Benaiges Albert Luis Marcelo

Fecha Detención :
Lugar Detención :

Fecha Asesinato : 15-09-1973
Lugar Asesinato : Santiago


Edad : 26

Actividad Política : Partido Socialista
Actividad : Chofer

Estado Civil e Hijos : Casado
Nacionalidad : chileno


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Corporacion)

Categoría : Antecedentes del Caso

BENAIGES ALBERT, LUIS MARCELO: 26 años, casado, chofer, muerto el 15 de septiembre de 1973 en Santiago.

Luis Marcelo Benaiges Albert murió ese día a las 16:00 horas, en la vía pública, por dos heridas de bala con salida de proyectil, una facio cráneo encefálica y otra torácica, como acredita el Certificado Médico de Defunción del Instituto Médico Legal.

De acuerdo con lo señalado por un familiar, Luis Benaiges era militante del Partido Socialista y chofer de esta colectividad, residía en la Villa Convital de Maipú y fue encontrado muerto en Avenida José Pedro Alessandri, de Macul, ignorándose las circunstancias en que se produjo su muerte.

Considerando los antecedentes reunidos y la investigación realizada, el Consejo Superior, pese a que no pudo establecer las circunstancias precisas de su muerte, atendiendo su militancia política, la función que desempeñaba a la época y causa de su muerte, declaró a Luis Marcelo Benaiges Albert víctima de la violencia política imperante.

 


Comentario

Fuente :Recibido por memoriaviva el 9-10-08

Categoría : Testimonio

Él fué obligado a salir de la cuca donde se lo llevaron y a correr junto con otra compañera de la cual nunca supimos su nombre, en Av. José Pedro Alessandri, después de pasar por el frontis de nuestra casa, donde estaba toda su familia y su hijo de pocos años de vida y allí lo asesinaron.

Atentamente,
Pilar
(su sobrina mayor)

 


Relato de su sobrino.

Fuente :Gonzalo López Benaiges

Categoría : Testimonio

A la memoria del tío Luis…

–Los hechos que rodearon el asesinato de Luis Benaiges Albert, fragmentarios y difusos debido a la escasa información que quedó acerca de sus últimas horas de vida, permanecen en la memoria familiar como un eco permanente de profundo pesar, por el vacío, impotencia y  desconsuelo que, aún hoy, acarrea su inesperada e irreparable pérdida… la pérdida de un hijo, padre, esposo, hermano, compañero, amigo…  en suma, un ser querido que dejó una sentida huella en quienes lo conocieron y apreciaron; ultimado, según consta en la breve reseña de su caso contenida en el Informe Rettig,  tras recibir al menos dos impactos de bala… disparados, casi con certeza, por efectivos de carabineros, luego de comparecer voluntariamente – sorprendido por repentinas y forzosas circunstancias – a una comisaría de las inmediaciones de la Villa Macul, horas antes de ser ejecutado…   Su asesinato, es un reflejo de lo que aconteció a miles de compatriotas en medio de la vorágine de crueldad y violencia impuesta por la recién instalada Dictadura Cívico Militar, que desde el primer minuto afianzó su implacable y distintivo sello de terror, persiguiendo, reprimiendo y aniquilando a quienes construyeron, apoyaron y soñaron con el proyecto socialista de la derrocada Unidad Popular.

 –Luis, seguramente, imbuido en gran medida por las ideas y experiencias de su padre, militante socialista y fiel defensor de la República, a quien no le quedó más opción que afrontar la penosa marcha al exilio junto a su esposa, hija y algunos hermanos tras la Guerra Civil en España – en 1939 – ante el peligro real e inminente de ser capturado y ajusticiado por el fascismo franquista; tuvo una vida de fuertes cambios que, en pocos años, lo llevaron a tomar importantes decisiones, perfilando su pensamiento y acciones.

Nacido en Temuco en 1948, fue el tercer hijo y único varón junto a sus dos hermanas mayores. En aquella ciudad viviría su infancia y gran parte de su adolescencia, situación que se vio alterada a mediados de la década del sesenta, por problemas graves de salud de su padre lo que, sumado al término definitivo de un negocio familiar de años, determinó la drástica decisión de migrar a  Santiago.

Tras este viaje que señaló un nuevo horizonte de expectativas, la familia se asentó en la Villa Macul, perteneciente a la comuna de Ñuñoa de aquel entonces, como allegados  en casa de parientes durante una temporada, para luego arrendar una vivienda aparte. Su padre, sin embargo, falleció al poco tiempo, en noviembre de 1965, lo que supuso un nuevo escenario tras su triste partida. No volverían más a Temuco, arraigándose en la capital.

 Luis, culminó la educación secundaria y, entretanto, empujado por el poderoso anhelo de dar inicio a su propia vida independiente, se casó con una joven que conoció en las cercanías de la Villa Macul, en 1967, decisión que provocó algunas resistencias al principio, sobre todo en la mayor de sus hermanas, Paquita, quien pasaba a ocupar el lugar del jefe de hogar ya fallecido… sin embargo, su madre, ante la relevancia del anuncio, prefirió apoyarlo en este importante paso, asumiendo, en definitiva, que la intención de Luis era seria, por lo que respetar su deseo era lo más sensato; con ello, reconocía que su hijo ya poseía el suficiente criterio y autonomía para elegir el rumbo que seguiría a futuro.

El matrimonio civil se llevó a cabo, finalmente, siendo muy joven aún, cuando todavía no cumplía la mayoría de edad que en aquel entonces se iniciaba a los 21 años.

 Ya casado, desempeñó varios trabajos hasta que, tras una oferta laboral que le resultó atractiva y conveniente, se estableció en el extremo sur junto a su esposa, Amelia, viviendo una larga temporada en Punta Arenas y también en Chiloé; es en ese período cuando nacería su único hijo, su querido Marcelo.

 –Quienes lo hayan conocido y recuerden, sabrán qué opinar en relación a su carácter y simpatía como, asimismo, acerca de las cualidades y defectos que lo individualizaron. Yo, que sólo he podido vislumbrarlo a través de fragmentos… como un nostálgico recuerdo de otros tiempos, a través de otras memorias, nunca he dejado de pensar en él como alguien cercano, amoroso y sencillo, de naturaleza inquieta y personalidad creativa, afectuoso con su familia y amistades, pero también partícipe de las aspiraciones y luchas colectivas de aquella floreciente y aguerrida época, que se planteaban como prioritarias y donde la acción política resultaba esencial…

 En resumidas cuentas, un joven ansioso de libertad y amplias realizaciones tanto colectivas como propias que, por lo mismo, era conciente de las circunstancias únicas que se iban presentando para Chile, con sus naturales conflictos, certezas, contradicciones y diferencias, donde los principios de justicia social comenzaban a adquirir consistencia cierta y la práctica de las ideas socialistas creaba fuertes lazos de compromiso político y compañerismo, elementos fundamentales para enfrentar la dura tarea que implicaba intentar modificar una realidad nacional, empantanada en el tradicional dominio elitista, abusivo e indolente de una minoría oligárquica, acomodada en sus inamovibles espacios de poder y bienestar. Vieja y decadente mentalidad de casta , cuestionada y combatida por un sector diverso que se alzaba contra su dominio, frente a la complejidad social restante que evidenciaba la exclusión de una gran mayoría de personas, privadas de derechos básicos y abandonadas en un círculo incesante de pobreza, marginación, precariedad y explotación…

 Era la hora de transformarse y transformar, siendo el claro convencimiento en esa justa orientación común, el estímulo superior que guió las acciones de muchos y muchas, sobre todo de una generación de jóvenes que asumió como propia esa responsabilidad histórica y revolucionaria.

 –De las contadas fotos que conservamos del tío Luis, las que estimo con especial cariño, son las pocas que quedaron contenidas en el álbum matrimonial de mis padres… hecho que aconteció a inicios del mes de diciembre de 1971… No poseemos otras imágenes posteriores… Se lo ve posando con una expresión de agrado, pues probablemente se sentía feliz de compartir ese momento tan importante para su segunda hermana, Juana… Esa celebración, en cierta forma, marcaba un simbólico hito que señaló la culminación de una etapa, con los tres hermanos reunidos… cada cual, con su propia familia y vida independiente… Para fines de 1972, otro esperado acontecimiento alegró el ambiente familiar, al producirse el nacimiento de su sobrina más pequeña, la única hija de Juana que alcanzó a conocer, Claudia… la bebé de ojos grandes a la que celebrara cariñosamente durante el tiempo que pudo compartir con ella… Este nacimiento, ocurrido en noviembre de 1972, no estuvo exento de reveses…  en particular, debido a una grave e inesperada complicación de salud que se dificultaría, aún más, por la ausencia negligente del médico a cargo. Se trató de una súbita descompensación cardiaca que expuso a Juana a un serio riesgo vital durante el trabajo de parto, provocando su desvanecimiento… Situación, en extremo delicada que, para suerte de ambas, pudo ser atendida con eficacia, gracias a la reacción oportuna de otro especialista junto al equipo médico de urgencia.

 Claudia, sería la misma joven que veinticinco años después… ya convertida en una mujer, menuda y de largos cabellos, dueña de una voluntad, arrojo y espíritu combativo sorprendentes… sensible, activa, vital y cargada de motivaciones… vería acabada abruptamente su existencia, al ser asesinada por efectivos de fuerzas especiales de carabineros, durante una jornada de protesta frente a la Comisaría de la población La Pincoya, la noche del 11 de septiembre de 1998… Otra demoledora y fatal pérdida…. otra bala disparada por la espalda…. y otro crimen perpetrado por agentes del Estado, cometido en el primer tercio de esa larga postdictadura  que muchos y muchas creyeron, confiadamente, marcaría el retorno a un sistema auténticamente democrático… pero que, al poco andar, se develó tan sólo como un engañoso espejismo discursivo, que la dramática realidad de sueños y esperanzas pisoteadas acabaría por desmentir… 

 Bajo esta atmósfera, su caso, políticamente incómodo para la administración concertacionista que, como otros tantos casos, exponía  las densas brumas que permeaban el espíritu vacío de esta negociada Transición pseudodemocrática, acabó deliberadamente relegado al pozo infame de la impunidad que, para desgracia y vergüenza de nuestro país, se extiende como un oscuro abismo de indiferencia e intencionada negación de justicia… acrecentando  aquella vieja y latente deuda histórica, por los incontables seres olvidados en esa imperdonable vulneración y menoscabo.

