Luis Osvaldo González Mondaca
Antecedentes del Caso
Luis Osvaldo GONZALEZ MONDACA
El 20 de octubre de 1973, se practicaron varias detenciones en los Asentamientos Huiticalán, Patagual y Vínculo de Paine.
La acción fue ejecutada por efectivos pertenecientes al Regimiento de Infantería de San Bernardo, quienes en la mañana de ese día recorrieron los lugares referidos deteniendo a las siguientes personas:
- Santos Pascual CALDERON SALDAÑA, 28 años, casado, agricultor, militante socialista;
- Benjamín Adolfo CAMUS SILVA, casado, agricultor;
- Rolando Anastasio DONAIRE RODRIGUEZ, 49 años, casado, agricultor, sin militancia política;
- Luis Osvaldo GONZALEZ MONDACA, 32 años, casado, agricultor, sin militancia política;
- Pedro MENESES BRITO, 30 años, soltero, agricultor, militante socialista; y
- Bautista Segundo OYARZO TORRES, 52 años, casado, obrero agrícola.
El primero en ser detenido fue Benjamín Camus, en momentos en que iba a dejar animales al cerro, luego de ello, los efectivos militares se dirigieron a las oficinas del Asentamiento Huiticalán donde arrestaron a Osvaldo González y a Juan Oyarzo. Alrededor de las 10:00 horas es detenido en el camino, Pascual Calderón.
Desde el Asentamiento El Patagual es detenido Rolando Anastasio Donaire Rodríguez. Los detenidos van siendo concentrados en una cancha en la localidad de Pintué. A las 17:00 horas los detenidos son subidos en camiones militares y llevados en dirección de la Cuesta el Cepillo.
Finalmente, y al día siguiente es detenido desde el Asentamiento el Vínculo Pedro Meneses Brito, Presidente del Asentamiento.
Desde entonces sus familias no pudieron obtener información sobre el paradero de las víctimas. En el mes de noviembre de 1973, se enteraron a través del Servicio Médico Legal que todos ellos habían sido remitidos hasta ese lugar y sepultados en el Patio 29 del Cementerio General. Sus familiares gestionaron el traslado al Cementerio de Aculeo.
En sus certificados de defunción se indica como fecha de la misma el 23 octubre de 1973 a las 10,00 horas en el Puente Maipo y como causa de ella heridas de bala.
Los antecedentes relatados permiten a esta Comisión llegar a la convicción, que las víctimas fueron ejecutadas tres días después de su detención, cuando se encontraban en calidad de detenidos por agentes del Estado y sus cuerpos abandonados en las laderas del Puente Maipo, para posteriormente ser trasladados por personal de Carabineros al Instituto Médico Legal; constituyendo sus muertes, violaciones a sus derechos humanos de responsabilidad de agentes del Estado.
Fuente :(Corporacion)
Prensa
Mi nombre es Guacolda Araya, soy esposa de Osvaldo González, detenido desaparecido el 20 de Octubre de 1973. Mi esposo tenía 32 años y yo 27 años, me quedé con cuatro hijos más un embarazo de 5 meses.Mi esposo era presidente del asentamiento Huiticalán1 , eran las tierras que entregaban por el asunto de la Reforma Agraria, antes se llamaba fundo Santa Marta. Entonces él fue presidente del asentamiento y yo creo que por eso fue que se lo llevaron, porque él no era de ningún partido político, sino que fue como castigo del dueño del fundo, por haber tomado esa parte de sus tierras. Yo siempre dije que fue el patrón, porque cuando a él se lo llevaron venía más gente del campo, gente de Rangue2 , también compañeros de mi esposo en el asentamiento. A unos los tomaron en la calle, a otros los sacaron del mismo corralón donde ellos llegaban en la mañana. Los militares llegaron al corralón con una lista con nombres, entonces demás que era el patrón el que había dado los nombres, la misma gente de él había dado los nombres. Cuando a él se lo llevaron a mí me dijeron “Se llevaron a Osvaldo” y yo alcancé a salir a una esquina, pero solamente vi el camión donde los llevaban, la parte de atrás. El cajero que había en el asentamiento fue a mi casa y me dice “Se llevaron a Osvaldo, pero no se preocupe porque nosotros vamos a pagar para que a él lo saquen, sobre todo a las personas de más edad” y al mío por el hecho de estar embarazada, y luego ver qué se podía hacer con el resto. Cuando los detuvieron los llevaron a una cancha, los tuvieron a pleno sol porque tenían que esperar a otros militares que bajaban de un cerro y hubo gente que, como ellos eran bien conocidos, toda la gente se conocía, les llevaron almuerzo en una olla, pero los militares se lo botaron, no los dejaron, no recibieron nada, absolutamente nada podían recibir. El cajero me contó que a él le dijeron que no se preocupara, que a eso de las 11 de la noche ellos iban a estar en sus casas porque era solamente para tomarles una declaración, para interrogarlos.
