Carlos Ramón Rioseco Espinoza

Rut : 5.808.144-2
Fecha Detención : 18-01-1975
Comuna Detención : Viña del Mar
Fecha Nacimiento : 08-02-1948
Edad : 26
Lugar Nacimiento : Viña del Mar
Partido Político : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
Estado Civil e Hijos : Casado, 1 hijo
Oficio o Profesión : Estudiante Universitario
Nacionalidad : chilena

Antecedentes del Caso

Rut       : 308.116, Concepción

F.Nacim. : 08-02-48, 26 años a la fecha de su detención

Domicilio : Cumming 72, Santiago

E.Civil  : Casado, 1 hijo

Actividad : Vendedor; ex-estudiante de Odontología, Universidad de Concepción

C.Repres. : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)

F.Detenc. : 18 de enero de 1975

 

                                                                  

 

SITUACION REPRESIVA

            Carlos Ramón Rioseco Espinoza, casado, 1 hijo, ex estudiante de Odontología de la Universidad de Concepción, militante del MIR, fue detenido el 18 de enero de 1975, alrededor de las 18:00 horas en la calle Montaña, frente a una feria artesanal, en la ciudad de Viña del Mar, por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) que se habían trasladado especialmente desde Santiago a la zona para desbaratar las actividades del MIR regional. En la acción, además de los agentes de la DINA, participaron efectivos del Regimiento N°2 "Maipo", vestidos de civil, todos los cuales se movilizaban en cuatro vehículos. El afectado fue subido a una camioneta Chevrolet C-10 color rojo.

            El día anterior -17 de enero de 1975- había sido detenido Reinaldo Antonio Erick Zott, en un operativo dirigido por el Teniente Coronel de Ejército y oficial de la DINA Marcelo Moren Brito, quien era secundado por el Teniente de Ejército Fernando Adrián Laureani Maturana, conocido como "el Teniente Pablo" al interior de dicho organismo de seguridad. Fue recluido en el Regimiento "Maipo".

            El mismo 18 de enero, en la mañana (10:00 horas), Zott fue sacado del recinto militar por sus captores y llevado a la calle Montaña, con el objeto de que reconociera a Carlos Rioseco. En mal estado físico y rodeado de agentes, Zott vio a Cruz Juana Carvajal Tapia, quien era el enlace de Rioseco. "Por las señas que él me hizo -declaró ella- me di cuenta que estaba detenido". Así, se retiró del lugar, sin que entonces se produjeran detenciones. Momentos después, Zott fue llevado hasta la entrada principal de la Quinta Vergara, en donde presenció la detención de Alfredo García (desaparecido).

            Sin embargo, horas después, (18:00 horas aproximadamente), Zott fue llevado por segunda vez a la calle Montaña. En esta oportunidad concurrieron al lugar Cruz Juana Carvajal, la que había sido citada por Carlos Rioseco, quien, a su vez, había sido citado allí sin que él supiera por la DINA, a través del teléfono de la casa de Fabián Ibarra y Sonia Ríos (ambos actualmente desaparecidos), domicilio ocupado por los agentes posterior a la detención de Fabián y Sonia, y domicilio donde se dio muerte al militante del MIR Alejandro Villalobos Díaz ("el Mickey") el 19 de enero del mismo año. Cruz Juana Carvajal logró alejarse del lugar sin ser detenida (lo sería un mes más tarde), en cambio Carlos Rioseco fue detectado y aprehendido.

            Zott y Rioseco fueron trasladados al Regimiento N°2 "Maipo", en Playa Ancha, Valparaíso, en donde los instalaron en las dependencias del casino de Oficiales, para ser allí careados, interrogados y torturados.

            Durante su permanencia en el Regimiento, el afectado fue visto por numerosos testigos, todos los cuales coinciden en señalar que 28 de enero de 1975, el afectado, junto a otros detenidos, fue trasladado, en un camión frigorífico, a Santiago, en donde se le ingresó en Villa Grimaldi.

            En este recinto de la DINA, también Carlos Rioseco fue visto por testigos, todos los cuales declararon ante el Tribunal. Sergio Antonio Vásquez Malebrán declaró que en una fecha comprendida entre el 31 de enero y el 20 de febrero de 1975, fue sacado de Villa Grimaldi junto al afectado, Horacio Carabantes (desaparecido), Abel Vilches (desaparecido), Lilian Jorge, y a Alfredo García (desaparecido). Todos fueron llevados a un lugar cercano a San Antonio y encerrados, durante 4 días, en cabañas tipo balneario, amarrados y con telas adhesivas en los ojos. Al cabo de esos días, fueron devueltos a Villa Grimaldi, con excepción de Alfredo García y Horacio Carabantes, quienes retornaron dos días después. Por su parte, Ricardo Frodden recuerda haber conversado en ese recinto en más de una oportunidad con Carlos Rioseco, a quien notó físicamente resentido por los golpes que le propinaron los agentes en Valparaíso, según se lo manifestó la misma víctima. Los testimonios son coincidentes en señalar que el 12 de febrero de 1975, Carlos Rioseco -y otros detenidos- fueron llevados al sector de Villa Grimaldi denominado "La Torre", en donde permanecieron hasta el 20 de febrero del mismo año. Ese día fue sacado -también junto a otros detenidos- con destino desconocido.

            La detención de Carlos Ramón Rioseco Espinoza se inscribe en el operativo realizado por la DINA en el mes de enero de 1975 en Valparaíso, con el fin de reprimir al MIR regional. Dicho operativo tuvo como resultado más de una veintena de detenidos, de los cuales uno fue ejecutado de Alejandro Delfín Villalobos Díaz (el "Mickey") y 8 permanecen desaparecidos. (Mayores antecedentes en el caso de Horacio Neftalí Carabantes Olivares).