 La silenciada joven rebelde que al danzar soñaba, ofreciendo el alma a sus ideales y su ardiente corazón a la realidad, sin embargo, continuó existiendo… y el futuro la seguirá recordando, porque la genuina justicia… aquella que nunca le habrá de faltar, más allá de lo determinado por una mezquina y corrupta institucionalidad, es la que se fragua y trasciende en el inequívoco resplandor de la memoria….

 Claudia, así como todos nosotros, nunca olvidó, albergando en su corazón el vínculo emocional con ese querido tío que la criminalidad dictatorial nos arrebató, negándonos la posibilidad de conocerlo y poder disfrutar de su afecto y cercanía.

  –Para 1973, Luis, Amelia y Marcelo residían en la Villa Convital, ubicada en Maipú, en un sector de reciente urbanización. Las casas allí construidas que, originalmente, habían sido adjudicadas a trabajadores de una empresa particular, terminaron siendo rechazadas por sus destinatarios. Esta situación se transformó en una oportunidad aprovechada por grupos de personas sin vivienda, quienes las ocuparon tal como se hallaban, debiendo afrontar organizadamente la solución para el suministro de luz y otras mejoras comunitarias.

 Luis, trabajaba en aquel entonces como chofer para el Partido Socialista, del cual también era militante, por lo que su compromiso era doble… incluso le significó, tiempo antes, participar en al menos una acción coordinada para el aprovisionamiento de insumos claves, en el supuesto  de tener que reaccionar ante un ataque o enfrentar alguna emergencia imprevista que requiriera una rápida y eficaz respuesta defensiva, situación que, evidentemente, implicaba riesgos…  Para entender esto, es necesario contextualizar el cada vez más tenso panorama político del momento y los múltiples peligros, amenazas, dificultades y conspiraciones que se cernían sobre el gobierno popular, que exigían estrategias de preparación y previsión ante un escenario adverso, pues la posibilidad de tener que  neutralizar, contener o resistir un intento de golpe militar, sublevación armada u otro tipo de intervención de grupos de extrema derecha, debía ser contemplada con suma seriedad.  

 Por otro lado, la fuerte escasez provocada de diversos productos esenciales para el consumo cotidiano, a raíz del planificado y sostenido sabotaje a la economía del país,  financiada desde el exterior y apoyada desde dentro por grupos contrarios al gobierno de Salvador Allende, – los mismos que contribuían al acaparamiento – creó una situación artificial y compleja de racionamiento que tornaba más urgente la necesidad de prepararse, a conciencia, frente al fluctuante desarrollo de los acontecimientos en caso de tener que actuar para contrarrestar una arremetida golpista …

 En este contexto, un incidente ocurrido en la Posta Central, planificado para la obtención de medicamentos, le significó pena de cárcel durante un par de meses, en 1972… Fue durante aquella reclusión de largas horas de encierro y espera, seguramente participando en algún taller, que fabricó un joyero artesanal construído con simples y delgadas piezas de madera revestidas de cobre… Se trataba de la misma vieja caja que desde niño vi rotar por distintas partes de la casa… adornada con un sencillo motivo compuesto por dos volutas unidas y desplegadas hacia ambos lados… Parecía haberse inspirado en un objeto de imaginería antigua, con su amable y nostálgica belleza; hoy, de oscurecido brillo por el paso del tiempo… En ciertas ocasiones, una frágil evocación se despertaba al observarla… y con ella, el imaginario juego de secretos rumores alojados en su interior… dejando espacio para los fugaces ecos de antaño y, también, para el luminoso parpadeo de viejos sueños revividos en solitaria melancolía… ¿Acaso una expresión inconsciente de lejanas reminiscencias?… Allí, detenida, permaneció inscrita una huella de su vitalidad… No recuerdo cuándo supe que él había sido su autor pero, con esa aclaración, de inmediato adquirió otro valor. Claudia también utilizó ese viejo regalo del tío Luis para guardar algunas cosas… Lo recuerdo sobre un mueble de mimbre, ya inexistente, junto a la ventana de la habitación que compartíamos… incluso poco tiempo antes de su violenta y desoladora partida… aquel lluvioso 11 de septiembre de 1998.

 –La memoria me trae, de pronto, la imagen de otra persona, una víctima colateral del crimen cometido contra Luis… me refiero a su madre, nuestra abuela, la yaya…. Ella, pasó sus últimos años de vida en nuestra casa… Para ese tiempo, por desgracia, su mente ya sufría los efectos de una pérdida progresiva de facultades, afectando su vínculo coherente con la realidad… Le fallaba la memoria, hundiéndose cada vez más en episodios de un pasado lejano y difuso, que interpretaba condicionada por su paulatino deterioro… elucubrando, a veces, extrañas relaciones entre sucesos inconexos que, sin embargo, le parecían reales y de todo sentido… En ese cambiante estado, con frecuencia enlazaba vivencias de otros tiempos junto a impresiones de un presente lleno de extravíos donde, de forma análoga a lo ocurrido con sus últimos tejidos – los mismos que ya no pudo terminar… – se mezclaban materiales desgastados con otros nuevos, sin importar ya el orden de los colores ni el contraste…

 Buscaba a sus padres que sostenía, con mucha seguridad, se encontraban tras el cerro que divisaba desde su ventana… el mismo que, en ciertas ocasiones, contemplaba pensativa… capturando su atención cuando salíamos a caminar… Ella, afirmó esta creencia luego de enterarse que existía un regimiento en los alrededores… y puesto que su padre había sido guardia civil (en España, función policial equivalente a la de carabinero aquí en Chile)… entonces, inconscientemente, terminó por asociar ambos elementos, sin discernir lo pasado de lo presente….

Pensaría, al observar a la distancia,  que allí se erigía un "cuartel" (palabra que usaba con regularidad) de la guardia civil, como los que conoció durante los años de infancia y juventud… y en él, la esperarían su madre y su padre… atesorando con ello, la inocente esperanza de retornar al mundo y a los seres que, en plena ancianidad… la retrotraían a idealizados espacios de una etapa temprana…

 Valga mencionar, que ese cerro al que extrañamente reconocía como parte de un paisaje familiar, – engañoso reflejo de un pasado lejano -… era el cerro Chena… lugar que guarda la memoria de siniestros y perturbadores hechos acaecidos tras el aciago 11 de septiembre de 1973. En aquellos días, efectivos del Ejército de Chile y fuerzas de orden, dispusieron algunas instalaciones al interior del regimiento militar ubicado en sus faldeos – perteneciente a la comuna de San Bernardo – para adaptarlo y convertirlo en un brutal centro de detención que funcionó, ya consumado el Golpe cívico miliar, durante los meses siguientes; en él, se torturó y ejecutó a cientos de personas, pudiendo contabilizarse más de cien asesinatos por motivos políticos, que incluyen casos de desapariciones.. Otro infame capítulo de la represión genocida practicada a inicios de la Dictadura que, al día de hoy, sigue en proceso de investigación a objeto de establecer la verdad sobre los diversos crímenes cometidos en las dependencias del Cuartel militar número 2, emplazado en el cerro…

 En esa paulatina pérdida de  límites temporales que la transportaba a otra realidad, volvía a las impresiones y ansiedades de su niñez, pero no por eso olvidaba otros eventos de su larga y golpeada existencia… En ocasiones, de noche, hablaba para sí misma o creía hablarle a alguien más que sólo ella podía distinguir.. nombrando a personas cuyo recuerdo seguía latente…

 Nunca supe bien quién era yo para ella… probablemente, representara algo impreciso pues me vino a conocer siendo anciana… pero en esa dispersión de tiempos, lugares, espacios y circunstancias, sí recordaba a seres que le dejaron una huella profunda… Los solía recrear como a niños… tratándose, a veces, de algunos nietos mayores … pero, a medida que su mente se marchitaba, retornando vagamente a épocas cada vez más remotas, con más frecuencia esa búsqueda se refería a sus hijas e hijo… a Paquita.. a Juanita y, por supuesto, a su querido Luchito… Alguna vez me pidió, en su nocturno desvelo, luego de despedirme, que al salir de la pieza no olvidara avisarle a Luchito que lo esperaba, pues se hacía tarde… hora de acostarse y descansar… imaginando, quizás, que él se encontraría distraído en algún juego, no muy lejos…  Sólo podía responderle que así lo haría, quedando sumida por algún rato en aquella ilusión, hasta conciliar el sueño… Al parecer, de alguna forma, incluso cuando la memoria deambula por extraños rumbos, una madre es capaz de recordar… aunque sea en un espacio fuera del tiempo, donde los seres que lo habitan se entrecruzan y confunden, hasta que algo de ellos logra emerger, recuperando, por un esquivo lapso, parte de su identidad.

 La duda acerca de cómo la yaya asimiló la muerte del tío Luis, se mantuvo sin mayor respuesta… Nunca supimos con certeza si acaso antes de trastocarse su memoria, alguna vez tuvo una conversación aclaratoria donde le sinceraran, sin rodeos, la verdad de lo ocurrido a su hijo y las circunstancias en que le quitaron la vida… La idea que trascendió con el tiempo, fue que ella acabó por aceptarlo, aunque de un modo muy discreto e íntimo… en un duelo silencioso… sin pedir mayores explicaciones, asumiendo que no podía haber otra razón posible ante la prolongada ausencia de aquel ser amado que no volvió más… De hecho, alguna vez la llevaron al Cementerio General, donde reposan los restos de Luis, durante su último viaje antes de quedarse definitivamente aquí en casa… sin embargo, no era algo de lo que se pudiese hablar como si se tratara un hecho claramente aceptado… deslizándose una necesidad de silencio, de no insistir en ello… Quizás… muy internamente, aún conservara alguna oculta esperanza, una cierta incredulidad ante lo que veía y oía, pero que prefería guardarse sólo para sí misma…

 Fue otro día de septiembre, pero de 1996, el que señaló su partida de este mundo, falleciendo mientras dormía, de un modo inesperado pero en paz… Ella, siendo una persona creyente, solía refugiarse en la oración, dirigiendo sus rezos a las vírgenes que veneró desde la infancia… la del Pilar y la de Montserrat… Pudiera ser, que al pronunciar sus últimos pensamientos… la fe en aquella amorosa divinidad, depositaria de sus más sentidos anhelos, le mostrara un camino de liberación a medida que se alejaba… encontrando una respuesta para todo aquello que marcó su destino… y así, su alma experimentara el reencuentro con aquel hijo perdido, después de tanto tiempo… aunque sólo durara lo que un último destello de vida demora en extinguirse, permitiéndole así borrar todo dolor.

