Humberto Lizardi Flores
Antecedentes del Caso
Humberto LIZARDI FLORES
Mediante el Bando Nº 82, del 11 de octubre de 1973, el Jefe de Zona de Estado de Sitio de la Provincia de Tarapacá y Comandante en Jefe de la Sexta División de Ejército, informó de la ejecución de cinco personas en el Campamento de Prisioneros de Pisagua. Señala el referido documento que en esa localidad se constituyó un Consejo de Guerra el día 10 de octubre de 1973, con el fin de juzgar a diversos reos, condenándose a cinco de ellos a la pena de muerte. Las personas condenadas fueron:
Julio CABEZAS GACITUA, 45 años, abogado, Procurador Fiscal del Consejo de Defensa del Estado en Iquique, sin militancia política conocida. En el ejercicio de su cargo, coordinó las acciones tendientes a reprimir y controlar el tráfico de estupefacientes y contrabando de mercaderías en la zona. El l4 de septiembre de l973 se presentó voluntariamente ante las autoridades al haber sido llamado por un Bando.
José CORDOVA CROXATTO, 35 años, Administrador de la Empresa Portuaria de Chile (EMPORCHI), en Iquique, y militante del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU). Detenido en su lugar de trabajo el 11 de septiembre de l973.
Humberto LIZARDI FLORES, 26 años, Profesor de Inglés en la Universidad de Chile, sede Iquique y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Detenido el 11 de septiembre de l973 en el Instituto Comercial de Iquique.
Mario MORRIS BARRIOS, 27 años, funcionario del Departamento de Investigaciones Aduaneras, sin militancia política. Recién destinado a la ciudad de Iquique, fue detenido el 11 de septiembre de l973 en el hotel donde se hallaba alojado.
Juan VALENCIA HINOJOSA, 51 años, Jefe Provincial de la Empresa de Comercio Agrícola (ECA) en Iquique, militante del Partido Comunista. Se presentó voluntariamente el día 11 de septiembre de l973 en la Intendencia.
Un nuevo Bando referido a las personas recién aludidas fue publicado en el diario El Tarapacá, del 26 de octubre de 1973, en el que se informaba que todos ellos "fueron condenados por estar confesos y ser autores de los delitos de traición a la patria y espionaje... y, por infracción a la Ley de Seguridad del Estado, al participar activamente en planes subversivos y de infiltración en las Fuerzas Armadas cumpliendo misiones que les fueron asignadas".
Respecto del delito imputado de traición a la patria, no procede aplicarlo legalmente a civiles, sino solamente a militares siempre que exista estado de guerra y enemigo en estado beligerante.
En el caso de Mario Morris Barrios, la misma publicación dice: "Fue condenado por estar confeso y ser autor del delito de Sublevación de las Fuerzas Armadas...; por tentativa de homicidio en diversos funcionarios fiscales e infracción a Ley sobre Control de Armas". Consultado por esta Comisión el señor Director Nacional de Aduanas, señaló que los funcionarios de esa institución, de acuerdo a lo establecido en Ley Sobre Control de Armas de Fuego, de 1972, podían usar dichas armas y elementos en la forma que señale el respectivo reglamento institucional.
Por su parte, a esta Comisión le asisten serias dudas acerca de la realización de este Consejo de Guerra. En este caso no se proporcionó ni fue posible ubicar copia del proceso, o siquiera de la sentencia. Más aún, según la versión de personas que en ese momento estaban detenidas en el Campo de Prisioneros de Pisagua, no se llevaron a cabo en esta ocasión los procedimientos que posteriormente se observaron cada vez que se realizaba un Consejo: En general, se hacía salir a los prisioneros a la cancha que quedaba enfrente del penal y se les daba a conocer el hecho de haberse constituido el Consejo, nombrándose los acusados y agrupándoseles según la pena solicitada para cada uno de ellos. Luego se les presentaba al abogado que los defendería. Ninguno de estos procedimientos ocurrió en esta fecha. Además, no se ha tenido conocimiento de ninguna defensa efectuada, por algún abogado, en este supuesto primer Consejo de Guerra.
Un testigo, también detenido en ese Campo, pudo observar el momento en que los cinco prisioneros fueron traídos al final del cementerio de Pisagua, fueron ejecutados, ensacados e introducidos en una fosa.
