Marta Gertrudis Hlaczik
Antecedentes del Caso
El 28 de noviembre de 1978, fueron secuestradas en su domicilio de Guernica, Gertrudis y su hija. Pudo saberse que todos fueron llevados al CCD "El Olimpo"
Abuelas de Plaza de Mayo junto a los familiares iniciaron las causas judiciales correspondientes hasta que en el año 1999, una joven fue citada por el juez Dr. Gabriel Cavallo para que se realizara los análisis inmunogenéticos. Había sido inscripta como hija propia por Ceferino Landa, integrante de la estructura de inteligencia del ejército, y su esposa, Mercedes Beatriz Moreira. La partida de nacimiento falsa había sido firmada por el médico militar, Julio Cesar Cáceres Monié. La joven accedió a realizarse los análisis que a fines de 1999 confirmaron que se trataba de Claudia Victoria. El 7 de febrero de 2000 la justicia le restituyó su verdadera identidad. (Caso Abuelas)
Fuente :basedatos.parquedelamemoria.org.ar
Prensa
“Trudy”. “Lucy”. “Lucía”. Nació en provincia de Buenos Aires, el 1º de marzo de 1958. Secuestrada-desaparecida un 28 de noviembre de 1978 en Guernica, partido de San Vicente, provincia de Buenos Aires. Voluntaria del Servicio de Rehabilitación del Lisiado. Realiza catequesis en la Parroquia de Cristo Maestro del barrio de Floresta. Militante de “Cristianos para la Liberación” (CPL) y Montoneros. Ver registro de su compañero de vida y militancia José Liborio Poblete Roa. Su hija (Claudia Victoria Poblete Hlaczik), recuperada por la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo, es tapa fotográfica con sus padres, del excelente libro de Analía Argento “De vuelta a casa. (Historias de hijos y nietos restituidos”) que lleva prólogo de Juan Cabandié. Federico Bianchini en 2023 escribió en España el libro “Tu nombre no es tu nombre” donde se relata la apropiación de Claudia Poblete Hlaczik, su hija, a quien los militares indignos y cobardes le pusieron el nombre de Mercedes Landa y se la apropiaron. La piba recién con 21 años supo su verdadera identidad por medio de un Juez y que sus verdaderos padres fueron torturados y asesinados. Ahora en 2025 el libro se publica por primera vez en Argentina bajo el sello de “Marea editorial”.
Fuente :robertobaschetti.com
En la versión argentina de este libro de no ficción de Federico Bianchini, la tapa elegida es Claudia Victoria Poblete Hlaczik sosteniendo las fotos de su mamá y papá.
Mercedes fue siempre en verdad Claudia. Claudia Victoria Poblete Hlaczik es una de los cientos de hijos robados por los militares del Proceso que vivía con las personas que colaboraron en asesinar a sus padres. Lejos del expediente judicial del caso, que sirvió para derogar las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, cerca del latido de Claudia y la familia verdadera que nunca dejó de buscarla, Federico Bianchini, en Tu nombre no es tu nombre, presenta un gran reportaje que significa un gran capítulo del dolor de “heridas que no cierran. Heridas que no sabe si alguna vez se van a cicatrizar. Dice –Claudia– que, la verdad, no tiene forma de saberlo” .
La voz de Claudia modula la reconstrucción que realiza Bianchini, premiado cronista especializado en periodismo narrativo. Porque sus vivencias recogidas en duras entrevistas, como el día que se entera de su verdadera identidad en 2000, o su paso por las cercanías del centro clandestino de detención, tortura y exterminio Olimpo en el porteño Vélez Sarsfield, al cual fueron trasladados sus padres –y donde ella permaneció tres días hasta que la apropiaron los reos Landa–, narran en los huecos y oscuridades. Una de las mayores dificultades de estas historias del horror, y que entorpece la condena definitiva a los genocidas, es que de las trayectorias de los detenidos-desaparecidos como Marta Gertrudis Hlaczik y José Liborio Poblete Roa, padres de Claudia, poco se sabe a partir de que son secuestrados. “Narrar una desaparición es como intentar describir un silencio”, así que el periodista, además de las difíciles palabras de la nieta 64 restituida, recurre en este intenso mapeo emocional a las cintas y testimonios de los reales familiares, las palabras de los jueces intervinientes y archivos de Abuelas de Plaza de Mayo.