 A veces pienso que, desorientada o, quizás, desesperada interiormente ante aquella desconcertante desaparición… y presintiendo lo peor, prefirió negarse a sufrir la insoportable crudeza de una respuesta irrevocable… que confirmara su visceral temor… Revelación que, en esos momentos críticos, la habría impactado con especial dureza, llenándola de tristeza y profundo desgano – al  menos, eso creyó Paquita que podría sucederle, y temiendo esa reacción fue que instó a los demás a que no le comunicaran nada en relación a la muerte de Luis, dejando pasar el tiempo… – , entonces, suspendida en esa pausada aflicción que encerraba una interrogante abierta… consciente de su fragilidad… acabó por resignarse a continuar,  en aparente normalidad, dedicando su energía y cuidados a la parte de la familia más próxima – los mismos con quienes compartía su día a día -, la de su hija mayor…

 Me la imagino, en instantes de recogimiento, pensando y rememorando tantas cosas en silencio… cuando aún en su mente resonaba el eco de  eventos convulsos que marcaron una época… Sentiría el ahogo y la  tensión que estremecieron su cuerpo cada vez que los truenos reventaban a lo lejos…  pero no en medio de una tormenta… sino bajo los feroces bombardeos aéreos lanzados por el bando nacional fascista,  junto al espeluznante estruendo de las sirenas alertando el alado paso de la muerte… mientras, con en alma en un hilo buscaría refugio en algún sitio,  esperando que todo pasase… entre sollozos infantiles, nerviosos intentos por aplacar el miedo, ruegos y un agitado desahogo tras el ataque… pero también se elevaría en la memoria, la impresión casi enmudecida de voces que con su fuerza, convicción, canto y resistencia, animaron a quienes sobrevivían a seguir creyendo y luchando por la vida y la libertad,  en tiempos duros donde el sentido de la existencia misma adquirió otra dimensión e intensidad… Todo un cúmulo de recuerdos y vivencias que la acompañarían al partir… cuando, junto a su pequeña hija y su esposo – con quien se reuniría ya camino de la frontera pirenaica – debió emprender la dolorosa y extenuante marcha hacia un nuevo destino, en medio de la incertidumbre del exilio…

 Estremecedoras emociones de una terrible guerra pasada que, de algún modo, seguía librándose… ahora, en otros confines, con otras víctimas… debiendo asimilar el anuncio de una nueva derrota e iniciar la huida pero, esta vez, en una silente, difícil e incierta fuga interior… hacia sus pensamientos, esperanzas, temores, pesares y contradicciones más profundas… Ella, al final del día, fue una sobreviviente que pudo rehacer su vida… en cambio, su hijo, con apenas 25 años, desapareció una mañana de septiembre de 1973, cuando fue asesinado… En el fondo, su reserva era entendible y hasta esperable… un modo de enfrentarse al dolor cuando se ha alcanzado un límite soportable, para después eludirlo… deseando, quizás, no saber… sin embargo, como la vida suele demostrar… negarse a la verdad u ocultarla, de nada sirve a la larga, puesto que de alguna forma fluye y se abre paso… alimentando más el deseo por conocerla… o atormentando, cada vez con un poco más de culpa, por no enfrentarla…  Así, acabó replegándose al interior de la única seguridad que conocía… aunque, con ello, ciertos vínculos se resintieron… quedando rezagados y sumergidos en el tiempo. El vínculo con su nieto Marcelo fue uno de ellos… no lo conocería plenamente… al menos no cuando aún conservaba su cordura intacta.

 Algunos años después, ya avanzada la década del setenta, un nuevo cambio le daría otro giro a su vida… Emigraría a Venezuela para vivir junto a su hija, Paquita, que se instaló en ese país tras aceptar una importante oferta laboral.

 –El distanciamiento familiar posterior, más allá de otras razones, estuvo ligado esencialmente al profundo impacto emocional y síquico que provocó la conflictiva aceptación de aquella muerte… aunque, abiertamente, nadie lo admitiera… Durante varias semanas, al no existir noticias, la mayoría de sus cercanos creyeron que, lo más probable, era que Luis se hubiera ocultado… Su esposa, hasta imaginó que podía haberse asilado en alguna embajada… manteniendo viva la esperanza ante la incertidumbre… sin embargo, la inquietud se volvió más corrosiva a medida que avanzaban los días y, las dudas, lejos de disiparse, aumentaban… sobre todo porque, en paralelo, se iba evidenciando con mayor fuerza el angustiante y deplorable panorama de la realidad nacional, donde la violencia, el miedo y la desconfianza, se respiraban en medio de una atmósfera de opresión cada vez más intensa… Amelia, Juana, entre otros, no tenían noticias de Luis… sin embargo, para cuando les confirmaron su deceso… durante una reunión familiar organizada para celebrar el cumpleaños del pequeño Marcelo… con estupor se enteraron que ya había sido sepultado, en un entierro realizado prácticamente en secreto… Se cumplía poco más de un mes desde su desaparición…

 Paquita, quien semanas antes había sido informada acerca de la muerte de su hermano y el paradero del cuerpo, se encargó de los trámites correspondientes para retirarlo del Servicio Médico Legal… Luego, sería conducido al Cementerio General para llevar a cabo la inhumación… en un acto breve y subrepticio, que los demás miembros de la familia no tendrían siquiera la posibilidad de recordar… Su  actitud cautelosa, sin embargo, era justificable… pues había razones de peso para actuar con sigilo… más aún, porque ella misma había experimentado la conmoción y el miedo de cerca… ligados, directamente, con los hechos que antecedieron a la desaparición de Luis.

 El enterarse de su muerte y, al mismo tiempo, ver truncado el entrañable y significativo gesto que representaba poder acompañarlo en su funeral – reducido, producto de las presiones, dificultades y temores del momento, a una abreviada sepultura efectuada sin concurrencia -… debe haber causado un doble impacto… mezcla de dolor y frustración, ambos, intensos y desoladores, porque esa posibilidad se diluyó… – lo pienso, especialmente, por mi madre, Juana – permaneciendo, a lo largo de los años, aunque existiera un lugar físico donde yacieran sus restos, la oscura sensación de una desaparición sin retorno… una especie de duelo carente, entrampado en todo aquello que quedó inconcluso… o, simplemente, no fue… La gravedad de los hechos que estaban ocurriendo en muchas partes del país que, para una gran mayoría, aún eran desconocidos en su real dimensión, era razón suficiente, quizás, para tomar resguardos y actuar con especial prudencia… pero aún así, la privación de aquel natural y fundamental derecho… sobre todo cuando la posibilidad de elegir cómo proceder en esa coyuntura, fue negada… abrió otra punzante brecha, de impotencia, amargura y desazón… El emotivo rito fúnebre que, por desgarrador que resultara, hubiese permitido reconocer en su integridad al hermano muerto antes de la simbólica despedida… también habría facilitado sobrellevar el duelo de mejor forma, internalizando, paulatinamente, la aceptación de la pérdida.

 Los emergentes obstáculos, con seguridad, podrían haberse sorteado con tal de encarar la realidad de su muerte… dando el paso necesario que la lealtad hacia ese ser querido merecía, más allá del miedo o cualquier otra resistencia ajena…. sin embargo, por desgracia, nada de eso se cumplió… simplemente, no sucedió… perdiéndose la oportunidad – a la larga, sanadora – de acompañar a Luis en aquel último encuentro que exigía la presencia de quienes lo quisieron y respetaron… Ese sentimiento, de doble ausencia… contrariamente a lo deseado, quedó atrapado en algún hondo escondite, hasta volverse un pasivo, silencioso y solitario pesar… como si un clamor sumergido, que el paso del tiempo no consiguió aquietar, siguiera resonando… en lo profundo del alma…

 –Poco antes del 11 de septiembre, fue la última vez que Juana vio a su hermano… Intentó, junto a su marido, saber de él yendo a casa de Amelia días después de ocurrido el Golpe, pero allí tampoco había noticias… Supusieron, entonces, que podría haberse ausentado temporalmente… con la esperanza de encontrarse a salvo, decidiendo qué acción tomar ante la gravísima evolución de los hechos. Por ser militante y trabajador del partido socialista, podría hallarse realizando averiguaciones urgentes, tomando medidas de protección y resguardo o reunido clandestinamente en alguna improvisada convocatoria, esperando recibir instrucciones o resolver estrategias a seguir… Era todo tan confuso, violento e inesperado… y tanto lo que no se sabe… que sólo se puede especular… ¿Habrá intentado organizar algún tipo de resistencia junto con otros de sus compañeros?… ¿Desistiría de ello al sopesar las limitadas opciones que los vertiginosos sucesos dejaban al descubierto?… ¿Habrá existido siquiera tal discusión?…. ¿Habrán quedado a su suerte?… Eso último, lo dudo, porque la solidaridad entre camaradas, dentro de las posibilidades que se ofrecían y más allá de la postura de cualquier dirigencia de partido, debe haber sido lo más espontáneo y preciado en esos decisivos momentos.

