Belmar Soto Mario Omar


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Rut : 4.998.291-7

Fecha Detención : 13-09-1973
Lugar Detención : Rapel


Fecha Nacimiento : 13-08-1943 Edad : 30

Lugar Nacimiento : Panguipulli

Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Jefe de Central Hidroeléctrica

Estado Civil e Hijos : Casado, 2 hijos
Nacionalidad : chilena


Relato de Los Hechos

Fuente :informe corporación

Categoría : Antecedentes del Caso

Mario Omar Belmar Soto, casado, 2 hijos, Jefe de la Central Hidroeléctrica de Rapel, sin militancia política conocida, fue detenido con fecha 13 de septiembre de 1973 en la Central eléctrica "El Abanico", lugar al que había concurrido y donde permanecía desde hacía una semana antes, por motivos de su trabajo en la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA).
Su hermana, doña Edulia Belmar Soto, en declaración jurada ante notario señala que Mario Belmar una semana antes del Golpe de Estado debió concurrir por motivos laborales a la Central Eléctrica "El Abanico", llegando a casa de un funcionario de ENDESA de nombre René Santana en el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación figura como detenido desaparecido una persona de nombre Alamiro Segundo Santana Figueroa, de 23 años de edad, soltero, dirigente de un Centro Juvenil Cultural, militante de las Juventudes Socialistas, quien fue detenido el día 17 de septiembre de 1973, en la Central Hidroeléctrica "El Abanico", por Carabineros de dicha localidad Continúa su relato doña Edulia Belmar señalando que su hermano se comunicó telefónicamente a su domicilio el día 11 de septiembre de 1973, alrededor de las 10:00 horas de la mañana, indicando entre otras cosas que iba a obtener su salvoconducto para viajar a Rapel y estar de esa manera presente en el cumpleaños de ella, que se celebra precisamente en fecha once de septiembre. Poco después, alrededor del medio día, la cónyuge del afectado, doña Gladys Figueroa Barría, fue informada que Mario Belmar Soto se encontraba hospitalizado en el Hospital de Los Angeles, con una herida a bala en una de sus piernas. Todas las diligencias realizadas para dar con su paradero resultaron infructuosas. En cierta oportunidad, doña Gladys Figueroa Barría señaló haber visto el automóvil de Mario Belmar, estacionado en un camino cerca de Antuco, el cual presentaba impactos de bala en su costado derecho. El vehículo de color verde agua estaba ubicado cerca de un retén policial.
Doña Edulia Belmar Soto señala que al momento de la desaparición de su hermano, éste portaba su maletín personal de color café, con documentación de la empresa, un reloj pulsera con correa metálica enchapado en oro, su argolla de matrimonio con el nombre de su cónyuge y otro anillo de oro macizo con una placa con la letra M. El afectado era muy amigo de Víctor Jérez y de Mario Olivares Pérez, ambos funcionarios de ENDESA y que se encuentran, al igual que Mario Belmar Soto, en calidad de detenidos desaparecidos.
Por su parte don Naldo Sanhueza Saavedra ha señalado en su testimonio que hasta el mes de marzo o abril de 1973 se desempeñó en las obras de captación de agua de Alto Polcura, allí era delegado sindical de la zona y dirigente juvenil del Partido Socialista. Agrega que conoció a la mayor parte de los trabajadores de Endesa, y dado que su padre era trabajador de la misma, ello le permitió contactarse con los funcionarios de distintos lugares, desde muy temprana edad. En mayo de 1973, Endesa lo trasladó a la Termoeléctrica del puesto de Huasco. Al día siguiente del Golpe de Estado viajó a reunirse con sus familiares en la localidad de Antuco, siendo detenido en su domicilio el 22 de septiembre de 1973, por Carabineros del Retén de Antuco, al mando del Sargento Manuel Osses, entre los que se encontraban además, dos amigos suyos, Víctor Jaque y otro uniformado de apellido León. Fue luego trasladado al citado Retén en donde fue agredido con golpes de pie y puño por un carabinero de apellido Fuentes. Allí permaneció en un calabozo solo, toda la noche. Sintió muchos gritos, pudo observar la presencia de militares en un sector del recinto donde se ubicaban las pesebreras, lugar en el cual se torturaba. Escuchó en un momento determinado, a los militares dar órdenes a un grupo de detenidos a fin de que cantaran "Venceremos", luego de ello, se escucharon ráfagas de metralletas. Al día siguiente, 23 de septiembre de 1973, el testigo fue sacado del calabozo y conducido por un pasillo, en donde señala "se encontraban tirados los cuerpos de Mario Olivares Pérez, prácticamente agónico y de Mario Belmar Soto, (detenido desaparecido) quien al parecer estaba muerto, ya que no se movía, la lengua afuera y sus vestimentas destruidas con barro y sangre; ambos se veían terriblemente torturados", en ese momento le preguntaron al testigo si los conocía, a lo cual respondió negativamente. Agrega en su relato "Mario Belmar era Director de Endesa y Mario Olivares, a quien todos conocían como "El rucio" era trabajador de Endesa, muy alegre". No los volvió a ver nunca más. Posteriormente a los hechos de su detención, Naldo Sanhueza salió al exilio en donde debió permanecer por espacio de 13 años.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS
Se desconocen antecedentes respecto de acciones judiciales en favor del afectado.
En el mes de mayo de 1991, en el Fundo Huaqui 3, ubicado a 9 kms. de la ciudad de Los Angeles, en forma fortuita fueron encontrados restos humanos correspondientes a un entierro clandestino, aparentemente exhumado con posterioridad. Entre esos restos se encontró el anillo de matrimonio de Mario Belmar Soto con la inscripción del nombre de su cónyuge doña Gladys Figueroa Barría. Los antecedentes se encuentran siendo investigados en Tribunal del Crimen de la ciudad de Los Angeles. 
 


