Marco Felipe De la Vega Rivera
Antecedentes del Caso
El 19 de octubre de 1973 a la 01:.20 horas, fueron ejecutadas por efectivos del Ejército, cerca de Antofagasta, las siguientes personas:
- Luis Eduardo ALANIZ ALVAREZ, de 23 años de edad, estudiante de Periodismo de la Universidad del Norte, militante socialista; quien a fines de septiembre se entregó voluntariamente a las autoridades militares de Arica, ante el requerimiento público hecho por las autoridades de Antofagasta. Desde aquella localidad fue trasladado a la Cárcel de esta última ciudad, donde al parecer se le inició un proceso, acusado de poseer armas, el que no fue concluído.
- Dinator Segundo AVILA ROCCO, de 32 años de edad, empleado de la Sociedad Química y Minera de Chile (SOQUIMICH), militante socialista; quien fue detenido el 29 de septiembre en María Elena y trasladado primero a la Comisaría de Tocopilla y luego a la Cárcel de Antofagasta.
- Guillermo Nelson CUELLO ALVAREZ, de 30 años de edad, funcionario de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), militante socialista, quien se presentó voluntariamente el 13 de septiembre a la Comisaría de Antofagasta, desde donde fue llevado a la Cárcel de esa ciudad.
- Segundo Norton FLORES ANTIVILO, de 25 años de edad, asistente social de la Sociedad Química y Minera de Chile (SOQUIMICH) en María Elena, militante socialista; detenido el 1º de octubre en su domicilio de María Elena, desde donde es trasladado a Tocopilla y a la Cárcel de Antofagasta, posteriormente.
- Darío Armando GODOY MANSILLA, de 18 años de edad, estudiante de enseñanza media, militante socialista; detenido en Tocopilla y desde allí trasladado a la Cárcel de Antofagasta.
- José Boerlindo GARCIA BERRIOS, de 66 años de edad, trabajador marítimo y dirigente sindical, militante comunista; detenido en Tocopilla el 12 de septiembre, llevado a la Comisaría de esa ciudad y de ahí trasladado a la Cárcel de Antofagasta. En varias oportunidades, durante su detención, fue llevado junto a su hija a interrogatorios en Cerro Moreno.
- Miguel Hernán MANRIQUEZ DIAZ, de 25 años de edad, profesor, empleado de la industria de cementos INACESA, militante socialista; quien fue detenido el 20 de septiembre por detectives y efectivos militares y llevado al Cuartel de Investigaciones de Antofagasta y desde allí a la Cárcel Pública de esa misma ciudad.
- Danilo MORENO ACEVEDO, de 28 años de edad, chofer en la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y dirigente sindical, militante socialista; quien se presentó voluntariamente el 8 de octubre al Cuartel de Investigaciones de Antofagasta ante un requerimiento público. Permaneció allí, incomunicado, hasta el 15 de octubre, cuando fue trasladado a la Cárcel Pública.
- Washington Radomil MUÑOZ DONOSO, de 35 años de edad, Interventor en la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU); detenido en Antofagasta en fecha indeterminada y recluído en la Cárcel de esa ciudad.
- Eugenio RUIZ ? TAGLE ORREGO, de 26 años de edad, ingeniero, Gerente de la Industria INACESA, militante del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), quien se presentó voluntariamente a la Intendencia de Antofagasta el 12 de septiembre, ante un requerimiento público. Desde ese lugar fue trasladado a la Base de Cerro Moreno, donde permaneció hasta el 23 de septiembre, cuando fue trasladado a la Cárcel de Antofagasta. La tortura a que fue sometido se relata en la parte general de este período.
- Héctor Mario SILVA IRIARTE, de 38 años de edad, abogado, Gerente de la Corporación de Fomento de la Producción CORFO?Norte, ex?Regidor de Chañaral, Secretario Regional del Partido Socialista; quien viajó desde Santiago, donde se hallaba, para presentarse voluntariamente en la mañana del día 12 de septiembre ante las autoridades militares, junto a otras personas, en las oficinas de la Intendencia.
