Nolberto Jesús Cañas Cañas

Fecha Asesinato : 29-09-1973
Comuna Asesinato : Pisagua
Fecha Nacimiento : 15-10-1924
Edad : 48
Partido Político : Partido Socialista (PS)
Oficio o Profesión : Obrero pesquero
Nacionalidad : Chilena

Antecedentes del Caso

Nolberto Jesús CAÑAS CAÑAS

La prensa local de Iquique informó que el 29 de septiembre de 1973, seis "extremistas" habían sido muertos en el Campo de Confinamiento de Pisagua al intentar huir: " La Patrulla Militar de Seguridad, les ordenó alto en varias oportunidades y les disparó los primeros tiros al aire, pero como continuaron en su fuga, fueron abatidos".  Así se dieron a conocer las muertes de las siguientes personas:

  Juan CALDERON VILLALON, 25 años, funcionario del Departamento de Investigaciones Aduaneras de la Superintendencia de Aduanas en Valparaíso, militante del Partido Socialista.  Detenido en Valparaíso y trasladado a Pisagua a bordo del buque Maipo.

  Nolberto Jesús CAÑAS CAÑAS, 48 años, militante socialista, interventor de las industrias pesqueras del Complejo Pesquero Norte.  Detenido en Iquique, trasladado al Regimiento de Telecomunicaciones y desde allí al Campo de Prisioneros de Pisagua. 

  Marcelo Omar GUZMAN FUENTES, 34 años, educador sanitario, Jefe del Hospital de Iquique, militante del Partido Socialista.  Se presentó voluntariamente al Regimiento de Telecomunicaciones. 

  Luis Alberto LIZARDI LIZARDI, 29 años, empleado portuario, militante del Partido Socialista.  Detenido el 11 de septiembre de 1973 y trasladado al Regimiento de Telecomunicaciones, desde allí al Campo de Prisioneros de Pisagua.

  Juan JIMENEZ VIDAL, 42 años, funcionario de Aduanas de Valparaíso, sin militancia conocida.  Se presentó voluntariamente el 13 de septiembre de 1973.

  Michel Selim NASH SAEZ, 19 años, conscripto que cumplía su servicio militar en Iquique, militante de las juventudes comunistas.  Dado de baja y arrestado el 11 de septiembre de 1973 y trasladado a Pisagua. 

  Explicadas sus muertes a raíz de una fuga, esta Comisión no puede creerlo así ya que parece muy improbable que estos prisioneros hayan tratado de huir mientras eran trasladados a hacer trabajos.  La fuerte custodia militar de estos traslados, la conformación del lugar y el estado de salud de algunos de ellos, producto de las torturas recibidas, especialmente el de Cañas Cañas hacen improbable el intento de fuga y absolutamente inverosímil que el único medio para evitarla haya consistido en darles muerte a todos ellos.  Refuerza esta idea, el relato que numerosos testigos han prestado ante esta Comisión, en el sentido que el día en que se habría intentado esta fuga, el Comandante a cargo de los prisioneros de Pisagua habría pedido voluntarios para realizar trabajos, a lo cual se ofrecieron numerosas personas.  Sin embargo, dicho Comandante y los efectivos presentes, eligieron a las personas que fueron trasladadas y luego muertas, aunque no todas ellas se ofrecieron y algunas no se encontraban en estado físico apto para realizar trabajos de ninguna especie.

                                      Esta Comisión llega así a la convicción de que Juan Calderón, Nolberto Cañas, Marcelo Guzmán, Juan Jimenez, Luis Lizardi y Michel Nash, fueron víctimas de grave violación de sus derechos humanos, cometida por agentes del Estado.  Agrava esta situación el hecho de que no se les entregara a sus familias los cuerpos.  Estos fueron encontrados recién este año 1990 en la fosa descubierta en Pisagua.

 

Fuente :Informe Rettig

Prensa

Una grave denuncia realizó el abogado de DDHH, Adil Brkovic luego que en una emblemática causa de derechos humanos, que buscaba condenas ejemplares a uniformados, la Corte Suprema volvió a lo resuelto por la Corte de Apelaciones de Santiago. Esto es, reconocer la rebaja de la pena de 15 a 10 años, de los ex oficiales de Ejército Roberto Antonio Ampuero Alarcón, Gabriel Alfonso Guerrero Reeve y Arturo Alberto Contador Rosales.

“Más allá de las penas, porque en definitiva fueron condenados y que deberán cumplir, no  puedo dejar de denunciar el hecho de  que se les haya reconocido la atenuante de haber reparado con celo el mal causado, por haber depositado unas sumas miserables de dinero,  y la de  haber  colaborado sustancialmente con la investigación cuando, en realidad,  lo único que hicieron fue mentir”, señaló el abogado que por años viene luchando en causas de derechos humanos y tratando de obtener justicia.

LAS VÍCTIMAS

El pronunciamiento de la Corte Suprema es referido a dos casos. El primero es el caso de la falsa ley de fuga, donde resultaron asesinados Juan Calderón Villalón, Marcelo  Guzmán Fuentes, Luis Alberto Lizardi Lizardi, Nolberto Cañas Cañas, Juan Jiménez Vidal y Michel Salim Nash Sáez. Hecho ocurrido el 29 de septiembre de 1973, en Pisagua.

El otro caso se refiere al falso primer Consejo de Guerra, por el cual se ejecutó a Julio Cabezas Gacitúa, José Rufino Córdova Croxato, Mario Morris Barrios, Humberto Lizardi Flores y Juan Valencia Hinojosa, víctimas de los crímenes ocurridos todos el 11 de octubre de 1973, también en Pisagua.