Adelantan identificación de osamentas halladas en Concepción

Fuente :7 Julio 2003 El Mostrador

Categoría : Prensa

La unidad especial de identificación de detenidos desaparecidos del Servicio Médico Legal entregó un preinforme al ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Jorge Zepeda García, sobre la identificación de las osamentas halladas en mayo de h1991 en el sector de Hualqui, en Los Angeles, provenientes de un entierro primario que fue alterado mediante la remoción y mezcla de esqueleto.

Según el preinforme se señala que los restos corresponden al menos a cuatro personas que habrían sido enterradas en una fosa común y no es posible articular los huesos para reconstituir los esqueletos, quedando pendientes pendiente los exámenes de ADN.

En el lugar se hallazgo fue encontrada una argolla correspondiente al detenido desaparecido Mario Belmar Soto, lo que hace suponer que los restos hallados podrían corresponder a él.


Identificados cinco desaparecidos

Fuente :15 de Octubre 2004 La Nacion

Categoría : Prensa

El ministro de fuero Jorge Zepeda estableció la identificación de los restos pertenecientes a cinco detenidos desaparecidos desde el Regimiento de Infantería de Montaña de Los Angeles, en los días posteriores al golpe militar.

Tras someter a pericias de ADN osamentas halladas en 1990 en el fundo La Mona, cerca de Los Angeles, el juez determinó que estos corresponden a César Flores Baeza, Mario Belmar Soto, Juan Ulloa Pino, Juan Yáñez Franco y Víctor Ulloa Pino, este último de sólo 16 años al momento de su detención. César Flores, que era funcionario de la Corporación de la Reforma Agraria, es tío del periodista de La Nación Domingo Luis Narváez.

La resolución determinó que los cuerpos de estas personas fueron enterrados clandestinamente luego que se les dio muerte, y sus restos fueron luego desenterrados después de 1978 en lo que se conoció como “Operación Retiro de Televisores”. Los pequeños fragmentos hallados en 1990 corresponden a los que quedaron en el lugar del entierro luego de las exhumaciones posteriores a 1978.

La “Operación Retiro de Televisores” correspondió al nombre que la dictadura dio a las remociones de cuerpos a partir de fines de 1978, luego que en Lonquén se descubrieron los cuerpos de 15 campesinos asesinados. Esta operación fue confirmada por un criptograma enviado por el general Augusto Pinochet a los regimientos, documento del que fue testigo un suboficial de inteligencia que lo descifró y que así lo declaró este año al juez Juan Guzmán.

 


Comenzó el duelo de familiares 

Fuente :27 de Octubre 2004 Diario El Sur

Categoría : Prensa

Los restos de detenidos desaparecidos identificados recientemente por el ministro Jorge Zepeda en Santiago y el Servicio Médico Legal (SML), hallados en 1990 en Los Angeles, llegaron anoche a la Octava Región y serán velados hoy en la parroquia Los Cotolengos.

      Así lo informó la abogada Nelly Navarro Rojas, querellante en varias causas por violaciones de derechos humanos en las provincias de Concepción y Biobío, quien precisó que los funerales de tres de las víctimas individualizadas serán realizados mañana.