- Alexis VALENZUELA FLORES, de 29 años de edad, empleado de la Sociedad Química y Minera de Chile (SOQUIMICH), Presidente del Sindicato de esa empresa y Tesorero de la Central Unica de Trabajadores CUT Regional, Regidor de Tocopilla, militante comunista; detenido el 17 de septiembre en su domicilio de Tocopilla, llevado a la Cárcel de esa misma ciudad y trasladado el 15 de octubre a la de Antofagasta. Permaneció incomunicado durante toda su detención.
- Marco Felipe DE LA VEGA RIVERA, de 46 años de edad, ingeniero, Alcalde de Tocopilla, militante comunista; detenido el 15 de Septiembre por efectivos de la Policía de Investigaciones y Carabineros, llevado a la Comisaría de Tocopilla y el 15 de octubre, a la Cárcel de Antofagasta.
- Mario del Carmen ARQUEROS SILVA, de 45 años de edad, Gobernador de Tocopilla, militante comunista; detenido el 14 de Septiembre en su domicilio por efectivos de Carabineros y conducido a la Comisaría de Tocopilla, donde permanece hasta el 15 de octubre cuando es trasladado a la Cárcel de Antofagasta. Durante el período de su detención permaneció incomunicado.
El 21 de octubre de l973 se publicó en la prensa de Antofagasta un comunicado oficial que daba cuenta de la ejecución de Mario Silva, Eugenio Ruiz-Tagle, Washington Muñoz y Miguel Manríquez, señalándose que «las ejecuciones fueron ordenadas por la Junta Militar de Gobierno...». El 24 de octubre apareció un segundo comunicado público que daba cuenta de las ejecuciones de Luis Alaniz, Danilo Moreno y Nelson Cuello, indicándose que por «resolución de la Honorable Junta de Gobierno, el día 20 en la madrugada se procedió al fusilamiento de tres personas...», las ya indicadas.
No hubo versión oficial de los restantes siete ejecutados del día 19 de Octubre.
Comunicados oficiales posteriores, tanto de autoridades provinciales como nacionales, hacen referencia a esas ejecuciones como si ellas fueran la consecuencia del cumplimiento de sentencias dictadas por Consejos de Guerra. En informes entregados por el Gobierno de la época a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se señalaba que Eugenio Ruiz-Tagle y Héctor Silva, entre otros, habían sido procesados en la causa 349-73 seguida ante el Primer Juzgado Militar de Antofagasta, comprobándosele a Ruiz-Tagle «su participación en el delito de malversación de caudales públicos...y giro de fondos para adquirir armamentos para el Partido Socialista y el Movimiento de Acción Popular. Además se acreditó su responsabilidad en la organización de un plan terrorista preparado para los días 18 y 19 de septiembre de l973... el tribunal correspondiente le impuso la pena de muerte que se cumplió por fusilamiento el 19 de octubre de l973». En cuanto a Héctor Silva, según esa versión, se le habrían acreditado diversos delitos, entre ellos malversación de caudales públicos, atentado contra la Seguridad del Estado, tenencia ilegal de armamentos y explosivos, agregándose que «su participación en estos actos se comprobó fehacientemente «. En la causa confesó su participación, como propiciador, organizador y principal dirigente de una organización paramilitar...En el proceso respectivo ... se le condenó a la pena de muerte, que fue cumplida mediante fusilamiento el 19 de octubre de l973».
Tras analizar detenidamente los antecedentes recibidos y los testimonios recogidos de diversas fuentes, la Comisión se formó la convicción de que las muertes de las catorce personas antes individualizadas correspondieron a ejecuciones de responsabilidad de agentes del Estado que actuaron al margen de toda legalidad, lo cual constituyó una violación de sus derechos humanos, en especial a la integridad física, al justo proceso y a la vida. Fundamenta su convicción en las siguientes consideraciones:
Respecto de la mayoría de los ejecutados existen testimonios verosímiles de que mientras estuvieron privados de libertad y antes de ser muertos, fueron atrozmente torturados. Ello, desde luego, invalidaría cualquier confesión prestada.