Los cuerpos de las víctimas jamás fueron entregados a sus familiares. Todos ellos fueron encontrados este año, 1990, en la fosa de Pisagua.
Presentados los hechos de esta manera, la Comisión no puede sino presumir fundadamente que este Consejo de Guerra no se llevó a cabo, habiéndose formado convicción moral que Julio Cabezas, José Córdova, Humberto Lizardi, Mario Morris y Juan Valencia fueron ejecutados por agentes del Estado. Hay indicación de que en la muerte del abogado señor Cabezas, haya podido tener importancia su labor como investigador oficial del tráfico de drogas y contrabando.
Fuente :(Informe Rettig)
Prensa
Una querella criminal contra un grupo de ex uniformados, encabezados por el general (R) Augusto Pinochet Ugarte, presentaron este viernes los familiares de cuatro víctimas del campo de prisioneros de Pisagua, ubicado en la Primera Región.
La acción legal, patrocinada por el abogado Adil Brkovic, acusa el delito de encubrimiento de secuestro calificado de Michael Nach Sáez, William Millar Sanhueza, Freddy Taberna Gallegos y Humberto Lizandi Flores, todos opositores al régimen militar.
Según explicó el abogado, las víctimas fueron secuestradas y hechas desaparecer entre septiembre y diciembre de 1974. Asimismo, aseguró que los restos de estas víctimas habrían sido exhumados ilegalmente entre mayo y junio de 1979.
La querella, que debiera ser tramitada por el ministro Jorge Zepeda, que instruye el caso Pisagua, también está dirigida contra los generales (R) Odlanier Mena, el primer jefe de la disuelta Central Nacional de Informaciones (CNI), y Hugo Salas Wenzel, que también encabezó el organismo.
También figuran como responsables los ex militares Marco Lucares Robledo, Adrián Ortiz Gotmann, Parabith Saure, Lander Mickel Uriarte, Eduardo Palma Robledo, Humberto Carreño Castro, Patricio Sandoval Arancibia y Ricardo Quiroz Farías.
Fuente :18 de Agosto 2005 El Mostrador.cl
Fecha :18-08-2005
Considerando que promover y respetar los Derechos Humanos es parte de la misión plasmada en su actual Plan Estratégico Institucional, la Universidad Arturo Prat (UNAP) realizó una ceremonia de memoria histórica y nombró una de sus salas corporativas más importantes como “Sala Humberto Lizardi Flores”. En recuerdo del exdirigente estudiantil y académico de la Universidad de Chile, Sede Iquique, Humberto Lizardi Flores, quien a los 26 años de edad fue ejecutado por la dictadura militar en octubre de 1973.
El acto se realizó en la casa central de la UNAP, en Iquique, Región de Tarapacá, y fue organizado por su Dirección General de Vinculación con el Medio y Relaciones Internacionales, en el marco del Circuito Cultural y Patrimonial de esta institución estatal. Participaron autoridades, directivos y funcionarios de la Universidad. Además, contó con la presencia de Glen Lizardi Flores, el hermano menor del recordado académico, junto a otros familiares de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos de Iquique y Pisagua.
La emotiva actividad de memoria histórica consistió en el descubrimiento de una placa con el nombre del profesor “Humberto Lizardi Flores”, en el acceso de la Sala R-2 de la Rectoría, lugar donde periódicamente se reúne la Junta Directiva, conformada por las máximas autoridades de esta casa de estudios estatal.
La ceremonia fue presidida por el vicerrector de Investigación, Innovación y Postgrado de la UNAP, Dr. Pedro Buc Calderón, en representación del rector Alberto Martínez Quezada, quien vio el acto vía online por encontrarse de gira institucional en la Provincia de Malleco, donde la Universidad posee su sede Victoria, en la Región de la Araucanía.
“En representación de la Universidad regional y del Estado que somos, recibimos vuestra presencia en esta ceremonia, con honor y mucha responsabilidad. Aun cuando reconocemos con algún gado de rubor nuestra tardanza en realizar este compromiso. Que es ineludible que toda Universidad Estatal debe tener con el respeto irrestricto de los Derechos Humanos, y el deber irrenunciable a la memoria histórica que va modulando la comunidad que constituye un país”, dijo emocionado el vicerrector, Pedro Buc Calderón.
