Ramón Donato Navia Martínez

Rut : 1.742.682-6
Fecha Detención : 14-10-1973
Comuna Detención : Quilpué
Fecha Asesinato : 15-10-1973
Comuna Asesinato : Quilpué
Fecha Nacimiento : 31-08-1919
Edad : 54
Lugar Nacimiento : Quilpué
Partido Político : Partido Comunista (PC)
Estado Civil e Hijos : Casado
Oficio o Profesión : Obrero de la construcción
Nacionalidad : Chilena

Antecedentes del Caso

NAVIA MARTINEZ, RAMON DONATO: 54 años, casado, trabajador de la construcción, ejecutado el 15 de octubre de 1973 en Quilpué.

Ramón Donato Navia Martínez, militante del Partido Comunista, murió ese día, no se consigna hora, en la vía pública, por hemorragia y anemia aguda, provocada por herida de bala hemitórax derecho, como lo acredita el Certificado de Defunción.

De acuerdo con la declaración de familiares, Ramón Navia, Presidente Provincial del Sindicato de la Construcción de Valparaíso, fue detenido el día anterior en su domicilio, junto con un vecino, por efectivos de la Armada. Ambos fueron llevados a la Base Aeronaval El Belloto.

De acuerdo con la declaración prestada por el testigo sobreviviente, en el recinto de detención pudo escuchar a Ramón Navia que gritaba cuando era golpeado en el interrogatorio a que era sometido. Horas después pudo verlo en una camilla en muy malas condiciones físicas. En el momento de ser liberado, el testigo sobreviviente fue informado por sus aprehensores que Ramón Navia había muerto en un enfrentamiento.

Después de algunos días de búsqueda, los familiares encontraron su cuerpo en la Morgue de Viña del Mar. Cuando reconocieron el cuerpo constataron que presentaba huellas de golpes y una herida de bala.

En el Protocolo de Autopsia se consigna que el cuerpo fue remitido por la Armada.

Considerando los antecedentes reunidos y la investigación realizada, el Consejo Superior llegó a la convicción de que Ramón Donato Navia Martínez fue ejecutado por agentes del Estado al margen de proceso legal, mientras lo mantenían detenido. Por tal razón, lo declaró víctima de violación de derechos humanos.
 

 

Fuente :(Corporacion)

Prensa

La investigación judicial acreditó que Ramón Navia, trabajador de la construcción y dirigente comunista, fue torturado por funcionarios de la institución armada y posteriormente fusilado.

 La Justicia dictó este jueves una pena de 10 años de cárcel contra el ex sargento de la Armada Guillermo Retamales Ruiz, autor del homicidio calificado del trabajador de la construcción y dirigente comunista Ramón Navia, un mes después del golpe de Estado de 1973 en la Base Aeronaval de El Belloto, en la región de Valparaíso.

Detalles del fallo

El fallo, señaló la abogada querellante Carolina Vega, “es un hito significativo para la familia, en cuanto se ha condenado al responsable por el secuestro y homicidio de Ramón Donato Navia Martínez, víctima y padre del querellante”.

“Es un avance significativo para la familia, pues tras más de 50 años han tenido un pronunciamiento por parte de la Justicia. Sin embargo, esto no es suficiente, aún hay un largo camino por el cual transitar en busca de verdad, justicia y reparación”, agregó la abogada, miembro del Estudio Jurídico Caucoto Abogados, especializado en causas de derechos humanos.

El ministro en visita extraordinaria de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Max Cancino, en el marco del mismo caso decidió absolver al ex capitán de navío de la Armada Germán Patricio Valdivia Keller también como autor del secuestro calificado de la víctima. De igual forma, desechó aplicar amnistía y prescripción como solicitó la defensa de los inculpados.

Según la indagatoria liderada por Cancino, servicios de inteligencia naval detuvieron a Navia (54) atendiendo su orientación política contraria a la dictadura civil militar de Augusto Pinochet (1973-1990), hecho que se concretó el 14 de octubre de 1973, poco después de la arremetida que terminó con el Gobierno constitucional de Salvador Allende (1970-1973).