Me pasaron a decir a la casa que no me preocupara, que él iba a llegar, pero de mi casa al camino -ahora no se ve, pero antes se veía-, ya eran las 12 de la noche y pasaron con ellos para arriba, se veían las luces de los camiones que pasaban y los militares iban cantando. En el fundo, a los militares les dieron un animal, estuvieron en una bodega del fundo Acúleo y ahí bebieron y se comieron ese animal, al final iban todos los militares curados y por el camino creo que le dispararon a la persona que era de más edad. Días después de la detención de mi esposo se llevaron a su hermano mayor, pero fue por un nombre equivocado, porque era a otra persona que se tenían que llevar, porque también era presidente del asentamiento. Mi cuñado se llamaba Juan González, igual que la otra persona, entonces por el nombre se lo llevaron y lo tuvieron ocho días en Santiago y llegó súper delgado, barbón, pero por él salieron en su búsqueda, no sé si sería más fácil o ya entendían las cosas, no lo sé, pero lo encontraron. Por mi esposo salíamos con mi suegra, los hermanos eran menores, algunos chicos, otros tenían que estar trabajando en el fundo, porque si no tenían a una persona trabajando tenían que dejar la casa.
¿Dónde está Osvaldo? Fui muchas veces al Estadio Nacional3 , llegaba en la mañana y me quedaba hasta que ya no quedaba gente. Nunca había visto afuera del Estadio tantas personas con el mismo drama. Había miles y millones de colillas de cigarro en el suelo y eso me llamaba mucho la atención y había unas piedras grandes en la orilla y ahí nosotros nos sentábamos. Yo venía con una hermana de Santiago o venía con alguien del mismo sector y nos quedábamos todo el día. A veces uno estaba súper tranquila esperando o habían noticias, salía alguien, la gente corría para ver si esa persona sabía algo, cuando esa persona salía por una puerta, otra gente salía por otro lado y la gente corría por el otro lado y así me pasaba todo el día. Nunca pude entrar al Estadio Nacional, pero el marido de mi hermana tenía una enfermera amiga que estaba trabajando dentro del Estadio y por intermedio de ella entrabamos cosas, pero yo encuentro que fue mucho el aprovechamiento de ella porque le decía “Sí, mira hay una persona de campo que es bien calladito, tiene chupalla, que anda con esas chalitas de campo pero es bien tranquilo” y mi cuñado le decía “Es así y se llama fulano de tal”, “Si, si él está acá”; entonces él le pasaba frazadas, le mandaba cigarrillos y entremedio le mandaba plata en caso que saliera tuviera para irse. Le mandaba pan, frutas, de todo.
Un día logramos entrar un poco más y con parlantes dicen que las personas que no son nombradas fueron trasladadas ¿dónde? No se sabe. Es lo único que yo supe y que dijeron en el Estadio. Y ahí me iba a la casa, después volvía otra vez, después me iba a la casa de mi hermana, volvía a mi casa, iba a buscar a mis niños o me los venían a dejar.
