Casanova Pino Mario Eduardo


cementerio G. Santiago memoriales.cl

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Rut : 4.441.476-7

Fecha Detención : 24-09-1973
Lugar Detención : Santiago


Fecha Nacimiento : 29-07-1939 Edad : 34

Actividad Política :
Actividad :

Estado Civil e Hijos : Soltero
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Corporación)

Categoría : Antecedentes del Caso

 CASANOVA PINO, MARIO EDUARDO: 34 años, soltero, ejecutado el 24 de septiembre de 1973 en Santiago. Permaneció en calidad de detenido desaparecido hasta el año 1991; sus restos aún no han sido ubicados.

Mario Eduardo Casanova Pino murió a las 7:00 horas del 24 de septiembre de 1973, en la vía pública, por múltiples heridas de bala, según se consigna en su Protocolo de Autopsia del Instituto Médico Legal.

Permanecio en calidad de detenido desaparecido hasta 1991, cuando se esclarecio que habia sido inhumado en calidad  “NN” en el Cementerio General. Según varios testigos, en horas de la tarde del 17 de septiembre de 1973, los Carabineros de la Cuarta Comisaría de Santiago se presentaron en el domicilio familiar acompañados por Mario Casanova, a quien llevaban esposado. Su rostro tenía señales de haber recibido golpes. Los aprehensores señalaron que investigaban la comisión de un hurto. Después volvieron a llevárselo.

 

Al día siguiente, los familiares concurrieron hasta el cuartel policial, pero la detención fue negada.

 

Durante el año 1991, en una investigación realizada en el Tercer Juzgado del Crimen de Santiago por otros desaparecidos, se estableció que el 26 de septiembre de 1973, en el Instituto Médico Legal de Santiago se había practicado autopsia al cadáver de una persona «NN» remitido en esa calidad desde la Segunda Fiscalía Militar de Santiago. Mediante cotejos y peritajes de huellas, se determinó que el Protocolo signado con el N2 2919 le correspondía a Mario Casanova, cuyo cuerpo había sido remitido al Cementerio General.

En ese lugar no existe constancia de su sepultación o incineración. Por ese motivo sus restos aún no han sido ubicados.

Considerando los antecedentes recibidos y la investigación realizada por esta Corporación, el Consejo Superior llegó a la convicción de que Mario Eduardo Casanova Pino fue ejecutado al margen de proceso legal por agentes del Estado mientras lo mantenian privado de libertad. En tal virtud, lo declaró víctima de violación de derechos

 

 


Entregan restos de dos víctimas en caso Patio 29

Fuente :Lanacion.cl 8 de Marzo 2011

Categoría : Prensa

El juez que investiga los errores cometidos por el Servicio Médico Legal (SML) en la identificación de los restos óseos del Patio 29 del Cementerio General, Alejandro Solís, entregó a la familia de dos de las víctimas, los restos de sus seres queridos correctamente individualizados.

Se trata de las osamentas de Mario Eduardo Casanova Pino y Orlando Miguel Ponce Quezada, ambos detenidos desaparecidos desde octubre de 1973 y sus familias nunca habían recibido antes restos asociados a sus parientes, por lo que figuraban fuera del universo del proceso.

Con esta entrega llegan a 35 las identificaciones del caso Patio 29 en la investigación iniciada en el 2001 por el Servicio Médico Legal, que continúa su trabajo pericial en la búsqueda de nuevas identidades.

De acuerdo a los antecedentes procesales quedan más de 90 pericias en las que aún no se han obtenido resultados definitivos de la identificación de restos exhumados desde el Patio 29.


Ministro Solís informa de dos nuevas identidades de restos exhumados del Patio 29

Fuente :lasegunda.com, 8 de Marzo 2011

Categoría : Prensa

Con los análisis se logró identificar con un 99,999% de certeza los restos correspondientes a dos víctimas de violaciones a los Derechos Humanos, cuyos familiares, hasta ahora, no habían tenido información sobre sus paraderos, toda vez que nunca se había logrado algún tipo de identificación de los mismos.

El ministro en visita Alejandro Solís Muñoz  dio a conocer dos nuevas identidades de personas cuyos restos fueron inhumados ilegalmente de una fosa del Patio 29 del Cementerio General, y que fueron individualizadas por peritajes realizados en el Servicio Médico Legal.

Con los análisis se logró identificar con un 99,999% de certeza los restos correspondientes a dos víctimas de violaciones a los Derechos Humanos, cuyos familiares, hasta ahora, no habían tenido información sobre sus paraderos, toda vez que nunca se había logrado algún tipo de identificación de los mismos. Además, dichas víctimas no estuvieron vinculadas en las identificaciones a la presente causa en la década de los noventa.

Los restos corresponden a Mario Eduardo Casanova Pino, de 34 años de edad al momento de su detención, ocurrida el 17 de septiembre de 1973.

De acuerdo a los antecedentes judiciales, la víctima murió a las 7 horas, del 24 de septiembre de 1973, en la vía pública, por múltiples heridas de bala, según se consigna en su protocolo de autopsia del Instituto Médico Legal. Permaneció en calidad de detenido desaparecido hasta el año 1991, cuando se esclareció que había sido inhumado en calidad de N.N en el Cementerio General. Según varios testigos, en horas de la tarde del 17 de septiembre de 1973, Carabineros de la Cuarta Comisaría de Santiago, se presentaron en el domicilio familiar acompañados por Mario Casanova, a quien llevaban esposado, su rostro tenía señales de haber sido golpeado. Los aprehensores señalaron que investigaban la comisión de un hurto. Después volvieron a llevárselo.

Al día siguiente, los familiares concurrieron hasta el cuartel policial, pero la detención fue negada.

