Alejandro Arturo Parada González

Rut : 6.616.170-6
Fecha Detención : 30-07-1974
Comuna Detención : Santiago
Fecha Nacimiento : 08-01-1952
Edad : 22
Lugar Nacimiento : Santiago
Partido Político : Partido Socialista (PS)
Estado Civil e Hijos : Casado, 1 hijo póstumo
Oficio o Profesión : Estudiante de Medicina Veterinaria
Nacionalidad : chilena

Antecedentes del Caso

Rut                   :            6.612.170, Santiago

F.Nacim.            :            08-01-52,     22 años a la fecha de detención

Domicilio : Pasaje La Serena 7567, sector Avda. Mirador, Cerrillos, Santiago   

E.Civil  : Casado, 1 hijo nacido después de su detención

Actividad : Ex Estudiante Medicina Veterinaria U.de Chile

C.Repres. : Dirigente Regional Centro de la Juventud Socialista, ex miembro del Consejo Normativo de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile.

F.Detenc. : 30 de julio de 1974

SITUACION REPRESIVA

            Alejandro Arturo Parada González, casado, una hija, ex estudiante de Medicina de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile, militante socialista, fue detenido el 30 de julio de 1974, alrededor de las 03:30 horas de la madrugada, por efectivos de la DINA que practicaron un gran operativo en el que participaron cerca de 30 civiles armados. El afectado se encontraba durmiendo junto a su señora, Angélica Muñoz -la que se encontraba en su octavo mes de embarazo- cuando fueron despertados por violentos golpes en la puerta. Al abrir, su cónyuge fue encañonada con una metralleta y de inmediato ingresaron los civiles en gran número, portando diferentes tipos de armas de fuego, sin identificarse y preguntando por unas armas. Alejandro Parada fue sacado a la calle, casi desnudo, en tanto que a su mujer la mantuvieron al interior de la vivienda, mientras allanaban destruyéndolo todo, pisos, muros, vidrios, etc. Al rato, sin haber encontrado nada de lo que buscaban, entraron al afectado que exhibía entonces una rodilla destrozada y sangrante, continuando el interrogatorio a ambos.

            Mientras todo esto ocurría, el vecindario del Pasaje había despertado y observaba los sucesos con estupor. Incluso, antes que los agentes ingresaran a la casa de Parada, un vecino, Héctor Maturana, al ver el despliegue de hombres armados saltó una pandereta de su casa para ir a avisar a Carabineros, creyendo que se trataba de un asalto, sin embargo fue detenido -en medio de balazos- a los pocos metros. Lo mismo pensó el Capitán de Carabineros Mario Castillo, que se encontraba alojando en la casa de su madre ubicada frente a la vivienda allanada. El Oficial logró llegar hasta la Tenencia de Carabineros Vista Alegre, ubicada a pocas cuadras, regresando luego con otros uniformados. Ante dicho Oficial, los civiles se identificaron como pertenecientes a la DINA, luego de lo cual los carabineros se retiraron. Antes de retirarse, el Capitán Castillo intervino para que dejaran libre al vecino, Héctor Maturana.

            Pasado un largo rato, se llevaron detenido a Alejandro Parada, al que subieron a un furgón color oscuro que estaba estacionado en la esquina del Pasaje. Además, se llevaron una gran cantidad de cosméticos que vendía la víctima, material que -según los aprehensores- debía ser analizado.

            Uno de los civiles que participó en este operativo fue identificado por los vecinos como Eduardo Correa Castro, empleado de una importadora automotriz llamada DIVEMA. Esta identificación fue confirmada por el Capitán Castillo, que dijo conocerlo a él y a su hermano, también funcionario de la misma firma.

            De lo sucedido quedó constancia en un parte estampado en la Tenencia Vista Alegre, el que fue dictado al Suboficial de guardia por el propio Capitán Castillo, según el mismo reconoció ante el Tribunal que investigó estos hechos.

            Con posterioridad, se logró establecer que Parada fue conducido al recinto secreto de la DINA ubicado en calle Londres 38, donde fue visto por Mario Aguilera, quien llegó detenido a ese mismo lugar el 12 de agosto de ese año.

            A mediados de ese mes de agosto fue trasladado, junto a otros detenidos, a Cuatro Alamos, campamento controlado por la DINA, donde se mantenía a los prisioneros incomunicados del exterior, pero sin ser interrogados.

            En este lugar fue ubicado en la celda N°13, en la que se instaló al detenido Juan Ramírez.

            Otro ex prisionero que lo recuerda en 4 Alamos es Cristián Van Yurick.

            El detenido Aguilera relató que los guardias los obligaban a hacer shows, en los que Parada animaba y cantaba el tango Cambalache.

            Ramírez también lo recuerda contando chistes en una "fiesta" que organizaron los presos para el 18 de septiembre de ese año en Cuatro Alamos. Cuenta también que Parada acostumbraba a dictar charlas, una de las actividades que realizaban los presos para ocupar el tiempo.