      Los detenidos identificados por el juez Zepeda son Juan Miguel Yáñez Franco, Mario Omar Belmar Soto, César Augusto Flores Baeza y los hermanos Juan Eladio y Víctor Adolfo Ulloa Pino, cuyos restos fueron encontrados hace 14 años en el interior del fundo La Mona, hoy propiedad de la forestal Mininco. Las víctimas desaparecieron el 12 de septiembre de 1973, luego de ser aprehendidas y llevadas a la tenencia de Carabineros El Abanico.

      Según indicó la abogada Navarro, los funerales de los hermanos Ulloa y de Flores Baeza serán mañana, tras una misa en la Catedral de Los Angeles. Los primeros, sin embargo, serán llevados tras el oficio religioso a Curacautín, mientras que Flores Baeza será enterrado en el Cementerio General angelino. Las osamentas de Yáñez Franco fueron remitidas a su familia en Temuco. Las de Belmar Soto, en tanto, descansarán en el Memorial de Santiago, pues sus parientes residen actualmente en Argentina.

      La abogada Navarro sostuvo que en la Octava Región hay todavía alrededor de 150 detenidos desaparecidos. Agregó que a muchos de ellos podrían pertenecer las osamentas halladas en distintas excavaciones en la región, en análisis en el SML de Santiago.


El fin de una dolorosa búsqueda

Fuente :tribunadelbiobio.cl, viernes, 15 de octubre de 2004

Categoría : Prensa

Tuvieron que esperar 14 años para que se les confirmara que los restos encontrados en una fosa del fundo "La Mona", en la zona rural de Los Angeles, correspondían a sus familiares desaparecidos desde septembre de 1973.