Estuve hasta en la Cárcel Pública, ahí entré y me acuerdo que íbamos tomando un helado, pasamos y preguntamos por el guardia y el guardia nos revisaba por todos lados, “Ya, a quién buscan” “Veníamos a saber si se encontraba fulano de tal aquí”, y decía “Y qué preguntan si ellos hasta están comiendo gratis acá” y estuve a punto de tomar el helado y lanzárselo, pero menos mal que no lo hice porque quizás no estaría viva. Mi esposo fue encontrado según otros, pues yo nunca, yo no recuerdo, nunca he visto nada de él, no he recibido nada, porque después pasó el tiempo, o sea nosotros donde nos decían, íbamos, incluso la última vez que nos dijeron que estaban en el Estadio Nacional, yo fui, yo andaba en todas, yo llegaba a la casa así con los pies hinchados porque me quedaba en la casa de una hermana en Santiago y no pasaba nada, habían solamente comentarios “Que están en tal parte, que van a llegar”, incluso nos dijeron que iba todo el grupo caminando en el Puente Maipo, entonces la gente igual preocupada los esperaba y no, no fue así.Cuando ya pasaron unos meses y no sabíamos nada y a mí me estaba aumentando el embarazo, me fui a Santiago donde una hermana, y ella, más dos hermanos se juntaron y me dijeron “Sabes que nosotros vamos a ir a preguntar a otro lado”, anduvieron preguntando y les dijeron “¿Han ido a la morgue?” “¡No! Nunca ¡cómo vamos a ir a la morgue!” y fueron, yo me quedé en la casa y me dijeron que preguntaron por él y les dijeron “Sí, si está aquí”, entonces para mi hermana era terrible reconocerlo “Yo voy a tener que reconocerlo- le dijo- y dónde están” “No -le respondió- están sepultados, hace ya más de tres meses”. Les dijeron que estaban sepultados en el Patio 294, que ese era el patio de los fusilados. Cuando llegaron a la casa yo encontré algo extraño, estaban muy raras y no hallaban cómo decirme, hasta que me dijeron que él estaba sepultado. Yo tuve que volver a mi casa porque mi suegro estaba agonizando, mis niños estaban con otra hermana y no sé, no hallaba qué hacer. Ya que estaba sepultado vinimos al cementerio, me dijeron que no lo podían sacar, porque después de tres meses sepultados no lo podían sacar, tenía que dejarlo. Paso más de un año, yo pagué todo lo que pude por la sepultura porque realmente me quedé sin nada, mis cuñados no me ayudaban porque su papá estaba agonizando y no pude, pagué un año pero después ya no pagué, porque pensé que podía quedarse igual ahí y porque nació mi niña. Me olvidé del cementerio y cuando vino el Ministro Hermosilla5 a Buin, hablé con él y quedaron de sacar al resto de las personas. Viajaba a Santiago a veces cada dos meses para visitarlo en el cementerio, llevaba a uno de mis niños, el mayor tenía 8 años, y hablé con el Ministro para sacarlo porque en ese tiempo se podían abrir las sepulturas y yo siempre iba a un lado y siempre me dijeron “Está ahí”, yo iba y le ponía flores, pero lo más extraño es que siempre y hasta el día de hoy todavía tenía la duda, porque abrimos en otro lado y ahí no había nada, había un cajón pero era de una persona que había fallecido de muerte natural, no había nada, no había un pedazo de ropa, nada. Esa vez sacaron a un joven que era mecánico, incluso estaba con el overol, habían pedazos de ropa, de zapato y en la sepultura que abrió el Ministro no había nada, nada, nada de él, se perdió y con los años después yo le hice una lápida en nombre de mis hijas y la puse en la sepultura que yo tengo en el cementerio de Acúleo, pero nunca he recibido nada, ni siquiera un huesito, nada, nada.