            Según la ex militante socialista detenida por la DINA y posteriormente colaboradora con ese servicio, Luz Arce, un Alejandro, a quien llamaban Jano, había caído por una lista de una ayudista del Partido Socialista llamada María Teresa, la cual había sido detenida en julio de 1974. Probablemente se trata del afectado dada su militancia socialista y que era conocido como "Jano" o "Cano" entre los militantes.

            Una semana después que fuera detenido, la cónyuge recibió una carta suya la que fue lanzada por debajo de la puerta de la casa. Estaba escrita en un papel de memorándum con membrete del Ministerio de Relaciones Exteriores y cuenta que no sabe dónde está, que era un lugar oscuro. Agrega que cuando esté más clara su situación le va a pedir que le envíe algunas cosas como ropa. Le indica que debe ahorrar para una "fianza" en la Clínica por si ella tiene un adelanto, refiriéndose seguramente a su embarazo. En una nota, entre paréntesis, expresa que le parece que es sábado ese día. El mensaje se extendió en tres hojas, dos de las cuales tienen fecha noviembre de 1974 y dice que esta carta la escribe gracias a la gentileza de quien "lo cuida" y no cree conveniente aprovecharse. Espera tener luego noticias de ella y señala que apenas pueda le contará más cosas de las muchas que tiene que relatar, que esos días le han parecido años. Firma la carta como lo llamaban amigos y familiares "Cano". Cabe señalar que expresa que en ese lugar donde se encuentra lo tratan bien.

            Pese a las esperanzas manifestadas por la víctima en esta carta, nunca más se volvieron a tener noticias suyas y su rastro se perdió precisamente en la fecha consignada en la misiva, noviembre de 1974.

            Su padre se entrevistó con el Subsecretario de Interior de la época, Comandante Arturo Aranda, el que a su vez se comunicó con el Capitán Mario Castillo, quien le corroboró que uno de los participantes en la detención del afectado había sido Eduardo Correa Castro. Autorizado por el Comandante, el padre visitó a Correa solicitándole que llamara al Oficial y le explicara las causas del arresto de su hijo. Correa se violentó por esta petición y señaló que sólo se limitaría a dar cuenta a su superior para que éste se comunicara con el Subsecretario del Interior. Después de unos días, el señor Parada se comunicó de nuevo con el Comandante y éste le respondió esta vez que no podía ayudarlo.

            En su entrevista con Correa, al ver que se negaba a colaborar, Parada se quebró y lloró frente al agente, ante lo cual éste lo calmó indicándole que su hijo estaba bien y que él lo había visto.

            El padre logró también que un amigo médico de la FACH, que a su vez era amigo del General Manuel Contreras, Director de la DINA, hiciera gestiones para saber de su hijo. Sin embargo, Contreras se negó a dar información al médico y le advirtió que no siguiera haciendo averiguaciones sobre el afectado.

            También se entrevistó con el General Humberto Gordon, quien fuera después Director de la CNI, sucesora de la DINA, el que se limitó a escucharlo, para finalmente decirle que mejor creyera que su hijo estaba muerto en la guerra y no sufriera más tratando de encontrarlo, que se quedara tranquilo, pues aún le quedaban cinco hijos.

            Por último, el señor Parada supo que unos dirigentes del sindicato de INSA habían estado detenidos en la Academia de Guerra de la FACH, quienes en esas circunstancias habrían conocido a su hijo, cuando eran sacados de los calabozos a tomar sol al patio.

            Pese a todo, las autoridades negaron sistemáticamente la detención de Alejandro Parada González, el que se encuentra desaparecido desde el 30 de julio de 1974, cuando fuera sacado de su casa por civiles pertenecientes a la DINA.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

            El 8 de agosto de 1974 se interpuso un recurso de amparo en su favor ante la Corte de Apelaciones de Santiago, rol 890-74.

            Se solicitó información al Prefecto de Investigaciones de Santiago, quien respondió negativamente respecto de la detención de la víctima.

            La Corte resolvió entonces oficiar a los Ministerios del Interior y de Defensa. La Secretaría de Interior contestó después de un mes, el 20 de septiembre de 1974, que Parada no se encontraba detenido por orden de alguna autoridad administrativa y que se desconocían antecedentes de su paradero.

            El titular de Defensa recién el 21 de noviembre de ese año, después de habérsele reiterado en cinco oportunidades la consulta, contestó que no registraba antecedentes de Parada.

            El 27 de noviembre de 1974, la Corte rechazó el amparo, por no encontrarse acreditada su detención.

            Esta resolución fue apelada, pero el 2 de diciembre de ese año la Corte Suprema confirmó el fallo que declaraba sin lugar el recurso.

            El 8 de septiembre de 1978, su cónyuge interpuso una querella ante el 7° Juzgado del Crimen de Santiago, rol 81.619-6, por secuestro calificado, incomunicación prolongada, detención arbitraria en lugar no contemplado por las leyes en la persona de Alejandro Parada y por violación de domicilio y robo con violencia, en contra de Luis Eduardo Correa Castro y quienes resultaren responsables.

