
De acuerdo a la investigación, los condenados detuvieron, torturaron y ejecutaron a los trabajadores agrícolas Santo Calderón Saldaño, Benjamín Camus Silva, José Manuel Díaz Inostroza, Rolando Donaire Rodríguez, Luis González Mondaca, Francisco Lizama Irarrázaval, Pedro Meneses Brito, Juan Manuel Ortiz Acevedo, Luis Ortiz Acevedo, Bautista Oyarzo Torres y Jorge Pavez Henríquez, entre el 13 y 20 de octubre de 1973 en la zona rural de Aculeo.
Para el abogado Nelson Caucoto, querellante en la causa “se ha dado un nuevo paso para hacer justicia para estos 11 campesinos de la zona de Aculeo, Rangue, Patagual y Rangue, aledaños a Paine, todos llevados a la Escuela de Infantería de San Bernardo y al Campo de Prisioneros del Cerro Chena, donde fueron martirizados. Una vez asesinados, sus cuerpos fueron abandonados algunos en el puente del rio Maipo y los otros, en un Fundo de Pirque”, sostiene.
Caucoto, prosigue agregando que “es llamativo que la sentencia alcance a cuatro coroneles y a un general de Ejército, constituyéndose este fallo en el primero que condena a un grupo de oficiales de esa institución. La justicia avanza silenciosamente dando cuenta de estas grandes heridas que nos dejó el pasado dictatorial”, finalizó el abogado.
Los hechos
El 13 de octubre de 1973, militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo, junto a un funcionario policial y de un civil del sector, realizó allanamientos y detenciones en diversos asentamientos campesinos de la Reforma Agraria, situados en las inmediaciones de la laguna de Aculeo, en la comuna de Paine.
En esa oportunidad detuvieron a los dirigentes campesinos, entre ellos: José Manuel Díaz Inostroza, presidente del asentamiento Mansel Alto; Francisco Javier Lizama Irarrázaval y Jorge Manuel Pavez Henríquez, presidente y tesorero, respectivamente, del asentamiento El Patagual y los hermanos Juan Manuel Ortiz Acevedo y Luis Celerino Ortiz Acevedo, presidente y vicepresidente del asentamiento Rangue.
Lo mismo hicieron el 20 de octubre de ese año, esta vez en el sector de El Vínculo, Huiticalán y El Patagual, deteniendo a Pedro Juan Meneses Brito, presidente del asentamiento El Vínculo y Luis Osvaldo González Mondaca, presidente del asentamiento Huiticalán y a los obreros agrícolas Santos Pascual Calderón Saldaña, Benjamín Adolfo Camus Silva, Rolando Anastasio Donaire Rodríguez y Bautista Segundo Oyarzo Torres.
Posteriormente las víctimas fueron trasladadas al campo de prisioneros de la Escuela de Infantería de San Bernardo, en el cerro Chena, lugar en que fueron sometidos a interrogatorios bajo tortura, para posteriormente ser ejecutados con armas de fuego y sus cuerpos inhumados ilegalmente y abandonados.
Dicho campo de prisioneros estaba a la cabeza del capitán de Ejército Víctor Raúl Pinto Pérez, actualmente fallecido y el teniente de Ejército Alfonso Faúndez Norambuena. Del mismo modo, estaban a cargo de los interrogatorios el teniente de Ejército Osvaldo Andrés Alonso Magaña Bau, el teniente de Carabineros Sergio Heriberto Ávila Quiroga y los oficiales de la Policía de Investigaciones Oscar Hernán Vergara Cruces y Roberto Arcángel Rozas Aguilera.
De acuerdo a la investigación, el 23 de octubre de 1973, se encontraron los cadáveres de José Manuel Díaz Inostroza y de Santos Pascual Calderón Saldaña, Benjamín Adolfo Camus Silva, Luis Osvaldo González Mondaca y Pedro Juan Meneses Brito, en la ribera del río Maipo, a la altura del puente Maipo.
El 13 de noviembre de 1973 fueron encontrados semienterrados y en estado de putrefacción los cadáveres de Francisco Javier Lizama Irarrázaval, Juan Manuel Ortiz Acevedo, Luis Celerino Ortiz Acevedo, Rolando Anastasio Donaire Rodríguez y Bautista Segundo Oyarzo Torres, todos en el interior del fundo San Vicente de Lo Arcaya, comuna de Pirque.
Finalmente, los restos de Jorge Manuel Pávez Henríquez fueron encontrados en la tumba con el número 2.476 del Patio 29 del Cementerio General.