PATRIMONIO
El director general de Vinculación con el Medio y Relaciones Internacionales de la UNAP, Dr. Cristian Jamett Pizarro, explicó la importancia y el sentido institucional de la actividad.
“Nuestra Universidad declaró en su plan estratégico institucional para este periodo, como misión la promoción y la defensa de los Derechos Humanos. Y creo que como nueva administración universitaria estamos haciendo justicia con ello, al nombrar una de las salas más importantes de nuestra Universidad con el nombre de Humberto Lizardi Flores, quien fuera detenido el 11 de septiembre de 1973. Y dirigido al campamento de prisioneros de Pisagua, y el organismo responsable de su detención fuera el Ejército”, dijo Jamett.
Y agregó que la ceremonia se organizó en el contexto del Circuito Cultural y Patrimonial de la UNAP. “El Circuito Cultural Patrimonial es donde se enmarca esta actividad, porque nuestra memoria colectiva, los funcionarios que fueron ejecutados también son parte de nuestro patrimonio”, señaló.
LA HISTORIA
En tanto, el vicerrector Pedro Buc —citando al escritor, poeta y activista de los Derechos Humanos argentino, chileno y estadounidense, Ariel Dorfman Zelicovich— destacó que es un deber mantener el recuerdo de quienes ya no están. “El deber de memoria es el deber de los vivos (…) Son los vivos los que mantienen la presencia de esos sacrificios, de esos martirios, de ese sufrimiento, de esos dolores”, explicó ante los participantes del acto.
“La historia la escriben los hombres y las mujeres y la memoria es frágil (…) No solo porque intereses creados se coluden para estimular el olvido. Hay también el paso del tiempo y la desaparición física de quienes son los vectores activos para mantenerla. De ahí la importancia de la pedagogía para enseñar a las nuevas generaciones. Y de los actos para mantener vivos los recuerdos de nuestros mártires”, agregó el Dr. Buc.
“Este homenaje, aun cuando tardío —a Humberto Lizardi, compañero y colega— se inscribe en la voluntad de mantener vivos a quienes han sido víctimas de la barbarie”, expresó el vicerrector.
En la ceremonia de memoria histórica participó CAMERATA UNAP, la agrupación musical de la Universidad Arturo Prat, con ocho músicos que junto a su director artístico, Julio Martínez Ortiz, ofrecieron composiciones de excelencia con instrumentos de cuerdas.
AGRADECIMIENTOS
Glen Lizardi Flores, hermano menor del homenajeado académico y exdirigente estudiantil, destacó a la Universidad Arturo Prat por la realización del homenaje.
“Agradecerles a todos ustedes por este acto de homenaje, pero también por una acto que es de memoria. Porque si los homenajes se hacen sin memoria, pierden el sentido y el significado en el tiempo (…) El compromiso social que tenía mi hermano fue su motivo de vida y también lo llevó a la muerte”, expresó. Y recordó que, a los 17 años, Humberto Lizardi ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, en Santiago, donde cursó dos años de pregrado, para luego decidir estudiar pedagogía en la sede Iquique de esa institución universitaria.
UN HONOR
Héctor Marín Rossel, presidente de Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos de Iquique, AFEPI, enfatizó la importancia de este reconocimiento.
“Reciban ustedes nuestro abrazo solidario, un abrazo de compromiso en la promoción y defensa de los Derechos Humanos. Para nosotros como familiares es un honor estar aquí en este lugar. Es un honor que le hagan un reconocimiento, aunque tardío, y saber que Humberto Lizardi Flores no ha muerto en vano. Su sangre, su presencia está viva y eso es muy importante”, afirmó Marín Rossel.“Nuestro reconocimiento. Y cada acto de memoria —pequeño, grande, multitudinario— tiene un valor enorme para nosotros y nos ayuda a seguir en esta lucha de verdad, de justicia, de memoria y reparación. Muchas gracias”, expresó ante el público de la ceremonia.
Fuente :soldeiquique.cl 16/9/2023
Debo ser una de las personas que más compartieron con Humberto Lizardi su vida. Al recordarlo hoy, en el 49° aniversario de su asesinato en Pisagua, no siento que seríamos leales a Tito si sólo lo evocáramos como un muchacho generoso y bueno. Es lo que generalmente se hace cuando se recuerda a alguien que ya ha partido. Claro que no. Lo recordaré como realmente era, como él querría que se hiciese. Me refiero a su idealismo, inspirado en la entrega por el bien colectivo de los demás; es decir, a su adhesión sin vacilación y compromiso con la lucha social.