            El Ministro del Interior de la época, Sergio Fernández Fernández, informó que todas las detenciones practicadas en esos años fueron debidamente registradas en Kardex especiales de ese Ministerio, sin embargo, en ellos no había constancia de haberse dictado alguna orden en contra de la víctima.

            Por otro lado, Investigaciones informó no haber podido revisar los Libros de la Tenencia ya que se habían remitido a la Sección Estadística de la Prefectura Rural.

            Se resolvió practicar un peritaje a la carta enviada por Parada a su cónyuge, que dio como resultado que el manuscrito pertenecía efectivamente al afectado.

            Eduardo Correa, negó ante el Tribunal su participación en la detención de Parada.

            Investigando el origen de los papeles con membrete del Ministerio de Relaciones Exteriores, en los cuales el afectado escribió la carta a su cónyuge mientras permanecía recluido, se le tomaron declaraciones a varios funcionarios de la sección Impresos de esa repartición no logrando establecerse cómo pudieron llegar estas hojas a manos de la víctima.

            El 15 de mayo de 1979, la investigación continuó con el Ministro en Visita, Servando Jordán, nominado por la Corte de Apelaciones de Santiago para conocer las causas por desaparición de personas detenidas por los servicios de seguridad.

            Ante el Ministro declaró el padre de la víctima, el que dio cuenta de todas las diligencias realizadas para encontrar a su hijo y las diferentes respuestas que recibió, particularmente su conversación con el Comandante Aranda y con Eduardo Correa.

            Este último volvió a prestar declaraciones ante el Tribunal, negando nuevamente toda participación en los hechos, y negando además haber sostenido conversación con el padre del afectado.

            También declaró ante el Ministro Jordán el Capitán de Carabineros, Mario Castillo, quien corroboró lo ocurrido la noche que detuvieron a Parada y su participación en el sentido de requerir la identificación de los aprehensores, reconociendo haber dictado el Parte de la Tenencia de Vista Alegre, donde quedó constancia de lo sucedido.

            Otro testigo importante que declaró ante el Ministro Jordán fue el vecino que fuera detenido en medio de los disparos esa noche, Héctor Barbarito Maturana Rivera, quien relató los sucesos, incluyendo su propia detención, la que se dejó sin efecto gracias a la intervención del Oficial Castillo, con quien concurrió a la Comisaría a dejar constancia de los hechos. En igual sentido declaró la cónyuge de Maturana, Joaquina Eliana Trujillo Rojas, que acompañó a la cónyuge de la víctima -por orden de los agentes- una vez que se llevaron detenido a su marido.

            El hermano de Eduardo Correa Castro, de nombre Patricio, también compareció ante el Tribunal y reconoció conocer al Capitán Castillo, pero negó haber participado en los hechos denunciados.

            Pese a estas declaraciones, al practicarse un careo entre los hermanos Correa y el Oficial de Carabineros, este último se retractó de sus dichos anteriores y expresó que tal vez se había equivocado, que estaba muy oscuro y no podía reconocer -en ninguno de los dos hermanos- a la persona que él vio esa noche.

            Cuando carearon al Oficial con la cónyuge del afectado, también volvió a retractarse diciendo que no le constaba que Parada hubiese sido detenido y que no había expresado que le costaría el cargo si la ayudaba.

            Por otro lado, los Carabineros que pertenecían a la Tenencia de Vista Alegre en la fecha en que ocurrió la detención, declararon que no recordaban el operativo de ese día.

            La Prefectura Rural, que guardaba los Libros correspondientes a esa Tenencia, informó al Tribunal que, revisados estos, no figuraba el Parte que dejaba constancia de ese operativo.

            El 2 de noviembre de 1979, el Ministro Jordán, considerando que existían antecedentes suficientes de que Parada González había sido detenido por personal perteneciente a la ex DINA, la que constituía un Organismo Militar, se declaró incompetente y remitió los antecedentes a la Justicia Militar. Esta resolución fue apelada, pero igualmente se resolvió la competencia de la Justicia Militar para continuar la investigación. Lo mismo confirmó la Corte Suprema resolviendo un recurso de queja en contra de quienes emitieron el fallo.

            El 12 de diciembre de 1979, el 2° Juzgado Militar ordenó a la 1a. Fiscalía Militar, con el rol 915-79, continuar la tramitación de la querella.

            Ningún nuevo antecedente se agregó en la investigación realizada por el Fiscal Militar.

            Finalmente, y luego de recibir respuestas negativas de las Direcciones de Inteligencia del Ejército, Fach, Carabineros y de la Central Nacional de Informaciones, CNI, sucesora de la DINA, el 30 de abril de 1982 el Fiscal Militar resolvió cerrar el sumario.

            Con igual fecha dictaminó solicitando el sobreseimiento temporal de la causa, por no haberse acreditado que en la presunta detención arbitraria de Parada hubiese tenido participación algún funcionario de la DINA o de otro servicio de seguridad de las Fuerzas Armadas. Para este dictamen se consideraran exclusivamente las respuestas de las autoridades que negaron su detención. El 24 de mayo de 1982 el Juez Militar acogió el Dictamen Fiscal y dictó sobreseimiento temporal de la causa por no encontrarse acreditado el delito.