Tras su detención, los agentes de la Armada pertenecientes a la Base Aeronaval El Belloto, emplazada en la ciudad de Quilpué, a 120 kilómetros de Santiago, “lo trasladaron en una camioneta a dicho recinto, sin justificación de orden judicial emanada de la autoridad competente”.

La investigación judicial acreditó que Navia fue torturado por funcionarios de la institución armada, “con el objeto que respondiera preguntas sobre la ubicación de las armas que presuntamente tenía en su poder y de los nombres de todos sus compañeros y miembros de la directiva política que él integraba”.

“En ese contexto, el 15 de octubre de 1973, en horas de la madrugada uno de los funcionarios del Servicio el Ancla II, quien además cumplía la función de guardia en la oficina de reportes aéreos, ante una supuesta evasión del detenido Navia Martínez le disparó con fusil M 1, ocasionándole la muerte”, detalla el fallo judicial.

La dictadura duró 17 años y dejó más de 40 mil víctimas, entre ejecutados, detenidos desaparecidos, prisioneros políticos y torturados, según cifras de la comisión oficial que recopiló testimonios de víctimas y familiares. Más de 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado.

Fuente :cnn.cl, 31 de Enero 2025

Desde el Poder Judicial se informó que se ordenó el procesamiento de los ex funcionarios navales Guillermo Retamales Ruz y Patricio Villalobos Lobos, ambos sindicados como presuntos responsables del secuestro del ciudadano chileno Ramón Donato Navia Martínez.

Según consta en la carpeta investigativa “se pudo establecer que el día 15 de octubre de 1973, en horas de la madrugada, el centinela que se encontraba de guardia en la Oficina de Reportes Aéreos de la entonces base aeronaval de El Belloto, al oír los gritos que se escapaba de un detenido del recinto de detención, salió de inmediato de su oficina portando un fusil M-1, disparando a la víctima con el fusil”.

Tras la investigación, el ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Valparaíso Julio Miranda estableció, a la luz de los antecedentes y según consigna el fallo, que ambos ex funcionarios habrían sido responsables del delito de secuestro con grave daño en este caso homicidio.

Fuente :biobiochile.cl 28/11/2012

Hoy, las personas que habitan El Belloto o sus alrededores nombran la ex Base Aeronaval de la Armada como Portal Belloto, conocido más bien como el área del Mall, donde se ubican las canchas deportivas, hipermercados y la población Belloto 2000 (paradero 17 y 18); Al medio está la Avenida V Centenario que evidentemente fue la pista de aterrizaje de la Base, que termina con la Feria del Belloto. Espacio urbano ubicado cerca del Metro-Tren y colindante al sur del Troncal Urbano (columna vial para todas las comunas de la provincia). A pesar de ser un sector concurrido donde vive, trabaja y se educa mucha gente, entre los más jóvenes especialmente se ignora que hasta hace unas décadas atrás este lugar fue una importante Base Aeronaval de la Armada de Chile, como también muchos adultos omiten o desconocen que fue un importante centro clandestino de detención, tortura y exterminio al interior de la región de Valparaíso durante la dictadura cívico-militar.

Como base aérea de los marinos (1966-1991), fue un puerto aéreo estratégico para las Fuerzas Armadas en la región, donde se realizaron labores de abastecimiento y actividades científico meteorológicas, además de ser utilizada por los clubes de aeronáutica civil de la zona. Desde el Golpe hasta 1977 se convirtió -bajo el mando del Comandante de Aviación Naval Ernesto Huber von Appen(1)- en un importante centro represivo de la región, siendo ocupado por funcionarios del SIN (Servicio de Inteligencia Naval) para planificar y gestionar la persecución, detención, los interrogatorios y torturas sobre personas de Quilpué, Villa Alemana, Limache-Olmué y otras comunas del interior que apoyaron el gobierno de la Unidad Popular. La Base constituyó un lugar de tránsito para la mayoría de los prisioneros (no para todos) que eran trasladados hacia Valparaíso, donde se encontraban los cuarteles centrales de la Armada convertidos en centros cñandestinos de detención y tortura del SIN, como el Cuartel Silva Palma, los buques cárceles (La EsmeraldaEl LebuEl Maipo) o la Fiscalía Naval y sus Consejos de Guerra (edificio de Plaza Sotomayor donde también se aplicó tortura en los interrogatorios). En 1991 la Base estaba ya vaciándose, en desuso y la Armada la desmanteló para vender todo ese gran paño de terreno urbano a proyectos inmobiliarios.