           

 

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

            Por el afectado se presentaron distintos recursos de amparos. El 14 de febrero de 1975, se interpuso un amparo en la Corte de Apelaciones de Santiago (rol 237-75). Sin que se realizaran diligencias, el Tribunal no lo acogió y remitió los antecedentes, para que se instruyera sumario por presunta desgracia, al 2° Juzgado del Crimen de Santiago. Este abrió sumario, rolándolo con el N°83.117-9. Después de consultar al Ministerio del Interior y al Servicio Nacional de Detenidos (Sendet) -tanto el General de División Raúl Benavides Escobar como el Coronel Jorge Espinoza Ulloa respondieron carecer de antecedentes sobre el afectado- el juez se declaró incompetente y envió los antecedentes al 4° Juzgado del Crimen de Valparaíso, donde después serían acumulados al proceso rol N°11.226 (27 de febrero de 1976).

            Posteriormente, el 21 de marzo de 1975, se interpuso un nuevo amparo en la Corte de Apelaciones de Valparaíso (rol 121-75), el que fue rechazado el 11 de junio del mismo año, en virtud de los informes negativos de las autoridades.

            El 16 de junio de 1975, hay otro amparo por el afectado, esta vez, en la Corte de Apelaciones de Santiago (rol 740-75). Mientras el Ministro del Interior y General de División Raúl Benavides Escobar insistía en que Carlos Rioseco no había sido detenido por orden de ese Ministerio (18 de junio de 1975), la DINA respondía que cualquier consulta debía ser dirigida al Ministerio del Interior (19 de junio de 1975). En virtud de estas informaciones, el amparo fue rechazado el 26 de septiembre de 1975, remitiéndose los antecedentes al 2° Juzgado del Crimen de Valparaíso, quien abrió sumario con el rol N°78.084. Sin diligencias se sobreseyó el proceso el 11 de noviembre de 1975. La Corte de Apelaciones de Valparaíso revocó esta medida. El 12 de febrero del mismo año, el Juez se declaró incompetente y remitió la causa al 4° Juzgado del Crimen de Valparaíso, en donde, posteriormente, sería acumulada al proceso rol N°11.226.

            El 3 de septiembre de 1987, se presentó una querella por el delito de secuestro de Carlos Ramón Rioseco en el 4° Juzgado del Crimen de Viña del Mar, la que fue rolada con el N°50.795. Después de comprobar el estado de la causa rol N°11.226 -cuyo sobreseimiento definitivo se encontraba en apelación en la Corte Marcial- el juez ordenó el archivo de los antecedentes el 5 de diciembre de 1988. La Corte de Apelaciones de Valparaíso dejó sin efecto la resolución y ordenó instruir sumario (29 de marzo de 1989).

            Durante la tramitación de ésta se solicitaron informes al Ministro del Interior. Así, el 22 de mayo de 1989, Carlos Francisco Cáceres C. (Ministro del Interior) señaló que en esa Secretaría de Estado no se registraban antecedentes respecto a Carlos Rioseco. Sin que se lograran avances en la investigación, el 17 de agosto de 1989, el Segundo Juzgado Militar de Santiago, cuyo juez era el Brigadier General Carlos Parera Silva, solicitó la incompetencia del 4° Juzgado del Crimen de Viña del Mar. Los antecedentes fueron remitidos a la Corte Suprema para que dirimiera la contienda que así quedó planteada.

            Además se presentaron otros amparos por las 8 personas detenidas y desaparecidas en enero de 1975 en Valparaíso. Durante la tramitación de uno de ellos, Rol 1-77 de 1977, la DINA, a través de su Director Manuel Contreras, reconocería, por primera vez, la detención del afectado. En un Oficio al Tribunal reconoció las detenciones como producto de un enfrentamiento con el segundo jefe del MIR Regional, Alejandro Villalobos Díaz, quien resultara muerto. Agrega que otras personas fueron detenidas, entre ellas Horacio Carabantes, Carlos Rioseco, Abel Vilches, Elías Villar, Fabián Ibarra, Alfredo García, M. Isabel Gutiérrez y Sonia Ríos, los que según Contreras, fueron dejados en libertad. Con esta información la Corte Suprema resolvió confirmar la resolución de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, rechazando la presentación.

            En agosto de 1975 se inició, en el 4° Juzgado del Crimen de Valparaíso, el proceso rol N°11.226, por la desaparición de las 8 personas detenidas en esa ciudad, en enero de 1975; el afectado, Sonia Ríos, Fabián Ibarra, María Isabel Gutiérrez, Horacio Carabantes, Alfredo García, Abel Vilches y Elías Villar.

            En septiembre de 1976 la Corte Suprema ordenó a petición de los familiares, a la Corte de Apelaciones de Valparaíso la designación de un Ministro en Visita, la que recayó en René Clavería Lisboa quien debía continuar con la investigación. En definitiva, el Ministro se declaró incompetente (enero 1977) y remitió los antecedentes a la Justicia Militar, la que sobreseyó total y definitivamente el caso. Se apeló de esta resolución y la Corte Marcial confirmó la resolución 6 años después (1989) decretando el sobreseimiento total y definitivo de la causa por la aplicación del DL 2.191 de 1978 (Ley de Amnistía). Nuevamente se apeló esta resolución, encontrándose la causa en espera de fallo en la Corte Suprema. (Mayores antecedentes en el caso de Horacio Neftalí Carabantes Olivares).