“Cuando se mueren los padres, uno queda huérfano; cuando se muere el marido, uno queda viuda; pero cuando se mueren los hijos, no hay palabras que definan ese desamparo. Es lo que nos pasa a nosotros, que no hay palabras”, reflexiona Buscarita Roa, vicepresidenta de Abuelas, madre del chileno Pepe Poblete, militante del Frente de Lisiados Peronista y Montoneros. Papá de Claudia.
En los días de la recuperación del nieto 139 de los más de 400, quedando en muchos casos el límite de no más de treinta años para recuperarlos por una cuestión biológica, el imprescindible alegato de Bianchini dispara preguntas que mellan todavía en familias enteras y la construcción necesaria de la memoria y la justicia. ¿Cuántas personas mintieron a Claudia además de sus padres? ¿Cuántas fueron de alguna manera cómplices necesarias de la apropiación? ¿Y cuánto daño repercute en una sociedad que se acostumbra a la mentira sistémica como forma de vida?
En la versión argentina de este libro de no ficción de Federico Bianchini, que en su tirada original española de 2023 va por su tercera edición, la tapa elegida es Claudia Victoria Poblete Hlaczik sosteniendo las fotos de su mamá y papá. Ella, frente a solo algunos de los 30.400 detenidos-desaparecidos e hijos robados por la última dictadura cívico-militar. Los seguimos buscando.
Tu nombre no es tu nombre.
Crónica de una identidad robada
Autor: Federico Bianchini
Género: crónica
Otras obras del autor: Personajes secundarios; Cuerpos al límite; Desafiar al cuerpo
Editorial: Marea Editorial
Fuente :perfil.com 27/4/2025
- Claudia Poblete Hlaczik fue la 64.ª nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo. Un libro valiente recuerda ese momento y el camino difícil hacia su identidad.
- Cuando Merceditas Landa supo que era Claudia Poblete Hlaczik su vida casi no cambió. Esa tardecita del año 2000, cuando salió de los tribunales después de que el juez Gabriel Cavallo le revelara que ella no era quien creía ser, que había sido robada a los 8 meses y criada por dos impostores que le mintieron desde entonces, la chica volvió al departamento que compartía con sus apropiadores y siguió haciendo casi las mismas cosas de siempre. Casi.La identificación de un nieto o nieta que las Abuelas de Plaza de Mayo buscan desde hace casi medio siglo es motivo de celebración. Las redes sociales se llenan de imágenes, los canales de televisión transmiten el anuncio y la secuencia en la que Estela de Carlotto cambia el contador emociona en la Argentina y en el mundo.
- La última en saber su identidad es una mujer, hija de Noemí Macedo y Daniel Inama, secuestrados en 1977 y desde entonces desaparecidos. El anterior a ella fue un hombre, hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, nacido en diciembre de 1976. Y así.
Un camino difícil
Cuando el periodista Federico Bianchini le propuso a Claudia Poblete Hlaczik contar su restitución en un libro, ella le respondió: "No puedo impedirte que lo hagas". ¿Era un sí? ¿Era una protesta? Era sin dudas un camino y el resultado se puede leer ahora en Tu nombre no es tu nombre: Crónica de una identidad robada (Marea).