Los antiguos vecinos de la zona recuerdan el cambio de atmósfera que experimentaron con este giro represivo, pues el Aeródromo del Belloto tenía mucha cercanía con la comunidad hasta principios de los 70´s, cuando El Belloto era una zona menos poblada y más rural. Con el Golpe, la aviación civil fue interrumpida y la Base cerró sus puertas, restringiendo el acceso solo a funcionarios y algunos civiles. Los vecinos de El Belloto y alrededores advirtieron allanamientos de Oficiales de la Marina y Carabineros llegando en camiones a las poblaciones más cercanas, ayudados por civiles golpistas que identificaron a las personas buscadas y que por tradición aeronáutica se vinculaban con personal de la Base. También ayudaron con terror los vecinos atemorizados o quienes se “quebraron” con la dureza de las torturas.

Distintos testimonios nos hablan de cómo era la ex Base Aeronaval y el lugar donde los aprisionaron. Su entrada principal estaba en el camino Troncal y todo su gran perímetro era de alambre púas, lo que permitía desde afuera observar las construcciones en su interior, vehículos (terrestres-aéreos) y personas transitando, así como también desde el interior hacia fuera de la Base también existía visibilidad. Los prisioneros notaron que después del Golpe se apostaron ametralladoras en algunos techos, las torres de control aéreo ahora estaban armadas y sus guardias también, se instaló fuego antiaéreo en las esquinas del perímetro y sacos de arena en distintos lugares como defensa ante ataques posibles. Además, existió un campo minado alrededor, que se hacía escuchar cada vez que los perros ingresaban a la Base a cazar conejos.

Resulta difícil estimar el número de prisioneras y prisioneros torturados que pasaron por la Base. Esto debido a que el ocultamiento de información oficial ha persistido por décadas y la Marina nunca ha querido facilitar documentos o romper el Pacto de Silencio. Así es que no se cuenta con un listado oficial de las cientos de personas que pasaron por la Base Aeronaval. Solo se estima a partir de los testimonios y los años de funcionamiento como centro represivo. Por el contrario, sí existe la certeza que entre quienes fueron retenidos/as en El Belloto hubo una gran diversidad de personas: hombres y mujeres de todas las edades, incluso ancianos y niños; familiares aprisionados y utilizados como herramienta de tortura psicológica contra otros. El caso de Guillermo Patricio Ibacache nos demuestra la infortuita situación de hijos en la Base Aeronaval El Belloto, que con solo 2 años y medio de edad fue detenido con su padre en la KPD y torturado frente a él para que entregara información. Al mismo tiempo, su madre vivió el arresto domiciliario por un mes con marinos en su casa y, posterior a ello, logró encontrar al niño en el cuartel Silva Palma de Valparaíso (obstruido, con ahogos, quemado con cigarrillos y muy sucio).

Mientras fueran llegando prisioneros políticos al Belloto, los marinos de la Base Aeronaval estaban a cargo de su reclusión permanente, vigilancia y castigo (como funcionarios públicos de Base), también participaron en la sesiones de tortura, sin embargo, fue el SIN (que provenía desde el Cerro Artillería en Valparaíso) quienes planificaban y gestionaban la persecusión fuera de la Base, junto a la tortura e interrogatorios al interior de ella. Por otro lado, son pocas las menciones de ayuda durante la reclusión, aunque sí las hay. Especialmente de marinos jóvenes que hablaban con los prisioneros vendados, los ubicaban de la vida en el barrio en Marga Marga, pasándoles un poco más de agua o pan cuando no correspondía. También se dio el reconocimiento de rostros de marinos en las sesiones de tortura, cuando se corría la venda de los ojos, y los futuros careos en la calle, al toparse caminando años después y el recuerdo explotaba en funa. No obstante, la mayoría de los marinos que participaron como carceleros en la Base Aeronaval durante esos años no están identificados.