            Esta resolución fue apelada y el 27 de enero de 1983 la Corte Marcial revocó el fallo y ordenó se practicaran nuevas diligencias. Pese a estas diligencias, las cuales se llevaron a cabo con lentitud y vaguedad por parte de Carabineros en cuanto a informar sobre la ubicación de los policías que fueron requeridos por el Tribunal, se volvió a cerrar el sumario el 7 de junio de 1983, dando por reproducido el Fiscal Militar su dictamen anterior.

            El 11 de julio de 1983 el Juez Militar falló nuevamente el sobreseimiento temporal por no encontrarse acreditado el delito.

            Esta resolución fue apelada y, cuatro años después, el 15 de diciembre de 1987, la Corte Marcial resolvió dictar sobreseimiento definitivo, por aplicación del Decreto Ley de Amnistía 2191, dictado por la Junta de Gobierno el año 1978. Este fallo fue dictado con el voto en contra de los Ministros civiles que componían la Sala.

            Se recurrió entonces de Queja ante la Corte Suprema en contra de los Ministros que dictaron este fallo.

            El 9 de noviembre de 1988, el Máximo Tribunal declaró sin lugar el recurso de queja, impidiendo de esta manera la posibilidad de investigar la verdad de los hechos que dieron como resultado la desaparición de Alejandro Parada González y la identidad de los culpables de la misma.

Fuente :Vicarìa de la Solidaridad

Prensa

Al llamado de Alejandro Arturo Parada González, con un clavel rojo en la mano izquierda y apoyada en el brazo de su nieta, Amanda González se puso de pie y subió a recibir el diploma de su hijo, cuyo retrato iba prendido en su pecho.

“Como madre de Alejandro siento gran emoción por el gesto de la entrega de títulos póstumos y simbólicos a los alumnos que vieron interrumpidas sus carreras por la dictadura cívico militar del año ‘73. Actos como éste ayudan a hacer menos dolorosa la herida del corazón ocasionada por todos aquellos que le quitaron la vida a Alejandro, hombres corazón de hierro que aún no dicen dónde está él y todos los detenidos desaparecidos. Este gesto de memoria y reparación, como lo hizo la Universidad, debe repetirse a lo largo de todo Chile para así, medianamente, sanar este gran dolor y daño que causaron a nuestro país”, dice Amanda González, madre de Ale – jandro Parada González, estudiante de Medicina Veterinaria de la U. de Chile y detenido desaparecido en 1974 por la dictadura en Chile.

En un Salón de Honor colmado de familiares, académicos, estudiantes, funcionarios, autoridades, compañeros y representantes de organizaciones de derechos humanos, este 11 de abril de 2018 la Universidad de Chile realizó la primera ceremonia de entrega de distinciones universitarias de título póstumo y simbólico y de grado académico póstumo y simbólico a estudiantes detenidos(as) desaparecidos(as) y ejecutados(as) políticos(as) por la dictadura cívico militar.“Quienes fueron homenajeados y distinguidos póstumamente no sólo eran destacados estudiantes, que construyeron y se construyeron en la Universidad, sino también personas que en el momento quizás más hermoso de sus vidas decidieron dar incluso la suya porque el pueblo tuviese justicia, igualdad y libertad. Por eso, como familia consideramos muy valioso e importante este gesto y acción autónoma de la U. de Chile. (extracto)

Fuente :palabrapublica.uchile.cl 04/06/2018

Fecha :04-06-2018

Alejandro era casado y sería padre de una niña, fruto de su matrimonio con Angélica Muñoz. Comenzó a participar en la Juventud Socialista luego de ingresar a la carrera de Medicina Veterinaria en la Universidad de Chile, en la que resultó electo como representante de los alumnos ante el Consejo Normativo Superior de su Facultad.

Raúl Díaz, que en 1972 ocupaba la misma representación estudiantil –en su caso como dirigente de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile– recuerda que pronto los núcleos JS de veterinaria eligieron como su coordinador a Alejandro, dando paso a integrarse en la conducción de la Brigada Universitaria Socialista, dirigida entonces por Mario “Pájaro” Sepúlveda, de psicología.

Alejandro Parada González.

En esa época, los jóvenes socialistas también militaban territorialmente, y desde su lugar de estudios, Alejandro comenzó a participar en la Tercera Comuna de Santiago, donde conoció y trabajó con gente como Víctor Zerega, Juan Fierro, Juan Carvajal, Ariel Mancilla y Juan “Monito” Hernández, entre otros. Díaz recuerda que en ese sector se daba “uno de los trabajos más activos de la JS. Era todo un movimiento muy místico y entretenido, porque además allí militaban los cabros de la Escuela de Música, que eran muy especiales, muy artistas y bohemios”.