No es un libro fácil. Porque a Merceditas le costó mucho ser Claudia. "A mí me encontraron a los 21 años. Al principio fue difícil. Mi familia me esperó con mucho respeto y cariño siempre".Porque mientras las redes, la televisión y el cartel que cambia, la vida de esas personas tropieza, hay sufrimiento, incertudumbre, enojo, desesperación y finalmente alivio.Todo eso, que pasa en la intimidad de esas personas, mantiene vivo el daño y la crueldad del plan sistemático de robo de niños aplicado por la dictadura.Dice Claudia Poblete Hlaczik que para ella fue determinante convertirse en madre. Para otros, la muerte de los apropiadores es una liberación. Hay quienes al recuperar su identidad se libran del desamor y la violencia de las familias de crianza. Pero todos coinciden en que saber la verdad los libera.
A ellos y a la sociedad toda, porque ahí, en este barrio, en el subte, en una fábrica o dando clases en una escuela, hay una persona que no sabe todavía quién es.
Fuente :clarin.com 9/4/2025
El caso que disparó la decisión de la Corte Suprema de declarar la inconstitucionalidad de las leyes del perdón es el de la acusación contra el represor Julio Héctor Simón (o “Turco Julián, según su apodo en los grupos de tareas) por el secuestro de una pareja en 1978.
Simón actuó durante la dictadura en varios de los centros clandestinos de detención. Había sido beneficiado con la Ley de Obediencia Debida, pero volvió a estar en la mira judicial en los últimos tiempos por el delito de apropiación de menores, que no había prescripto.
La clave en las diversas acusaciones que complicaron judicialmente al ?Turco Julián? es Claudia Poblete, la hija de Marta Gertrudis Hlaczik y José Liborio Poblete. La historia es conmovedora.
Poblete era un ciudadano chileno de 23 años que había perdido sus piernas a comienzos de la década del 70, atropellado por un tren en Santiago. Llegó a Buenos Aires en busca de rehabilitación y en un instituto de Barrancas de Belgrano contribuyó a la creación del Frente de Lisiados Peronistas. El grupo, cuyos integrantes llegaron a contarse por decenas, se convirtió pronto en un habitué de las manifestaciones que siguieron el ascenso y la caída de Cámpora, el retorno de Perón y las rupturas del justicialismo en esos convulsionados años.
La militancia le permitió ingresar a trabajar en Alpargatas. Y también conocer a su mujer, Gertrudis Hlaczik, una estudiante de psicología dos años menor que él.
Era un blanco cantado para los grupos de tareas. Sobre todo cuando pasó a la clandestinidad en el grupo Cristianos para la Liberación, en Guernica, en el sur del Gran Buenos Aires. El y su mujer fueron secuestrados el 28 de noviembre del 78. También corrió la misma suerte su hija de 8 meses. Los tres fueron llevados a El Olimpo.
La pareja permanece en las listas de desaparecidos. De acuerdo con testimonios de sobrevivientes de El Olimpo recogidos por la organización Amnesty, la última vez que se lo vio con vida a él fue en enero de 1979: "Fue sacado en su propia silla de ruedas. Dos días después vimos la silla tirada en un rincón de la playa de estacionamiento".
Su hija vivió el calvario de decenas de jóvenes: fue entregada a un teniente coronel y su verdadera identidad sólo pudo conocerse dos décadas después por una denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo.
La joven, Claudia Poblete, se reencontró con su familia biológica. Y la batalla judicial dio sus primeros pasos.
El 6 de marzo de 2001, el por entonces juez federal Gabriel Cavallo declaró la inconstitucionalidad de las Leyes del Perdón en las que se amparaban tanto Simón como Juan Antonio "Colores" Del Cerro, otro represor.
En noviembre de ese año, la Sala II de la Cámara Federal porteña, la misma que en 1985 juzgó y condenó a los ex comandantes de la dictadura, confirmó la decisión, así como el procesamiento para los dos represores.
"En el contexto actual del desarrollo del derecho constitucional de los derechos humanos, la invalidación y declaración de inconstitucionalidad" de estas leyes "no constituye una alternativa. Es una obligación", habían señalado en su momento en un extenso fallo los camaristas Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Luraschi. La Corte completa ahora el camino.
Fuente :clarin.com 13/6/2005
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