           

Fuente :Vicarìa de la Solidaridad

Prensa

El último acto conmemorativo por los 40 años del golpe de estado organizado por la Vocalía de Derechos Humanos, Solidaridad y Conflictos Sociales de la FEC, se realizó esta mañana, con el develamiento de la placa remozada, que lleva inscrita el nombre de los 54 estudiantes, ex alumnos, profesores y funcionarios de la Universidad de Concepción que fueron asesinados durante el régimen militar, muchos de los cuales continúan hasta el día de hoy en calidad de detenidos desaparecidps.
Gabriel Provoste, vocal de DDHH de la FEC, indicó que esta es la última expresión de las actividades que han organizado para septiembre, expresando que ?el objetivo es conmemorar a los compañeros y compañeras de la UdeC, que fueron víctimas de la dictadura militar?.
Provoste señaló que en el transcurso de estos últimos 20 años ?el memorial fue erigido en 1993 para conmemorar los 20 años del golpe- el monumento ha sufrido de constantes deterioros, explicando que ?hemos cambiado la placa y agregado el nombre de otros diez compañeros que no estaban en la anterior y al mismo tiempo restaurar la pieza?. El dirigente estudiantil recordó que la idea del memorial estaba unida a una plaza de reflexión, para lo cual se encuentran aún trabajando y buscando los recursos para ella.
En la actividad, a la que acudieron alrededor de 150 personas, participaron las asociaciones de ex prisioneros políticos del MIR, organizaciones estudiantiles y la sociedad mutualista Bautista van Schouwen Vasey.

La escultura "Homenaje a los estudiantes detenidos desaparecidos", es un grupo escultórico en concreto y mosaico, que Representa a cuatro figuras erectas en una síntesis reconocible como figuras humanas, atadas entre sí con anillos de metal. Están dispuestas formando un semicírculo cuyo centro está ocupado por una mocheta inclinada, en que se apoya una lista grabada en bronce con el nombre de los alumnos de la Universidad que fueron detenidos desaparecidos en el periodo 1973-1990.
Las personas de la comunidad UdeC, víctimas de la violencia de la dictadura, y que fueron reconocidas hoy, son Enrique Carreño, Eduardo Crisóstomo, Ogán Lagos, Fabián Ibarra, Fernando Alvarez, Jaime Eltit, Dignaldo Araneda, Muriel Dockendorff, Héctor González, Alexei Jaccard, César Negrete, Wladimir Araneda, José Aguayo, Miguel Catalán, Silvia Calfulén, Ricardo Ruz, Héctor Rodríguez, José Bordaz, Alan Bruce, Edgardo y Miguel Enríquez Espinoza; Caupolicán Inostroza, Marcos Montecinos, Juan Perelman, José Randolph, Freddy Torres, Arturo Villabela, Felipe Campos, Luis Barra, Jorge Grez, Arturo Hillerns, Fernando Krauss, Bautista Van Schouwen, Carlos Rioseco, José Carrasco Tapia, José Carrasco Vásquez, Juan Espinosa, Sonia Ríos, Carlos Contreras Maluje, José Jara, Héctor Zúñiga, Elizabeth Cabrera, Roberto Chávez, Washington Cid, Carlos Fernández, Jorge Fuentes, Juan Carlos Gómez, Nelson Herrera, Sergio Lagos, Luis Pincheira, Sergio Riffo, Ariel Salinas, Patricio Sobarzo, Héctor Velásquez, Manuel Villalobos, Rolando Angulo, Jaime Araya y Luis Cornejo.

Fuente :udec.cl 22/03/2016

Fecha :22-03-2016

La Corte Suprema dictó la sentencia contra delitos de lesa humanidad cometidos por agentes del Estado durante la dictadura de Augusto Pinochet, que se cometieron en 1975 en Valparaíso.

De esta manera, la Segunda Sala del máximo tribunal determinó en la sentencia definitiva por el caso de los “Ocho de Valparaíso”, por los secuestros de Horacio Neftalí Carabantes Olivares, Alfredo Gabriel García Vega, María Isabel Gutiérrez Martínez, Fabián Ibarra Córdova, Sonia del Tránsito Ríos Pacheco, Carlos Ramón Rioseco Espinoza, Abel Alfredo Vilches Figueroa y Elías Ricardo Villar Guijón.

En fallo dividido, la Sala Penal acogió el recurso de casación presentado en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, rebajando solamente a 541 días de presidio la sentencia dictada en contra Pedro Herrera Henríquez, en calidad de cómplice en dos de los secuestros calificados.

En tanto, confirmó las penas de 10 años y un día de presido dictadas en contra de Rolf Wenderoth PozoDaniel Cancino Varas, por su responsabilidad como autores; de 5 años y un día de presidio para Rubén Fiedler Alvarado (como cómplice), y 3 años y un día de presidio para Fernando Lauriani Mauturana, como autor.

En el aspecto civil, se ratificó la condena que ordena al fisco pagar, por el concepto de daño moral, indemnizaciones de $30.000.000 a Josefa Martínez Ruiz, madre de María Isabel Gutiérrez Martínez; Liliana María Castillo Rojas, cónyuge de Horacio Neftalí Carabantes Olivares, e Hilda Elena Espinoza Figueroa, cónyuge de Carlos Ramón Rioseco Espinoza.

Además, $20.000.000 a Claudio Abel Vílchez Gutiérrez, Abel Alberto Vilches Gutiérrez, María José Martínez Saavedra (antes María Georgina Vilches Gutiérrez) y Cristián Ernesto Vilches Gutiérrez, todos hijos de Abel Alfredo Vilches Figueroa; a Esteban Rodolfo Rioseco Espinoza, hijo de Carlos Rioseco Espinoza.