Según Juan Fierro, quien era alumno de la Brigada Secundaria de la JS y conoció a Alejandro precisamente en la Tercera Comuna, recuerda que “Jano tenía un sentido del humor muy negro, muy mordaz, desdeñaba un poco las largas discusiones teóricas, era más bien pragmático. No tenía mayor interés en ocupar cargos en la JS, estaba mucho más interesado en terminar pronto su carrera. Pero sobre todo, era como un referente positivo, un tipo solidario, comprometido, muy activo en la acción. Lo recuerdo en todos esos momentos conflictivos: el paro de los camioneros, las tareas de distribución de mercaderías, las guardias nocturnas en los locales partidarios, en las empresas públicas. En fin”.

Durante todo el período de la Unidad Popular, el Regional Centro del PS fue uno de los sectores más críticos para la conducción del proceso y aquellas posiciones se expresaban principalmente a través del periódico La Aurora de Chile. Por ello,  la JS se propuso conformar una Dirección Regional Santiago  para intentar incidir de alguna manera en la conducción regional del partido. A petición de Ariel Mancilla, se armó una dirección regional juvenil que integraron 4 personas: Juan Recabarren, el “Pelao” Manríquez, Raúl Díaz y Alejandro Parada, quien participó activamente en el debate de posiciones con el regional adulto.

Por esos mismos días, Alejandro se integró al trabajo del equipo de comunicaciones del PS, dirigido por “Toño”, que mantenía una comunicación fluida desde y hacia los regionales de todo el país.

Luego del golpe siguió conectado al trabajo partidario pero fuera del ámbito universitario. Alejandro no fue expulsado de la universidad, aunque se desvinculó totalmente de lo que quedaba del frente estudiantil. Raúl Díaz recuerda haberse encontrado con él meses después del golpe: “Me impresionó verlo sin barba y con el pelo cortado casi al ras, porque si algo lo caracterizaba era su cabellera y su frondosa barba medio hippie que tenía”. Sin entrar en mayores detalles, Parada le comentó a Díaz de su total desvinculación del trabajo estudiantil, sin embargo, le dio a entender que estaba activo «en otras tareas partidarias».

Alejandro Parada González fue detenido en la madrugada del 30 de julio de 1974, mientras dormía junto a su mujer, en medio de un enorme operativo de la DINA en el que participaron cerca de 30 agentes. Ambos vivían en el pasaje La Serena, en una casa de seguridad en el sector de Avenida Mirador de Cerrillos, en ese entonces parte de la comuna de Maipú, donde la joven pareja coordinó labores de contacto y entrega de materiales a dirigentes del PS en la clandestinidad.

Eran las 03:30 horas en la madrugada cuando el matrimonio fue despertado por violentos golpes en la puerta. Al abrir, Angélica fue encañonada y de inmediato ingresaron los agentes, portando diferentes tipos de armas de fuego, sin identificarse y preguntando por armas. Alejandro fue sacado a la calle, semidesnudo, mientras que a su mujer –que ya tenía siete meses y medio de embarazo– la mantuvieron al interior de la vivienda que allanaban, destruyendolo todo. Al rato, sin haber encontrado nada, entraron al afectado, que exhibía una rodilla destrozada y sangrante. Y siguieron con un interrogatorio a ambos.

Mientras esto ocurría, vecinos del pasaje habían despertado y observaban los sucesos con estupor. Antes que los agentes ingresaran a la casa de Alejandro, su vecino Héctor Maturana Rivera, quien constató el despliegue de sujetos armados, brincó una pandereta de su casa para avisar a carabineros, creyendo que se trataba de un asalto. Fue detenido a balazos. Pero lo mismo pensó el capitán de carabineros, Mario Castillo, que se encontraba alojando en la casa de su madre frente a la vivienda recién allanada. El oficial llegó hasta la Tenencia de Carabineros Vista Alegre, ubicada a pocas cuadras, regresando luego con otros uniformados. Ante el policía, los civiles se identificaron como pertenecientes a la DINA, luego carabineros se retiró. Previo a eso, el capitán Castillo intervino para que liberaran al vecino de buena voluntad.

Uno de los civiles que participó en el operativo fue identificado por los vecinos como Eduardo Correa Castro, un funcionario de la importadora automotriz DIVEMA. Esta identificación fue confirmada por el capitán Castillo, quien dijo conocerlo a él y su hermano, también funcionario de la firma. Lo sucedido quedó constatado en un parte en la Tenencia, el que fue dictado al suboficial de guardia por el propio jefe policial.

Los agentes se llevaron a Alejandro detenido y lo subieron en un furgón color gris que estaba estacionado en la esquina del pasaje. Se llevaron una gran cantidad de cosméticos que vendía la víctima, material que –según dijeron los descarados captores– debería ser analizado. La esposa del vecino Maturana, Joaquina Trujillo Rojas, permaneció acompañando a la cónyuge.