Y fueron capaces de torturar a sus propios compañeros de institución. Sabemos que antes del Golpe (entre junio-julio del ‘73) desde El Belloto fueron tomados como prisioneros “de guerra” algunos Marineros Antigolpistas, funcionarios de la Armada que se organizaron para detectar-denunciar los movimientos de Oficiales que meses antes ya conspiraban y orquestaron el Golpe al interior de las fuerzas navales. Posteriormente, desde el mismo día 11, llegaron a la Base distintos tipos de prisioneros civiles, como empleados fiscales de la administración de S. Allende (interventores de fábricas, profesores normalistas, funcionarios de aduana y otros empleados públicos), los obreros de fábricas de la zona (estatales o privadas) o los miembros de sindicatos vinculados a partidos políticos de izquierda. No todo prisionero era militante de partido político. En cuanto a las memorias emergentes vinculadas al sitio, destacan las experiencias de los trabajadores de la fábrica chileno-soviética KPD en El Belloto (dedicada a la construcción de vivienda sociales prefabricadas, como parte de la política pública de vivienda social de Allende), la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) y la Empresa Conservera Parma en Limache.

Sabemos también que dentro de la Bas

e separaban y alejaban a hombres (destinados a pozos u hoyos en el piso) de mujeres, abuelas y ancianos que se encargaban de cuidar a niñ@s también presos (relegados en distintos hangares de la Base). Los prisioneros recuerdan haberlas visto, y que los interrogatorios también eran sin tener contacto con mujeres, solo escuchaban violaciones, lamentos, llantos y gritos.

Entre avionetas y helicópteros estas personas tuvieron que enfrentar distintos tipos de castigos realizados por la autoridad naval. Uno de los sitios importantes de la Base para las memorias de sobrevivientes es el Pozo, Hoyo o Lazareto. Un agujero circular excavado en el piso (bajo la superficie terrestre), de unos 20 ó 30mts de diámetro y unos 5 de profundidad. Relleno con piedras de huevillo o gravilla. Entraban y salían hombres del pozo, hay quienes pasaron semanas allí en la intemperie (esperando el interrogatorio del SIN), boca abajo, soportando la gélida noche al descubierto y los saltos de los guardias sobre sus cuerpos golpeados mientras comían el poco pan que llegaba. Algunos prisioneros tienen la sensación de haber entre 30 ó 40 hombres allí al mismo tiempo, tirados inmóviles, manos en la nuca, frente contra el piso. En la superficie, varios marinos apuntando las armas hacia el hoyo en caso de cualquier movimiento sospechoso, y muchos sacos de arena alrededor. De esta forma, el hoyo pasaba desapercibido, se confundía con el horizonte y no se veía pista alguna de esa cantidad de prisioneros en la profundidad, a no ser que se viera de muy cerca o desde la altura. En ocasiones, llegaba volando el helicóptero para atormentar con su estruendoso ruido a los prisioneros, se detenía encima del hoyo (a 10 ó 15mts), provocando un remolino de gravilla que hacía saltar las piedras y hería a las personas en su interior.

Cuando en el hoyo ya no aguantaban más y solicitaban permiso los detenidos para ir al baño, los hacían formar una fila con manos en la nuca y apuntados por armas caminaron al otro extremo de la pista de aterrizaje, donde estaba tirado en el piso el busto del Che Guevara (arrancado de la plaza de la población Peyronet el mismo día 11 de septiembre). Obligándoles a descargar permanentemente sobre la figura del guerrillero, en medio de fuertes burlas. O en más de una ocasión aguantaron álgido estrés nocturno porque explotaban minas terrestres y escuchaban balazos al interior de la Base (que los propios marinos disparaban a escondidas). Supuestamente defendiendo el perímetro, los funcionarios creaban mucho alboroto y bulla que servía de excusa para amenazar de muerte a prisioneros (torturados) de ser fusilados en el momento si es que un naval caía baleado por este ataque a la Base (supuesto de rescate a prisioneros).