LAS PENAS

a) Se condenó  a Sergio Alfonso Benavides Villarreal y Manuel Del Carmen Vega Collao, a la pena única de presidio perpetuo, más las accesorias legales, y al pago de las costas, como autores de los  delitos reiterados de secuestro calificado cometidos en las personas de Miguel Selin Nash Sáez, Jesús Nolberto Cañas Cañas y Juan Jiménez Vidal. Además y como autores de los delitos reiterados de homicidio calificado de Marcelo Ornar Guzmán Fuentes, Juan Calderón Villalón y Luis Alberto Lizardi Lizardi, ilícitos ocurridos el 29 de septiembre de 1973 en el campo de concentración de Pisagua.

Además de los ilícitos reiterados de homicidio calificado en contra de Julio Cabezas Gacitúa, José Rufino Córdova Croxato, Mario Morris Barrios, Humberto Lizardi Flores y Juan Valencia Hinojosa, ocurridos todos el 11 de octubre de 1973, también en Pisagua.

b) Se sentenció a Miguel Chile Aguirre Álvarez a la pena de diez (10) años y un día (1) de presidio mayor en su grado medio, como autor de los delitos reiterados de secuestro calificado cometidos en la personas de Miguel Selin Nash

c) Se condena diez (10) años de presidio mayor en su grado mínimo, la pena privativa de libertad que se impone a los acusados Roberto Antonio Ampuero Alarcón, Gabriel Alfonso Guerrero Reeve y Arturo Alberto Contador Rosales, como autores de los delitos reiterados de secuestro calificado cometidos en las personas de: Miguel Selin Nash Sáez, Jesús Nolberto Cañas Cañas y Juan Jiménez Vidal; y como autores de los delitos reiterados de homicidio calificado de Marcelo Ornar Guzmán Fuentes, Juan Calderón Villalón y Luis  Alberto Lizardi Lizardi, ilícitos acontecidos el 29 de septiembre de 1973 en Pisagua.

d) Se condenó a 12 años de presidio mayor en su grado medio a Sergio Eduardo Figueroa López, como autor de los mismos delitos de secuestro calificado reiterados y de homicidios calificados reiterados señalados en el literal anterior o calificado reiterados y de homicidios calificados reiterados señalados en el literal anterior.

FALSA DE LEY DE FUGA

El 29 de septiembre de 1973, se producen las primeras ejecuciones en Pisagua, donde se invocó una falsa ley de fuga, según quedó establecido por la justicia, años más tarde. En esa nefasta ocasión resultaron asesinado 6 personas, algunos militantes políticos y otros sin militancia.

Los cuerpos de 3 de ellos aparecieron en 1990 en la fosa clandestina descubierta en Pisagua. De inmediato quedó claro que no hubo ley de fuga, por cuanto sus cuerpos estaban con la vista vendada y sus manos atacadas. Además, envueltos en sacos de arpillera.

Aparecen en fosa clandestina

Juan Calderón Villalón: Tenía 25 años al momento de su detención, en septiembre de 1973, siendo funcionario del Departamento de Investigaciones Aduaneras de la Superintendencia de Aduanas, en Valparaíso, donde fue detenido. Era militante del Partido Socialista y es trasladado a Pisagua a bordo del Buque Maipo. Ejecutado en Pisagua el 29 de septiembre de 1973.

Marcelo  Guzmán Fuentes: Educador sanitario, de 34 años,  y jefe del Hospital de Iquique al momento de su detención. Militaba en el Partido Socialista. Se presentó voluntariamente al Regimiento de Telecomunicaciones, sin sospechar que aquel acto de cumplimiento con las autoridades militares, terminaría con su joven vida. Ejecutado en Pisagua el 29 de septiembre de 1973.

Luis Alberto Lizardi Lizardi: Empleado portuario de 29 años y militante del Partido Socialista. Fue detenido el mismo 11 de septiembre y conducido al Regimiento de Telecomunicaciones, y posteriormente trasladado a Pisagua, donde finalmente fue ejecutado el 29 de septiembre de 1973.

Según el testimonio de otros presos políticos e investigaciones posteriores, los tres fueron sacados como “voluntarios” de sus celdas para realizar supuestamente algunas tareas de voluntariado fuera de la cárcel, en  el sector de Pisagua Viejo.

Siguen desaparecidos

 El mismo 29 de septiembre de 1973, también fueron sacados de sus celdas otros tres detenidos políticos, los que hasta hoy mantienen la calidad de detenidos desaparecidos, ya que sus cuerpos jamás fueron encontrados. Ellos son

Nolberto Cañas Cañas: De 48 años, era militante del Partido Socialista, que se desempeñaba como Interventor del Complejo Pesquero Norte, al momento de ser detenido. Fue detenido en Iquique, trasladado al Regimiento de Telecomunicaciones y de allí a Pisagua, donde fue ejecutado el 29 de septiembre de 1973.

Juan Jiménez Vidal: 42 años, funcionario de Aduanas en Valparaíso y sin militancia conocida. Tras el golpe militar, se presentó voluntariamente el 13 de septiembre de 1973. Ejecutado el 29 de septiembre de 1973.

Michel Salim Nash Sáez: Joven conscripto de 19 años, que cumplía con el Servicio Militar en Iquique. Militaba en el Partido Comunista. Fue dado de baja y arrestado el mismo 11 de septiembre y trasladado a Pisagua. Hay testimonios que indican que se negó a usar su arma contra el pueblo. Ejecutado el 29 de septiembre de 1973. Su cuerpo nunca apareció y sus padres que los buscaron durante décadas, fallecieron sin saber el destino de su hijo.