Por último, $10.000.000 a Nibaldo Humberto Ríos Pacheco, hermano de Sonia del Transito Ríos Pacheco; Olga Adriana Sánchez Martínez, Cecilia Elvira Sánchez Martínez e Irene Gloria Sánchez Martínez, hermanas de María Isabel Gutiérrez Martínez.

Fuente :biobio.cl 14 abril 2015

Fecha :14-04-2015

La Corte Suprema dictó sentencias en contra de agentes de Estado por diversos delitos de secuestro calificado y homicidio, perpetrados entre 1973 y 1975, en Valparaí­so, Cajón del Maipo y el Cerro San Cristóbal, respectivamente.

En el primer fallo (causa rol 20288-2014), la Segunda Sala del máximo tribunal -integrada por los ministros Milton Juica, Hugo Dolmestch, Carlos Kí¼nsemí¼ller, Haroldo Brito y Lamberto Cisternas- dictó sentencia definitiva en el caso caratulado como los “Ocho de Valparaí­so”. Investigación que sustanció el ministro en visita Alejandro Solí­s por los secuestros calificados de: Horacio Neftalí­ Carabantes Olivares, Alfredo Gabriel Garcí­a Vega, Marí­a Isabel Gutiérrez Martí­nez, Fabián Ibarra Córdova, Sonia del Tránsito Rí­os Pacheco, Carlos Ramón Rioseco Espinoza, Abel Alfredo Vilches Figueroa y Elí­as Ricardo Villar Guijón, ilí­citos perpetrados en enero de 1975, en diversos puntos de Valparaí­so.

En fallo dividido, la Sala Penal acogió el recurso de casación presentado en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, rebajando solamente a 541 dí­as de presidio la sentencia dictada en contra Pedro Herrera Henrí­quez, en calidad de cómplice en dos de los secuestros calificados. En tanto, confirmó las penas de 10 años y un dí­a de presido dictadas en contra de Rolf Wenderoth Pozo, Daniel Cancino Varas, por su responsabilidad como autores; de 5 años y un dí­a de presidio para Rubén Fiedler Alvarado (como cómplice), y 3 años y un dí­a de presidio para Fernando Lauriani Mauturana, como autor.

En el aspecto civil, se ratificó la condena que ordena al fisco pagar, por el concepto de daño moral, indemnizaciones de:

$30.000.000 (treinta millones de pesos) a: Josefa Martí­nez Ruiz, madre de Marí­a Isabel Gutiérrez Martí­nez; Liliana Marí­a Castillo Rojas, cónyuge de Horacio Neftalí­ Carabantes Olivares, e Hilda Elena Espinoza Figueroa, cónyuge de Carlos Ramón Rioseco Espinoza;

$20.000.000 (veinte millones de pesos) a: Claudio Abel Ví­lchez Gutiérrez, Abel Alberto Vilches Gutiérrez, Marí­a José Martí­nez Saavedra (antes Marí­a Georgina Vilches Gutiérrez) y Cristián Ernesto Vilches Gutiérrez, todos hijos de Abel Alfredo Vilches Figueroa; a Esteban Rodolfo Rioseco Espinoza, hijo de Carlos Rioseco Espinoza, y

$10.000.000 (diez millones de pesos) a: Nibaldo Humberto Rí­os Pacheco, hermano de Sonia del Transito Rí­os Pacheco; Olga Adriana Sánchez Martí­nez, Cecilia Elvira Sánchez Martí­nez e Irene Gloria Sánchez Martí­nez, hermanas de Marí­a Isabel Gutiérrez Martí­nez.

Uruguayos

En el segundo fallo (causa rol 21.384-2014), la sala, con idéntica integración, dictó sentencia en la investigación por los secuestros calificados de los ciudadanos uruguayos Ariel Arcos Latorre, Juan Povaschuck Galeazzo y Enrique Pargadoy Saquieres, ilí­citos perpetrados a fines de 1973, en el sector de el Cajón del Maipo.

En la resolución, la sala rechazó el recurso de casación y confirmó las penas de 6 años de presidio para: Mateo Durruty Blanco, Mickel Uriarte Burotto, Gabriel Bernardo Montero Uranga, Francisco Fernando Martí­nez Benavides, Moisés Retamal Bustos y Guillermo Antonio Vargas Avendaño, en calidad autores.

Cerro San Cristóbal

En tanto, en el tercer fallo (causa rol 28736-2014), Segunda Sala del máximo tribunal -integrada por los ministros Milton Juica, Carlos Kí¼nsemí¼ller, Haroldo Brito, Lamberto Cisternas y Andrea Muñoz- confirmó la pena de 10 años y un dí­a de presidio para Patricio Román Herrera, por su responsabilidad en el homicidio de Germán Eduardo Muñoz Flores, perpetrado el 27 de marzo de 1974, en el sector La Pirámide del Cerro San Cristóbal. Proceso que investigó el ministro Mario Car

Fuente :araucaniacuenta.cl 14/04/2015

Fecha :14-04-2015

Frente al mar, con un clavel en la mano, familiares y amigos se quedaron en silencio algunos minutos... Luego, Hilda y Esteban avanzaron hacia el agua y lanzaron sus flores. Fue la culminación del homenaje en recuerdo de los 40 años de la desaparición de Carlos Rioseco Espinoza, que se realizó el 17 de enero en la desembocadura del río Bío Bío, en Hualpén.