Efectivamente, Tito fue un combatiente social, y sé que hoy, si viviera a sus 73 años, estaría en primera línea en la lucha que emprendió en su corta vida. Lo sé, porque estuve con él a horas de su muerte. Poco antes que a Tito lo sacaran de su celda en Pisagua para poco después asesinarlo, conversamos largamente. Me dijo textualmente: “no tendrá ninguna razón mi vida ni mi muerte si la lucha en la que estoy empeñado otros no la continúan.” Dicho con claridad, en cualquiera semblanza a Tito, es de respeto a él, en primer lugar, hablar de sus ideas en el mejor sentido y significado. Por cierto, ellas fueron la principal razón de su vida, así como también la de su muerte.
Algunos años antes de ser asesinado, con Tito y otros amigos de entonces, estuvimos entre quienes iniciamos la vida universitaria en Iquique. Fue en l966, cuando en nuestro puerto inició sus actividades docentes la Universidad de Chile; primero, como centro universitario y pocos años después como una de los ocho sedes de la Universidad de Bello. Tito, de 19 años, era alumno de aquella novel Alma Mater, y tuve el honor de ser su profesor. Fue, en verdad, un brillante estudiante, poeta, gran polemista, muy activo socialmente dentro y fuera de la Universidad, organizador y dirigente estudiantil, condición que combinaba muy bien con su honestidad, carisma, generosidad con sus compañeros, e incapacidad de la más leve deslealtad con nadie, ni siquiera con sus contrarios en las ideas. En el fondo, insisto, aquellas cualidades no eran sólo expresión de su alta calidad humana, sino de su vocación de servidor y reformador social.
Me consta que estudió Educación con gusto y gran amor, luego de abandonar por propia voluntad la carrera de Leyes que había iniciado en 1965, nada menos que en la Universidad de Chile en Santiago. Como él decía, la Educación era la única profesión que le permitía un profundo contacto humano con grandes grupos de personas; no sólo eso, sino con las mejores, los niños y los adolescentes. Tito era, desde lo más hondo de su alma, un verdadero maestro. Como tal, era amable, comprensivo, excelente expositor de su ciencia, diestro verbalmente, excelente orientador y consejero educacional.
Como he dicho, en su espíritu, sobre toda otra consideración marchaba junto a su carácter una ansiedad irrefrenable por cambiar el mundo. Decía muy frecuentemente, parafraseando al Quijote, «estoy aquí para enderezar entuertos.» Fue esa, su permanente actitud de lucha por cambiar el mundo, la característica que más lo identificaría. Las primeras expresiones importantes de llevar a la práctica su ideario, se dieron precisamente en la universidad, en sus tiempos de estudiante.
La Universidad local de entonces, gratuita y popular, apenas se insinuaba como tal, en un mundo en que había mucho que hacer. Lo primero que hizo Tito, una vez elegido por sus compañeros como Presidente del Centro de Alumnos, en las primeras elecciones de la FECH-Iquique (la FEUNAP de hoy) en 1967, fue redactar y leer una declaración suya en el acto de su asunción a la presidencia de la FECH iquiqueña. En esa declaración entregaba a todos un programa muy acotado de acción y una definición de lo que debía ser una universidad para nuestra ciudad, así como para países como el nuestro, dependientes, desiguales socialmente y en desarrollo.
La Universidad, declaró Tito mil veces, debe estar al servicio de la sociedad, tal como lo declarara su fundador Andrés Bello en 1843. La Universidad, si es verdadera, decía, debe identificarse claramente por el cambio social, particularmente en favor de los pobres. Publicó en hojas mimeografeadas aquel discurso y las repartió entre sus condiscípulos, así a la antigua, de mano en mano y en la puerta de la sede universitaria. Escribió muchos opúsculos sobre temas sociales y propios de una universidad; así como también muchos otros referidos a temas literarios y políticos, que publicó en el diario mural de la Universidad. Fue Tito quien organizó y dio vida al primer diario mural estudiantil, que llamó “La Tempestad” (piensen en el calado que tiene ese nombre).