Fuente :germina.cl 2014
Me casé a los 18 años. Mi mamá había fallecido y yo me la había pasado internada. Estuve en Santiago interna, no tenía una casa donde estar, no me acostumbraba con mi abuela acá en el campo y no sé, a mí siempre me gustó algo bonito, de chica iba a las casas donde las tías mayores trabajaban entonces a mí me gustaba ver esas casas bonitas y realmente no me acostumbraba acá. Y cuando salí de vacaciones, vine a la casa de la que después fue mi suegra y después conocí a mi marido, pololeé como dos años, tres años con él y me casé y de 27 años quedé sola. Con mi marido estuvimos ocho años casados y esos ochos años los pololeamos, súper cariñoso conmigo, estábamos enamorados y él era súper buen papá, sus hijas eran todo para él,tenían que almorzar en brazos con él, además que eran puras mujeres. El hijo mayor de chiquito era muy regalón de sus abuelos paternos y pasaba allá. Antes de vivir en el asentamiento Huiticalán, vivíamos en el fundo Abrante, también en Acúleo. Ahí teníamos gallinero y cuando nos vinimos al asentamiento nosotros mismos, incluidos los hijos que estaban chicos trabajamos la tierra y sembramos. Teníamos choclos y durante las tardes nos dedicábamos a deshojarlos, una parte del maíz se los dejábamos a las gallinas.EXTRACTO
Fuente :germina.cl 2014 ( extracto)
Luis Osvaldo González Mondaca, nacido el 5 de octubre de 1941. Él fue llevado un 20 de octubre de 1973 por militares de San Bernardo, hasta la fecha nunca más lo volvimos a ver. Fue buscado por todas partes y nunca tuvimos una respuesta, ya que no daban ninguna información. Primero nos decían que estaba en el Estadio Nacional y fue lo mismo, lo buscamos por todas partes y seguía siendo lo mismo, hasta que un día nos dijeron que fuéramos a la morgue, pero él ya había sido sepultado en el Patio 29 del Cementerio General, dijeron que no se podían sacar, que el plazo se había cumplido. Quedó por unos años en ese lugar, el traslado costaba caro y no teníamos dinero para hacerlo. Cuando se realizó el cambio de gobierno en el año 1991-1992 –más o menos- tuvimos la oportunidad de abrir la sepultura con el Ministro Hermosilla, pero él ya no estaba ahí, y no teníamos cómo reconocerlo. No sabemos quién lo sacó, qué pasó, dónde está, para darle sepultura. Hemos sufrido mucho al no poder encontrarlo, han pasado muchos años y nada sabemos. El Ministro Hermosilla me dijo que ya nada se podía hacer. Él era papá de cinco niños, en esos años el mayor tenía 8 años, 7 años, 6 años, 4 años y yo cuatro meses de embarazo. Lo único que tenemos es un certificado de defunción donde aparece muerto el 23 de octubre de 1974 en el Puente Maipo. Y la angustia de no saber la verdad, cuándo lo encontraremos… Su esposa Guacolda Araya Mondaca
Fuente :germina.cl 2014
Se trata de la sentencia definitiva en el episodio “Paine Aculeo” que dejó once víctimas y con el cual se da por cerrado el proceso judicial “Paine”, una de las causas más crudas que dejó la dictadura militar en nuestro país.
De esta manera, los ministros Manuel Antonio Valderrama, Jean Pierre Matus, el ministro suplente Juan Manuel Muñoz, y los abogados integrantes Juan Carlos Ferrada y Eduardo Gandulfo confirmaron las condenas emitidas por la Corte de Apelaciones de San Miguel en septiembre de 2022 y condenaron a los oficiales del Ejército en retiro Iván de la Fuente y Alfonso Faúndez Norambuena; y el prefecto de Investigaciones Roberto Arcángel Rozas Aguilera, a la pena de 18 años de presidio mayor en su grado máximo como autores del secuestro calificado de las once víctimas.
En tanto, el ex oficial de División del Ejército Julio Cerda Carrasco recibió una condena de 15 años como autor del mismo delito ejecutado contra cinco de las once víctimas.
De acuerdo a la investigación, hay oficiales de Ejército que no alcanzaron a ser condenados porque fallecieron durante
el proceso, tales como Víctor Pinto Pérez, Andrés Magaña Bau y Alejandro Valdés Visitainer; y Sergio Avila Quiroga, ex Carabinero.
El máximo tribunal, por unanimidad, rechazó todos los recursos de casación formulados por las defensas de los condenados. Confirmó íntegramente el fallo de primera instancia dictado por la Ministra Marianela Cifuentes, instructora de la causa. Igualmente dejó sin aplicación la media prescripción solicitada por los condenados, y en el aspecto civil, la Corte Suprema al acoger recurso de casación de los representantes de las víctimas, dejó sin efecto el fallo de la Corte de Apelaciones de San Miguel, que había rebajado sustancialmente los montos otorgados por la Ministra Cifuentes a los familiares.
Nelson Caucoto Pereira, abogado de 10 de las 11 víctimas señaló que “estamos culminando con este fallo terminal del máximo tribunal de la República, en el “Episodio Aculeo”, un mega proceso que comprende en total 70 víctimas, denominado “Caso Paine”. Ha sido un trabajo gigantesco de la justicia chilena, expresado en las personas de María Stella Elgarrista, Héctor Solís, y finalmente la ministra Marianela Cifuentes, quienes desplegaron grandes esfuerzos por satisfacer los legítimos anhelos de los familiares de las víctimas, en su gran mayoría campesinos de la zona, por buscar justicia para sus seres queridos”.