Durante el año 1991, en una investigación realizada en el 3° Juzgado del Crimen de Santiago por otros desaparecidos, se estableció que el 26 de septiembre de 1973, en el Instituto Médico Legal de Santiago se había practicado autopsia al cadáver de una persona NN, remitido en esa calidad desde la 2° Fiscalía Militar de Santiago. Mediante cotejos y peritajes de huellas, se determinó que el Protocolo asignado con el N° 2 2919 le correspondía a Mario Casanova, cuyo cuerpo había sido remitido al Cementerio General.

La segunda identidad corresponde a Orlando Miguel Ponce Quezada, de 16 años al momento de su detención, realizada el 8 de octubre de 1973.

De acuerdo a los antecedentes procesales, el menor fue detenido por efectivos militares y de Carabineros, en la Población Cerro Colorado de la comuna de Renca. Tras su arresto, fue subido a una camioneta de color rojo que estaba a cargo de Carabineros, quienes lo pusieron boca abajo en el piso del vehículo para proceder luego a saltar sobre su cuerpo. Junto a otros detenidos, fue trasladado a la Comisaría de Carabineros de Renca, en donde permaneció alrededor de 2 horas, para luego ser nuevamente subido a la camioneta en la cual fue trasladado a un costado del Cerro Colorado, lugar en que era custodiado por efectivos de la Fuerza Aérea de Chile, FACH. Allí fue baleado por la espalda y su cuerpo, sin vida, fue abandonado permaneciendo en ese lugar alrededor de 3 días -los efectivos de la FACH no dejaron a los pobladores acercarse al lugar-, al término de los cuales, Carabineros levantó el cuerpo introduciéndolo en una bolsa, desconociéndose el lugar al cual lo trasladaron.

Según el testimonio de Patricio Hernán Órdenes, quien expresa que en octubre de 1973, la Población Cerro Colorado fue cercada y allanada por militares. Los hombres fueron llevados a la plaza en donde debieron entregar sus cédulas de identidad. Los soldados tenían una lista de personas y a él le dijeron que iba a quedar detenido, porque “iba a asesinar a la vecina del lado”. Lo introdujeron a una camioneta, boca abajo, en la cual había Carabineros.

Posteriormente, en dos paradas distintas, subieron a otras dos personas, para finalmente ser trasladados a la Comisaría de Renca, en donde estuvieron más o menos una hora. Después, los subieron de nuevo a la camioneta roja y los llevaron a unos dos o tres kilómetros de la población, a un costado del Cerro Colorado, el cual estaba cercado y vigilado por la aviación. Los tres primeros prisioneros fueron obligados a descender. Primero interrogaron a un detenido de unos 30 años, a quien golpearon hasta que quedó totalmente cubierto de sangre, cayó a una acequia y uno de los policías se paró encima de él, casi ahogándolo; después lo arrojaron en calidad de bulto a la camioneta.

Enseguida le ordenaron al otro detenido, un muchacho de unos 15 años, a quien reconoció como el sobrino de un vecino suyo, de nombre Miguel Ponce Quezada, que caminara hacia el cerro. Mientras cumplía la orden, el Carabinero a cargo, quien tenía una mancha o lunar en una de sus mejillas, ordenó al resto de los policías que le dispararan, orden que no fue obedecida. Entonces, sacó su revólver y amenazó a sus subalternos con dispararles si no obedecían su orden. Dio la orden de fuego por segunda vez y el muchacho cayó herido de muerte. Dejaron allí su cuerpo. Luego de la ejecución, el testigo –a quien también golpearon- y al otro detenido los llevaron de vuelta a la Comisaría de Renca.

En tanto, doña Leontina del Carmen Rebolledo Rivero, tía de la víctima y desde cuyo domicilio fue detenido, señala que en los días posteriores a  los hechos, fue informada que el cadáver de su sobrino se encontraba en un sector del Cerro Colorado, presentando un orificio de bala. El cuerpo permaneció en ese lugar alrededor de 3 días, siendo divisado por una gran cantidad de moradores de la población y también por ella, siendo imposible acercarse al lugar, pues estaba cerrado por Carabineros. Posteriormente se enteró que el cuerpo de su sobrino fue levantado del lugar e introducido a una bolsa. La acción la realizó Carabineros, los que procedieron a llevárselo con destino desconocido.

Su familia intentó, sin resultados positivos, primero que le devolvieran el cuerpo y luego saber el lugar de sepultación. Hasta la fecha no ha sido posible lograr la certificación de defunción.

Los peritajes del SML estuvieron a  a cargo de los Peritos ad-hoc designados por el Tribunal: Dra. Rhonda Roby, especialista en genética forense, y el Dr. Francisco Etxeberría Gabilondo, especialista en medicina legal y forense.

De acuerdo a los antecedentes procesales, quedan más de 90 pericias en las que aún no se han obtenido resultados definitivos de la identificación de restos exhumados desde el Patio 29.


Patio 29 Tras la cruz de fierro (LIBRO)

Fuente :ocholibros.cl sin fecha

Categoría : Prensa

El Patio 29 solía destinarse a la sepultación de indigentes, pacientes iquiátricos y personas que morían sin ser identificadas (NN). Sin embargo, entre septiembre de 1973 y enero de 1974, sus tumbas se utilizaron para ocultar como NN a víctimas de la represión. Javiera Bustamante y Stephan Ruderer reconstruyen la dolorosa historia del lugar, valiéndose de testimonios de los familiares de detenidos- desaparecidos, cartas, documentos y otras fuentes. El libro da cuenta, igualmente, del arduo proceso de identificación y entrega de los cuerpos, así como de las irregularidades que caracterizaron estas diligencias. Las potentes fotografías que ilustran el volumen fueron realizadas por la artista visual Mara Daruich.

      Bustamante, Javiera; Ruderer, Stephan