Tito, en total sintonía con los nuevos tiempos, reclamaba el derecho a la tri-estamentalidad en la gestión de las universidades cuando ya el estudiantado universitario en todo el mundo apenas empezaba a desplegar esa lucha. Fue aquí, entonces, en Iquique, cuando gracias a Tito, se proclamó ese principio antes que en muchas instituciones universitarias de Chile. A la vez, a pesar de una porfiada asma que con cierta frecuencia lo agobiaba, organizó y participó en cursos de extensión universitaria en los planes de “Acción Social” programados y ejecutados por la Universidad, en poblaciones y en el Hospital Regional de entonces.
Sus ideas tomaron forma definitiva cuando se declaró públicamente un creyente cristiano observante. Tito era miembro de la Iglesia Metodista y a la vez militante marxista; adscribiendo su pensamiento y acción a la Filosofía sobre Creacionismo y Evolución de Teilhard de Chardin y a la novel propuesta teológica latinoamericana de la “Teología de la Liberación.” Hablo de 1967, cuando los movimientos socialistas cristianos tenían una minúscula difusión en algunas revistas jesuitas o en círculos de curas católicos y pastores protestantes obreros y revolucionarios. En muchas de nuestras conversaciones, a solas, o con otros amigos, repetía que los conceptos explotación, alienación, y lucha por la igualdad y la justicia social proclamados en la filosofía y doctrina política de Marx ya habían sido proclamados con meridiana claridad aquí, en la tierra, por el Hijo unigénito de Dios. En un foro que le recuerdo en la universidad, trajo a colación la figura evangélica del apóstol Santiago, con pasajes del antiguo Testamento, como éste, que Tito, además, citó en uno de sus opúsculos:
“Oh, ricos, llorad… sabed que el jornal que no pagasteis a vuestros trabajadores está clamando contra vosotros y el clamor de ellos ha penetrado los oídos del Señor.”
Poco tiempo antes del golpe de 1973, su convicción que la vía revolucionaria era el único método para alcanzar la sociedad nueva, en consonancia con sus convicciones teleológicas cristianas, lo condujo a las filas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, el MIR, organización de la cual fue su primer dirigente regional. Fue la decisión de aceptar ese cargo, lo que selló su aprehensión, encarcelamiento, torturas y fusilamiento ordenado por el general Carlos Forestier, el jefe militar de la provincia designado por la dictadura fascista que usurpó el poder del Estado en septiembre de 1973.
Hoy, cuando la ausencia del decoro y la falta de consecuencia en política parecen filtrarse por todas partes; cuando las claudicaciones a los principios, el oportunismo, las volteretas, los conciliábulos, la corrupción y las ambiciones por el poder son noticia diaria, digamos que la consecuencia, las honestas convicciones en servir a los demás, y la generosidad sin límites de Tito, constituyen su mayor legado moral, especialmente para la juventud. Por cierto, ese legado sólo tendrá valor si las nuevas generaciones de hoy lo transforman en práctica. Es la única forma de mantener vivo el recuerdo y el ejemplo de Humberto Lizardi Flores.
Fuente :edicioncero.cl 11/10/2019
Se comunica el fallecimiento de la querida Baldramina Flores Urqueta, (96) la «Mama Baldra», ocurrido este miércoles 29. Una inigualable y consecuente mujer que luchó toda su vida por encontrar a su querido hijo Humberto Lizardi Flores, profesor, militante del MIR, que fue fusilado en Pisagua.
Baldramina nunca dejó de luchar y se transformó en un referente en la lucha por los Derechos Humanos. Por fin ahora en el cielo en el que ella creía, se reencuentra con su amado hijo.
Nuestras infinitas condolencias a su familia.
Fuente :cctt.cl 30/9/2021
Fue fundado en Iquique, Chile, en 2016, rinde homenaje al profesor asesinado durante la dictadura. A través del fútbol, promueven la memoria y defensa de los derechos humanos, compitiendo en la Liga ASAFI con dos categorías y apoyando a la comunidad con solidaridad y actividades conmemorativas.
La dictadura cívico-militar que marcó a fuego la historia de Chile dejó una profunda huella en la sociedad, especialmente en aquellos que lucharon por la democracia y sufrieron violaciones a los derechos humanos. En la ciudad de Iquique, al norte de Chile, un club deportivo ha surgido como un tributo a uno de esos valientes: Humberto Lizardi Flores. A través del deporte, el Club Deportivo Humberto Lizardi busca mantener viva la memoria de las víctimas y promover la defensa de los derechos humanos en la comunidad.