 Allende, llamaba al pueblo a no dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco  humillarse… a defenderse, pero no sacrificarse… ¿cómo debían interpretarse esas elocuentes palabras en aquellos instantes de profundo estremecimiento colectivo?… Al parecer, no pocos creyeron, con bastante ingenuidad, que un gobierno instalado a través de un Golpe impulsado por las fuerzas armadas, tendría pocas posibilidades de prosperar en el tiempo… Tampoco quedaba claro que Allende hubiera muerto realmente…. pues la información era dispersa, caótica, poco fiable… y costaba dar crédito al desastroso panorama que se iba imponiendo… Fue, entonces, la confianza en que, de algún modo las cosas se restablecerían – esperando que el desarrollo de los acontecimientos hiciera fracasar la confabulación golpista –  probablemente, el último esperanzador y casi engañoso recurso ante la extrema tensión imperante…

 Mantener la fe en que el legado de ese proyecto de cambios que expresó la Unidad Popular, debía prevalecer e imponerse frente al fascismo, que sólo encarnaba un estrepitoso retroceso para todas aquellas conquistas sociales alcanzadas y las que aún debían abrirse camino… podía representar una sólida convicción y una esencial forma de resistencia para infundir ánimos, transmitiendo un fuerte aliciente moral…  pero… ¿Acaso existía una organización sólida de defensa que pudiera contrarrestar el despliegue de soldados profesionales armados?… ¿Se poseía la suficiente preparación para reaccionar?… ¿Podía primar la coherencia y unidad entre las distintas fuerzas de la UP para combatir, conjuntamente, la ferocidad represora que comenzaba a expandirse?… ¿se confió en el pueblo organizado para el instante decisivo?… Lo cierto es que, por más divagaciones acerca de cómo podrían haberse decantado los hechos… nadie previó tanta traición hacia las instituciones democráticas… resultando, en síntesis, que lo acontecido acabó siendo mucho peor a lo imaginado…

 Con el correr de las horas, fue constatándose la casi total adhesión de las fuerzas armadas y de orden, quienes para asegurar el objetivo planificado por las cúpulas, que iban sumando fuerzas a su conjura golpista, no demoraron en realizar purgas internas para deshacerse de todos aquellos componentes que sí creían en una salida democrática… Sin embargo, más allá de cualquier evento, lo que nadie en su sano juicio podía imaginar, eran los extremos a los que llegaría la represión y el trauma múltiple que arrasaría con el devenir político y social de nuestro país… transformado por el fascismo, al paso de los días, meses… y años… en una colonia de experimentación, sometida y manipulada por un régimen dictatorial alineado ideológicamente a los intereses geopolíticos de los Estados Unidos, donde se pondrían en práctica todo tipo de atrocidades, aberraciones y apetencias criminales, ejercidas por los organismos secretos de inteligencia creados y dispuestos para tal efecto, con el objetivo principal de erradicar y paralizar a los movimientos populares y organizaciones políticas que encarnaban esas luchas … 

 El tiro de gracia que definiría el destino de esta golpeada patria, vendría determinado por la imposición del gran proyecto que justificaba todo lo anterior… la instalación, sin oposiciones y  con todas las garantías ofrecidas por una Dictadura genocida, de las bases políticas y económicas del perverso modelo de sociedad capitalista neoliberal que nos rige hasta el presente…

  –Coincidió en aquellos días, entre agosto y septiembre de 1973, que Juana, José (su marido) y Claudia, se establecieron de forma provisoria en la misma comuna donde residía Luis, Maipú… Allí, serían recibidos en casa de una hermana de José, que habitaba junto a su marido e hijos pequeños… El Golpe los sorprendió cuando ya se habían instalado en aquel lugar… Fue bajo esas circunstancias que, Juana, recordaría cómo durante una jornada tras el 11 de septiembre… angustiada por la falta de noticias acerca de Luis, no pudo aguantar que sus anfitriones, – felices por el derrocamiento de la Unidad Popular – celebraran llenos de regocijo el Golpe de Estado, ponderándolo como una auténtica hazaña… un acto de "liberación"… Mientras, ella, sufría su propio silencioso drama, centrada en la desaparición de su hermano… Presa de la indignación ante esa grotesca escena, se acercó al comedor donde llevaban a cabo la entusiasta reunión, brindando y riendo… para pedirles, muy seriamente, que por respeto a la preocupación y ansiedad que sentía, bajaran el tono o suspendieran el festejo, sincerando sus razones… Con ello dejaría en claro, además, su propio sentir al respecto…

¿Qué tipo de conciencias podían actuar con esa burda ligereza ante hechos tan devastadores y dramáticos?… aunque, claro, según su parecer, representaban lo contrario… Se trataba de personas comunes sin poder ni influencia, sólo adversarios políticos que tampoco habían perdido nada esencial durante ese período… ¿Habrán entendido alguna vez que también fueron manipulados, a través de todo el arsenal conspirativo que desestabilizó al país para, de esa manera, conseguir acabar con el gobierno socialista?… Probablemente, a lo largo de los años, mantendrían inalterada su postura inicial, sin plantearse nunca algún tipo de revisión autocrítica que los llevara a reflexionar, sólo un poco, acerca de las terribles consecuencias generadas por la violencia dictatorial… y, por extensión, a su reprochable actitud tras el manifiesto apoyo en favor de la intervención golpista.

 ¡Cuántas personas reaccionaron así!… pues esta es sólo una muestra… y me pregunto… ¿realmente, qué ganaron?….

 La inesperada irrupción tomó por sorpresa a los dueños de casa… quienes, sin embargo, mostraron un poco de consideración… disponiéndose a ceder a lo pedido por Juana… aunque, claro, sólo hasta cierto punto… Como era de imaginar, esto lo hacían con bastante desagrado… pero no por ello dejarían de manifestar su dicha por la caída de la UP, con ánimo victorioso y arrogante  – a esas alturas, una expresión de absoluta conformidad con lo que estaba aconteciendo… –  puesto que, a continuación, se trasladarían a algún otro dormitorio… para proseguir disfrutando de los destructivos sucesos ("heróicos" según su punto de vista) que propiciaban la "liberación del yugo marxita"… "el fin del caos"… o lo que se les ocurriera…. Algo así como un mal necesario para un bien mayor….

 Muchas personas que apoyaron y festejaron la caída de la Unidad Popular, también justificaron las violaciones a los derechos humanos cometidas durante todo el período posterior, por lo tanto, fueron moralmente cómplices… Otros tantos, sin embargo, habiendo sido partidarios  del golpismo y el gobierno pinochetista, décadas después, sostendrían que en su momento ignoraron este tipo de acciones… – "no sabían" lo que ocurría -… rechazando, en apariencia, este "aspecto negativo" como si se tratara de algo marginal, para seguir enalteciendo los supuestos "avances", la "estabilidad" y el tan vociferado "orden" (represión y control autoritario en términos objetivos) defendidos como un legado… Algo absolutamente cuestionable que, a lo menos, delata una profunda alienación e incapacidad de dimensionar la realidad… aunque, en el fondo, la explicación más honesta sea otra…  ¿Realmente no sabían o, simplemente, "no quisieron saber"…?. Información alternativa y crítica que denunciaba los crímenes de la Dictadura existía, fortaleciéndose esa tendencia con el transcurso de los años a medida que surgían más espacios y voces comprometidos con la verdad… ¿o es que resultaba cómodo y funcional aceptar todas las falsedades que los medios oficiales reproducían con descaro?…

 Lo cierto, es que hubo sectores  que sí apoyaron con fuerza la represión  aunque, al mismo tiempo, preferían someterse a una suerte de cínica ignorancia (o, sencillamente, fingirla) para  desentenderse de la realidad, como si nada los ligara a esa violencia sistemática… – en términos coloquiales "no era su problema" o, bien… si esos abusos ocurrían "por algo sería"… "en algo andarían" quienes eran perseguidos; todas, burdas y toscas justificaciones que revelaban la miseria moral de un grupo importante de compatriotas – mientras, por otro lado, en sus círculos comunes avalaban estas acciones con total indolencia y descabellada superficialidad… De esta forma, muchas personas participaron de la hipocresía que caracterizó a parte de la sociedad, aduciendo desconocer aquello que no les convenía, para disfrazar su propia conformidad y oscura condescendencia… que, con frecuencia, fue un reflejo de auténtica crueldad… "No hay peor ciego que el que no quiere ver"… y "lo que no se ve, no existe"… dicen por ahí…sin embargo, esa supuesta ceguera no  aminora el cargo moral, por haber defendido a un régimen fascista cuyos cimientos se sustentaron en el genocidio político y la represión. 

En esa misma casa, en otra ocasión, cuando aún era de madrugada… les tocó ser testigos de un episodio estremecedor… se trataba de un operativo militar enfocado en una vivienda del sector… que, luego de ser rodeada… de un instante a otro fue objeto de un despiadado ataque armado, en medio de un barullo ensordecedor y ráfagas sostenidas de metralleta que no cesaban… Instintivamente, tras el violento despertar y aún algo aturdidos, Juana tomó a Claudia y, junto a su marido, se tendieron contra el suelo dentro del dormitorio… La situación resultaba tan amenazante,  que temieron ser alcanzados por alguna bala perdida… Claudia, siendo una guagua de meses, lloraba producto de todo ese trastorno… Después de un rato que pareció muy largo, se detuvieron los disparos… Gente que había dentro del domicilio atacado, gritaba desesperada, agitando telas blancas y rogando que no continuaran… Al parecer, el lugar había sido una sede del partido socialista o en ella vivían militantes… Terminado el operativo, los militares se llevaron a los rendidos que se encontraban en su interior… Nada más supieron respecto a qué ocurrió posteriormente con esas personas…

 Mirando en perspectiva, no dejan de sorprender los raros contrastes que el devenir va dejando al descubierto… como si las fuerzas contradictorias que mueven al destino,  poseyeran un sentido propio… indescifrable por cierto… pero que, en ocasiones, revelan extrañas conexiones… similitudes… e, inclusive, aparentes recurrencias…

Fue así que, once años después, en enero de 1985… la misma casa donde les tocó vivir ambas situaciones antes descritas, y de la que se mudaron al poco tiempo… se convertiría en el funesto escenario de un episodio extraordinariamente violento y dramático…. Para aquel tiempo, los propietarios originales ya se habían ido… Sucedió, entonces, que el 3 de enero, un fuerte contingente compuesto por varios agentes de la CNI, tras un operativo criminal, asesinarían – de un modo alevoso y cobarde – a Alan Rodríguez, militante del MIR, quien fuera atacado repentinamente, encontrándose solo en en el lugar… Allí, le darían muerte, víctima de un intempestivo acribillamiento dirigido a la propiedad, cuyo estremecedor impacto quedaría marcado en la memoria de quienes fueron testigos… desatándose, al poco, un incendio a raíz de la explosión de un balón de gas en su interior, que consumió parte de la vivienda… Esta masacre, sería utilizada para construir un  montaje que la Dictadura presentó a través de toda su cómplice maquinaria comunicacional, como otro victorioso triunfo contra el "extremismo".