Fuente :diario.uchile.cl 3/10/2022
Otra Información
Juan Manuel Ortiz Acevedo es uno de los 70 hombres detenidos desaparecidos y ejecutados de Paine. De acuerdo al Informe Rettig2 , tenía 38 años al momento de su detención y desaparición, casado, cuatro hijos, se desempeñaba como obrero agrícola y presidente del asentamiento Rangue. Desde ese lugar fue detenido el 13 de octubre de 1973 por efectivos militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo y un carabinero, fue trasladado a la cancha de Pintué, luego fue llevado al centro de detención de Cerro Chena y al Regimiento de Infantería de San Bernardo. Fue ejecutado y su cuerpo sepultado ilegalmente en el sector de San Vicente de Lo Arcaya, en Pirque. El mismo día fue detenido su hermano Luis Celerino de 36 años, casado, siete hijos, quien se desempeñaba como obrero agrícola y era vicepresidente de la Junta de Abastecimiento y Precios (JAP) en el asentamiento Rangue. Fue ejecutado y sepultado ilegalmente en el mismo sitio que su hermano. Luis Enrique Jara Riquelme, suboficial de Carabineros en ese entonces, fue procesado como autor de los delitos de secuestro y homicidio calificado de los campesinos detenidos el día 13 de octubre de 1973 en distintos asentamientos del sector de Aculeo: Luis Celerino Ortiz Acevedo, Juan Manuel Ortiz Acevedo, José Manuel Díaz Inostroza, Francisco Javier Lizama Irarrazabal y Jorge Manuel Pavez Henríquez. En el año 2010 fue encontrado muerto. A continuación, presentamos el testimonio de Luis Ortiz Acevedo, Camila Ortiz Cerda y Yasna Ortiz Cerda, hijo y nietas, respectivamente, de Juan Manuel Ortiz Acevedo. Este testimonio se basa en conversaciones sostenidas entre Luis, Camila, Yasna y la investigadora de Germina, conocimiento para la acción. También estuvo presente durante las conversaciones Sonia Cerda, nuera de Juan Manuel.
Fuente :germina.cl 2014
Mi nombre es Luis Humberto Ortiz Acevedo, hijo de María Acevedo Manzor y Juan Manuel Ortiz Acevedo. Mi padre fue detenido el día 13 de octubre del año 1973, desde la bodega del asentamiento Rangue. Mi nombre es Camila Ortiz Cerda, soy nieta de Juan Manuel Ortiz Acevedo, ejecutado político y detenido desaparecido de Paine. Mi nombre es Yasna Ortiz Cerda, soy nieta de Juan Manuel Ortiz Acevedo, ejecutado político y desaparecido de Paine. Nosotros éramos cuatro hermanos: Sergio, el mayor, falleció el año ‘87, después María Magdalena, que le decimos Malena, el tercero soy yo, y la menor es Carmen Delia. Yo tenía 9 años cuando se llevaron a mi papá. Con mi hermano mayor nos llevábamos por cuatro años, él tenía 13. Mi hermana mayor tenía 11 y mi hermana menor tenía ocho años. Mi papá era presidente del asentamiento y trabajaba en la bodega que funcionaba como administración. Todos los días estaba ahí dirigiendo y ordenando los horarios de trabajo. La bodega estaba frente a nuestra casa, cruzando el camino principal. El día que lo detuvieron estábamos en la casa mi mamá, mis hermanas y yo. Mi hermano mayor no estaba porque él vivía con mi abuelita, Laura Manzor, cerca nuestro. Nuestra escuela quedaba muy cerca de la casa y deberíamos haber estado allá ese día, pero desde septiembre de ese año en adelante se puso complicado ir a estudiar. La pieza de la casa que estábamos ocupando tenía una puerta que daba casi de manera frontal al callejón, en la esquina donde estaba la bodega. Muy temprano en la mañana del 13 de octubre había un ruido tremendo de camiones, nos levantamos y salimos a mirar con mis hermanas. En un pilar que había afuera de la casa me afirmé, y desde ahí vi todo el procedimiento. Llegaron camiones y jeeps con militares y carabineros. Eran muchos efectivos, eran tantos que llenaron todo el espacio del camino. Mi mamá se había levantado antes que nosotros porque se levantaba temprano a sacar leche de sus vacas en el patio de la casa, era parte de su trabajo rutinario. Estando en eso, llegó uno de los jeeps de militares y carabineros y le preguntaron por mi papá “¿Aquí vive don Juan Manuel Ortiz Acevedo?”, “Sí”, dijo ella, “¿Dónde está él?”, mi mamá respondió apuntando a la bodega. En este operativo andaban trayendo a un campesino, un caballero que habían recogido en Champa, su nombre era Juan Díaz Inostroza2 , de Mansel Alto. Tengo recuerdos muy nítidos que andaba con una camisa de color claro, un sombrero y un lazo en la mano. Lo bajaron, y con dos militares escoltándolo lo hicieron entrar en la bodega. Con un lapsus de una hora de diferencia se estacionó detrás de todos estos vehículos un operativo de allanamiento que venía desde el cerro. Eran militares que venían abarcando otros terrenos, lo llamaban operación rastrillo. Yo no sé qué es lo que venían haciendo, pero llegaron a la casa y el otro operativo aún no terminaba. Llamaron a la puerta y dijeron “Somos militares, venimos haciendo una búsqueda y tenemos que registrar la casa”, y así fue como entraron a nuestra casa. A mi papá se lo llevaron mucho rato después. Yo me quedé observando todo