Humberto Lizardi Flores, profesor de Inglés de la Universidad de Chile, sede Iquique, fue detenido el 11 de septiembre de 1973 en el Instituto Comercial de la ciudad. Su madre, Baldramina Baldra Flores, conocida como «La Mamá Baldra» y fundadora de la Agrupación de Detenidos y Desaparecidos de Iquique, fue en su búsqueda cuando no llegó ese fatídico día. Descubrió que había sido detenido y pudo verlo a lo lejos entregando cigarros al resto de los 40 detenidos. El testimonio de Baldramina es un vívido recuerdo de aquellos oscuros días.
Humberto Lizardi fue encontrado el 2 de junio de 1990 en la fosa común de Pisagua, junto a otras 19 personas asesinadas en 1973 y 1974. Antes de ser sacado de su celda en Pisagua para su ejecución, Lizardi mencionó a un compañero: «No tendrá ninguna razón mi vida ni mi muerte si la lucha en la que estoy empeñado otros no la continúan». Es precisamente por esta razón que el Club Deportivo y Social Humberto Lizardi lleva su nombre, para honrar su memoria y continuar su lucha.
Fundado en el año 2016 en Iquique, Región de Tarapacá, el Club Deportivo Humberto Lizardi ha encontrado en el fútbol una forma de expresar su compromiso con los derechos humanos y la justicia. Actualmente compiten en la Liga ASAFI en dos categorías: Adulto y Sub 16. Con alrededor de 150 integrantes, el club ha brindado apoyo y solidaridad a la comunidad durante la pandemia, a través de su olla común, convirtiéndose en un espacio de encuentro y ayuda mutua.
Cada año, el club realiza minutos de silencio en conmemoración del asesinato de Humberto Lizardi y en la fecha en que se encontraron sus restos en Pisagua. Estos actos simbólicos son una forma de recordar y rendir homenaje a aquellos que lucharon por la justicia y la libertad.
Fuente :fundacioclubes.org 24/6/2023
El hito fue inaugurado en el acceso principal del Campus Coloso de la Universidad de Antofagasta lugar en el que se realizó una ceremonia que contó con la presencia de exalumnos, familiares, amigos y autoridades académicas.
El día 19 de octubre de 2023 quedará grabado en la memoria y en los corazones de todos quienes participaron del descubrimiento de un memorial que recordará por siempre las vidas, sueños y esperanzas de siete alumnos de la Universidad de Chile sede Antofagasta, ejecutados durante los años más feroces de la dictadura de Augusto Pinochet.
Durante el inicio de la ceremonia, el rector de la Universidad de Antofagasta, Dr. Marcos Cikutovic, destacó la importancia del hito. “Existe absoluta sinceridad en lo que expresamos. Porque nadie nos contó esto. Lo vivimos. Este memorial no sólo es una estructura de piedra y metal, sino un testamento vivo de la resistencia y la valentía de aquellos jóvenes que entregaron sus vidas por ideales que hasta el día de hoy seguimos abrazando con fervor”, expresó la autoridad institucional.
Semblanzas compartidas por sus familiares, amigos y cercanos evocaron el recuerdo y las vidas de los siete jóvenes asesinados por agentes del estado entre 1973 y 1985 mientras eran alumnos de la Universidad de Chile, cuando esta institución mantenía una sede en la capital regional.
“Cuando me invitaron a participar de esta ceremonia para recordar a Jorge fue emocionante y acepté de inmediato. Vinimos junto a mi madre de 95 años. No imaginé esta cantidad de personas reunidas y el compromiso de mi norte con la memoria de mi hermano Jorge Ángel Vercelotti Machuca asesinado el 18 de marzo de 1976 en la localidad de Ciudadela, Buenos Aires; Argentina”, relata su hermana Celia Vercelotti Machuca.
Un anhelo cumplido
La actividad fue organizada por la Universidad de Antofagasta junto a su federación de estudiantes y contó con la participación de ex alumnas y alumnos de la Universidad de Chile como Germán Rojas Moya, quien estudiaba Administración Pública en la sede Antofagasta en aquellos aciagos años.