Días antes había llegado la invitación de Hilda, esposa de Carlos, y de Esteban, su hijo, para compartir estos 40 años que Carlos no ha podido disfrutar. Y recordar también a otro amigo presente, que se fue hace seis años en este mismo día: Lenis Zambrano. Así que la jornada vivida el sábado pasado tuvo doble motivo.

Hasta el lugar escogido fueron llegando familiares y amigos, para acompañar a Hilda Espinoza y Esteban Rioseco en un acto de recuerdo que no estuvo marcado por la tristeza, sino por las historias compartidas, las sonrisas, algunos relatos, flores, café y un gran globo corazón con la frase: Te Amo.

Mientras la tarde empezaba a caer y el sol dejaba ver sus últimos rayos en el agua resplandeciente del mar, la voz de Hilda se hacía oír por sobre el ruido de las olas.

"Estamos aquí para recordar a Carlos y también a nuestro amigo Lenis, que falleció un 18 de enero, van a ser ya seis años. Los dos amigos en el tiempo se reúnen aquí en la desembocadura. Muchos se preguntan por qué acá y por qué las buganvillas, porque Carlos me las regalaba cuando pololeábamos, las sacaba de la universidad, frente a la Casa del Deporte hay una gran buganvilla...", contaba Hilda, mientras los presentes sonreían y se imaginaban la escena.

Y la voz de Hilda proseguía: "Esta es un historia inconclusa porque todavía no sabemos la verdad, no hemos cerrar la historia. En noviembre se dio un paso más y estamos en la etapa en que se puede cerrar el caso y la justicia castigar a los culpables, que es nuestra gran meta como familiares..."

En sus palabras hubo recuerdos también para otras integrantes de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, con quienes compartió en los inicios. Allí estaban Ester, Mónica, Eglantina... "Es nuestra historia, pero queremos que no sea una historia triste, siempre hemos tratado que nuestra historia sea algo alegre, que reivindique a nuestros compañeros como ellos eran, no estar siempre llorando detrás de las paredes ni a escondidas, sino que sembrar una semilla de esperanza y eso nos ha mantenido de pie, por lo menos a mí en estos 40 años, en la búsqueda de saber la verdad y en ese largo caminar he encontrado mucha gente que ha sido parte de esta familia extendida y disfuncional como dice un amigo, no solo en la familia sanguínea..."

En medio del círculo que se formó para escuchar a Hilda, sobresalía una cruz formada de flores, el globo con forma de corazón y una vela, símbolos en memoria de Carlos y Lenis.

Tras las palabras de Hilda, fue su hijo, Esteban, quien contó detalles del proceso judicial que se ha llevado adelante para esclarecer lo ocurrido con su padre: "Son 40 años de la desaparición, bastante tiempo y ya están los visos de una justicia que se ha demorado, desde el 75 el 18 de enero cuando desaparece y se ingresan recursos de amparo..."

Actualmente se está a la espera del fallo que debe emitir la Corte Suprema, luego que la Corte de Apelaciones confirmara la sentencia de primera instancia en el denominado Caso de los 8 de Valparaíso, que fue dictada en julio de 2014. El recurso de casación fue alegado el 4 de noviembre y quedó en acuerdo, así que se espera el fallo en cualquier momento.

"Todo indica que la sentencia se va a confirmar -comentó Esteban- Estamos a la espera. 4 0 años para cerrar un ciclo. Nadie nos puede decir que no confiamos en la justicia, fue un largo caminar. Mi mamá ha tenido un gran temple en este largo caminar. Ella empezó jovencita, tenía 22 años, recorriendo tribunales bastante inhóspitos. Estamos a la espera de que se ponga el último punto final a un expediente que tiene caActive Imagesi 10 mil fojas. Con toda la historia, así que ahí estamos, en la recta final..."

Y en ese largo caminar en búsqueda de la verdad y la justicia, Hilda y Esteban se encontraron con muchos amigos que han formado una nueva familia, "la extendida, que nos ha ido acompañando por varios años. La mayoría me conoció chiquitito, de 5 o 6 años... Se agradece ese cariño y compañía que es reflejo de la huella que dejó mi papá. Carlos ya es de todos y es rico compartirlo", dijo finalmente Esteban.

Encontrarse en la desembocadura frente al mar, también tenía un significado especial. De vida y de muerte. De vida, porque era un lugar que a Carlos Rioseco le gustaba mucho; y de muerte, porque a lo largo de la investigación judicial se ha podido establecer que el cuerpo de Carlos fue lanzado al mar, en Quintero.

Pero la memoria no quiso teñirse tristeza y por eso, Hilda y Esteban quisieron compartir tres relatos sobre Carlos escritos por familiares y amigos para el libro "Las buganvilllas de Carlos. Una historia inconclusa". Así se leyeron los relatos de María Cristina Rioseco, hermana de Carlos; de Aquiles Espinoza, primo de Carlos y de Lenis Zambrano, amigo en el tiempo.

"En estos tres relatos queremos personificar el peso del pasado que está, de esa memoria que no pudieron borrar y que ha ido creciendo; cada uno ha colocado su granito de arena para ello. Queremos recordar con alegría nuestra historia, que recordamos día a día..."

El viento había empezado a soplar con más fuerza, mientras el sol lentamente teñía con sus tonalidades anaranjadas y rojizas las aguas del mar y del cielo.

Hilda ha retomado la palabra para contar que los amigos hicieron a Lenis un funeral simbólico en ese mismo lugar. El no quería ser enterrado y como una forma de honrar su deseo, quemaron su tarot frente al mar como símbolo de la libertad que él aActive Imagenhelaba.