Alejandro fue conducido al recinto que la DINA mantenía en Londres 38, en Santiago, lugar en el que –como se indicó– fue visto por Mario Aguilera.  El periodista recuerda que en esa ocasión los guardias los autorizaron para cantar “en las propias barbas de los guardias, Parada entonó el tango Cambalache, que en aquellas condiciones tomaba el carácter de una canción de protesta”.

Aguilera lo recuerda como “un joven sincero y alegre que solía entonar tangos y contar historias para alegrar, en lo posible, la dura vida de los detenidos”.

A mediados de agosto fue conducido, con otros detenidos, al centro de Cuatro Álamos. Fue ubicado en la celda N° 13, en la que también estaba detenido Juan Ramírez, quien lo recuerda contando chistes en una “fiesta” organizada por los presos para el 18 de septiembre de ese año. Cuenta también que Parada acostumbraba a dictar charlas, una de las actividades que realizaban los presos para ocupar el tiempo.

Según Luz Arce, “un Alejandro, a quien llamaban Jano, había caído por una lista de una ayudista del PS llamada María Teresa, detenida en julio de 1974. Es muy posible que se trate del afectado dada su militancia socialista y que era conocido como Jano o Cano”.

Una semana después de que Alejandro fue detenido, su esposa, Angélica Muñoz, recibió una carta de su compañero, a través de un agente que se apiadó de su situación. En la misiva, Alejandro manifiesta su amor a su mujer, al tiempo que intenta tranquilizar  los suyos respecto de su situación en manos de la DINA. La carta, que tiene algunas líneas ilegibles, dice así:

QUERIDA NEGRITA

(…) Eso le hace mal, y aunque echándote mucho de menos acá dentro. También me he dado cuenta de muchas cosas que luego te contaré, pero lo más importante no es nuevo, perdón, lo más importante que he descubierto es que te quiero y que te extraño mucho, más de lo que podría haberme imaginado alguna vez.

Cuídate y cuida a la guagua. Yo lamento mucho causarles esta preocupación a todos ustedes, que se han preocupado de mí. Yo espero que sea una linda niña, una digna descendiente de su madre. Yo poco he podido saber de ti, pero confío en que tendrás valor para soportar esta prueba.

Mi estado es bueno y mi única preocupación eres tú…

Aún no está claro el futuro que tendré, pero espero estar pronto a tu lado y al de la familia entera. Ojalá que mi papá no esté muy preocupado, ya que a él no le hace bien tampoco.

Cuando esté más clara esta cosa, te pediré que me mandes algunas cosas (estoy más oloroso que el baño de La Vega).

Frío no he pasado. Lo más pesado es la soledad en que estoy, el no estar junto a ustedes. Soñé un día contigo y con la guagua y era una linda niña, igualita a su madre. Ojalá los familiares te acompañen y te ayuden a soportar esta soledad a la que no estamos acostumbrados.

Si supieras lo que he aprendido en estos días que me han parecido años. Esta carta es un desorden debido a la escasa luz que tenemos.

Si puedes, anda a la fábrica a la calle Lastarria a ver si te pueden pagar algo de lo que me deben de este mes. Es una lástima, pero parece que perdí las esperanzas de ganarme el premio por la venta más grande del mes, por esta forzosa ausencia. Total, para otro mes será.

Saluda a mi papi y a mi mami, y a todos en general, y no te preocupes mucho que te puede afectar la salud. No te olvides de tomar todos tus remedios a la hora. Ahora te escribo con un poco más de luz, para reafirmar lo antes dicho, mi cariño creciente.

Mi salud está bien, pese a algunos dolores de estómago, porque no le conocía la mano al cocinero, pero ya lo estoy superando.

¿Qué es de la Citroneta? ¿Se la llevó mi papá o aún está allí? Habrás adelantado algo en lo de la niña, ojalá que sea así ya que tendría una preocupación menos. Debes tratar de ahorrar a fin de tener para la fianza de la cínica por su hubiera adelanto.

Añoro con deleite todos los momentos pasados en tu compañía y con los amigos que también  aparecían a veces. Ojalá esta situación se aclare luego, yo hago todo lo posible por adelantar rápido a fin de estar lo antes posible a tu lado. No te digo en donde estoy porque no es muy claro, pero en todo caso me tratan bien, también hay gente amable por estos lados.

Cuídate mucho ya que mi vida no tiene objeto sin tu compañía y la compañía de ese ser que, a pesar de estar “dentro” de ti, yo siento como independiente y querido con un cariño extraño, que no conocía y supongo (estoy seguro) es el cariño del padre por aquel (ella). Trataremos de ir perfeccionando nuestros errores, a fin de hacer un resumen de nuestro amor de forma concreta y bien hecha.

Es curioso, fíjate que esta es la primera carta que te escribo desde que nos conocimos (me parece que es toda la vida). Trataré de terminar esta hoja, a pesar mío, ya que no creo conveniente aprovechar la gentileza de quienes me cuidan más de una sola vez, espero tener noticias tuyas (ojalá muy buenas) lo más pronto posible, y apenas se presente la oportunidad, trataré de contarte más cosas de las muchas que te tengo que contar.