“El memorial inaugurado en el Campus Coloso ratifica la hermandad que existe entre la Universidad de Chile y la Universidad de Antofagasta. Saludo a su rector Marcos Cikutovic, a su federación de estudiantes y a la comunidad universitaria por sumarse a este acto de memoria y reparación por las violaciones a los derechos humanos ocurridas a partir del 11 de septiembre de 1973.”, manifestó.
El memorial consistente en un monolito que lleva adosada una placa con los nombres de los siete jóvenes ejecutados. Fue diseñado y construido por ex alumnos de la Universidad de Chile, sede Antofagasta junto a la Federación de Estudiantes de la UA. Durante el cierre de la ceremonia se plantaron árboles de la especie chañar en franco homenaje a cada uno de ellos.
“Nosotros como grupo de ex alumnos de la Universidad de Chile, sede Antofagasta, quisimos relevar esto y dejarle a las nuevas generaciones de jóvenes el testimonio de un hecho que no debe ser olvidado”, explicó el director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (CREA), de la Universidad de Antofagasta, Dr. Carlos Guerra.
Por siempre en la memoria
Fuente :uantof.cl 20/10/2023
“Llegó el toque de queda
A las tres de la tarde,
y tú no regresaste:
El pánico, la angustia,
Se apoderó de mí.
Sin saber qué pasaba
encerrada en la casa,
orando arrodillada
implorando por ti”.
El día 11.
Baldramina Flores, madre del metodista Humberto Lizardi Flores
Un día como hoy, 11 de octubre, pero de 1973, era fusilado y desaparecido el hermano Humberto Lizardi Flores.
Convertido al evangelio producto de estudiar en un colegio metodista como es el Colegio Inglés de Iquique, llegó a ser hermano en plena comunión de la Iglesia Metodista de Chile, estudió teología dos años y transmitía estudios bíblicos los días domingo en la Radio Esmeralda de Iquique. De acuerdo con el obispo metodista Isaías Gutierrez, sus programas radiales llevaban por todo Iquique “los énfasis metodistas del evangelio”.
Tito Lizardi era militante de izquierda, de acuerdo a sus reflexiones, su militancia política se relacionaba con su entendimiento de los valores cristianos sobre justicia, especialmente en Santiago capítulo 5 en relación a la explotación a los trabajadores y la crítica de los profetas a la injusticia de los gobernantes para con los necesitados. Tito estudió teología, también derecho y luego se convirtió en profesor, llegó a ser presidente de la FECH.
Fue secuestrado el mismo 11 de septiembre mientras hacía clases en un colegio público, y luego fue recluido en Pisagua, donde fue torturado, ejecutado sumariamente sin forma de juicio y desaparecido hasta que lo encontraron en las fosas de Pisagua.
Alcanzó a enviar una carta a su madre Baldramina Flores y su padre Humberto Lizardi con un amigo que sobrevivió a Pisagua:
«Queridos Padres: Mañana quizás ya esté muerto y es por eso que antes de partir les escribo estas breves líneas con el apuro que las circunstancias exigen. Quisiera por última vez expresarles que solo a ustedes debo todo lo que fui, que gracias a vuestros esfuerzos pude vivir una existencia plena y verdadera. Fueron 26 años bien vividos conocí el amor de ustedes y el otro amor. Viví plenamente y es por eso que no me duele partir. Al fin y al cabo muero por lo que es justo, gracias queridos padres por todos los que me disteis. No tengan pena porque en Dios yo me he encomendado y sé que él está conmigo. Con el amor de siempre. Tito».
Su muerte impactó fuertemente a la comunidad metodista, y asistieron muchas personas a los cultos en su memoria, lo que generó tensiones con los militares que lo prohibían. Su madre, Baldramina Flores quien era católica y de hecho derechista de origen, se transformó en una de las principales activistas de derechos humanos de Iquique, defendiendo constantemente el idealismo de su hijo y el hecho que no cometió ningún delito. En 1989 la Comunidad Teológica Evangélica de Chile publicó un libro de Humberto Lizardi denominado “Poemas”. Su madre ha publicado biografías de él, de ella y sus poemas con los que ha buscado paz.
(Un dato dramático adicional de la historia de Humberto fue que otro joven de apellido Lizardi fue asesinado por los militares en Iquique porque los confundieron.Esteban Quiroz González, abogado, conocido también como El Otro Canuto.)
Fuente :elotrocanuto.wordpress.com 11/10/2020
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