FALSO PRIMER CONSEJO DE GUERRA

Cinco prisioneros fueron  procesados y sentenciados a muerte en un supuesto  Primer Consejo de Guerra, realizado en el Campo de Prisioneros Políticos, el 10 de octubre de 1973, un día antes de las ejecuciones. Actuó como  fiscal militar Mario Acuña, -ya fallecido-  hombre de un dudoso historial y que provocaba temor a  los prisioneros.  No por nada su suerte, que se traducía en vivir o morir, estaba en sus manos.

Las ejecuciones ocurridas aquel fatídico 11 de octubre que desencadeno terror en Pisagua, fueron informadas mediante el Bando N° 82, del jefe de Zona en estado de Sitio de la Provincia de Tarapacá y Comandante en Jefe de la Sexta División de Ejército, Carlos Forestier (fallecido), informó de la ejecución de 5 personas, tras constituirse el Consejo de Guerra el día anterior, 10 de octubre.   El mismo Consejo que de acuerdo a investigaciones y registros, se echa por tierra.

 LAS VÍCTIMAS CONDENADA

Julio Cabezas Gacitúa: De 45 años, de profesión abogado quien era Procurador Fiscal del Consejo de Defensa del Estado de Iquique. No militaba en ningún partido, por lo que al ser llamado mediante un Bando Militar, se entregó en forma voluntaria y lo hizo caminando hacia la sede militar, llevando una frazada en sus brazos. Le dijo a su familia que no se preocuparan y que pronto volvería. Nunca pensó su trágico final.

Se atribuye su muerte a una venganza del Fiscal Militar Acuña, involucrado en un caso de drogas y contrabandos, donde su participación ya estaba acreditada. El procurador Cabezas, que gozaba de gran prestigio en la plaza fue designado por el Consejo de Defensa del Estado, para investigar el contrabando y tráfico de cocaína en Iquique.

Hay que considerar que en 1972, Mario Acuña es trasladado a Iquique, desde un juzgado santiaguino, donde estuvo vinculado a un escándalo. Por eso, al norte llega castigado.

A Acuña se le vincula en Iquique con un caso delictual, sobre desviación de mercaderías de contrabando  a Perú y Bolivia, lo que era investigado por el procurador Julio Cabezas.

José Córdova Croxato: De 35 años, se desempeñaba como Administrador del Puerto de la Empresa Portuaria de Iquique, siendo detenido el mismo 11 de septiembre en su lugar de trabajo Emporchi. Era militante del MAPU.

 Humberto Lizardi Flores: Joven profesor de inglés de 26 años, de la sede Iquique de la Universidad de Chile (actual UNAP) y militaba en el MIR. También fue detenido el mismo 11 de septiembre, mientras hacía clases en el entonces Instituto Comercial.  Su madre, Baldramina Flores, ha dedicado su vida a honrar la memoria de su hijo.

Mario Morris Barrios: De 27 años, era funcionario del Departamento de Investigaciones Aduanera y no registraba militancia política. Acaba de ser destinado a la ciudad de Iquique, por lo que se hospedaba en un hotel, donde fue detenido el mismo 11 de septiembre.

Juan Valencia Hinojosa: 51 años, jefe de la Empresa de Comercio Agrícola, ECA de Iquique y militante del Partido Comunista. El mismo 11 de septiembre se presentó voluntariamente a la Intendencia, sin presagiar que se entregaba a manos asesinas.

Curiosamente, todos los ejecutados, a excepción de Lizardi- conformaban hasta días antes, la Comisión Investigadora del Consejo de Defensa del Estado, por el caso de contrabando y tráfico de drogas. Todos ellos fueron sacados de sus celdas entre el 8 y 10 de octubre de 1973,  y posteriormente fusilados.

EL CASO JUDICIAL

En los documentos en PDF puedes profundizar en estos dos casos. Se contempla la Sentencia de la Corte Suprema, la sentencia de segunda instancia y Sentencia de primera instancia.

Fuente :edicioncero.cl 9/2/2021

Luis Caucoto Ortega, exprisionero político en Pisagua.-

Extrañamente, esa mañana de octubre en el campamento salitrero Alianza, había un clima frio que contrastaba con el de otros años en esa fecha, en que el sol suele brillar en plenitud, a veces abrazante, lo que obliga a grandes y chicos a guarecerse en los escaños de la frondosa chilca, una enredadera que llenaba de sombra y verdor nuestra plaza, que resaltaba en medio de la pampa.

Ha transcurrido poco más de un mes desde el cruento golpe de estado que derribo, a sangre y fuego, el gobierno de Salvador Allende, y el país vive una brutal escalada represiva, con detenciones masivas, con cientos de hombres y mujeres encarcelados en improvisados recintos, y con decenas de personas asesinadas  a sangre fría, y sin miramiento legal alguno, y otras decenas fusilados por sentencias emanadas de consejos de guerra, tribunales carentes también de toda legalidad jurídica.A pocos días del golpe fui detenido por primera vez, y confinado en un regimiento de la ciudad de Iquique, denominado Telecomunicaciones. Mi permanencia en dicho recinto militar fue de pocos días, y recuerdo que antes de ser liberado uno de los detenidos me había encargado que comunicara a su familia que pronto estaría de regreso en su casa, que todo se aclararía, que su situación era una cuestión puntual, de rutina. Se trataba del abogado Julio Cabezas. Fue un impacto tremendo para mi enterarme días después, que su nombre también engrosaba el listado de personas ejecutadas por sentencia de consejo de guerra, lo que daba cuenta de la magnitud y crueldad de quienes se habían apoderado de los destinos del país.