La versión oficial que daba cuenta de la existencia de un proceso judicial que habría concluído en la condena a muerte de los catorce afectados es contradictoria con la primera información que daba cuenta de una decisión de la Honorable Junta de Gobierno;
Que a pesar de los requerimientos hechos por la Comisión, no fue posible obtener las piezas del proceso que se habría sustanciado en contra de los ejecutados, lo que junto a los demás antecedentes la lleva a concluír que este nunca existió;
Que, además, la primera versión acerca de la decisión de la Junta de Gobierno es coherente con el hecho que al momento de los fusilamientos se hallaba presente en Antofagasta una comitiva militar procedente de Santiago con autoridad delegada precisamente de las más altas autoridades nacionales;
Que a este último respecto, las versiones que han entregado los protagonistas son contradictorias en cuanto a la procedencia de las órdenes de ejecución, pero ninguna alega que haya existido un Consejo de Guerra;
Que en el evento que se hubiese realizado alguna especie de juzgamiento de los ejecutados, ello ocurrió sin conocimiento de sus familiares y abogados, lo que significó que los afectados carecieran de derecho a defensa;
Que, cualquiera que haya sido el origen de la orden de ejecutar a los catorce detenidos, en sus fusilamientos participaron oficiales y efectivos militares del Regimiento Antofagasta y oficiales integrantes de la comitiva procedente de Santiago.
Fuente :( informe rettig )
Prensa
Marco De la Vega, nacido en 1927, fue Alcalde de Tocopilla cuando el país era envuelto por el torbellino de la Unidad Popular. Él sería elegido por una alta votación, asumiendo el cargo el 16 de mayo de 1971.
De pronto, los hechos se tornaron oscuros y peligrosos para la existencia de los hombres y mujeres comprometidos con la utopía socialista.
“Era militante comunista, al igual que toda su familia. Él ejerció su cargo hasta el 14 de septiembre. Incluso él tuvo una reunión con los militares, quienes le dijeron que no tenían nada contra él. Entonces él continuó en su cargo.” [1]
No obstante, Mario Arqueros, Gobernador de Tocopilla, dejaba el mando el 12 de septiembre. En esa incertidumbre, Marco De la Vega se llevó a su casa a su amigo Arqueros con toda su familia.
Lamentablemente llegaría un día aciago, cuando el día 14 de septiembre, al correr de la tarde, Mario Arqueros fue detenido. Pronto, el Alcalde también sería detenido en su casa en la madrigada del 15 de septiembre.
Nos cuenta su viuda que todo fue con un escándalo desproporcionado y completamente aterrador: “no vinieron simples militares, sino que venían blindados, prácticamente un ejército, con camiones, camionetas en toda la cuadra. Tenían rodeada la cuadra. Cuando lo detuvieron, los niños estaban durmiendo (…) Estábamos conversando cuando sentimos los golpes en la puerta, era como que estaban echando abajo la casa. Marco abrió y entraron los militares corriendo por todos lados, con las metralletas. Nos arrinconaron a todos y a Marco lo tomaron.”
Nos agrega que el Alcalde De la Vega estaba solo con una camisa, y los militares no dejaban de registrar la casa, cuando de pronto se escuchó un golpe que le dieron a De la Vega.
Con los gritos, el resto de los niños despertaron y vieron al jefe de la familia bañado en sangre. Las exclamaciones y llanto de niños eran desesperados. La situación se volvía escandalosa y caótica para la mirada de los hijos.
“De ahí el más pequeño, Marco de 6 años, se acercó a su hermana Isabel y gritaba. Entonces uno de los militares lo cogió del cuello y lo lanzó a una pieza. La chabelita seguía llorando y se acercó a Marco y ahí la pescaron y la encerraron” [2]
No olvidemos que también presenciaban la crudeza de los actos los niños del Gobernador Arqueros, a quienes los enclaustraron en un dormitorio con la puntería de una metralleta amenazante.