Creo haber madurado mucho en estos días y estar en condiciones de vivir nuestro matrimonio con más plenitud que antes, cuando estemos juntos nuevamente.

Te besa con amor (a ti y a la baby)

Tu esposo Cano.

 

Pese a las esperanzas manifestadas en esta carta, nunca más se volvieron a tener noticias suyas y su rastro se perdió para siempre.

Su padre se entrevistó con el Subsecretario de Interior, el comandante Arturo Aranda Salazar, el que a su vez se comunicó con el capitán Mario Castillo, quien le corroboró que uno de los participantes en la detención del afectado había sido Eduardo Correa Castro. Lo autorizó para visitar a Correa y solicitar las razones del arresto de su hijo. El sujeto se violentó por esta petición y el padre del joven se quebró y lloró, ante lo cual le manifestó que su hijo estaba bien y que lo había visto. Por último, le manifestó que daría cuenta a su superior para que éste se comunicara con el subsecretario. Después de unos días, Aranda le comunicó que no podía ayudarlo.

El padre logró también que un amigo, médico de la FACH y a su vez amigo del director de la DINA, Manuel Contreras Sepúlveda, hiciera gestiones para saber de su hijo. Sin embargo, Contreras se negó a dar información y advirtió al doctor que no siguiera averiguando. Por último, se entrevistó con el general Humberto Gordon Rubio, que fue después director de la CNI, el que se limitó a escucharlo, para luego aconsejarle que mejor creyera que su hijo estaba muerto en la guerra y no sufriera más tratando de encontrarlo, que se quedara tranquilo, porque todavía le quedaban cinco hijos.

En forma oficial, las autoridades negaron sistemáticamente la detención. El 8 de agosto de 1974 se interpuso un recurso de amparo en su favor ante la Corte de Apelaciones de Santiago, Rol N° 890–7 74. Los jueces oficiaron a los Ministerios del Interior y de Defensa. La Secretaría de Interior contestó después de un mes, el 20 de septiembre de 1974, que Parada no se encontraba detenido por orden de alguna autoridad administrativa y que se desconocían antecedentes de su paradero. El titular de Defensa, recién el 21 de noviembre de ese año, después de haberle reiterado en 5 oportunidades la consulta, contestó que no registraba datos de Parada. El 27 de noviembre de 1974, la Corte rechazó el amparo y unos pocos días después, el 2 de diciembre, la Corte Suprema confirmó el fallo.

El 8 de septiembre de 1978, la esposa de Parada interpuso una querella ante el Séptimo Juzgado del Crimen de Santiago, Rol N° 81.619–6, por los delitos de secuestro calificado, incomunicación prolongada, detención arbitraria en lugar no contemplado por las leyes, y por violación de domicilio y robo con violencia, en contra de Luis Eduardo Correa Castro y quienes resultaren responsables.

El ministro del Interior, Sergio Fernández Fernández, informó que el conjunto de las detenciones practicadas en esos años fueron debidamente registradas en kárdex especiales de la Secretaría de Estado y que en ellos no había constancia de haberse dictado alguna orden en contra de la víctima.

Se practicó un peritaje a la carta enviada por Parada a su esposa, que dio como resultado que el manuscrito pertenecía al afectado. Eduardo Correa, por su lado, negó su participación en la detención.

El 15 de mayo de 1979, la investigación pasó a ser instruida por al ministro en visita, Servando Jordán, nominado por la Corte de Apelaciones de Santiago para conocer las causas por desaparición de detenidos por los servicios de seguridad.

El padre de Alejandro dio cuenta de las diligencias realizadas para encontrar a su hijo y las diferentes respuestas que recibió, particularmente su conversación con el comandante Aranda y Eduardo Correa. Este volvió a declarar, negando nuevamente toda participación en los hechos, y negando haber conversado con el padre del afectado.

También declaró el capitán de Carabineros, Mario Castillo, quien corroboró lo ocurrido y haber requerido la identificación de los aprehensores, reconociendo haber dictado el parte en la Tenencia de Vista Alegre. Sin embargo, enfrentado en careo a Correa, el oficial se retractó de sus dichos y manifestó que tal vez se había equivocado, que estaba muy oscuro y no podía reconocer a la persona que vio esa noche. Cuando lo carearon con la cónyuge de Parada, también volvió a retractarse: dijo que no le constaba que Parada hubiese sido detenido. Por otro lado, los Carabineros que pertenecían a la Tenencia de Vista Alegre en la fecha de la detención, declararon que no recordaban el operativo de ese día.

Frente a la evidencia que en la detención de Parada había participado personal militar, Jordán se declaró el incompetente y pasó la causa a la justicia castrense, que no agregó ningún nuevo antecedente. El 15 de diciembre de 1987, la Corte Marcial resolvió dictar sobreseimiento definitivo, por aplicación del Decreto Ley de Amnistía N° 2191 de 1978.

Al momento de su secuestro, Alejandro Parada González tenía 22 años de edad.