Todos los sucesos vividos en poco más de un mes, incluida mi detención, habían calado hondo en mi ánimo, y percibía por doquier un clima opresivo, de abatimiento, donde reinaba el miedo y el terror, clima que también se podía palpar en el campamento salitrero Alianza, lugar donde había nacido y donde aún vivía mi familia y hermanos.

Por eso esa mañana de octubre, recibí con justificado sobresalto, la visita de Flores, cabo de carabineros, quien me señala escuetamente que necesitan de mi presencia en el retén. El cabo Flores, muy conocido en el campamento, me insiste con un tono de voz donde se advierte la incomodidad de la tarea asignada, y lo sigo en dirección al retén. En el camino intuyó que quiere hablarme, pero no se decide. De seguro deben pasar por su mente recuerdos de vivencias que compartimos con su familia, en la escuela 58, y en el equipo de futbol que activábamos en periodo de vacaciones, o quizá el hecho cotidiano de ver a mi familia todos los días.

Me conduce por una calle poco transitada, evitando ser observado por la población que a esas horas convergían en el centro, entre la plaza y el comercio local. Cabizbajo el cabo no habla, sólo me indica con su mano la ruta, está nervioso, como yo; sin duda presentía lo que me esperaba.

Del retén a la tenencia de Victoria y desde allí se ordena mi traslado a Iquique en una camioneta, junto a mi guardián, el ya mencionado cabo Flores.  Antes de bajar a la ciudad, el vehículo se detiene en el control de carabineros de Alto Hospicio. En ese lugar Flores pregunta sobre la situación en Iquique, alguien le responde  desde la garita de control que la “cosa está fea”, agregando que se habían fugado dos detenidos del regimiento Telecomunicaciones, y que habían matado a un “pelao” de dicho recinto militar.

La versión oficial publicada por el mando militar sobre este suceso, relata que Jorge Marín y Williams Millar, ambos militantes del Partido Socialista, encontrándose en calidad de detenidos en dicho regimiento, se habrían fugado en horas de la noche, asesinando en esa acción a un conscripto.

Tal versión resulta insostenible y carente de toda veracidad, por cuanto testimonios irrefutables de testigos indican que tanto Marín y Millar estaban en condiciones físicas muy deterioradas producto de las brutales torturas aplicadas por funcionarios militares.  A la Fecha, ambos permanecen en situación de detenidos desaparecidos.

Por segunda vez ingreso al Telecomunicaciones en calidad de detenido y, al igual que la vez anterior, sin que se me formulen cargos o razones de tal medida. Durante mi estadía circulan entre los detenidos preocupantes y dolorosas noticias provenientes de Pisagua.  En dicho puerto, habilitado en otros episodios de la historia de las luchas sociales en Chile como campo de prisioneros políticos, las acciones represivas hacia los confinados alcanzan ribetes de brutalidad inimaginables.

A través de la aplicación de la “ley de fuga”, cínico y bestial recurso, han sido asesinados muchos detenidos. Tal procedimiento, altamente efectivo, se siguió aplicando abiertamente en diversos recintos de detención a lo largo y ancho del territorio chileno.

Sobre uno de estos episodios, es conocida la versión de testigos que refieren que el comandante Larraín, jefe militar de Pisagua, vociferaba indignado en el patio de la cárcel haber sido traicionado, porque después de otorgarles facilidades a quienes permanecían encerrados para que disfrutaran momentos al aire libre, le pagaran de manera tan desagradecida, urdiendo una fuga. Un vulgar montaje para justificar sus crímenes.

Al día siguiente, un comunicado oficial tituló así los hechos: “Evasión y muerte de 6 detenidos en Pisagua”.  El mentiroso relato continúo así:

 “Mientras se hacían trabajos de acondicionamiento en instalaciones de Pisagua, se evadieron en dirección norte, un grupo de detenidos que estaban en el Campo de Confinamiento de Pisagua. La patrulla militar de seguridad les ordenó alto en varias oportunidades disparando primero al aire, pero, como continuaron en su fuga, fueron abatidos, pereciendo en la acción los siguientes individuos: Juan calderón Villalón; Michael Nash Sáez; Marcelo Guzmán Fuentes; Luis Lizardi Linares; Jesús Nolberto Cañas; Juan Jiménez Vidal”. (Publicado en el diario El Tarapacá, 1° de Octubre, 1973).

“El siguiente personal se va con destino a Pisagua”, dictaminaba enfático el oficial encargado mientras revisaba con cierto nerviosismo un listado. Finalmente ocurría el destino final que muchos ya suponíamos.

Los detenidos comienzan a subir a los camiones de marca Pegaso. Uno de los grandes vehículos se llena con gente que estaba en un galpón del Telecomunicaciones, y de otros que venían desde la cárcel de Iquique.

A medida que van subiendo a los camiones, vamos quedando rezagados con Juan Pacheco, un joven liceano militante del FER, (Federación de Estudiantes Revolucionarios)

– ¿Dónde meto a estos huevones? – Pregunta el oficial.

 – ¡Ahí, en ese camión! – Le responde otro.

En el camión ya completo nos dan un espacio y nos acomodamos en la entrada.

A mi lado va German Palominos, le sigue Jorge Soria, alcalde de Iquique en la época, al fondo diviso a Freddy Taberna; a su lado Rodolfo Fuenzalida, Juan  Antonio Ruz, Haroldo Quinteros y Espinoza, lamentablemente no recuerdo su nombre.

Saliendo del Telecomunicaciones Juan Pacheco levanta una especie de lona que cubre al camión.