“A Marco lo sacaron al patio de la casa y cuando volvió tenía muy desordenada la ropa. Lo vi así y me desesperé. Cuando le dije a un militar -Señor, permítame que le pase una chaleca, -¡No! -me gritó. Pero otro de más grado me lo permitió. Como un militar me apuntaba con la metralleta en la espalda, yo no veía nada. Buscaba un chaleco y no encontraba. Y de los nervios lo único que encontré fue una chaqueta café.”
Todos los militares salieron con el Alcalde incluido, los uniformados dieron un gran portazo. El resto de los familiares quedaron dentro de la casa. Pero ellos, los niños y las mujeres, abrieron la puerta y salieron. En ese momento se encontraron con el jefe de la Policía de Investigaciones que supuestamente era amigo de Marco de la Vega y de Mario Arqueros, jefe con en el cual habían compartido muchos momentos de camaradería: la felonía se hacía carne.
“Él iba encabezando esa caravana de detenidos. Él me vio, porque justo la puerta dio con la camioneta. Y nos miramos.” [3]
Luego de aquella aterradora noche, la familia se enteró que el Alcalde estaba detenido en la Comisaría de Carabineros de Tocopilla. Isabel De la Vega, la hija, apareció en el cuartel policial y comenzó a ser interrogada. En seguida, la esposa también llegó al lugar, y de la misma forma, comenzaron a interrogarla.
Los interrogatorios para madre e hija no cesaron hasta la madrugada, negándoseles el agua y la comida. “…nos soltaron de madrugada y hubo una carabinero que había sido apoderado mío[4] en la escuela que nos fue a dejar a la casa…Marco quedó detenido en Carabineros, después lo pasaron a la cárcel y le podíamos llevar comida. No sabíamos si se la entregaban o no. Hasta que llegó octubre…Yo seguía en la escuela trabajando y nos fueron a avisar que estaban sacando a los presos en un camión. El día 15 de octubre pude ver a Marco, Lucy también pudo ver a su esposo, el Gobernador Arqueros.”
Hilda Alfaro pudo hablar con De la Vega “…yo fui con la Chabelita, sólo fue un ratito. Ahí Marco me dio muchas indicaciones, porque era corto el tiempo. Yo le dije a él que tenía abogados, que había hablado con algunos. Entonces, Marco me respondió algo muy raro. Yo le hablaba de abogados y defensa y él me decía que no era importante.”
”Me dijo que le dejara mis hijos a mi hermano y que yo me fuera a Santiago. Allá me iban a esperar los amigos y me iban a sacar del país. Yo le pregunté que si acaso estaba loco, ¿Voy a dejar a los niños y tú preso? Me insistió que tenía que salir del país lo más rápido posible. Me dijo que sacara todo el dinero que estaba en el banco y que saliera rápido de Tocopilla…Se acabaron los minutos, la niñita lloraba y abrazaba a su papá y le llamó la atención que no tenían cordones sus zapatos (…) Marco la acarició y se despidió. Yo nunca presentí que esa era la despedida...”.
“…yo no lo supe, no lo percaté, porque tenía metido en la mente que tenía al abogado y que lo iban a defender… Cómo pude ser tan ingenua... Uno siempre piensa en la vida y mantiene la esperanza hasta el final.”
Los días eran inciertos, pasaban sin noticias y la incomunicación de los detenidos era extrema. Hasta que, el 16 de octubre, se los llevaron a Antofagasta.
Las familias de las autoridades detenidas, hicieron todos los trámites con el fiscal para que se les concediera un salvo conducto para poder viajar.
“Llegamos el 18 de octubre de 1973 a Antofagasta. Esperamos y nos decían que ya iba a salir el Alcalde, que él estaba en proceso, que ya nos iba a recibir el Fiscal, pero nada. Pasó el 19 y el 20, pasó el 21… Y ahí recién vinimos a saber que Marco de la Vega había sido fusilado...el 19 de octubre… nos enteramos recién el 21. Todos esos días a nosotros nos engañaron, nos engañó el Fiscal Juan Salazar Lanterri”
Luego, se sabría de la existencia de la infausta “Caravana de la Muerte”, a cargo de Arellano Stark, el jefe del recorrido del horror.