-“Creo que lo mataron”. Esas palabras del entonces obispo de Los Angeles, Orozimbo Fuenzalida se le quedaron grabadas a América Baeza Vega cuando junto a su marido, Armando Flores, concurrió a conversar con él para pedirle ayuda para encontrar a su hijo, César Augusto Flores Baeza, detenido el 12 de septiembre de 1973. América Baeza tiene hoy 88 años, 31 de los cuales se los ha pasado buscando a César. Su largo peregrinar llegó a su fin el pasado jueves 14 cuando extraoficialmente se le comunicó que los restos de su hijo habían sido identificados. Tuvieron que pasar 14 años para que se confirmara que uno de las cinco osamentas encontradas en una fosa en el fundo La Mona, situado en el área rural de Los Angeles (a 515 kilómetros al sur de Santiago), correspondían al hijo que tanto había buscado. Dolor profundo y muchas emociones invadieron el alma de estos padres que, como muchos otros familiares, no han cejado en su empeño por encontrar la verdad. Mucho menos la señora América, que desde 1978 pertenece a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y nunca ha dejado de hacer cuanto sea necesario para que hechos como éstos no vuelvan a repetirse y tampoco queden impunes. Es que a la angustia de no saber qué había pasado con su hijo César, se sumó el exilio de sus dos hijas y la exoneración de su marido, sin embargo sacó fuerzas de flaqueza y siguió luchando. La señora América recuerda que en cierta ocasión en que estaba muy mal, se encontró con una persona que participaba en la Agrupación y que le contó su drama. “Ella tenía más edad que yo y su situación era tan terrible que me sentí como avergonzada. Eso me dio un poco más de fuerza y como que me olvidé de mi dolor, porque a mi alrededor había más dolor”. “Nadie sabía en qué iba a terminar esto” César Augusto Flores Baeza tenía sólo 30 años, militaba en el partido Socialista y trabajaba en la Corporación para la Reforma Agraria, CORA. Al día siguiente del golpe militar, se presentó voluntariamente a la Policía de Investigaciones porque su nombre aparecía en una lista que estaba siendo difundida por la radio. “El no ocupaba ningún cargo importante ni en el partido ni en la CORA –recuerda su madre- pero lo que lo condenó fue que lo pusieron en la repartición de vales de bencina cuando todo estaba muy crítico”. Fue llevado al gimnasio de la planta IANSA, donde había más personas detenidas. Sus padres pudieron verlo, incluso le llevaron algunas cosas. “Nadie sabía en qué iba a terminar todo esto porque no nos imaginamos en lo que se iba a transformar”. Confiaban en que pronto recuperaría su libertad, sin embargo cuando lo trasladaron al internado del liceo y después al Regimiento, entendieron que la situación era grave. Fue cuando dejaron de verlo. Algunos testigos indicaron después que el 17 de septiembre lo sometieron a un interrogatorio y después no lo vieron más. El Regimiento de Infantería Lo mismo le ocurrió a las familias de los otros cuatro detenidos desaparecidos que fueron hallados en la fosa del fundo La Mona: Mario Omar Belmar Soto, Juan Miguel Yáñez Franco y los hermanos Juan Eladio y Víctor Adolfo Ulloa Pino. Fueron detenidos en fechas y circunstancias distintas, sin embargo hay algunos factores comunes :la intervención de efectivos de la Policía de Investigaciones y la permanencia en el Liceo de Hombres de la ciudad (usado como recinto de detención por el Ejército) y, en dos de los casos. Y la participación de carabineros en otros dos. Quizás el elemento más claro aquí es que casi todos los detenidos fueron llevados al Regimiento de Infantería de Montaña, donde se pierde su pista. Juan Miguel Yáñez Franco, tenía 25 años, era casado, mueblista y militante del Partido Comunista. Fue detenido el 11 de septiembre de 1973, en horas de la noche, en su domicilio de la ciudad de Los Angeles, por funcionarios de Investigaciones quienes allanaron su casa.. Lo llevaron al Liceo de Hombres y más tarde al Regimiento. El 12 de septiembre, le correspondió el turno a Mario Omar Belmar Soto, 30 años, jefe de la central hidroeléctrica de Rapel y sin militancia política conocida. Por razones de su trabajo para Endesa, Mario Belmar se encontraba en la zona al ocurrir el golpe militar. No estás muy claras las circunstancias de su detención que ocurrió el 13 de septiembre. Poco antes, Belmar se había comunicado con su hermana para contarle que solicitaría un salvoconducto para viajar a Rapel, cosa que no ocurrió. A la esposa de Mario Belmar se le avisó que su marido estaba internado en el hospital de Los Angeles con una herida a bala, pero no pudo dar con su paradero. El testimonio aportado por Naldo Sanhueza, tiempo después, dio algunas luces de lo que podría haber ocurrido con Belmar. Sanhueza fue detenido el 22 de septiembre de 1973 por carabineros del retén de Antuco. En ese recinto, fue encerrado solo en un calabozo. Dice que sintió muchos gritos y pudo observar la presencia de militares en un sector del retén donde se ubicaban las pesebreras, lugar en el cual se torturaba. En un momento determinado escuchó a los militares dar órdenes a un grupo de detenidos a fin de que cantaran "Venceremos", luego de ello, se escucharon ráfagas de metralletas. Al día siguiente, 23 de septiembre de 1973, el testigo fue sacado del calabozo y conducido por un pasillo, en donde señala "se encontraban tirados los cuerpos de Mario Olivares Pérez, prácticamente agónico y de Mario Belmar Soto, (detenido desaparecido) quien al parecer estaba muerto, ya que no se movía, la lengua afuera y sus vestimentas destruidas con barro y sangre; ambos se veían terriblemente torturados". Los hermanos Juan Eladio, 26 años, topógrafo y director de la Corporación de Obras Urbanas y Víctor Adolfo Ulloa Pino, 16 años de edad, estudiante de enseñanza media, fueron detenidos el 18 de septiembre de 1973, aproximadamente a las 10:30 horas en la casa ubicada en calle Valdivia de Los Angeles, lugar donde Juan Ulloa era pensionista. Ambos hermanos, acompañados de la cónyuge de Juan, Elena Jensen Cortés, concurrieron a la pensión con el fin de recuperar ropa y otros objetos personales ya que hacía unos días que la casa había sido cerrada por su dueña. Al llegar a la vivienda, vieron que sus puertas estaban abiertas y entraron; a los pocos momentos ingresó una patrulla de Carabineros al mando del Sargento Venegas y el Cabo Sergio Daguiere quienes procedieron a detenerlos junto con otras dos personas que también se encontraban en la casa. Los cinco detenidos fueron trasladados a la Comisaría de Los Angeles, interrogados allí por el Capitán Fabres y enviados el mismo día al Regimiento, ya que, según fueron informados, no había cargos en su contra y sólo irían para un chequeo y saldrían en libertad. Fueron conducidos al Regimiento, ingresando aproximadamente a las 14:00 horas del día 18 de septiembre. Según testimonio aportado 17 años después por un testigo que en septiembre de 1973 era conscripto del Regimiento de Los Angeles, los hermanos Ulloa Pino habrían permanecido encerrados en condiciones miserables en una pequeña garita dentro del recinto militar, durante 15 días aproximadamente, y posteriormente sacados del lugar y llevados con destino desconocido. Catorce años de espera Muchos rumores e historias circularon después tratando de determinar dónde estaban los detenidos desaparecidos de Lo Angeles. Se habló de entierros clandestinos y de lanzamientos a los cuerpos a los ríos de la zona. Todo hasta que en 1990, el rumor se transformó en certeza y tras la respectiva orden judicial, se pudo exhumar desde una fosa situada en el fundo “La Mona”, de propiedad de Forestal Mininco, los restos de al menos cinco personas. Sin embargo, por falta de medios técnicos y, seguramente de interés de la justicia, las osamentas permanecieron varios años olvidadas en uno de los juzgados de Los Angeles, pese a los intentos de familiares y de abogados por acelerar su identificación. Hasta que el ministro capitalino, Jorge Zepeda, nombrado por la Corte Suprema para hacerse cargo de los casos de violaciones a derechos humanos de los Angeles, especialmente los referidos a Endesa, tomó el asunto en sus manos y ordenó que los restos fueran remitidos al Servicio Médico Legal de Santiago. Finalmente, las pesquisas dieron su fruto y pudo establecerse que las osamentas correspondían a César Flores, Miguel Franco, Mario Belmar, Juan y Víctor Ulloa. Todos presentaban impactos de bala. La búsqueda para estas familias ha terminado. Pero aún falta determinar qué pasó y quiénes fueron los responsables.