De inmediato alguien le increpa diciéndole que la baje, que nos van a matar a todos, Juan Pacheco la deja caer, mientras Palominos le dice que la levante, “porque de repente es la última vez que veremos a nuestras familias”un comentario que llenó nuestras cabezas de oscuros presagios mientras el Pegaso enfilaba rumbo a la salida de Iquique en dirección a Pisagua.

Camino a Pisagua, la chusca, un polvo liviano típico del desierto nortino que se adhiere a la piel y a la ropa, invade el interior del camión. El ambiente se torna a ratos irrespirable, mientras el vehículo avanza por un camino, que ofrece tramos irregulares y a veces zigzagueantes.

A esas alturas, poco importan las incomodidades del viaje. La principal preocupación que todos en silencio comparten es el destino incierto que nos aguarda en Pisagua. Observo a mis compañeros de viaje. Intuyo a través de sus miradas la tensión que a algunos parece embargarles, otros parecen concentrados, ajenos al entorno y a la ruta, quizá sus pensamientos vuelan hacia Iquique, junto al hogar, a sus familias, padres, esposas e hijos que quedan atrás, con la absoluta incertidumbre de si habrá un regreso para volver a abrazarles.

La mayoría sabíamos que íbamos camino de lo impredecible, con plena     conciencia que nuestra seguridad y vidas ya no dependían de cada uno de nosotros.

Estábamos asistiendo a un nuevo y fatídico período político y social que nos demandaría mucha fortaleza psicológica y anímica, y que si lográbamos sobrevivir, requeriríamos mucho esfuerzo para poder reconstruirnos y revertir con mayor experiencia el contexto de odio y discriminación política que nos acecharía por muchos años.

Años después, vienen a mi memoria estos pasajes que fueron matizando el diario vivir, en mi mundo, como el de los que me acompañaban en el Pegaso, camino a lo que nos parecía un túnel, ignorantes de si veríamos la luz al final de él.

Ese mundo lleno de ilusiones, de otras épocas, de proyectos de vida y otros afanes,

inspirados en trabajar y aportar a una vida mejor, y que cantábamos siempre en nuestras convivencias sociales, todo ese mundo, se veía derrumbado, ensordecido por el retumbar de las bandas militares y el constante bombardeo que emergían de los medios de comunicación, alineados en sus pautas, cuyo miserable objetivo no era otro que infundir miedo y sometimiento a los designios de la maldad uniformada.

Las noticias de los que estaba sucediendo en Pisagua, acrecentaba la desazón de todos los que íbamos en el camión, conducidos a un lugar que percibíamos como el infierno.

Desde 11 de septiembre a la fecha de nuestro traslado, ya teníamos conocimiento de la muerte de decenas de hombres y mujeres, a nivel local como nacional, en diferentes localidades o campos de concentración y, donde Pisagua, adquiría nuevamente connotación nacional, por la fama trágica alcanzada como lugar de confinamiento durante los gobiernos de Gabriel González Videla y de Carlos Ibáñez del Campo.

 Al fondo del camión está Freddy Taberna, sin la intensa barba que lo caracterizó siempre como un gran líder desde sus años de dirigente del pedagógico, esbozando en su rostro una suerte de sonrisa que fundía con sus ojos irradiando tranquilidad, y esperanza, recorría los rostros de cada uno de los que habitábamos ese temporal espacio que sería el último indicio de vida en común.

Matizó, quizás sus años de lucha social en la universidad, con su primer trabajo que, como geógrafo, le encomendó el gobierno de Frei Montalva para integrar el equipo de geógrafos que debía trazar los límites de Chile y Argentina en la disputa por Palena, una zona del sur de Chile.

Muchos años después Haroldo Quinteros recordaría de él:

“Freddy vadeo ventisqueros, atravesó glaciares y finalmente hizo esos mapas, y por esa sola razón es hoy parte de Chile” y, sin embargo, afirma Quinteros, “Taberna, igual que Sampson, Ruz y Fuenzalida, fue acusado de traición a la patria y por ese cargo fusilado”.

A su lado, Rodolfo Fuenzalida dirige su mirada hacia los que estaban frente a él y la circula hacia el resto de los compañeros que compartían también la angustia y desesperanza frente al final del viaje. Recordaba quizás, sus años de piloto civil cuando en uno de sus viajes fue parte de grupos de investigadores sobre patrimonios arqueológicos en el árido desierto de nuestro norte; o cuando en sus años de estudiante decidió renunciar a la carrera de periodismo y optar por el de piloto, condición que   le significó conocer lugares y observar el mundo desde la mirada engrandecedora del aire.

También recuerdo a Juan Antonio Ruz, regidor y funcionario de Aduanas y del Departamento de Investigaciones de Aduanas, DIA; instancia creada para combatir el narcotráfico, donde contribuyó en su capacitación el DEA, organismo norteamericano, que en su momento se difundió en la prensa como un aporte al combate del narcotráfico en el territorio nacional.

El cumplimiento abnegado y responsable de estas tareas, en beneficio de los intereses del país, se transformaron paradójicamente en las razones que asistieron a los asesinos de uniforme para la eliminación física de varios. En el caso de Ruz, armaron un montaje simulando intenciones por parte de funcionarios de aduanas    de formar parte de una estrategia para enfrentamientos con las fuerzas armadas en caso de una guerra civil.

A Juan Antonio Ruz lo conocí días antes de que me dejaran en libertad la primera vez de mi detención, cuando llegó con Haroldo Quinteros, con evidentes señales de tortura, con quemaduras de cigarrillo en sus cuerpos y dificultades para respirar. Imagen que nunca he podido borrar ya que fue el primer indicio de la brutalidad que inauguraba la dictadura y que sumaría a muchos más en el listado de ejecutados y torturados en Pisagua.