La hora avanza, pero por momentos el tiempo parece habarse detenido. Todos siguen con mucha atención los relatos que se comparten y se rememoran.

Hilda lee un escrito de su autoría por los 40 años de la desaparición de Carlos:

"40 años de nuevos soles al amanecer y lunas al anochecer/ 40 año que tú, Carlos, no has podido disfrutar/ 40 años que no veo tu sonrisa, tu pelo rebelde cayendo sobre tu frente/ 40 años que la justicia, a pasos lentos, busca tu identidad perdida en expedientes acumulados que explican lo inexplicable: tu detención y desaparecimiento..."

Hubo también espacio para escuchar a quienes quisieron decir algo. Lo hizo Cristina, amiga de Hilda, que nunca conoció directamente a Carlos... "Conocí a Hilda en una marcha y al Esteban chiquito, no hablaba nada, se sentaba en un sillón y se quedaba ahí. Los fui conociendo en el tiempo y quiero agradecer a Carlos por esta familia extendida, de la cual me siento orgullosa de ser parte. Este hecho de horror que significa la desaparición, significó para nosotros un tremendo lazo de amistad y afecto, de poder recordar eso con este cariño..."

No quiso quedarse sin compartir su visión, Ester, de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, que recordó precisamente los inicios de la organización junto a Mónica, Hilda y una representante de Laja.

"Nos conocimos en la búsqueda de nuestros familiares. A veces llegábamos al desayuno a la casa de Orompello donde vivía Hilda con sus papás y su hermanos, no sé cómo nos aguantaban tanto. Nunca hemos dejado de estar con Hilda y Esteban y aunque no nos vemos mucho, el cariño y la amistad permanecen en el tiempo. Nos conocemos hace 40 años, hemos envejecido juntas, nuestro pelo ya está blanco, pero aquí estamos. Organizamos la primera huelga de hambre en dictadura. Hilda y Mónica se llevaron la pega más pesada que era salir a dejar los comunicados a la prensa y el 78 eso era muy peligroso. Todo lo que hemos hecho ha sido por ellos; a muchos de ellos no los vamos a encontrar nunca más, pero en la memoria nuestra tienen que estar siempre presente..."

Después de compartir estos sentimientos y emociones, vino un momento de conversación en torno a un café y un dulce, para luego, con un clavel en la mano, dar paso al último instante de este encuentro con la memoria, en que los asistentes, mirando al mar, reflexionaron algunos minutos y después cada uno lanzó su flor al agua... Muchas, porfiadamente se devolvieron a la orilla, mientras la sonrisa de Carlos y de Lenis se refleActive Imagejaba en el sol que iniciaba su descanso en el mar...

 

Fuente :resumen.cl 23/1/2015

Fecha :23-01-2015

Con motivo de cumplirse este 18 de enero 50 años de la detención y posterior desaparición de Carlos Ramón Rioseco Espinoza, joven militante del MIR y ex estudiante de Odontología, se realizó un emotivo homenaje en la Universidad de Concepción.

 

Pasada las 11 de la mañana de este viernes, en un colmado auditorio de la Facultad de Odontología de la UdeC, se dio inicio al acto simbólico "Carlos vuelve a su Escuela Dental". La instancia contó con el apoyo de la facultad y la presencia de Hilda Espinoza, esposa de Carlos Rioseco, el hijo de ambos, Esteban Rioseco, y su pequeña nieta, Trinidad Rioseco.

Fotografía autoría de Miguel Peña

La actividad, que incluyó una breve pieza  audiovisual y una sencilla e íntima interpretación musical, tuvo dos oradores. El Decano de la Facultad de Odontología, Dr. Raúl Alcántara Dufeu, y Esteban Rioseco Espinoza.

Posteriormente, las y los asistentes se trasladaron a la Plaza de las Memorias y los Derechos Humanos, donde continuó el homenaje con una "Cueca Sola", bailada junto al memorial que recuerda a las personas caídas en manos de los aparatos de represión de la dictadura, y una ceremonial recitación del poema "Los caídos de la Plaza", de Pablo Neruda. 

Fotografía autoría de Miguel Peña

En esta parte del homenaje, la oradora principal fue Hilda Espinoza, esposa de Carlos Rioseco, que dio lectura a un poema en el que reafirmó el compromiso hecho con su esposo, y que la ha movilizado en este ya medio siglo de lucha inclaudicable:

"Hace 50 años

Con la frente en alto,

la mirada segura, 

con dignidad,

dueña de mi verdad,

seguí preguntando

y levantando tu pancarta,

tu rostro recorre las calles,

por las que un día caminaste 

(…)Hace 50 años

Hice un compromiso silencioso.

Contigo Carlos,

Con Esteban.

¡Te buscaré, hasta saber de ti!

¡Te buscaré, para que haya justicia!

¡Te buscaré, por el amor que nos unió!

¡Te buscaré, porque no mereces lo que te ocurrió!

¡Te buscaré, por dignidad y respeto! 

¡Por ti, por nosotros! 

¡Por todos, los que como tú,

son Detenidos Desaparecidos!"

Fuente :resumen.cl 19/1/2025

PAPA   ¿DONDE ESTAS? 

                                         HOMENAJE DE SU HIJO        Esteban Rioseco Espinoza

¿dónde está? la bala maldita que mancho tu pecho fértil,como la patria que me deseaste.

¿dónde está? la mano criminal que escondió tus blancos huesos en la blanca montaña o en el azul mar.

¿dónde estás  ¿dónde estás?  estás en mi , en mi sangre,en mi sombra,en mis pasos, en mis triunfos, en mis derrotas, tú no desapareciste, estás en mi.