 


Juez determinó pertenencia de restos de cinco detenidos desaparecidos

Fuente :cooperativa.cl, Jueves, 14 de Octubre de 2004

Categoría : Prensa

Osamentas halladas en 1990 corresponden a personas que estuvieron detenidas desde el 12 de septiembre de 1973 en la tenencia El Abanico, en la Octava Región.

Luego de 14 años de investigación, el ministro de fuero Jorge Zepeda logró precisar las identidades de cinco detenidos desaparecidos cuyas osamentas fueron halladas en 1990 en el fundo "La mona" de propiedad de la empresa Mininco, en las cercanías de Los Angeles, en la Octava Región.

El magistrado determinó que los restos corresponden a personas que estuvieron detenidas desde el 12 de septiembre de 1973 en la tenencia de Carabineros El Abanico.

Tras los análisis de ADN mitocondrial, la unidad especializada del Servicio Médico Legal (SML) determinó que los restos correspondes a:

César Augusto Flores Baeza.

Mario Omar Belmar Soto.

Juan Eladio Ulloa Pino.

Víctor Adolfo Ulloa Pino.

Juan Miguel Yáñez Franco.

Las osamentas serán entregadas en los próximos días a los familiares de las víctimas.


MARIO IVAN BELMAR SOTO

Fuente :memoriacolectiva.com 2004

Categoría : Prensa

Nació el 13 de Agosto de 1943
30 años a la fecha de su detención. Casado, 2 hijos
Jefe de la Central Hidroeléctrica de Rapel (ENDESA)
Sin militancia política conocida
Detenido el 13 de septiembre de 1973

En el mes de mayo de 1991, en el Fundo Huaqui 3, ubicado a 9 kms. de la ciudad de Los Angeles, en forma fortuita fueron encontrados restos humanos correspondientes a un entierro clandestino, aparentemente exhumado con posterioridad. Entre esos restos se encontró el anillo de matrimonio de Mario Belmar Soto con la inscripción del nombre de su cónyuge doña Gladys Figueroa Barría. Los antecedentes fueron investigados por el Tribunal del Crimen de la ciudad de Los Angeles. Una vez realizados los analisis de ADN y que el Servicio Médico Legal de Los Angeles lograra identificar a Mario Belmar Soto como uno de los cinco ejecutados políticos encontrados en una fosa común, los restos de quien fuera dirigente sindical en esa localidad, llegaron procedente de esa ciudad (el dia 2 de Noviembre) a Punta Arenas. El dia 3 de Noviembre, sus familiares que viven actualmente en Argentina, le dieron digna sepultura en el Cementerio Municipal.

Su viuda declara "Por fin lo encontramos, no importa lo poco que nos entregaron pero vamos a tener un lugar donde venir a dejarle una flor" añadiendo ademas que espera que se haga Justicia.  

Los restos de Mario Belmar al momento de ingresar al Cemnterio Municipal de Punta Arenas.

Capilla del Cementerio Municipal, donde se realizó el responso de Mario Belmar.