José Sampson Ocaranza, Relacionador Público del municipio de Iquique, el día del golpe se encontraba en comisión de servicio en Santiago.  Enterado que estaba en un listado donde se le conminaba a entregarse, finalmente optó, retornar a Iquique, sin saber que vendría a encontrarse con la bestialidad militar que imperaba en su ciudad natal.

LARRAÍN: EL HOMBRE DE LENTES OSCUROS

Esa mañana del 28 de octubre, el Pegaso estacionó frente a la cárcel, y fuimos desembarcando en fila separándonos por camiones.

Bajamos y un militar nos indicaba en que fila ubicarnos, mientras al fondo del pasaje un personaje militar en ropa de combate y con grandes lentes oscuros, manos cruzadas por detrás, observaba la operación.

“Los malos acá y los otros allá”. Grita el hombre de los lentes oscuros.

Los primeros en desembarcar fuimos Pacheco y yo, nos dirigimos a la fila que indicaba el hombre en ropa de combate y lentes oscuros. Tras de nosotros bajaron los compañeros que traían desde la cárcel de Iquique y les ordenan que formen la fila del lado izquierdo.

Nos ingresan a la cárcel separándonos en las catacumbas que dan hacia el callejón, frente a vetustas viviendas enclavadas en el cerro y los que estaban con nosotros en el camión, en las catacumbas del lado oeste, que dan hacia el muelle.

Esa noche, hacinados en los cubículos se va configurando lo que sería el día siguiente. Escuchamos a centinelas que custodian alrededor de las celdas, decir “mañana hay pelotón”.

A medianoche, el golpe de los eslabones de la cadena que refuerza la reja de ingreso donde estamos los nuevos inquilinos, nos va introduciendo a la dura realidad que pasaríamos a vivir a partir de las horas y días siguientes.

El oficial, cargando seguramente un legajo de papeles, con el típico vozarrón que evoca la marcialidad de la imaginaria guerra, va nombrando a los prisioneros de la imaginaria guerra, que pasarán a Consejo de Guerra.

La mañana del día siguiente nos segregan, nuevamente, en las celdas del segundo y tercer piso. Los convocados son incomunicados entre las catacumbas del primer piso, donde también se distribuyen los que serán condenados a las penas más duras, como fusilamientos y años de reclusiones.

CONSEJO DE GUERRA AL PARTIDO SOCIALISTA

La noche de ese día, suenan los eslabones de la cadena de la reja y un oficial lee un comunicado dando a conocer el listado de las personas que pasan a Consejo de Guerra y parte de las acusaciones, que ameritarían, según ellos, las condenas.

Temprano, después de esa noche infernal, nos sacan al patio y nos destinan a las distintas celdas que están en el segundo piso, yo con destino a la Dos Cuatro.

Durante ese día dan a conocer las acusaciones y posteriormente las condenas, las que van desde penas de muerte hasta años de cárcel. Entre los primeros está Freddy Taberna, Juan Antonio Ruz, Germán Palominos, Rodolfo Fuenzalida, José Sampson y Haroldo Quinteros; entre los condenados a penas de cárcel están Espinoza, Briones, Burgos, entre otros.

Los condenados a pena de muerte son ubicados separados por celdas en las catacumbas que dan hacia el cerro.

En este proceso destacan dos situaciones que, en el momento de la dictación de condenas, varían algunas de ellas como  la pena asignada a German Palomino, la que originalmente y de acuerdo a la sentencia original, fue condenado a muerte y la de Quinteros de igual manera; sin embargo, el comandante  Ramón Larraín,  conmuta la pena de muerte a Quinteros por cárcel perpetua y respecto a Palomino es retirada la condena a muerte por un error en los antecedentes presentados ante el Consejo de Guerra. Semanas más tarde, en otro Consejo de Guerra, es sentenciado a fusilamiento y es injustamente ejecutado.

El día 30 de octubre a las 6:00 de la mañana fueron fusilados Freddy Taberna, Juan Antonio Ruz, Rodolfo Fuenzalida, José Sampson. Sus cuerpos aún engrosan la lista de ejecutados desaparecidos. Así, de manera violenta y despiadada fueron tronchadas valiosas vidas de jóvenes profesionales comprometidos en aportar al progreso del país.

Cumpliendo de esa forma con lo que años después el abogado de DD.HH. Adil Brkovic describiría como “La Pauta Pisagua para Matar”, aludiendo que dicho pequeño puerto fue un pequeño laboratorio de todo lo que ocurrió en Chile en esa época. Agregando las coincidencias que en las mismas fechas también fueron ejecutados en otras regiones por Consejos de Guerra, por fugas y otras justificaciones imaginarias de los cancerberos en los diferentes centros de detención. Se cumplían, a su vez, las implacables instrucciones de Pinochet a los delegados jurisdiccionales.