Una vez en Antofagasta, los detenidos son desalojados brutalmente a la una de la madrugada, nadie supo hacia dónde iban. Los llevaban a la Quebrada del Way, en las afueras de la ciudad.
A la desventura del Alcalde y Gobernador se agregaba la intensa búsqueda de los cuerpos, las informaciones eran confusas, contradictorias y malignas.
“Le pedimos a un sacerdote que nos acompañara a buscar al Jefe de Plaza. Él nos recibió bien, tomó el teléfono y nos pidió que fuéramos a patología, a una bodega. Nos dio diferentes direcciones”.
Los familiares hicieron un atroz recorrido; aparecían los torturados y los mutilados. No se entendía tanta brutalidad militar. La gente yacía arrojada por montones. Y los cuerpos de las autoridades tocopillanas no aparecían.
“Llegamos a Patología, y era una masacre, era como ver una guerra. Estaban los cuerpos tirados en el suelo, había charcos de sangre, unos encima de otros…de pronto vi a Marco... Lo ubiqué por la chaqueta café que le había pasado en la casa al momento de ser detenido. Estaba tirado de costado, lo empecé a revisar. Muy cerca de él estaba el cuerpo de Mario Arqueros. Cuando revisé a Marco no sé cuántos orificios de balas tenía, porque eran muchos, por todo el cuerpo. Lo que más me impactó era que tenía un orificio en la cara, en el pómulo…estaba completamente ametrallado.”
La viuda se aferró al cuerpo de su amado clamando justicia. Y en un mar de dolor, el cuerpo baleado fue recuperado y se le dio despedida en el cementerio de Antofagasta. Su esposa, desde ese día inició un largo y duro exilio en Europa.
Al pasar de los años, la familia del Alcalde no mostró flaquezas en la búsqueda de justicia. Sin embargo, brotarían hechos dolorosos que vendrían a empañar aun más los recuerdos y las afrentas recibidas como familia ante la muerte de uno de los suyos.
Los tocopillanos hemos sido testigo de una situación bastante ingrata, por su alta magnitud de infamia difundida, por tal razón, se hace necesario recordarlo.
El libro titulado "Historia del Siglo XX Chileno", balance paradojal, escrito por los historiadores Sofía Correa Sutil, Consuelo Figueroa, Claudio Caravaño Rolle, Manuel Vicuña Larraín y Alfredo Jocelyn-Holt [5] deja en claro una seria falsedad y error histórico al afirmar, que el Alcalde de Tocopilla en 1973, huyó a Suecia junto a otros familiares, sin saber que en realidad fue asesinado en octubre de 1973 en Antofagasta por la Caravana de la Muerte. [6]
Se comete un error al afirmar que De la Vega era socialista, y se señala un supuesto autoexilio del Alcalde, aunque no señala mayor detalle. Junto a lo anterior, se afirma que lo esperaban parientes en Suecia, lo cual es absolutamente falso. La existencia de este auto “extrañamiento” del Alcalde, explicaría el exilio en cadena vivido hacia Suecia, generándose con ello la numerosa comunidad tocopillana en Norrkoping. Estas afirmaciones son una verdadera infamia que mancilla el nombre de la persona aludida.
El caso de Marco de la Vega fue un caso connotado, conocido y emblemático en el asesinato de políticos durante la dictadura, inspirando reportajes de diarios y televisión, el reconocimiento de su viuda y el recuerdo de un municipio acéfalo en Tocopilla. Del mismo modo, en la década de los 90' se erigiría una fundación con el nombre de la persona mancillada por estos historiadores.
La distorsión es patente, y no solo contribuye al dolor de los familiares, sino que también expresa una seria afrenta contra los tocopillanos exiliados, tratándolos duramente y vilipendiando sus oficios.
Fuente :tocopillaysuhistoria.blogspot.com 28/6/2023
La Corte Suprema dictó sentencia condenatoria en contra de siete oficiales en retiro del Ejército, por su responsabilidad –como autores, cómplices o encubridores– en 14 delitos de homicidio calificado, perpetrados el 18 de octubre de 1973, en Antofagasta.