lo que pasaba. Llegó a la casa Luis Irarrazábal, que estaba en la bodega cuando llegaron los militares y a quien mi papá había mandado a buscar sus documentos y un par de zapatos. Zapatos que yo mismo le busqué… eran de color café. Harto rato después sacaron de la bodega a mi papá. Él se fue con los zapatos puestos y una chaqueta que le mandó mi mamá. Vi a mi papá cuando lo sacaron de la bodega y lo subieron al camión militar. Por alguna razón lo hicieron salir del camión y acostarse en el suelo, después lo volvieron a subir. Cuando terminaron todos los operativos, a eso de las diez de la mañana, los camiones y los jeeps se retiraron de aquí y salieron en dirección a la cuesta3 . Otros se fueron por el camino hacia Champa, realizando operativos de allanamiento. Supuestamente a los detenidos los llevaban para interrogarlos y los soltarían a las cinco de la tarde. A esa hora fui a la bodega a ver a mi tío Mauricio Ortiz Acevedo, que había quedado a cargo mientras tanto del asentamiento Rangue, y porque no se lo llevaron detenido en esa oportunidad. En esos momentos, llegó un jeep con militares a buscar vino de la bodega4. Mi tío Mauricio les entregó dos chuicos de vino, cada chuico era de 15 litros. Yo sabía leer y en sus uniformes de camuflaje me fijé que decía “Ejército de Chile”. Recuerdo que le pregunté “Tío, ¿a qué hora va a llegar mi papá?”, me respondió “No se preocupe mijito, si fueron a Pintué y lo van a traer en la tarde”, pero nunca más volvió. A mi tío Luis Celerino Ortiz Acevedo5 , Yeyo como le decíamos, también lo fueron a buscar al asentamiento, pero estaba trabajando en el potrero Las Caletas ese día, así que se lo llevaron más tarde. Ese día también fueron a buscar a José Domingo Manzor, al Chumingo como le decían y era primo de mi mamá. Hay información de que a él se lo llevaron por error, porque realmente querían llevarse a Rogelio, que era su hermano. Chumingo estaba trabajando en la viña, lo fueron a buscar, y calladito subió al camión militar. Además, se llevaron a José Guzmán que estaba en la bodega. Tanto el Chumingo como José volvieron tiempo después.
A mi papá lo defino como un rebelde
Antes de que se instaurara el gobierno de la Unidad Popular, el fundo Rangue le pertenecía a la familia Letelier. Juan José, unos de los hijos de Alfonso Letelier, y su amigo Juan Noé, siendo muy jóvenes, eran los administradores de esa época. Mi tío materno, Augusto Acevedo era el mayordomo, que en la jerarquía establecida tenía responsabilidad de patrón, así que ejercía la dirección del fundo, ordenaba los trabajos y a los trabajadores. Mi papá llegó primero como inquilino del fundo y después fue peón. A los peones se les designaba una casa que quedaba bajo su responsabilidad, y podían vivir con su familia ahí. Al principio, vivíamos en una casa que estaba bien para arriba en el cerro. Después, y gracias a la influencia de mi abuelita Laura, los patrones mandaron a mi papá a esta casa. Ella era bastante conocida porque tenía un almacén. Mi abuelita y familia materna no querían mucho a mi papá porque tenía fama de conflictivo. Los Ortiz tenemos fama de conflictivos, “No hay Ortiz bueno” se decía. Esto porque hay un historial de algunos comportamientos un poco reñidos con la autoridad. Antes la autoridad la ejercía el patrón, o el mayordomo, y mi papá, que era bastante rebelde, había tenido una confrontación fuerte con esa autoridad ya siendo inquilino. En el año 1971 hubo una paralización motivada por los campesinos más antiguos del fundo, porque los tuvieron trabajando sin garantías mínimas que habían ganado en los tiempos que era la hacienda de Rangue, sin sueldos, sin harina, y esa situación derivó en un paro de los trabajadores. En el periodo en que se generó toda esa revuelta, a mi papá lo trasladaron a la casa que estamos ocupando actualmente. Todavía funcionaba como fundo, pero con tirantez entre los patrones y los campesinos. Al año siguiente hubo otra movilización porque esta parte del fundo se había dejado un poco botada por parte de los patrones, quienes no estaban contentos con la llegada del gobierno popular, y trababan de generar toda una situación de conflicto. Los campesinos hicieron un paro y estuvieron movilizados alrededor de quince días en la entrada del fundo, en el sector donde antiguamente había una puerta que daba el acceso. Había campesinos más antiguos también, campesinos mayores que ya estaban jubilados pero que fueron parte del movimiento, el que condujo a la conformación del asentamiento una vez que don Alfonso accedió a entregar esa parte del fundo. Inmediatamente se armó un directorio provisional, que por Ley era lo que debía hacerse. Enrique Reyes surgió como presidente. Ahí también aparece el nombre de José Calderón Miranda, que ya se había contactado para que el asentamiento se integrara rápidamente a la Unión Comunal de Asentamientos, que él dirigía. EXTRACTO
Fuente :germina.cl 2014 ( extracto)
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