 –La mañana del 16 de septiembre de 1973, el cuerpo sin vida de Luis fue trasladado al Servicio Médico Legal… Catorce cadáveres – hallados en distintos puntos, siendo la mitad de ellos remitidos por personal de carabineros (8va comisaría y Tenencia Grecia) y el resto, en su mayoría, derivados desde un "hospital de campaña" – aparecen ingresados exactamente a la misma hora, treinta minutos antes del mediodía. La autopsia, – si acaso se le realizó un examen en profundidad – determinaría que dos impactos de bala con salida de proyectil le ocasionaron la muerte… uno disparado en dirección a la cabeza y otro en la región torácica… Al parecer, no se señalaron otras observaciones importantes en relación al estado del cuerpo o, si es así, no se mencionan en la poca información recabada sobre su causa particular para la Comisión Rettig. El deceso habría ocurrido el día 15 de septiembre a las cuatro de la tarde… sin embargo, en el libro de ingresos (conocido como libro Transfer) del SML no figura el dato preciso del lugar donde fue recogido su cadáver… aunque, por otras informaciones, se establece que fue descubierto en la vía pública, en algún punto de la Avenida José Pedro Alessandri… Sí se especifica que la procedencia del cuerpo tiene su origen en la Tenencia Grecia (Avda. Grecia) de carabineros, quienes lo habrían encontrado para luego enviarlo al SML…

 Lo cierto es que, al tenor de  las circunstancias del momento, cuando el país se encontraba bajo un temible estado de sitio decretado por la recién asumida Junta Militar… tras un Golpe de Estado especialmente destructivo y traumático que dio inicio a la peor Dictadura que haya vivido Chile… con las fuerzas militares y policiales ejerciendo represión en forma descontrolada, deteniendo, torturando y asesinando a partidarios de la Unidad Popular, militantes de izquierda y, aún, personas que ni siquiera tenían afiliación política o hasta eran contrarios al gobierno depuesto – pues, en no pocos casos,  la arbitrariedad fue absoluta, como ocurrió con los fusilamientos por supuesta violación del toque de queda, entre otras acciones aberrantes – que aseguraron el sometimiento de gran parte de la población al rigor de las nuevas disposiciones autoritarias… sin dejar de lado, además, los allanamientos masivos y la intervención que desde un primer momento se hizo de todos los organismos e instituciones del Estado, designando a mandos militares en las jefaturas, quienes impartían órdenes dirigidas a desmantelar o reorientar el funcionamiento de las reparticiones y, de paso, intimidar, perseguir y encubrir lo que estaba sucediendo; considerando, entonces, toda esta complejidad, nada impide conjeturar que el propio funcionamiento óptimo de los procedimientos y análisis tanatológicos practicados en el SML – en especial los diagnósticos finales – pudieran haber sido, en alguna medida, alterados por la  omisión de datos, dejando de lado ciertos aspectos relevantes cuyo silenciamiento impedía saber, en detalle, el  estado crítico que presentaban muchos cadáveres…. ¿Podría ésto haberse originado en una nueva orden o disposición emitida, intencionadamente, por algún interventor militar?…  ¿o ésto obedeció sólo al  colapso sufrido por el servicio que, debido al gran número de cuerpos ingresados, vio desbordadas las capacidades del personal disponible?… Esta duda surge pues, al parecer… el daño real, versus las breves razones contenidas en algunos informes, resultó ser mucho más dramática y deplorable… cuando no, particularmente terrible, producto del grado de ensañamiento… dando cuenta de visibles signos de torturas infligidas antes de las ejecuciones. Por otro lado, el aumento desproporcionado de muertes en las primeras semanas y meses tras el Golpe, demandó una actividad inusual del SML… por lo tanto, se puede sospechar que su funcionamiento estuviera bastante vigilado…

 Planteo esta duda, debido a un descubrimiento casual que, por su crudeza, resulta impactante y revelador a la vez… vinculado con aquello que, frecuentemente, no se precisó… Me refiero a los múltiples rastros físicos atribuibles a la  la aplicación de brutales torturas.

 A la misma hora que el cadáver de Luis era ingresado al servicio médico legal… otro cuerpo, cuya identidad no se pudo dilucidar de inmediato, remitido desde la misma Tenencia Grecia de carabineros,  quedó registrado a renglón seguido del libro de ingresos (sólo ellos dos figuran con esa procedencia según lo consignado). Se trataba de una joven mujer que, en principio, quedaría asentada en calidad de "N.N.", siendo posteriormente identificada… Aquella mujer, era Blanca Marina Carrasco Peña, de 27 años, madre de dos hijos, estudiante y dirigenta del MIR en la Universidad Técnica del Estado… Blanca, fue detenida la mañana del 15 de septiembre en circunstancias que iba a realizar averiguaciones, encaminándose hacia una comisaría cercana a la Villa Macul, sector donde residía… Al poco de llegar, sería reconocida y denunciada a un superior por uno de los efectivos de carabineros que se encontraba en dicho lugar, quien la ubicaba por ser vecino del mismo barrio. El sólo tacharla de "comunista"  bastó para proceder a su detención ulterior, cuando iba de regreso a su hogar. Ni siquiera el ser hija de un carabinero en retiro sirvió para que se tuviera con ella algún tipo de consideración… o piedad… siendo interrogada y torturada antes de ultimarla, transcurridas varias horas, producto de múltiples impactos de bala disparados en la región torácica, como se estableció en el protocolo de autopsia… sin embargo, pasados algunos días, cuando miembros de su familia acudieron a reconocerla, ya enterados que el cuerpo de Marina se hallaba en dependencias del SML… quedaron en shock al descubrir, con dolor y espanto, que el cuerpo presentaba muestras evidentes de feroces agresiones… pues el efecto devastador de las diversas lesiones y traumas, era patente.

 Algo que singularizó a este caso en particular, fue que el padre de Marina interpuso, ya en aquel entonces, la denuncia pertinente para que se investigaran los hechos y se establecieran las responsabilidades correspondientes contra los perpetradores de este atroz crimen, acción que, para el momento que vivía el país, con todas las instituciones intervenidas y el Poder Judicial sometido al dominio de la Junta Militar, resultó algo fuera de lo común… Al parecer, se inició una investigación…. sin embargo, sólo hace pocos años, finalmente, y en el contexto de procedimientos exhaustivos relativos a causas por violaciones de derechos humanos cometidos en Dictadura, el caso de Marina llegó a una sentencia definitiva, donde fueron condenados tres integrantes de carabineros como autores en distintos grados.

  –¿Fue torturado Luis?… esa es una dolorosa duda que, a la luz de la poca información existente sobre su particular situación, permanece sin una respuesta fehaciente… sin embargo, la incógnita al respecto no impide elucubrar tal posibilidad, pues existen indicios que apuntan con fuerza en aquella dirección… Compañeros y conocidos suyos fueron torturados, algunos incluso debieron sufrir el traumático paso por el Estadio Nacional, transformado para aquel entonces en un gran campo de concentración destinado a la represión de perseguidos políticos. Allí, mientras funcionó, se mantuvo en cautividad a miles de prisioneros de ambos sexos, muchos de los cuales fueron víctimas de todo tipo de vejaciones y apremios… culminando este inaudito desplome de perversión y violencia, en la comisión de una gran cantidad de asesinatos.  Esta regularidad criminal, se llevó a cabo con especial saña durante las primeras semanas luego de ocurrido el Golpe cívico militar.

 ¿Fue conducido Luis al Estadio Nacional tras haber quedado bajo custodia de carabineros?… ¿Pudo incluso haber sido torturado y asesinado en ese mismo recinto – controlado por militares – para posteriormente ser sacado y arrojado a la vía pública?… no existe algún testimonio conocido que avale o desmienta ese hecho… por lo tanto, no es algo que se pueda descartar.

 –No es fácil precisar si fue un día antes o el mismo 15 de septiembre de 1973… pero Luis logró llegar a la casa donde vivía su madre y la familia de su hermana mayor, en la Villa Macul… Buscaría saber cómo se hallaban tras los recientes acontecimientos, dando de paso noticias suyas… quizás, pensando también en pedir algún tipo de ayuda… pero, para su sorpresa, se encontró con una noticia alarmante, algo inesperado…. Paquita, recordada por su firmeza de carácter… se veía, en esos momentos,  seriamente preocupada… asustada y nerviosa… Esta inusual reacción, había sido gatillada por un sorpresivo evento reciente…  algo fuera de lugar que resultó chocante, violento y , a todas luces, amenazante… Tiempo antes, un grupo de carabineros perteneciente a una comisaría cercana, acudió al domicilio preguntando por él… conminando a quienes atendieron el llamado a que le dieran aviso para presentarse en el acto, pues lo requerían para llevárselo detenido… pero Luis no vivía ahí y tampoco se encontraba…. Ante la negativa, hicieron ingreso al hogar, aprehendiendo al marido de Paquita, Sergio, quien fue tomado como sospechoso y llevado en lugar de su cuñado, sin más motivación que ejercer presión, a modo de advertencia, para así forzar un conflicto familiar que obligara a localizarlo … En el fondo, se trató de un secuestro extorsivo, siendo Sergio trasladado prácticamente en condición de rehén, a la espera de que Luis se entregase.. Un recurso perverso para coaccionar a su entorno cercano, asegurando, de esta forma, el objetivo que tenían en mente…

 ¿La yaya se habrá dado cuenta de lo que ocurría?… ¿Habrá existido alguna despedida antes que Luis se apersonara en la comisaría, enterado ya de lo acontecido en casa de su hermana?… Es difícil determinarlo, aunque es probable que haya presenciado la llegada de carabineros buscando a su hijo y la posterior detención de Sergio… lo que, por sí sólo, debió alterar su ánimo, provocandole un visible estado de intranquilidad… Durante aquella interminable y angustiosa espera, aguardaría con ansiedad un pronto desenlace para este indeseable asunto… cuyo áspero desarrollo, sin embargo, sólo consiguió sembrar  más dudas y temor…  desvaneciendo las expectativas…

 Finalmente, Luis, con total  asombro… sorprendido por la revelación que su hermana le hiciera y comprendiendo la gravedad de lo sucedido, decidió ir sin pensarlo demasiado a la comisaría indicada, con el afán también de aclarar y revertir la injusta captura de su cuñado puesto que, dado lo contraproducente de los hechos, el chantaje realizado por carabineros lo transformaba, forzosamente, en responsable de esa detención . Al  parecer, la mentada comisaría correspondía a la ubicada en la contigua Población Santa Julia… ¿Con qué ánimo habrá dirigido sus pasos en esos momentos de sobresalto?…   ¿Presintió que algo malo podía sucederle mientras se encaminaba al lugar donde se perdería su rastro?… Lo cierto es que, en el supuesto que algún súbito temor lo hubiera hecho dudar en esos instantes, lejos de disuadirlo y actuando en consecuencia, prosiguió hasta llegar a aquel sitio que se convertiría en su funesto y último paradero conocido, antes que se supiera de su muerte.