Fuente :edicioncero.cl 28/10/2023

Diligencias, que forman parte del Plan Nacional de Búsqueda, Verdad y Justicia, se desarrollarán en distintos puntos de la localidad de Pisagua, buscan esclarecer el destino final de una decena de víctimas de desaparición forzada, por parte de agentes del Estado entre septiembre y octubre de 1973. Durante la dictadura civil militar (1973-1990) Pisagua se convirtió en centro de detención, ejecución y desaparición de prisioneros políticos, según logró establecer y acreditar la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura – Informe Valech.Por esta razón, durante esta semana, se llevarán a cabo en dicho lugar diligencias en el contexto del Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia, política de Estado implementada en agosto de 2023, cuyo órgano ejecutor es el Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.Cuatro son los lugares que están siendo trabajados por los equipos especializados de ministerios y servicios relacionados, quienes, bajo la coordinación del Programa de Derechos Humanos y la dirección del ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos, Sergio Troncoso, están avanzando en la investigación del paradero final de al menos 13 víctimas.“La diligencia que estamos llevando a cabo esta semana, en particular en Iquique y aquí en Pisagua, surge de ciertos relatos que han sido recogidos por parte del programa de derechos humanos y también a través de la labor de las agrupaciones de familiares. Estos relatos dan cuenta de posibles sitios de interés donde podríamos encontrar restos de personas desaparecidas”; explica el ministro en visita.Los lugares en cuestión son el ex Patio de Autos Municipal de Iquique, la ex Tenencia de Aduanas, el camping y el teatro de Pisagua. Los primeros sitios están asociados a la causa Rol 27-2024 y los segundos a la causa Rol 402-2023. En ambas causas, y a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos, el Programa de Derechos Humanos ha presentado querellas criminales en contra de quienes resulten responsables de los delitos de inhumación y exhumación ilegal de las víctimas que permanecen desaparecidas desde septiembre y octubre de 1973.Así lo confirmó el Seremi de Justicia y Derechos Humanos de Tarapacá, Pablo Valenzuela Ramírez, quien acompañó y relevó las diligencias que se están realizando. “En el contexto del Plan Nacional de Búsqueda, como política pública impulsada por el Gobierno de nuestro Presidente Gabriel Boric, y que está destinada a reconstruir las trayectorias de aquellas personas que fueron víctimas de desaparición forzada en dictadura, es que se están llevando a cabo estas diligencias de búsqueda, respecto de personas que fueron desaparecidas en la dictadura cívico-militar. Estas diligencias, que están siendo lideradas por el Ministro en Visita don Sergio Troncoso, se efectúan en coordinación con el Programa de Derechos Humanos de nuestro Ministerio, así como también con el Servicio Médico Legal, PDI y con Sernageomin. Lo más importante es que contamos con la presencia de las y los familiares de estas personas víctimas de desaparición forzada, quienes han tenido una participación preponderante, tanto en la elaboración del Plan Nacional de Búsqueda, así como en la aplicación del mismo”.La participación de las familias ha sido constante en las diligencias del Plan Nacional de Búsqueda y, en el caso de Pisagua, quince familiares han acompañado a los equipos de búsqueda. Es el caso de Leyla Nash, – hermana de Michel, conscripto de 19 años asesinado por negarse a fusilar detenidos -, quien forma parte de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos de Iquique, Pisagua y Santiago. Pertenece también al Colectivo Porfiria de Memoria de Recoleta, “que se enfoca en mantener viva la memoria de nuestros familiares ejecutados y desaparecidos”, señala.Para Leyla la diligencia que se lleva a cabo “da muchas esperanzas. Encontrar a alguno de los nuestros en este lugar es muy importante. No importa quién sea el que se encuentre; es fundamental para poder comenzar el duelo para las familias… la última vez que vi a mi hermano fue el 19 de abril de 1973, cuando vino a hacer el servicio militar a Iquique. Nuestra despedida fue de lo más natural del mundo, nos dijimos ‘ya, nos vemos, chao’”.“En el pasado se realizaron trabajos de búsqueda, pero quedaron lugares sin investigar y otros que son nuevos, que provienen de testimonios judiciales o extrajudiciales. También contamos con información de ejecuciones en determinados lugares o información de personas sobre inhumaciones”; contextualiza Pablo Fuenzalida, jefe del Área Jurídica del Programa de Derechos Humanos. La causa asociada al Ex Patio de Autos Municipal de Iquique y a la ex Tenencia de Aduanas fue interpuesta en contra de los responsables de los delitos de inhumación y exhumación ilegal de nueve víctimas, todas secuestradas y trasladadas al campo de concentración de Pisagua, desconociéndose hasta la fecha su paradero. Se trata de:• Manuel Heriberto Araya Zavala, pescador artesanal y chofer de taxis de 29 años, detenido en su domicilio el 5 de octubre de 1973. Un mes después, la familia recibió la última carta.• Henry Francisco Torres Flores, de 16 años, trabajaba como cargador. Fue detenido en julio de 1974 junto a su amigo Hugo Eugenio Martínez Martínez. Las últimas noticias del adolescente corresponden a una carta fechada el 23 de julio de 1974, misivas que habrían sido escritas por su amigo Hugo Martínez, ya que Henry no sabía escribir.• Juan Francisco Jiménez Vidal, de 42 años, funcionario de Aduanas de Valparaíso, se presentó voluntariamente el 13 de septiembre de 1973 ante las autoridades militares. Estando privado de libertad, la prensa local de Iquique informó que el 29 de septiembre de 1973 “seis extremistas” habían sido muertos en el campo de Pisagua al intentar huir, uno de ellos era Juan Francisco.• Michel Selim Nash Sáez, de 19 años, quien cumplía su servicio militar en Iquique, fue dado de baja y arrestado el 11 de septiembre de 1973, siendo trasladado al campo de concentración de Pisagua, donde se le comunicó que sería ejecutado.• Nolberto Jesús Cañas Cañas, de 52 años, era funcionario del Departamento de Investigaciones Aduaneras de la Superintendencia de Aduanas en Valparaíso. Fue detenido en la ciudad de Valparaíso y trasladado al campo de concentración de Pisagua, donde fue ejecutado.• Rodolfo Jacinto Fuenzalida Fernández, de 43 años, piloto civil. Fue detenido el 11 de septiembre de 1973 y, tras pasar por distintos centros, habría sido ejecutado en el campo de concentración de Pisagua.• Juan Antonio Ruz Díaz, de 32 años, funcionario de Aduanas en Iquique. Se presentó voluntariamente al Regimiento de Telecomunicaciones y luego fue presuntamente ejecutado en el campo de concentración de Pisagua.• José Demóstenes Sampson Ocaranza, de 33 años, era relacionador público de la Municipalidad de Iquique. Se presentó voluntariamente a Carabineros de Iquique el 21 de septiembre de 1973, siendo recluido en diversos centros de detención para luego ser ejecutado en el campo de concentración de Pisagua.• Freddy Marcelo Taberna Gallegos, de 30 años, era director de la Oficina Regional de Planificación (ORPLAN, actualmente MIDEPLAN) en la ciudad de Iquique. Se presentó voluntariamente el 16 de septiembre de 1973 en el Regimiento de Telecomunicaciones, siendo sus últimas noticias conocidas que fue ejecutado el 29 de octubre de 1973 en Pisagua.En cuanto a la segunda causa, los delitos de inhumación y exhumación ilegal habrían sido cometidos en perjuicio de cuatro víctimas, todas secuestradas en la actual provincia de Iquique:• Williams Robert Millar Sanhueza, detenido el 24 de septiembre de 1973.• Jorge Rogelio Marín Rossel, detenido el 28 de septiembre de 1973.• Marcelino Lamas Largo, secuestrado en dos oportunidades por agentes de los servicios de inteligencia de la dictadura. El segundo episodio ocurrió tras la Navidad de 1974, siendo trasladado al Retén de Aduana de Iquique, donde se tuvo las últimas noticias.• Rolando de La Cruz Silva López, de 21 años. La última vez que fue visto fue en la Tenencia del Colorado. La historia del proceso judicial indica que tras el hallazgo de un cuerpo calcinado en 1974, se señaló que se trataba de Silva López, y sujetos desconocidos lo habrían sepultado de manera intempestiva. Hasta hoy, su familia desconoce su paradero.El primer hallazgoHistórico fue el hallazgo registrado el 2 de junio de 1990. El entonces ministro Nelson Muñoz y un equipo voluntario lograron encontrar 19 cuerpos en una fosa común en los alrededores del cementerio de Pisagua. Las imágenes del hallazgo fueron ampliamente difundidas. Las familias que se reunieron en las oficinas del Servicio Médico Legal pudieron identificar rápidamente a las siguientes víctimas:• Manuel Eduardo Sanhueza Mellado• Nicolás Chanez Chanez• Tomás Orlando Cabello Cabello• Luis Manríquez Wilde• Juan Orlando Rojas Osega• Hugo Tomás Martínez Guillén• Alberto Amador Yáñez Carvajal• Luis Alberto Toro Castillo• Nelson José Márquez Agusto• Germán Elidio Palominos Lamas• Juan Apolinario Mamani García• José Rufino Cordova Croxatto• Juan Valencia Hinojosa• Julio César Cabezas Gacitúa• Mario Morris Barrios• Humberto Lizardo Flores• Luis Alberto Lizardi Lizardi• Marcelo Omar Guzmán Fuentes• Juan Efraín Calderón Villalón