Tu oscuro fantasma me iluminó encendió  vida a mis pasos alejó mi sombra de la oscuridad, me recogió en cada derrota.

Papá te he buscado en cada lugar,en cada piedra en cada gota de mar.

Sólo hoy te encontré nunca me dejaste. fui yo quien no te vio.Tus viejos huesos lejos de nosotros nos llaman; pero ya no los busco.

Busco la justicia, busco el respeto mancillado,tu sonrisa,que hoy se refleja en cada pizca del aire y agua.

Papá no dudaré en encontrarlos, en reponer tu nombre en devolverte a la vida. Papá , mis pasos, seguirán los tuyos, juntos crearemos ese cielo,esa tierra que salvaste.

Esa tierra se mostrará el fuegoardiente de tú mirada que hoy comienza a enseñarme la vida.

Te quiero por todos esos momentos en que si bien no etsabas eras parte de mi.  

                                                                                                                                  concepción otoño de 1990.

Para CARLOS RIOSECO ESPINOZA ,  Por Esteban Rioseco Espinoza Al leer y releer aquellas notas escritas por todos los que conocieron a Carlos se van descubriendo esos pequeños recuerdos que la memoria se empeña en no olvidar. Recuerdos que van desde la infancia, desde aquella plaza de maicillo que más de alguna rodilla rompió pasando por aquellas cartas llenas de reflexiones y de amor que viajaban rumbo al sur del país, o esas conversaciones largas y profundas que buscaban la solución a un mundo lleno de injusticias. Carlos caminó muchos pasos que de alguna forma hemos ido reteniendo en el fondo de nuestra mente, guardando celosamente cada imagen. Son ya treinta años, cuatro más de los que tenías cuando tus huellas dejaron de ser conocidas. Escribir sobre ti es difícil, sólo compartimos tres años, para algunos tres años es muy poco para mi es toda una vida, una vida llena de recuerdos y de imágenes, una vida que dio inicio a otra vida, distinta diferente. Una vida que mi mente atesora en pequeños fragmentos. No recuerdo tu voz ni tus ojos. Pero, recuerdo un encuentro a la vuelta de una esquina para entrar a un hotel y ver un partido de fútbol en un televisor con pantalla verde, un trencito de madera con colores brillantes, un viaje en micro, un pollo con yoghurt, un pecho desnudo que me invitaba a jugar a los tilines, un pantalón café del que me aferraba. Estas imágenes son de mi vida de tres años, recuerdos que la bruma del tiempo no los tapa, están ahí presentes. Hay tantas cosas que nunca pudimos conversar, tantos juegos que no llegamos a jugar. Es tanto tiempo que ha pasado.

Mi nueva vida comenzó el día que supe que ya no estarías más a mi lado. Recuerdo que lloré y corrí por ese patio de la casa de Orompello. Me sentí solo, abandonado. No entendía porque no estabas a mi lado y al lado de Mamá. Esos años de infancia fueron difíciles. En 1977 ingresé a tu mismo colegio, el Instituto de Humanidades. Colegio de clase media acomodada que gracias al esfuerzo de Mamá y de mi abuelo Carlos lograron pagar. En ese lugar me sentía extraño, todos mis compañeros tenían papá y yo no, cómo explicarlo. Mi papá se llama Carlos Rioseco y es un detenido desaparecido. Esta frase causaba asombro e incertidumbre. A lo largo del tiempo el ser hijo de un detenido desaparecido fue objeto de burlas y ataques, mis compañeros se reían y más aún se alejaban. Era un mal elemento, era hijo de un terrorista, de un criminal, cómo era posible que estuviera en ese lugar. El desprecio era claro, desde el rector hasta a alguno de los padres de mis compañeros. Sin embargo, a pesar de todas las miradas despreciativas había algo, tú me cuidaste de una manera especial. Nadie podía dudar de ti, de tu existencia. Tú estabas ahí conmigo, cada día. Tu nombre estaba escrito en un pequeño cuadro, donde cada año el colegio agregaba los alumnos que egresaban. Cuantas veces no leí esos nombres junto al tuyo, me reconfortaba que estuvieras ahí. Fueron doce años en que cada día estábamos los dos en clases. El día de mi licenciatura fue especial, sólo Mamá, orgullosa y hermosa, estaba para entregarme mi licencia de cuarto medio, pero yo ya sabía que mi nombre se escribiría en la misma pared en que estabas tú. Ahí estábamos los dos, separados por un pequeño espacio Tras mis pasos colegiales inicié mi etapa universitaria. Era 1990, se había iniciado una nueva etapa en nuestro país, se comenzaban lentamente a subir las vendas que cubrían los ojos de la sociedad. Eran los primeros días de democracia y Chile respiraba otro aire, se comenzaba a vislumbrar un respeto, aún lejano, por quienes pagaron con su vida el desear un mundo distinto. Ese marzo de 1990 fue especial, por un lado ingresaba a la Universidad de Concepción y por otro debía presentarme al Servicio Militar. Esta última actividad fue en especial desagradable, si para alguien normal el estar formado escuchando los gritos de un milico es ya desagradable, el que una oficial te diga que mi padre fue uno de los que se comieron, fue una burla.