 –Me lo imagino seguro de su decisión, pues sabía que las consecuencias generadas por aquel desconcertante incidente y sus delicadas repercusiones a nivel familiar, revestían gravedad… requiriendo una solución urgente. Para Luis, zanjar aquella situación era lo prioritario y, por lo mismo, su respuesta no admitió vacilaciones. La enorme injusticia que se estaba cometiendo – producto de la infame acción policial – era, desde todo punto de vista, inaceptable, por lo tanto debía presentarse para librar a su cuñado de algo que sólo lo involucraba a él… sin embargo, también lo percibo con bastante desasosiego, pues una natural sensación de creciente tensión empezaría a rondarlo, provocando nerviosismo, preocupación y un notorio recelo… El hecho de ser buscado y la insólita maquinación empleada para conseguir su detención que, a la luz de lo ocurrido, resultaba particularmente insidiosa, parecía entrañar un peligro aún no previsto… ¿Acaso evidenciaba un fatídico indicio de algo peor?… ¿Qué deseaban?… ¿Para qué lo acorralaban en esos términos?… Con estos pensamientos y sensaciones a cuestas, llegaría al lugar donde lo esperaban… ¿Habrá distinguido algún movimiento extraño poco antes de ingresar?…

 Todo cambiaría tras acceder a la comisaría e identificarse… pues, casi de un momento a otro, debió experimentar un brusco golpe de conciencia al advertir el oscuro panorama que allí le esperaba… Algo especialmente nocivo se cernía en el entorno… pues aquel lugar era una trampa y él, una de las calculadas presas que, guiado por un deber ineludible, quedaba atrapada… sin posibilidad de defensa… Sentiría, de pronto, que el peligro, el terror y la muerte eran reales… eran posibles… y allí se encontraban, acechantes… demasiado cerca… en la que pronto se tornaría una paralizante procesión de violencia… cuya única finalidad era dañar, destruir… desechar… Maldad pura liberada y puesta al servicio de las nuevas políticas genocidas, establecidas por los "valientes" miserables de siempre en su insano afán opresor… que, para nuestra desgracia como pueblo, sólo recién empezaba…

 ¿Podría, Luis, voltear la mirada y retornar sobre sus pasos a las vidas de quienes lo esperaban?…  Parecería un sueño casi inalcanzable en esos momentos… pero la pesadilla era real y las posibilidades de salir de aquel infierno, conservando la vida, tan escasas como la nula capacidad de sus agresores de rebelarse ante órdenes criminales… No hubo dilema en ellos… Obedecieron, porque también participaban del mismo abuso de poder… y si acaso alguno tuvo un mínimo escrúpulo, su propia horadada conciencia le habrá recordado, con el tiempo, el peso imborrable de ese acto cobarde…

 ¿Podría escapar a través de sus pensamientos?… ¿Era posible evadirse de alguna forma para no claudicar?… Cualquier arrepentimiento sólo podía quedar atrás… pues, a esas alturas, era inútil… Traspasado el umbral, nada de lo que sucediera fuera de esos sombríos límites podría ayudarlo… 

 A partir de aquel instante, un trato soez y violento marcaría la pauta de sus últimas horas, soportando una actitud especialmente hostil y prepotente que no demoraría en tornarse más severa, derivando en agresiones… A medida que pasaba el tiempo y la brutalidad se volvía rutinaria… seguramente, entre interrogatorios y golpizas, lo imagino aprisionado en un estado de enorme desconcierto y desesperación interior, cautivo en aquella sombría antesala… donde lo cruento y absurdo se conjugaban en una mezcla desquiciante. Intentaría mantener a flote su ánimo, aferrándose internamente a algo que le permitiera sostener su integridad, para evitar desmoronarse … a pesar de los constantes e insufribles ataques que amenazaban su vida y la de los que se encontraban junto a él, en igual condición… Ya no había posibilidad de defenderse… y aunque resistiera, se hallaba a merced del cruel arbitrio de sus carceleros.  Sus pensamientos, ante el perturbador impacto por aquello que veía, oía y sentía , con frecuencia debieron refugiarse en el recuerdo de los suyos… especialmente, en la imagen de su pequeño hijo, Marcelo… sin lugar a dudas, el vínculo afectivo que más cuestionamientos propios debe haberle despertado , en una espontánea y dolorosa interpelación a sí mismo… Probablemente, durante ese demencial intervalo, previo a ser ejecutado, muchas sensaciones contradictorias lo invadieron… ¿Albergaría alguna esperanza de supervivencia, cuando la violencia desatada era la ley que comenzaba a imperar en cada rincón arrasado por el fascismo golpista?… Conmocionado y abrumado, comprendería en aquel trance que, él, representaba para sus aprehensores, – así como todas y todos quienes fueran perseguidos y capturados bajo esa lógica desaforada y vengativa – un enemigo despreciable al que había que quebrantar o suprimir a como diera  lugar….

 El delirio "anticomunista" – sólo por utilizar uno de los términos que mejor ejemplifica aquel exacerbado y voraz prejuicio –  alimentado durante generaciones, con variadas denominaciones que encarnaban un mismo sentir hostil, sustentado en la aversión y la intolerancia convertidos en dogmas… adquirió la forma de un odio irracional, diseminado desde el seno del conservadurismo… desde los púlpitos, las creencias… la enseñanza y las instituciones en general… Todo un discurso vuelto arma letal que, finalmente, guiado por las directrices de la sanguinaria represión dictatorial, acabó transformado en política de Estado.. encontrando, en aquellos días, su cauce de expresión más radical y frenético…

 Él, más allá de sus ideales y sueños, por los que era atacado y sometido,… en aquellos desesperados instantes también era un padre inmerso en su propia congoja, sintiendo el irreductible peso de la amargura… por ya no poder regresar… pero deseando,  al mismo tiempo, con mucha fuerza… que las amarras desaparecieran, para escapar y abrazar a los suyos, llenándose de esa emoción que lo devolvería a la vida… y quizás…con un poco de suerte… ¿podría ser eso posible?…… sin embargo, para aquel entonces, ya era conciente del peligro que lo rodeaba, intuyendo su verdadero significado…

En esos aciagos momentos, él, se hallaba reducido a la condición de prisionero sin  derechos… aguantando una violencia reiterada… exagerada e irracional, que sólo podía indicar una cosa … su inminente ejecución… ¿Habrá tenido el mínimo consuelo, al menos, de no sentirse completamente solo en medio de aquel tormento?.  De pronto, sintió que su existencia acabaría así… lejos de su familia, encerrado entre aquellas paredes secretas donde la crueldad se manifestaba cobarde y libremente, gracias al autoritarismo abusivo y criminal que el nuevo orden de facto otorgaba…  y sin posibilidad alguna de poder exigir nada… Sumido en aquella angustia, debe haber vislumbrado, entre sucesivas y confusas oleadas de pánico, esperanza, remordimiento, tristeza… y gran desaliento…. cómo su ausencia determinaría todo un futuro distinto, pues ya no podría compartir con su hijo, ni amarlo, ni protegerlo, ni verlo crecer…  Aquel papá inquieto e idealista, que soñaba y luchaba por un mundo con mayor justicia social… ese mundo que no llegó a materializarse en plenitud y que también anhelaba para sus seres queridos… pasaría a la posteridad como  un borroso recuerdo que, por desgracia, el tiempo y quienes pudieron hacer algo más, poco contribuyeron a rescatar de entre las cenizas de una memoria casi oculta, casi censurada , como habría correspondido en justicia para su necesaria preservación…

 En algún minuto, Luis, debió comprender, con gran pesar, que ya no había posibilidad de revertir el destino que sus verdugos le reservaban… presintiendo, con cada agitado pálpito, que su existencia se aproximaba a un forzado término… pues, como a tantas y tantos compatriotas en aquellos desafortunados días, el fascismo lo condenó a una muerte prematura y cruel… acción fundamentada sólo en el odio y la intolerancia desenfrenados, ejercidas por funcionarios de las fuerzas de orden del Estado… Dejando, con ello, un vacío que alcanzó a todo su círculo afectivo e, inclusive, a quienes no lo conocimos.

 Se decía que lo hicieron correr… disparándole por la espalda al momento de ser ejecutado… circunstancias que tampoco son del todo claras pero, como haya sido… los impactos de bala que le quitaron la vida fueron sólo la estocada final… pues la herida más sangrante, cuyo visceral dolor debió sumergirlo en una profunda desesperanza, cercenando sus fuerzas, fue la que seguramente experimentó al convencerse de las pocas posibilidades reales que tenía de salir con vida… asumiendo que, en esos momentos críticos, prácticamente  nada dependía ya de su voluntad, fortaleza, convicción, resistencia o ganas de continuar… Su suerte estaba echada, y aunque de pronto pudiera infundirse ánimos, recuperando un poco de confianza… una devastadora sensación que parecía conducirlo al vacío, emergía con más fuerza… No podría volver para seguir viviendo entre los suyos…. y el derecho a compartir una despedida… quedaría, sin contemplaciones, fuera de su alcance… 

 En esa oscuridad, orquestada bajo el infame designio de unos cuantos inmorales, amparados por un poder sanguinario que los alentó a actuar con la intransigencia y brutalidad que deseasen …  toda esperanza se esfumaría… La realización de un encuentro final, lejos de aquel sufrimiento sin sentido, quedaría relegada a la íntima visión de un espacio imaginario… aún difuso… Sin más alternativa… Luis, de igual forma intentaría escapar, aunque su cuerpo siguiera allí, atrapado… condenado a no volver… Buscaría un pasadizo que sólo su mente sería capaz de hallar entre las sombras… pues sus opresores se habían transformado en eso … sombras… grotescas y abominables,  cuyos fétidos insultos y amenazas, repetidos de mil formas,  ya ni siquiera provocaban el terror inicial… Por más que quisieran devolverlo a esa despiadada realidad, que tan orgullosamente infestaban de sufrimiento… él, reaccionaría cada vez menos… porque sus fuerzas y ánimo mermaban, dejándolo exhausto, destrozado y absorto… sin embargo, casi como en un ensueño, seguiría conciente…  inmerso en la secreta y anhelada huida… Fuera una ilusión o no…  esa pesadilla que lo consumía era algo imposible de asumir… incluso de comunicar… y la desesperación… de nada serviría para abrir alguna grieta que le permitiera escabullirse… entonces, sólo pensaría en dejarse arrastrar… por aquel profundo deseo liberador que lo guiaría de regreso al mundo que recordaba… 