Fuente :pschile.cl

En la ceremonia de conmemoración del 11 de septiembre de 2017, conscientes de la relevancia que tiene la memoria para la reconstrucción de las comunidades y de las demandas de la sociedad, se dio a conocer el decreto exento N°0030766 que "crea las distinciones universitarias de título póstumo y simbólico y grado académico póstumo y simbólico para ex estudiantes de la Universidad de Chile" detenido/as desaparecido/as y ejecutado/as político/as por la dictadura cívico-militar entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990.

Esta política institucional es un hito significativo en la reconstrucción de la memoria histórica, y lo que refiere al reconocimiento y reparación de las y los estudiantes detenidos/as desaparecidos/as y ejecutados/as políticos/as como miembros permanentes de la Universidad de Chile.

Con el objetivo de dar curso a la entrega de títulos póstumos existe un Comité interdisciplinario desde la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones, en conjunto con el Archivo Central Andrés Bello, la Cátedra de Derechos Humanos, la Dirección Jurídica y el Departamento de Pregrado de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile; el cual es responsable de la investigación y revisión de los antecedentes necesarios para materializar la entrega de las distinciones póstumas a todas y todos los estudiantes de la Universidad.

Estudiantes de la Universidad de Chile víctimas de la dictadura cívico militar que han recibido título/grado póstumo ,Entre ellos Alejandro Arturo Parada González

Fuente :uchile.cl 21/12/2017

«El Vuelo de la Memoria» es un memorial realizado por solicitud del Colegio Médico Veterinario de Chile, que rinde homenaje a las personas víctimas de desaparición y ejecución durante la dictadura, que eran profesionales de la medicina veterinaria. Es un mural construido en mosaico de cerámicas y azulejos utilizando la técnica «indirecta», que consiste en realizar el dibujo pegando previamente las piezas boca abajo en una superficie de  papel, para luego colocarlas sobre el muro, en este caso, de concreto. El diseño del mural fue trabajado por el grupo de mosaiqueros y mosaiqueras La Frawa,  a partir de conversaciones mantenidas con las familias de los homenajeados. La construcción  fue realizada por La Frawa -Anita Soto (jefa de proyecto), Pelagia Rodríguez, Cristina Muñoz y Víctor Lillo-. Fue inaugurado el 7 de septiembre 2019.

Rinde Homenaje a:

Juan Rosendo Chacón Olivares (1945 -1974), detenido desaparecido

Jorge Humberto D’Orival Briceño (1948 – 1974), detenido desaparecido

José Luis de la Maza Asquet (1950 – 1977), detenido desaparecido

Alejandro Arturo Parada González (1953 – 1974), detenido desaparecido

Sergio Peña Díaz (1946 – 1983), ejecutado político

Fuente :interactivos.museodelamemoria.cl sin fecha

Otra Información

Querido Tata Cano: Soy tu nieta Rayén, tengo 6 años y tengo los ojos del mismo color que tú. Ahora estoy en la casa porque hay un virus que contagia a mucha gente y puedes morir. Me habría gustado conocerte, para saber cómo era tu ropa y haber jugado contigo, a mí me gusta jugar a la pinta y a las escondidas. Te habría mostrado mi colegio y me podrías haber ido a buscar en las tardes. Los fines de semana hubiéramos ido al Parque y a la playa, nos habríamos divertido mucho. Habríamos ido a las marchas de Fuera Piñera y tocar las cacerolas con mi aplicación del celular, Te habría presentado a mis amigas, habrías venido a mi cumpleaños y mi mama y la Nona habrían sido mucho más feliz. Pinochet fue muy malo, porque no me dejó conocerte y Piñera también sigue matando gente y hay muchos niños sin papás y sin abuelos y mucha gente pobre. Por eso, cuando sea grande voy a ser Presidenta, ojalá que me elijan. Rayén, 6 años. Nieta de Alejandro Parada González

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Querido Tata Cano: Soy Alen González , tu nieto mayor, nunca te pude conocer porque te detuvieron. Si hubieses estado conmigo habríamos salido a tomar helados, me habrías visto jugar a la pelota y yo te habría enseñado a jugar Pes 2020. Ahora estamos en Pandemia y no podemos salir, pero habríamos jugado en casa, leer libros entretenidos y hacer pijama party. Mi mamá no pudo conocerte y eso me da mucha pena, porque ella es muy buena y necesita un papá. Cuando vamos a las marchas llevamos tu foto, porque queremos saber dónde está tu cuerpo o tal vez todavía estés vivo y te haremos una super fiesta de bienvenida, con fiesta electrónica y viendo a los youtuber. La Nona estaría super feliz que volvieras y mi mamá podría tener un papá para conversar y pasear. Seríamos una familia feliz y por culpa de Pinocho nos arruinó la vida. No te olvidaremos nunca, jamás en la vida y cuidaremos a mi mamá porque ella sufre mucho. Alen González, 10 años Nieto de Alejandro Parada González.

Fuente :epistolariodelamemoria.cl 11/09/2020

Fecha :11-09-2020

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Ultima Actualización : 04/06/2025