Caucoto agrega que “judicialmente se está cerrando positivamente un periodo triste, irrepetible y de mucho dolor para tanta gente humilde, cuyos derechos fueron arrasados por la dictadura militar. Lo que ha hecho el Poder Judicial en este caso, con la ministra Marianela Cifuentes, es realmente algo que nadie pudo imaginar en el pasado. ¿Quién pensó que se podía vanzar en el esclarecimiento de los hechos y que los autores de estos crímenes aberrantes, que aún sobreviven irían a la cárcel, y que esos familiares recibirán reparación?”, se cuestionó el profesional.
Los hechos
La investigación sustanciada por la ministra Marianela Cifuentes pudo acreditar los siguientes hechos:
El 13 de octubre de 1973, militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo, junto a un funcionario policial y de un civil del sector, realizó allanamientos y detenciones en diversos asentamientos campesinos de la Reforma Agraria, situados en las inmediaciones de la laguna de Aculeo, en la comuna de Paine.
En esa oportunidad detuvieron a los dirigentes campesinos, entre ellos: José Manuel Díaz Inostroza, presidente del asentamiento Mansel Alto; Francisco Javier Lizama Irarrázaval y Jorge Manuel Pavez Henríquez, presidente y tesorero, respectivamente, del asentamiento El Patagual y los hermanos Juan Manuel Ortiz Acevedo y Luis Celerino Ortiz Acevedo, presidente y vicepresidente del asentamiento Rangue
Lo mismo hicieron el 20 de octubre de ese año, esta vez en el sector de El Vínculo, Huiticalán y El Patagual, deteniendo a Pedro Juan Meneses Brito, presidente del asentamiento El Vínculo y Luis Osvaldo González Mondaca, presidente del asentamiento Huiticalán y a los obreros agrícolas Santos Pascual Calderón Saldaña, Benjamín Adolfo Camus Silva, Rolando Anastasio Donaire Rodríguez y Bautista Segundo Oyarzo Torres.
Posteriormente las víctimas fueron trasladados al campo de prisioneros de la Escuela de Infantería de San Bernardo, en el cerro Chena, lugar en que fueron sometidos a interrogatorios bajo tortura, para posteriormente ser ejecutados con arma de fuego y sus cuerpos inhumados ilegalmente y abandonados.
Dicho campo de prisioneros estaba a la cabeza del capitán de Ejército Víctor Raúl Pinto Pérez, actualmente fallecido y el teniente de Ejército Alfonso Faúndez Norambuena. Del mismo modo, estaban a cargo de los interrogatorios el teniente de Ejército Osvaldo Andrés Alonso Magaña Bau, el teniente de Carabineros Sergio Heriberto Ávila Quiroga y los oficiales de la Policía de Investigaciones Oscar Hernán Vergara Cruces y Roberto Arcángel Rozas Aguilera.
De acuerdo a la investigación, el 23 de octubre de 1973, se encontraron los cadáveres de José Manuel Díaz Inostroza y de Santos Pascual Calderón Saldaña, Benjamín Adolfo Camus Silva, Luis Osvaldo González Mondaca y Pedro Juan Meneses Brito, en la ribera del río Maipo, a la altura del puente Maipo.
El 13 de noviembre de 1973 fueron encontrados semienterrados y en estado de putrefacción los cadáveres de Francisco Javier Lizama Irarrázaval, Juan Manuel Ortiz Acevedo, Luis Celerino Ortiz Acevedo, Rolando Anastasio Donaire Rodríguez y Bautista Segundo Oyarzo Torres, todos en el interior del fundo San Vicente de Lo Arcaya, comuna de Pirque
Finalmente, los restos de Jorge Manuel Pávez Henríquez fueron encontrados en la tumba N° 2.476 del Patio 29 del Cementerio General.
Según datos oficiales, durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), alrededor de 3.200 personas opositoras murieron a manos de agentes del Estado, de las que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos, mientras otras 40.000 fueron torturadas y encarceladas por causas políticas.
Fuente :piensaprensa.cl 4/10/2024
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