Uno de las primeras actividades de la Universidad fue la recepción de la Federación de Estudiantes a los mechones, fue en la Casa del Deporte. Ahí estábamos con mi buen amigo Pepe sentados en una de las graderías cuando comienzan a recordar a los estudiantes de la Universidad de Concepción detenidos desaparecidos, entre ellos tú. El escuchar nuevamente tu nombre en los espacios de tu querida Universidad fue emocionante. Tiempo después Pepe me diría que para él también fue impactante. Por esos años comencé a conocerte de otra manera, ya no era un niño dolido por la falta de un padre. Viaje a Santiago un día del padre, necesitaba hablar contigo y me dirigí al Memorial del Cementerio General, ese día fue nuestra primera conversación de adultos. En ella saneamos nuestras heridas y comencé a verte en tu otra dimensión. La de un hombre que supo enfrentar y dar la cara en aquellos momentos en que la vida nos pone a prueba, tus ideas de un mundo más justo y solidario no se transaban. Era necesario luchar y tú lo hiciste dignamente. Quizás pecaste de ingenuo y no llegaste a pensar la dimensión de la represión que buscaba borrar atrozmente todo vestigio de ti y de tus compañeros.

Años más tarde conocí Villa Grimaldi, el estar en ese lugar me sobrecogió enormemente, el pensar en todo el dolor y horror que sufriste en aquel sitio escapa a mi dimensión de persona. Pero hay algo que me enseñó Mamá, la Hilda como todos la conocen, es que no hay que recordar con dolor sino con esperanza. Es esa esperanza la que hoy me ayuda a escribir, es esa esperanza que me llena cuando veo tu nombre escrito en los memoriales que hacen honor a tu nombre y al de muchos más. El Parque Por La Paz de Villa Grimaldi es un ejemplo de esperanza y de honor. Carlos y todos los que allí sufrieron recuperan su dignidad. Papá ya son muchos años, pero te puedo decir que nunca dejé de estar orgulloso de ti. Te eche de menos, me enojé contigo. Pero siempre te respeté. Luchaste por tu causa, que no sólo era la tuya, era la mía también. Tus sueños de un mundo distinto, más justo y solidario son ideales que todavía están vigentes, podríamos diferir en los métodos, pero no en el fondo. Eres para mí y, sin duda para todos, un ejemplo; un ejemplo de dedicación y convicción, de un hombre que soñó un mundo mejor para su hijo y para todos los hijos de Chile. En todos estos años Mamá ha estado a mi lado, apoyándome y ayudándome a crecer con amor y esperanza. Sin odios ni falsos dolores. Ella siempre me inculcó que el respeto y la dignidad nunca se transan, que siempre hay que mirar tu ejemplo de entrega y por sobre todo de amor. Esto es lo único que nunca nos podrán quitar y esa es la semilla que sembraste en este mundo. Carlos, Papá, hoy la esperanza de un mundo mejor está en nuestras manos, tus ideales y tu ejemplo de rectitud iluminan mi andar. Camino en que hoy me acompaña Catherine, mi mujer. Sin duda que ya la conoces, te la presenté ante el Memorial de la Villa, me imagino que te sonreíste al vernos al frente de el. Catherine está a mi lado, ya te conoce y te dice tío. Ella sabe lo orgulloso que estoy de ti y lo orgulloso que estará nuestro futuro hijo de su abuelo Carlos. Papá, tu vida nos marcó, todos de alguna manera te tenemos presente. Tus padres, tus tíos, tus hermanos, tus primos, tus sobrinos que no alcanzaron a conocerte, tus amigos y nuestros amigos te recuerdan. Sólo puedo decirte Carlos que tu vida, tus alegrías y penas, tus enseñanzas y mensajes, están con nosotros. De alguna u otra manera tus pasos nunca dejarán de sonar por las calles de nuestras mentes. Quisieron borrar tu presencia y no pudieron, quisieron que te olvidáramos y lo único que han logrado es que Carlos Ramón Rioseco Espinoza esté cada día más vivo en nosotros. Un beso para ti Carlos, para ti Papá, estés donde estés, siempre estarás presente. Un beso para ti Mamá por todo el amor y esfuerzo que has realizado a lo largo de estos años. Años de dolor y tristeza, años de amor y esperanza. Esperanza de encontrar el respeto por Carlos, tu esposo y mi Papá. Penco, Diciembre de 2004. –

Fuente :archivochile.com sin fecha

“Me costó mucho llorar; yo creo que desahogaba mi pena caminando por las calles de Santiago y Valparaíso para buscar noticias sobre él”, dice Hilda Espinoza. Carlos Rioseco (26), su marido, fue detenido el 18 de enero de 1975 en Viña del Mar, en una redada que hizo la DINA. ”Eso lo supe mucho después, porque siempre creí que él estaba en Santiago. Tras el golpe, Carlos se fue de Concepción. Lo estaban buscando. Yo me quedé con mis padres cuidando a nuestro hijo, que tenía tres años. Lo volví a ver un par de veces. La última fue para el año nuevo de 1975”. Ellos se comunicaban por cartas, al menos dos a la semana se escribían. “Por eso cuando dejé de tener noticias suyas, empecé a buscarlo, y no he parado hasta hoy”, relata Hilda.

En 2014, Manuel Contreras, Marcelo Moren Brito y Miguel Krassnoff, además de otros siete agentes de la DINA, fueron condenados a penas de entre 15 y 10 años por el secuestro calificado de ocho personas en 1975 desde diferentes puntos de la Quinta Región. Su caso fue conocido como la detención de Los Ocho de Valparaíso. Uno de ellos era Carlos Rioseco.

Fuente :revistanos.cl sin fecha extracto

Otra Información

https://www.youtube.com/watch?v=MiOpYSlyAhA&t=1548s     homenaje de   Gabriel Faure- Requiem   disponible en yotube

Fuente :youtube.com gabriel faure 2020

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Ultima Actualización : 30/03/2025