Pero los interrogatorios con tortura los ejecutaba el SIN, acompañado de funcionarios de la Base que conocían a algunos prisioneros, 6 personas en una sala de 2x2mts -según un testimonio-. Las memorias de este lugar ubican esta sala de tortura en la esquina nor-oeste de la Base, orientándose al caminar y escuchando cerca las micros al pasar por el Troncal (cuando el motor del helicóptero, encendido apropósito, no camuflaba los gritos atroces con su ruido). Aquí fueron los primeros interrogatorios para la mayoría de los prisioneros que llegaron a la Base, y por cierto, aguantaron más de uno solo.

Llegaban ya golpeados y lesionados, pero en el interrogatorio todo se acentuaba más (golpes mayores, quemaduras, asfixias, colgamientos, sosteniendo pesos importantes, shocks de corriente eléctrica en distintas partes del cuerpo, vejaciones, burlas, amenazas). Todavía vendados pero ahora despojándolos de sus vestimentas y amarrados, debían informar sobre el PlanZ (montaje), preguntándoles por nombres de personas (conocidas y desconocidas), intentando vincularlas a entrenamientos de guerrilla en Quilpué y buscando el lugar dónde los prisioneros escondían el -supuesto- armamento enviado desde Cuba. A pesar de la dureza del interrogatorio, tanta insistencia en cosas que no existían terminaba siendo absurdo.

Cuando la sesión terminaba, llevaban a la persona (en estado de bulto) a un lugar específico de reclusión donde era recibido por compañeros y podría descansar algo antes de volver a ser interrogado-torturado, o quizás sería subido a un camión para dirigirse hacia destinos desconocidos. Tras distintas experiencias, sabemos de gente que desapareció en la Base (último lugar en que se les vio con vida), gente que fue trasladada y apareció en otros centros clandestinos y personas que seguían llegando, además de limitados casos de quienes fueron liberados allí mismo (después de haber pasado varios meses de su último interrogatorio). Si bien los prisioneros notaron la alta rotación de gente presa que hubo en la ex-Base Aeronaval (porque llegaban caras nuevas y se perdían muchas otras) también fue notorio el alto volumen de prisioneros permanentemente.

Con el tiempo y varios interrogatorios, el SIN decidía trasladar prisioneros en camiones de la Armada hacia otros centros clandestinos en Valparaíso. Solo unos pocos casos recuerdan haber sido liberados desde la Base misma, sin dinero ni pertenencias. El SIN no los interrogó más, pasaron muchas semanas y ya no tenían tantos golpes encima como la gente recién llegada o quienes eran enviados hacia otros lugares. A uno le informaron sorpresivamente que estaba libre y que saliera corriendo por el Troncal porque en 5 minutos más saldría la patrulla móvil a perseguirlo. A otro prisionero, repentinamente lo liberaron y un taxista lo llevó a Limache.

Tras sobrevivir al secuestro político, hay quienes aún sospechan que desde la ex-Base Aeronaval salieron Vuelos de la Muerte para desaparecer gente en el mar, dado el tránsito de funcionarios y avionetas entre la Base Aeronaval de Quintero y Quilpué. También, quienes denunciaron la existencia de un cementerio clandestino en la Base misma donde hoy hay un pequeño bosque cerrado al público en el Portal Belloto (colindante al Troncal). Pero además, con las conversaciones con la familia hay quienes terminaron por confirmar haber visto -desde el interior- a sus propios padres en el camino Troncal intentando reconocer en las siluetas lejanas a sus hijos, o que efectivamente los vieron caminar fuera del perímetro para acercarse a la entrada principal y preguntar por los nombres de sus hijos. La memoria de la ex-Base Aeronaval también trae al recuerdo aquellos familiares que peligrosa y valerosamente iban a preguntar allí obedeciendo la gruesa sospecha, entregando un paquete que nunca llegó, sin importar cuantas veces los marinos le dijeran que no existían prisioneros en el lugar.