Las ridículas imputaciones que sus captores esgrimían para justificarse, por momentos parecían un escandaloso e insistente retumbo… algo semejante a ladridos…. pero no, increíblemente, se trataba de voces… desalmadas voces humanas… – literalmente, sin alma -… sólo empeñados en recriminar, castigar, humillar… El leve desahogo, al final de cada dolorosa queja… indetectable para los otros… abriría el camino hacia un espacio de abstracción… como si algo en él levitara, aferrándose a una quimera… de esta forma, sentiría que su conciencia despertaba en otro sitio… donde cada ser amado acudiría a esperarlo, reuniéndose a través del recuerdo aún fresco de vivencias comunes y  sueños compartidos… Así , recibiría con plena aceptación aquel luminoso e incondicional afecto de quienes lo quisieron… única fuerza que podría ayudarlo a  restaurar su humanidad herida… aliviando, también, la dura agonía interior que rebasaba cada una de sus defensas… hasta alcanzar todos los rincones  de su esencia, ante la certeza de una muerte próxima…

¿Cómo podía haber cambiado todo en tan poco tiempo?…   ¿Era posible que su existencia acabase así… a merced de unos energúmenos despreciables y extraños arrojándolo al vacío?… ¿Cómo librarse del miedo cuando el ser no se resigna… a dejar de ser?…

 Sus ejecutores, enardecidos en aquel repulsivo festín de ira, burlas, perversiones y satisfacción criminal, con todo el poder a su disposición… nada concedieron… impidiendo, así, que Luis pudiera llevarse consigo un poco de fraternal luz; aquel consuelo de una última imagen o unas cuantas palabras pronunciadas por alguien cercano… Ese don, hubiera apaciguado en algo la profunda aflicción que lo ahogaba, evitándole quedar absorbido entre los lamentos y la penumbra que invadieron las últimas horas de su existencia.

 Las múltiples y viciadas razones que los movieron, cargados de furiosa exaltación y ansiosos de represalias, sirvieron de excusa para desconocer la condición de individuos con derechos que tenían todos y todas quienes fueron perseguidos… Aquella visión inmisericorde, propia del fascismo, despojó a cada víctima de su condición humana, justificando así el progresivo genocidio político puesto en marcha… que, para enorme desgracia de nuestro país, se transformaría en una férrea política formulada desde el poder, extendiéndose por largos diecisiete años de Dictadura… y aún más…

 En la mente de sus "obedientes" verdugos,  el asesinato de Luis, – así como los innumerables crímenes cometidos contra  diversos sectores de la población que ni siquiera disponían de medios para defenderse – quedaría reducido a la – supuestamente "honrosa"- categoría de "deber cumplido"… adquiriendo, según su infame y retorcida manipulación de los hechos, el valor de un "acto patriótico"… y, por consiguiente, una victoria, un escarmiento necesario… escudándose en la lógica de una ficticia guerra interna que nunca existió… Luego de liquidarlo, su muerte equivaldría a la exitosa supresión de un "enemigo de la patria".. la eliminación de otro marxista, comunista, upeliento, extremista, antipatriota, subversivo, etc, etc…. "cargos" todos, a la medida de la tergiversación fascista y sus objetivos genocidas…  Uno menos, abatido en su "heróica" purga… pasando a engrosar aquella abismante y perturbadora  lista de crímenes que  lacerarían, sin  tregua, la conciencia popular… Una auténtica catástrofe cuyas repercusiones quebrantaron, irreparablemente, la convivencia social,  resintiendo diversos aspectos –  individuales y colectivos – a través de secuelas síquicas, emocionales e identitarias que también reflejaban la enorme necesidad de construir espacios de encuentro y resistencia…   ¿Qué significaba ser y sentirse chilenos bajo una Dictadura brutal que acechaba cada ámbito de la cotidianidad?…  Dictadura que, al mismo tiempo, distorsionó los símbolos comunes, imponiendo una visión rígida, conservadora, clasista y unilateral de la realidad, ideal para sus adeptos… mientras, para una mayoría dispersa, se naturalizaba – por medio de la violencia sistemática aplicada desde el Estado –  la cultura del miedo, la represión, la vigilancia, la exclusión,  y una acérrima intolerancia contra todo lo que cuestionara el orden autoritario vigente… pero, aún así, con casi todo en contra, la necesidad de rebelarse haciendo frente a la tiranía, se abrió paso con más fuerza a medida que pasaba el tiempo… y la solidaridad, incluso en las horas más oscuras, no dejaría de manifestarse de alguna forma …

 Nunca sabré lo que realmente sintió o padeció Luis durante ese amargo trance, pero así lo imagino… Es posible que los hechos se desarrollaran de manera muy distinta… con diferencias en cuanto al tiempo que permaneció con vida luego de haberse entregado, la forma e intensidad de los tratos crueles que debió recibir, etc…  quizás le dieron muerte casi de inmediato o, al contrario, su sufrimiento fuera mayor… incluso que , finalmente, lo condujeran a otro lugar para asesinarlo… Lo cierto es, que el suyo quedó como uno de los tantos crímenes cometidos en aquella primera etapa posterior al Golpe cívico militar – caracterizada por la masiva y descontrolada represión que a su paso dejó miles de víctimas –  sobre los que se extendió un grueso velo… pues, respecto de lo sucedido, sólo pervivió un inmutable y pesado silencio como, asimismo, la nebulosa impuesta por una inalterada impunidad… La imprecisión de lo ocurrido durante esas horas finales, sin embargo, no modifica en nada el sombrío trasfondo, pues queda claro el por qué lo asesinaron, qué mentalidad impulsó todas las masacres perpetradas en aquellos días y a través de quiénes se ejerció esa violencia…

 Por cierto, Sergio, su cuñado, quien sufriría apremios físicos y amenazas mientras permaneció en condición de prisionero – en una suerte de planificado "canje" -… corrió una suerte distinta. Sería liberado luego que Luis se entregase… afortunadamente, porque en esos momentos, cuando el Estado de derecho no funcionaba en la práctica, nada podía garantizar, con alguna seguridad, que sus aprehensores le permitieran retornar…

 No puedo evitar recurrir, nuevamente, al caso de Blanca Marina Carrasco… pues, quizás, haya existido alguna coincidencia en relación al lugar donde estuvieron detenidos… aunque eso es sólo una especulación. Cabe recordar que, ambos, según la razón contenida en el protocolo de autopsia del SML, fueron ultimados por heridas de bala… sin embargo, la realidad, como claramente queda establecido en el caso de Blanca, resultó ser  mucho peor a lo determinado en las pericias… siendo la causa de su muerte, evidentemente, más compleja , por todo lo que padeció a manos de sus captores, los mismos que la torturaron y asesinaron.

 –El procedimiento iniciado por carabineros con la intención de detener a Luis , se originó,  según se sospecha, en alguna  denuncia realizada, directamente, por alguien que de manera voluntaria quiso delatarlo… al menos, eso se rumoró con fuerza. Lo curioso del hecho es que, residiendo en Maipú, con tanta rapidez indagaran su paradero en Macul, en casa de su hermana… Eso permite pensar que, quien fuera el que lo delatase, sabía de su afiliación política y lo conocía del mismo sector donde había vivido años antes… No era un extraño y, regularmente, visitaba a su madre en la Villa Macul, manteniendo contacto con el barrio, por lo que resulta plausible pensar que alguna persona de la vecindad fuera quien informó a carabineros, entregando la identidad de Luis con la sóla intención de perjudicarlo.

 Me pregunto, pues sabido es que se trató de una práctica sostenida en esos días, para vergüenza permanente de nuestra sociedad…  si esta gente – que posee una responsabilidad moral inextinguible – alcanzó a ser mínimamente consciente de las terribles consecuencias que  estas acciones, maliciosas y cobardes – por la bajeza que las guió – podían desencadenar… Ciertamente, ya desde la transmisión de los primeros bandos militares, se instó a la población en general a obedecer y apoyar a las fuerzas armadas y de orden en su labor persecutoria que – como se constataría posteriormente -, muy pronto reveló una genuina motivación político genocida, contra lo que algunos dieron en llamar – empleando términos que reflejaban un grado extremo de animadversión, en tono delirante – el "cáncer marxista"… Ataque encarnizado, promovido por el fascismo como un acto patriótico de liberación nacional…

 La delación voluntaria se volvió, entonces, una de las formas de "colaboración" hacia las nuevas autoridades, especialmente favorecida e impulsada por muchos civiles aliados del golpismo… no faltando, quienes aprovecharon rastreramente esta instancia para consumar venganzas personales o, inclusive, asegurar oscuras intenciones de otra índole… Estas denuncias constituyeron – como se desprende de diversas experiencias – una fuente de información que sirvió de base para activar implacables operativos de captura, donde la intervención de contingente armado – ya se tratara de militares o policías –  alcanzó niveles de abuso y vulneración caracterizados, con frecuencia, por su extraordinaria violencia… En no pocos casos, estas denuncias culminaron en aterradores actos de ensañamiento y asesinatos que involucraron a numerosas víctimas… iniciándose un proceso de destrucción que marcaría y marcará a la sociedad chilena por generaciones.

 Pudiera ser, también, que tras realizar allanamientos u obteniendo información por otras vías, hubieran dispuesto de antecedentes suyos previos o, peor aún, que su nombre surgiera bajo algún tipo de presión violenta o torturas sufridas por alguien más; dolorosa especulación que, sin embargo, ofrece una explicación posible, pues la permanente, metódica y sistemática crueldad a ultranza utilizada por miembros de las instituciones armadas, – el gran brazo ejecutor del golpismo – como mecanismo para afianzar el aplastamiento ideológico y organizacional de las fuerzas políticas que conformaron la UP, alcanzó niveles de perversión que hasta el día de hoy cuesta comprender y, más aún, asimilar.