Fuente :ceinoticias.cl 24/4/2025

Testimonio

Testimonio entregado a Memoriavia:

Cuando fue el golpe militar.yo tenia solo 12 años. En mi familia no existia un color politico,sin embargo mis padres comprometidos en la iglesia catolica tenian una posicion cristiana que les significaba comprometerse un poco mas alla que el resto.

Cuando comenzaron los avisos de bandos en que muchos chilenos deberian presentarse en forma voluntaria NOLBERTO CAÑAS amigo de mi padre lo decidio sin mayor preocupacion,mi padre le pidio que no lo hiciera y que el le pasaria la camioneta nuestra para que pudiera escapar (en ese tiempo eramos muy pocos quienes poseiamos este medio de locomocion de manera particular).NOLBERTO SE NEGÓ A ESTE OFRECIMIENTO PORQUE DIJO QUE NO LE SUCEDERIA NADA YA QUE ESTABA PRESENTANDOSE EN FORMA VOLUNTARIA.

NOLBERTO FUE UN CONSECUENTE A SUS IDEALES Y PECÓ DE INOCENTE AL CREER EN EL VIL LLAMADO DE ESE DESAFORTUNADO "BANDO MILITAR".

Tal vez este pequeño estracto de mi memoria intacta pueda ayudar en algo porque de lo que si estoy cierta y es lo que a esta altura de.mi vida no me permite creer es que SI UN HOMBRE QUE DECIDE PRESENTARSE VOLUNTARIAMENTE PARA NO SER ARRESTADO POR LA FUERZA A LOS DIAS APAREZCA.EN LAS NOTICIAS QUE ESTE FUE FUSILADO POR INTENTAR ARRANCARSE.

AUN ASI SI FUE FUSILADO ENTONCES PORQUE ¿NO TENEMOS SU CUERPO?.

NOLBERTO AUN ESTA DESAPARECIDO.

Solo soy una mujer con la memoria de hace 41 años intacta...ese pedazo de mi historia está intacta..y como NOLBERTO NO TIENE FAMILIARES QUE BUSQUEN RESPUESTAS POR EL ESA NIÑA QUE AHORA ES MUJER BUSCARÁ LAS RESPUESTAS PARA PODER DARLE UNA SEPULTURA.

 

Fuente :(G.R. 09 de Septiembre 2014)

Fecha :09-09-2014

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