No se olvida tampoco a las personas prisioneras de las que se perdió el rastro, tras verles en pésimas condiciones de salud  a consecuencia de los castigos y torturas de la Base Aeronaval. Hay 2 casos de desaparición forzada y 2 casos de asesinato por el Estado, todos entre septiembre y octubre de 1973. El joven dominicano Juan Andrés Blanco (estudiante universitario, hijo de diplomático y maltratado por creerlo cubano) fue tomado preso en Santiago, de ahí se le vió molido a golpes en la Base Aeronaval. Finalmente se le perdió el rastro en el buque-cárcel Lebu; así también Jaime Aldoney Vargas (regidor socialista por Limache e interventor de la CCU) desde la misma Base fueron a buscarlo y en El Belloto respiraba dificultosamente tras las torturas, pero se le vió por última vez en el buque-cárcel Maipo. También está el ejecutado político Ramón Donato Navia Martínez, detenido en Quilpué junto a un vecino, se le vió en la Base pero a los días su cuerpo apareció en Viña, reconocido por su familia en la morgue. Por último, Oscar Farías Urzúa (socialista, interventor de la Conservera Parma), pasó desde Limache a Quilpué y después de la Base fue visto en la Fiscalía Naval de Valparaíso. Su familia encontró su cuerpo con 3 balazos en la morgue del Hospital Enrique Deformes del puerto(2).

En el mismo lugar donde se encerró y torturó a los trabajadores y sus sindicatos, y los gritos se hicieron protagonistas de la atmósfera reinante en hangares y pozos de reclusión, hoy pasean familias entre productos cuyas marcas hablan de grupos económicos vinculados entre sí, los mismos que coluden precios y niegan la posibilidad de organización a sus trabajadores con prácticas antisindicales. Ese mismo lugar que representa hoy el consumo, endeudamiento y el enriquecimiento desproporcionado, es el mismo lugar donde se utilizaron mecanismos para intentar doblegar a las personas que proponían una forma de vida diferente. En el fondo, es la metáfora clara “de este sistema neoliberal basado en el consumo y endeudamiento para el enriquecimiento de una élite, que fue instalado a sangre, fuego y gritos de nuestro pueblo”.

Fuente :enredaderadememoria.cl

Así, el tribunal de alzada de Valparaíso confirmó la sentencia de primera instancia dictada por el ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones de los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Max Cancino Cancino.

La Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de Valparaíso confirmó la condena en contra Guillermo Retamales Ruiz, sargento 2° de la Armada en retiro, como autor del homicidio de Ramón Donato Navia Martínez (54), trabajador de la construcción y dirigente del Partido Comunista, perpetrado en la Base Aeronaval El Belloto, en la comuna Quilpué, en octubre de 1973.

Los ministros Vicente Jesús Hormazábal, Ruth Angélica Alvarado (s) y el  abogado Integrante Eduardo Morales condenaron al exmarino a la pena de 10 años y un día en su grado medio, como autor del homicidio calificado de la víctima, y lo liberó de su responsabilidad en el secuestro calificado de Navia Martínez.

Asimismo, se absolvió al ex capitán de navío de la Armada, Germán Patricio Valdivia Keller, también como autor del secuestro calificado de la víctima.

De esta manera, el tribunal de alzada de Valparaíso confirmó la sentencia de primera instancia dictada por el ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones de los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Max Cancino Cancino, en diciembre de 2024.

La abogada querellante, Carolina Vega, del Estudio Caucoto Abogados, celebró el fallo señalando que es un gran paso contra la impunidad: “La sentencia confirmada por los ministros de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso es un hito significativo para el querellante, hijo de la víctima. Además, es un avance en materia de justicia transicional”.

En esa línea, expresó que “hay que tener presente que han pasado más de 50 años y recién hoy se está discutiendo sobre el homicidio de don Ramón Donato Navía Martínez, mientras que el hijo de la víctima lleva esperando años por justicia, verdad y reparación. En su oportunidad apelamos la sentencia de primera instancia solicitando que se aumentara la condena, pese a que fue confirmada la sentencia, estoy conforme, pues significa que ya no hay impunidad y que se está condenando al responsable del homicidio”.

Fuente :radio.uchile.cl, 31 de Mayo 2025

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