 –Según consta en el libro de ingresos, el cuerpo de Luis fue retirado del servicio médico legal, el día 22 de septiembre… una semana después de  su asesinato. Paquita, avisada en esos días por alguien que tuvo conocimiento de esta lamentable información, procedió a dirigirse al SML, donde pudo reconocer el cuerpo de su hermano… El escenario en que se desarrolló esta triste diligencia, debe haber resultado especialmente macabro, pues sabido es que la morgue se encontraba literalmente atestada de cadáveres de personas ejecutadas, apilándose por decenas y cientos a medida que pasaban los días… ¿En qué deplorable estado se habrá encontrado el cadáver de Luis cuando lo identificó?… La sóla causa de muerte ya manifestaba algo perturbador, puesto que uno de los impactos de bala dio directamente en el cráneo… sin embargo, la verdadera imagen del daño infligido a su hermano, es algo que sólo se puede conjeturar… Lo que haya visto Paquita o quienes se encontraran in situ en el momento del reconocimiento, quedó oculto y sellado en algún rincón de una memoria que, con el tiempo, se extinguió…

 Luis, sería enterrado en el Cementerio General,  sobre una gran muralla perimetral cubierta de nichos, ubicada en el extremo norte del camposanto… justo frente a un sector especialmente recordado por su aciaga, sombría y espeluznante historia… me refiero al infausto Patio 29. Esta porción de terreno, fue habilitada en principio para su uso como fosa común, cuya finalidad era recibir los cuerpos de personas fallecidas sin identificación conocida o de aquellos que no eran reclamados, como en el caso de algunos indigentes… sin embargo, inmediatamente ocurrido el Golpe fascista, sería utilizada para la inhumación ilegal masiva de cientos de ejecutados políticos, muchos de los cuales fueron falsamente sepultados como "N.N." (no identificados)… entre ellos, varias personas que al día de hoy siguen en calidad de desaparecidas. Sería la misma Dictadura responsable de estos crímenes, haciendo gala de su despiadada inmoralidad… – en un acto que refleja la extrema degradación que caracterizó su calculada voluntad de exterminio –  la que, años más tarde, también se encargaría de remover parte importante de las osamentas contenidas allí, para eliminar evidencias…

 –Sobre el enlucido frontal del nicho donde reposan sus restos, sería inscrita una fecha de defunción falsa… que la fijaba – ¿convenientemente?…- algunas semanas antes… como si Luis hubiera fallecido los últimos días de agosto de 1973… ¿Un error?… ¿Un acto deliberado?… ¿Acaso otro artificio tendiente a distorsionar la verdad con el fin de disimular la alta cifra de defunciones?… Muertes, cuya magnitud sólo podía adjudicarse a la masiva y brutal represión implantada desde el primer minuto, por las fuerzas golpistas y sus aliados…

 No deja de sorprender, al observar con detención  los nombres y fechas registrados en las distintas secciones a lo largo de esa extensa estructura, lo frecuente que resulta descubrir a potenciales víctimas de violaciones a los derechos humanos… en su mayoría, personas jóvenes.. Allí, puede advertirse una curiosa línea temporal… donde, cada cierto tramo, surge la sospecha… ¿Acaso otra posible víctima?… Naturalmente, una oportuna reflexión invita a plantearse ciertas interrogantes… ¿Cuántas de estas personas no habrán sido consideradas en algún informe oficial?… ¿Cuántas quedaron olvidadas?… o, más desolador aún… ¿para cuántas de ellas no quedó nadie que pudiera transmitir o legar algún testimonio?… Como extraña anécdota, es la misma letra de bello trazo la que se repite, al pasar de los meses, durante varios años… la misma caligrafía que, intencionalmente o no, "equivoca" la fecha de defunción de Luis … ¿Qué descarnada historia puede ocultarse tras cada nombre detenido en el tiempo?… ¿Cuántas verdades quedaron amordazadas para siempre, por un silencio que nadie pudo romper?… Resulta sobrecogedor imaginarlo…

 Al transitar por la amplia calle longitudinal que bordea el límite norte del cementerio… las sepulturas en alto van sucediéndose, enmarcadas en el tiempo posterior que siguió su imparable curso… ahora, al compás del siniestro gobierno dictatorial … 1974, 1975, 1976, 1977… finalizando una década y abarcando la siguiente, cuyo dramático pulso sería impactado por más represión criminal y corrupción de las instituciones del Estado, así como la creación de nuevas y perniciosas políticas, enfocadas en implementar un modelo "de desarrollo" esencialmente mercantilista, privatizador de derechos sociales y defensor de la concentración de riqueza en pequeños grupos de poder.

 Con cada año afloraría, también, una íntima sensación de pérdida… removiendo el recuerdo de aquellas voces ausentes que, sin embargo, aún resonaban con nostálgica frescura en el silencio…

 Inevitablemente, los pensamientos se concentran en el recuerdo de todas y todos quienes iban desapareciendo…  en los que eran atormentados y asesinados al caer en las garras de los servicios secretos, dedicados a perseguir y aplastar cualquier intento de rebelión organizada – a esas alturas, más selectivos y "profesionalizados" en sus sádicas funciones represoras –  y, como resultado de toda esa aniquilación… en el gran despojo de humanidad que sufrimos como sociedad… como país… sin olvidar, los diversos traumas que estos atropellos y vulneraciones provocaron a un nivel más individual, del cual muchos ni siquiera son conscientes… Un vacío doliente que seguirá pesando, por mucho tiempo… 

 Para ese entonces, los agentes al servicio del terrorismo de Estado, habían "experimentado" con muchas víctimas… Ya sabían cómo proceder con eficacia para obtener la información que buscaban o conseguir los efectos deseados… no reconociendo límites a la hora de aplicar todo tipo de violencia, si con ello lograban sus objetivos… La represión y el exterminio políticos se habían institucionalizado… pasando a cumplir una función estratégica, estimulada, protegida, financiada y encubierta por el Estado dictatorial…

Por otro lado – como es lo natural, aunque no por ello menos triste – la imagen de Luis parecía desdibujarse con el correr de los años… como si, inevitablemente, su detenida expresión le perteneciera al sentir de una época cada vez más lejana, con sus aspiraciones e ideales – que, sin embargo, no deja de transmitir profundas señales al presente – … y de un sueño eclipsado que se atrevió a desafiar lo establecido, planteando otra forma de concebir la vida… Una idea cimentada en principios de solidaridad y ruptura con los viejos esquemas sociales de marginación, desigualdad y despotismo… para construir una nueva conciencia y realidad que posibilitara grandes transformaciones en beneficio común.. Él, así como tantas y tantos, se volvió parte del poderoso eco inmortal que siempre clamará por la memoria de aquel mundo derribado… mundo que, luego, sufriría una desgarradora metamorfosis bajo la bota del autoritarismo fascista, a base de traumas, destrucción, adiestramiento vejatorio y un progresivo proceso de alienación de las conciencias, manipuladas para legitimar y justificar la instauración del paradigma neoliberal como norma de vida, con todas sus nefastas consecuencias…   Con una suave sonrisa, Luis se despediría a lo lejos… pero su espíritu continúa presente y  vibrante… ahora, en el incesante parpadeo de una luz interior… siempre resplandeciente en lo profundo de la memoria…

 La Dictadura aún era joven… infatigable en su violencia y sedienta de control, a cualquier costo contra quienes se alzaban contra su tiranía… algo que persistiría hasta su fin…

 … y, de pronto,  el retorno a la realidad presente irrumpe…. Muchas cosas han cambiado… aunque, no pocas, sólo superficialmente… pues la sensación de segregación e injusticia social… sigue tan viva y presente como en otras épocas… habiéndose, en algunos aspectos, incluso exacerbado… A ello se suman, producto de la ideología neoliberal consolidada durante esta Pseudodemocracia, las enormes críticas hacia un Estado descomprometido y antipopular… orientado a satisfacer el interés y la corrupción de poderosos grupos conservadores, política y económicamente influyentes… demostrando, con ello, su profundo desinterés e  incapacidad por asegurar derechos sociales básicos… y, menos aún, propender hacia un tipo de sociedad más justa y equilibrada.

 Su tumba sigue ahí, en el mismo punto… aunque hoy, prácticamente no se divisa nada sobre su cubierta…  No muy lejos, se encuentran los nichos aún preservados de Víctor Jara y Miguel Enríquez. 

 –Cumplidos poco más de veinte años después de su muerte, en 1994 o 1995, ya en tiempos de la Transición hacia la nada… o, mejor dicho, hacia una franca profundización de la desigualdad social y mercantilización de la vida – porque nuestra supuesta recuperada "Democracia" resultó ser, en gran medida, tan sólo una tramposa ilusión… proyectada bajo la forma de un colorido y funcional slogan, a la medida de los requerimientos del capitalismo neoliberal-; nosotros, sus sobrinos menores, incluyendo a Claudia, tras participar de una marcha en conmemoración de la tragedia desatada tras el Golpe cívico militar y en recuerdo de las miles de víctimas, un 11 de septiembre…  le rendimos al tío Luis un  simbólico homenaje, ofrendándole un pequeño acto de justicia… por la memoria y la verdad… Con un poco de pintura y un pincel, corregimos la falsa fecha de defunción que durante todos esos años figuró en la desgastada cubierta de su añosa tumba… restableciendo la verdadera, la del día en que fue asesinado sin otro verdadero motivo más que el sórdido destape de odio y prepotencia homicida, inherentes al delirio fascista… que segó su vida cuando apenas alcanzaba los 25 años… un 15 de septiembre de 1973.

 Trataron de arruinarnos moralmente, como individuos… como sociedad… institucionalizando el miedo… forzándonos a una resignada adaptación… y en apariencia, lo  consiguieron… Se deleitaron adoctrinándonos en su tergiversado y egoísta ideal de libertad… una que sólo puede comprarse, exhibirse y ocultarse… siempre arrogante… siempre mezquina… ajena e indiferente… otro fraude para manipular la realidad… Quisieron que confiáramos en el cinismo de sus valores, enarbolando falsedades, para hacernos creer que su sistema, nacido y alimentado en la masacre , la exclusión y la deslealtad , había llegado para convertirse en la solución final… olvidando que toda insana creación, está condenada a sucumbir bajo el destructivo peso  de la corrupción que le dio origen… Sin embargo, su error fue el de siempre… pensar que nunca deberían rendir cuentas con el pasado… o, peor aún, convencerse que podrían silenciar la tenaz memoria de aquellos seres pisoteados y desechados en su demencial arrastre….

Pretendieron esterilizar nuestras conciencias, para volvernos unos cómodos receptores y repetidores de sus ideas … algo imposible, porque la memoria renace, de alguna forma, incluso allí donde creyeron haberla extirpado… para hacer frente al olvido y nunca renunciar a la verdad…

 Es, la memoria, la justicia posible ante lo incierto… y la única dimensión vital que puede seguir uniendo, a l@s que aún están… con aquell@s que nunca más volvieron… y, todavía, con otr@s que serán testigos de un futuro… marcado por un nuevo sentir.

 Siempre permanecerás en nuestra memoria querido tío Luis.

 de su sobrino, Gonzalo López Benaiges