Es así como la Segunda Sala del máximo tribunal acogió el recurso de casación solo respecto a la absolución del acusado Pablo Martínez Latorre, dictando sentencia de reemplazo de 5 años de presidio efectivo, como cómplice de los delitos, mientras en los demás se confirmó la resolución de la Corte de Apelaciones de Santiago por los ilícitos perpetrados por la denominada «Caravana de la muerte«, en su paso por Antofagasta.
En su paso por la capital regional, la llamanda «Caravana de la Muerte» asesinó a los siguientes presos políticos: Luis Eduardo Alaniz Álvarez, Dinator Segundo Ávila Rocco, Mario del Carmen Arqueros Silva, Guillermo Nelson Cuello Álvarez, Segundo Norton Flores Antivilo, José Boeslindo García Berríos, Mario Armando Darío Godoy Mansilla, Miguel Hernán Manríquez Díaz, Danilo Daniel Alberto Moreno Acevedo, Washington Redomil Muñoz Donoso, Eugenio Ruiz-Tagle Orrego, Héctor Mario Silva Iriarte, Alexis Alberto Valenzuela Flores y Marco Felipe de la Vega Rivera.
[blocktext align=»left»]Sala Penal del máximo tribunal dictó sentencia condenatoria en contra de siete oficiales en retiro del Ejército, por su responsabilidad –como autores, cómplices o encubridores– en 14 delitos de homicidio calificado, perpetrados el 18 de octubre de 1973, en Antofagasta.[/blocktext]
El máximo tribunal condenó a los ex oficiales Sergio Arredondo González, Juan Chiminelli Fullerton, Patricio Ferrer Ducaud y Pedro Espinoza Bravo a penas de 15 años y un día de presidio, en calidad de autores de los 14 homicidios. En tanto, Pablo Martínez Latorre fue condenado a 5 años de presidio por su responsabilidad como cómplice en los delitos. Los ex uniformados, Luis Polanco Gallardo y Emilio de la Mahotiere González deberán purgar 3 años y un día de presidio como encubridores. Todas las penas son de cumplimento efectivo atendida la gravedad de los hechos.
Asimismo, el máximo tribunal ratificó la absolución de Gonzalo Santelices Cuevas por falta de participación y el sobreseimiento por demencia de Sergio Arellano Stark.
En el aspecto civil, se confirmó la sentencia que condenó al Estado de Chile y a los procesados a pagar solidariamente una indemnización total de $1.600.000.000 (mil seiscientos millones de pesos) a 18 familiares de las víctimas, en montos que varían entre $ 50.000.000 (cincuenta millones de pesos) y $ 100.000.000 (cien millones de pesos) según detalla la sentencia.
Fuente :timeline.cl 16/12/2015
Testimonio
Marco Felipe de la Vega Rivera, Alcalde de Tocopilla , militante comunista fue detenido el 15 de septiembre de 1973.
La noche del 15 de septiembre rodearon nuestra casa, entraron rompiéndolo todo, nosotros que éramos niños estábamos durmiendo , pero los gritos nos despertaron , golpearon a mi padre y también a mi madre porque ella le entregaba una manta para el frió , se lo llevaron ensangrentado por los golpes, nosotros nos quedamos llorando aterrorizados. Cuando mi madre salio a ver estaban los militares, carabineros y investigaciones con los camiones llenos de personas ,que también habían sacado de sus casas, así se lo llevaron a la cárcel de Tocopilla. Allí los torturaron.
En dos oportunidades los llevaron a Antofagasta, según decían los estaban procesando, y día 19 de octubre llega a Antofagasta la comitiva dirigida por Arellano Stark,conocida como la caravana de la muerte, quien da la orden para matar brutalmente a 14 personas, entre ellos mi padre.
Hasta el día de hoy nunca hemos tenido una respuesta de porque lo mataron, porque tanto horror. No siento odio por nadie, pero sí exijo justicia , para que nunca más en Chile ocurran estos horribles hechos.
Fuente :Su hija, Isabel De la Vega Alfaro.
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